Brasil con Ñderechos – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 Quiero ir en bicicleta http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/08/12/quiero-ir-en-bicicleta/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/08/12/quiero-ir-en-bicicleta/#comments Wed, 12 Aug 2015 16:20:54 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1573 Continue lendo →]]> POR ABEL N. ALEJANDRE, DE RÍO DE JANEIRO

Que toda gran ciudad tiene un tránsito denso y caótico, no es una novedad. Pero imaginen tener que cruzar en bicicleta una urbe en hora pico: ese sí que es un  verdadero desafío.

Da la impresión de que en Río de Janeiro las personas miran más la carretera que la señalización del semáforo. Y que en lugar de respetar las jerarquías de los peatones y vehículos, las invierten. El más grande y de mayor volumen tiene preferencia sobre el más pequeño e inofensivo.

Una gran urbe es un infierno en hora pico y un peligro cuando las calles están semivacías. Los vehículos transitan a velocidades que de largo pasan lo permitido por unas placas que prácticamente nadie respeta, dejando muy poco espacio para el imprevisto o el error.

Definitivamente el peatón es el peor parado, seguido de las bicicletas.

Este es el panorama con el que cualquier ciclista se encuentra cuando se dispone a pedalear, bien para desplazarse por trabajo o por el placer de disfrutar de este medio alternativo de locomoción.

Más allá de las dificultades, la ciudad y algunos de sus habitantes quieren que Río sea amigable con las bicicletas.

Los 374 kilómetros de ciclovía construidos y la previsión de la finalización de 43,6 kilómetros en obras más los 186,5 kilómetros proyectados, sumado a las bicicletas naranjas gratuitas que el banco Itaú dispone por toda la ciudad, son señales inequívocas de una voluntad por parte del gobierno y de la empresa privada.

Bike Rio Café es un negocio ideado por tres hermanos y abierto hace cinco meses en el centro de Río. Al entrar, uno se encuentra con un garaje para dejar estacionada la bici.

En el primer piso están las duchas y un bonito café con una cuidada decoración inspirada en las dos ruedas. Los precios del Bike Rio Café se adaptan a todos los bolsillos y van desde los 4 reales (1,14 dólares) hasta los 150 reales por mes (unos 43 dólares), dependiendo del plan que contrate cada cliente.  

Un lugar para los aficionados a la bici en Río: el Bike Rio Cafe. Fotografía: Abel Navarro.

Un lugar para los aficionados a las bicicletas en Río: el Bike Rio Café. Fotografía: Abel Navarro.

Frederico, de 51 años, mostró el local y explicó la idea: “Hay capacidad para unas 40 o 50 bicicletas, aquí ofrecemos un lugar seguro donde dejarlas y duchas para poder ir a trabajar”.

Acerca  del lucro del negocio comentó que tienen clientes, pero que necesitan más e indicó que falta “seguridad y una estructura básica” para las personas que pedalean en Río.

“La ciclovía es inconexa y solo para la zona sur. Necesitamos una educación vial y una inversión por parte del poder público. Por ejemplo, los conductores de autobús y los taxistas no saben que tienen que respetar al ciclista y dejar 1,5 metros al adelantarlo”, puntualizó Frederico.

Los ciudadanos responden con un aumento en el uso de la bicicleta, al mismo tiempo que otros lo dificultan. En lo que va  del año, la ciudad de São Paulo contó más muertes de ciclistas por accidentes de tránsito que en todo 2014, pese  a que hubo un aumento de las ciclovías, de hasta los 265,5 kilómetros.

Los datos de 2014 no fueron mejores que los de 2013, año en el que las muertes de ciclistas aumentaron  un 34%. Aunque esta cifra viene disminuyendo desde 2010, al mismo tiempo que el número de ciclistas aumenta.

Por lo que se puede deducir que hoy es más seguro que hace cinco años circular en bici por una gran ciudad como São Paulo.

El alcalde de São Paulo  inauguró la ciclovía ubicada debajo del Minhocao a  comienzos de agosto. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

El alcalde de São Paulo, Fernando Haddad, inauguró la ciclovía ubicada debajo del Minhocão a comienzos de agosto. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Estas iniciativas de convertir las ciudades en lugares de convivencia y circulación de diferentes tipos de vehículos no tienen una ideología política concreta.

En São Paulo, la polémica que suscitaron las ciclovías rojas por ser del color con el que se identifica el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) fue ridícula.

Tal vez los movimientos ecológicos estén más involucrados con este tipo de iniciativas, pero como muestran gran cantidad de ciudades de todo el mundo, la implantación de la bicicleta como medio de transporte carece de un mentor ideológico definido.

Jonathan Pereira es un estudiante de 23 años, nacido en Río de Janeiro, y contó cómo es su día a día con una bicicleta como vehículo.

“Andar en bicicleta es un acto político, me da la libertad que quiero, porque puedo ir a todos lados”, dijo.

“Uno siempre  tiene miedo, en particular cuando escucho  un motor grande detrás, ya sufrí alguna caída y tengo amigos que sufrieron accidentes más graves”, indicó Jonathan.

Por último, opinó que las ciclovías  “están bien para la gente que quiere disfrutar de la bicicleta con sus hijos, pero para moverse por la ciudad no sirven, porque no están conectadas”. Para finalizar, dijo que  en Brasil “hay que acabar con la imposición del coche”.

El problema de la seguridad vial en Brasil tiene una laboriosa solución que pasa por la educación vial por parte del gobierno y una publicidad de calidad en todos los medios posibles, en la que se alerte del peligro de las infracciones de tránsito.

Las leyes deben endurecerse, con multas a la altura de la infracción cometida y del peligro causado, porque no son los kilómetros de ciclovía construidos los que nos van a ayudar a circular mejor y más seguros, sino  la calidad de estas ciclovías y el respeto entre los habitantes. 

"La calle es de todos", dice el cartel de la bicicleta de Jonathan. Fotografía: Abel Navarro.

“La calle es de todos”, dice el cartel de la bicicleta de Jonathan Pereira. Fotografía: Abel Navarro.

Es acertado fijarse en ciudades como Copenhague, que está por alcanzar el hito de que el 50% de su población circule en bicicleta, pero a medio y corto plazo Brasil deberá mirar al vecino: la ciudad de Buenos Aires ocupa el puesto 14 en el ranking mundial de ciudades amigas de las bicicletas y es la primera colocada del continente americano.

El uso de la bicicleta no debe estar restringido al fin de semana cuando cortan las calles, ni tampoco limitarse a pequeños y estrechos espacios.

No debería ser un estilo de vida adoptado por una minoría, ni tiene que relacionarse con la adrenalina de pasar entre coches y transitar en medio de un tránsito enfurecido.

Tampoco debería ser un acto heroico llegar a casa sin un rasguño, ni pedalear debería estar limitado solo a las zonas más ricas de la ciudad.

La bicicleta tiene que ser una opción para todos porque, a fin de cuentas, la capacidad de elegir es lo que nos otorga libertad.

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El impacto LGBT en Brasil: el fin de la hipocresía http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/06/15/el-impacto-lgbt-en-brasil-el-fin-de-la-hipocresia/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/06/15/el-impacto-lgbt-en-brasil-el-fin-de-la-hipocresia/#comments Mon, 15 Jun 2015 18:40:08 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1504 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Sea de su gusto o no, si algo tuvo la simulación de una crucifixión, el pasado 15 de junio durante el 19º Desfile LