Brasil con Ñesclavos – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 Hijos del candomblé http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/08/03/hijos-del-candomble/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/08/03/hijos-del-candomble/#respond Mon, 03 Aug 2015 18:36:24 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1563 Continue lendo →]]> POR ABEL N. ALEJANDRE

DE RÍO DE JANEIRO

El 25 de agosto de 2014 la directora de una escuela pública de Río de Janeiro le impidió la entrada a un alumno de 12 años por llevar unos collares que lo identificaban como practicante de candomblé, una religión afrobrasileña. Sus padres no tuvieron más opción que cambiarlo de escuela.

El domingo 14 de junio de 2015, Kayllane, de 11 años, salía del terreiro, lugar donde se practica el candomblé, en grupo. Todos iban de blanco, el color de la vestimenta utilizada poresta religión, cuando dos personas comenzaron a increpar e insultar al grupo. Uno de los delincuentes lanzó una piedra que impactó en la cabeza de la niña.

La repercusión de la agresión llevó a la niña y a su tía mae de santo, cargo de máxima responsabilidad en el candomblé, a recorrer varios platós de televisión y lanzar una campaña en Facebook llamada: “Yo visto blanco. Blanco de la paz. Soy del candomblé. ¿Y tu?”, defendiendo el derecho a profesar la libertad de religión.

Son sólo dos ejemplos de la violencia que sufren los niños que se inician y practican el candomblé. La escuela pública no los ayuda en su integración y, lejos de darles opciones, los niños sufren una fuerte discriminación.

Ricardo Nery (en la foto con 8 años)  fue llamado con sólo  4 de "hijo del diablo" por una professora. Fotografía: Stela Guedes Caputo.

Ricardo Nery (en la foto con 8 años) fue llamado con sólo 4 de “hijo del diablo” por una profesora. Fotografía: Stela Guedes Caputo.

El candomblé es una religión afrobrasileña que llegó a Brasil a través  de los esclavos africanos. Estos trajeron en su piel y su alma las creencias e historias de África al continente americano.

Rezan a los orixás, que representan los diferentes elementos de la naturaleza o dioses vinculados a esas energías. Estos santos tienen sus defectos y virtudes. No existe el cielo ni el infierno, por lo tanto no existe el bien ni el mal. El  candomblé no discrimina a nadie por nada. Inclusive los niños dentro del terreiro tienen tareas de gran responsabilidad.

En 1988, en su Constitución Federal, Brasil se determinó como un estado laico y reforzó la libertad de culto religioso, pudiéndose así manifestar las diferentes creencias en el espacio público. En 2011, la enseñanza religiosa entró en las escuelas públicas del estado de Río de Janeiro como asignatura confesional.

El último censo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística ( IBGE, de 2010) muestra un descenso en el crecimiento de católicos y un notable aumento de evangélicos. El candomblé apenas tiene representatividad en las estadísticas. Frente a los millones de cristianos o evangélicos, el estado de Río de Janeiro cuenta con 50.967 adeptos reconocidos al candomblé.

Del total de las denuncias por discriminación religiosa recogidas por el Disque 100, un cuarto de estas provienen del estado de Río de Janeiro. Cada tres días, el gobierno barasileño recibe una queja de esta índole.

Ricardo Nery, ahora con 22 años. Nació y se crió en el candomblé, religión a la que pertenece hasta hoy a pesar de haber sido discriminado durante la infancia. Fotografía: Stela Guedes Caputo.

Ricardo Nery, ahora con 22 años. Nació y se crió en el candomblé, religión a la que pertenece hasta hoy a pesar de haber sido discriminado durante la infancia. Fotografía: Stela Guedes Caputo.

Stela Guedes Caputo es profesora del Programa de Posgraduación en Educación de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ), periodista y doctora por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. En 2012 lanzó el libro “Educação nos Terreiros” (editora Pallas) y como experta e investigadora en educación y candomblé nos ayudó a entender la problemática de los niños practicantes y el cotidiano en las escuelas públicas.

Guedes Caputo contó que, según su punto de vista, el principal valor que ofrece el candomblé a los niños es la resistencia, ya que se trata de una religión que no se doblegó a la lógica blanca, colonial, esclavista y racista, sino que se impuso, luchó y resistió.

Respecto de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas comentó que esta refuerza la lógica conservadora presente y creciente en las instituciones educativas brasileñas, y que demuestra que no existe laicidad en Brasil, pues es la única asignatura que se menciona en la Constitución Federal.

La especialista aportó también el dato de que el estado de Río de Janeiro gasta 16 millones de reales (4,6 millones de dólares) anuales en esta asignatura.

Asimismo, tachó de racistas a gran parte de los casos que investiga, porque el objetivo de la elite blanca no se alcanzó: no blanquearon Brasil, en el país la mayor parte de la población es negra y no acabaron con el candomblé. Para Guedes Caputo se trata de una doble victoria del pueblo negro y eso en la actualidad  continúa molestando mucho.

Tauana dos Santos (22) frecuentó la iglesia y hasta tomó la primera comunión para ser menos discriminada en la escuela. Fotografía: Stela Guedes Caputo.

Tauana dos Santos (22) frecuentó la iglesia y hasta tomó la primera comunión para ser menos discriminada en la escuela. Fotografía: Stela Guedes Caputo.

“La educación religiosa no va a resolver el problema de la violencia en Brasil, sino todo lo contrario, porque está aumentando. Es necesario acabar con la enseñanza religiosa de cualquier tipo, sea confesional, ecuménica, plural, porque donde hay enseñanza religiosa hay proselitismo. Los parlamentarios que se dicen de izquierda necesitan ser menos hipócritas y exigir el fin de la enseñanza religiosa, aunque eso cueste votos”, indicó la profesora.

Los niños son las principales víctimas de la educación religiosa y en el caso de los practicantes del candomblé son víctimas de una discriminación racista por parte de grupos religiosos más numerosos.

El Estado no respeta ni cumple su parte del contrato social, ya que las amenazas, agresiones y abusos para con estos niños no son debidamente perseguidos ni juzgados.

Como acertadamente canta el rapero de São Paulo Emicida, defensor del pueblo negro en Brasil,  en su nuevo tema Mufete:“Dicen que el diablo vino de los barcos de los europeos, desde entonces el pueblo olvidó que entre los míos todo el mundo era dios”.

Axé.

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Río, partitura y Yemanyá http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/12/rio-partitura-y-yemanya/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/12/rio-partitura-y-yemanya/#comments Tue, 12 May 2015 17:46:20 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1431 Continue lendo →]]> POR GABRIEL BAYARRI, DE RÍO DE JANEIRO

Gabriel Bayarri (g.bayarritoscano@gmail.com) es español, estudiante e investigador de la Universidad Federal Fluminense (UFF). Nos acompaña con una serie de textos en los que aborda parte de su investigación sobre las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas de Río de Janeiro.

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Fue nuevamente un negro anciano el encargado de darme la lección en la favela: “Ustedes, los gringos, no consiguen mover los pies”, dijo. Y de un brinco agarró un tamborín y comenzó a emitir un ritmo agudo, acompasado, batiendo con su bastón, antigua pierna de una banqueta descompuesta.

El viejo despertó a los gallos y se inició así el ritual sonoro del día 29 de abril, el día mundial de la danza.

La favela se levantó vibrando y el aroma de alcantarillado y acarayé quedó limitado por una percusión que hacía aflorar al resto de los sentidos. Escuché la percusión, olvidando entonces todas las artimañas racionalistas europeas, creadoras del orden repetitivo, de nuestro día a día, y me dejé llevar por la partitura.

Provenía de un continente al que llamaban de “civilizado”, cuyas normas estrictas se fundaban en los criterios más antiguos, con una economía y sociedad hechas pedazos, pero donde no había más remedio que someterse al imperio de la razón.

El viejo bailó hasta la cena, cuando la favela comenzó a desprender un aroma a ropa vieja, de refrito de frijoles. Danzó las sambas que durante años fueron perfeccionados en las escuelas carnavalescas de los morros, aportando al origen afro-indígena de la música los ritmos urbanos, los instrumentos del cavaquinho y el pandero.

El anciano fue realizando pequeñas modificaciones en el compás hasta alcanzar el baile derivado del pagode, buscando la perfección estética, aquella que fundía la punta de sus pies con la propia tierra, buscando aquella estética que había ido puliendo, como un artesano, desde que comenzó a caminar.

Sus piernas narraban el conocimiento de generaciones de esclavos, sus movimientos conocían la realidad de la desigualdad, sus manos teatralizaban algoritmos complejos, teorías económicas, políticas públicas capaces de extraer a su familia del fondo de la miseria crónica de las favelas brasileñas. Concluyó la danza con una marcha in crescendo, que relataba las situaciones miserables de su pueblo.

Con sus zancadas se interpretaron los gigantes movimientos sociales que vapulean el país desde hace dos años. Su respiración entrecortada expulsaba el anhelo de un país que todavía posee un 10% de su pueblo analfabeto, un 20% funcional, un país que concentra en la élite formada por un 10% de la población más del 75% de la riqueza.

En su sátira feroz el viejo pisó fuerte al ritmo del último compás. Pisó fuerte sobre la corrupción de toda la casta política, contra las 50.000 mujeres violadas por año, contra los más de 45.000 homicidios anuales, contra los bajos salarios de unos profesores de escuelas fundamentales, que llegan a alcanzar unos mínimos de 700 reales mensuales (aproximadamente 220 dólares) y que son apaleados por la Policía Militar cuando tratan de manifestarse.

Pisó con sus chanclas contra la tasa de abandono escolar del 56% de los adolescentes y contra la falta de saneamiento básico, aplastando charcos de barro por la falta de presencia del Estado en todos los servicios básicos, cerrando una evaluación compuesta por compases, cayendo sobre su bastón, exhausto.

Ahora tenía 80 años, era un sambista arrugado y sus manos caoba desvelaban años en la obra, practicando el samba en los andamios, aupando sacos de cemento.

El viejo me explicó lo siguiente: “Fue cuando comencé a bailar, cuando empecé a entender el mundo. Hoy Yemanyá dijo al viento que llevase su brisa marina, que la aproximase a los tambores que resonaban a lo largo del día, de todo Brasil. Las ropas pesan más cuando están mojadas de sudor, pero la brisa enviada por la orixá me refresca”.

La música emitía un lenguaje propio, no siempre fácil de comprender. Un lenguaje que homenajea a este día, una manifestación artística capaz de atravesar cualquier barrera política, cultural o étnica y alargar el brazo, intentando juntar el mundo.

Era su crítica, el arma simbólica del viejo, que con sus pasos lanzaba un ataque feroz, una llamada a la esperanza, una lucha de tambores por un país más justo.

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Boipeba, ejemplo de prostitución ambiental http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/12/08/boipeba-ejemplo-de-prostitucion-ambiental/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/12/08/boipeba-ejemplo-de-prostitucion-ambiental/#comments Mon, 08 Dec 2014 14:03:51 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1226 Continue lendo →]]> POR GABRIEL BAYARRI, DE RÍO DE JANEIRO

Ojos que descienden de navíos negreros nos observan curiosos en la isla de Boipeba, insertada en el archipiélago de Tinharé, en el litoral del estado brasileño de Bahía.

Cuentan que el nombre de Boipeba deriva de la lengua tupí (m’boi pewa), que significa “cobra chata”, una denominación indígena para la tortuga marina.

En razón de la importancia del patrimonio natural y de la necesidad de protección de los ecosistemas, el gobierno del estado de Bahía creó el Área de Protección Ambiental (APA) de las islas en 1992.

En el corazón de la isla encontramos el virgen poblacho de Monte Alegre, de 90 personas, reconocido en el año 2006 por la Fundación Palmares como comunidad quilombola, descendiente de esclavos africanos que mantiene tradiciones culturales, de subsistencia y religiosas a lo largo de los siglos y que tiene derecho a la titulación de sus tierras.

Las viviendas son de arena, los techos de paja hilada, un trabajo artesanal en el que luchan los vecinos para hacerlas impermeables. Media docena de casas se yergue en el pico de la colina, zona serrana de la isla.

Aquí la pesca no es tan común. Nos observan desde sus chozas ojos todavía vírgenes de la sociedad artificial, almas limpias, un pueblo trabajador de la recolección de las plantaciones de coco, dendé y frutas como el mango, el cajú o la mangaba.

Sonrisas sin dientes, sonrisas transparentes de un pueblo que conoció la maldad del sistema esclavista, aunque no parece guardar rencor, o lo guarda dentro de sus entrañas.

Una piedra en forma de corazón preside la barraca de João, agricultor, vendedor y consumidor de cachaza. Diez kilos de corazón fósil, tallado en una sola pieza, que representa simbólicamente a un pueblo cálido que está dispuesto a tallar su felicidad.

En el corazón de Boipeba está el virgen poblacho de Monte Alegre, de 90 personas, reconocido en el año 2006 por la Fundación Palmares como comunidad quilombola, descendiente de esclavos africanos. Fotografía: Gabriel Bayarri.

En el corazón de Boipeba está el virgen poblacho de Monte Alegre, reconocido en el año 2006 por la Fundación Palmares como comunidad descendiente de esclavos africanos. Fotografía: Gabriel Bayarri.

Relatan leyendas la existencia de túneles fantásticos que atraviesan la isla de Boipeba. Túneles cavados por esclavos fugitivos, que huyeron al igual que los ancestros de Monte Alegre, instalándose en la colina.

Habla el anciano del quilombo, se le escucha con respeto y se rellena su vaso con cachaza.

Así se refresca el sudor en el pico de la colina, donde cada objeto es un bien preciado y el valor de un tronco para cocinar al fuego es una ofrenda de sudor a Ochosi, orishá (divinidad del Candomblé) de la tierra, la floresta y los campos cultivables.

Se enfrenta ante esta realidad un emprendimiento urbanístico megalomaníaco en el sur de la pequeña isla, el “Proyecto Turístico-Inmobiliário Hacienda Ponta dos Castelhanos”, financiado por el empresario Arthur Bahia, por el ex presidente del Banco Central Armínio Fraga y por José Roberto Marinho, miembro de la familia dueña del imperio mediático Globo.

El proyecto amenaza con destruir la paz y la preservación de la forma de vida.

Un “eco-resort” multimillonario y para millonarios, una depredación latifundista para crear en medio de la pequeña isla, de 80 kilómetros cuadrados, campos de golf y un aeropuerto que ocuparán el 20% de su espacio. Asambleas públicas sin resultados, acuerdos sin cumplimiento, ignorancia ante las propuestas de los líderes locales.

Un estudio de impacto ambiental mentiroso, inconsistente, ante la depredación de la isla, de la real multiplicación en un 300% de vertederos o la tala en 16 hectáreas de su territorio, de los cambios en el ecosistema, pérdidas en la biodiversidad de la reserva, dificultades en la pesca artesanal y en la agricultura familiar, impulsando la explotación turística agresiva y motorizada.

Las formas de vida tradicional en la isla mantienen su preservación arrinconada ante este emprendimiento monstruoso, disfrazado de desarrollo, ante el que los habitantes han tenido la sabiduría de decir “no lo queremos”, a pesar de que no han tenido hasta ahora el poder suficiente.

Imagen de la paradisíaca isla de Boipeba. Fotografía: Roberto de Oliveira/Folhapress.

Imagen de la paradisíaca isla de Boipeba. Fotografía: Roberto de Oliveira/Folhapress.

Al hablar del emprendimiento, las miradas cambian, y expresan un grito de auxilio desde lo más profundo de sus almas, pidiendo protección. Muestran su miedo a la precarización de sus vidas, a retomar una esclavitud contemporánea, fregando, friendo y frotando al son de las madames.

Muestran el miedo al saqueo de la riqueza natural, a la destrucción cultural de su espacio, al surgimiento del crimen. Un sentimiento de angustia  invade la isla, de impotencia ante el poder económico, capaz de arrasar la naturaleza y la cultura, especialista en hallar agujeros legales que justifiquen la prostitución socio-ambiental a la que someten su isla.

Se escucha un vehículo pesado llegar por la inclinada ladera de tierra. Gallinas de Angola, utilizadas en los rituales del candomblé, atraviesan la placita  de Monte Alegre. Los niños llegan en tractor a su poblado desde la escuela, es el único transporte en esta isla que no conoce el asfalto.

Mastican por el camino dulces de banana, fabricados por una cooperativa local de mujeres campesinas. Y llegan sonrientes, sin imaginar siquiera estos brotes de fantasmas en la isla, los brotes de los dueños de sus ancestros.

Petición de Avaaz contra el emprendimiento.

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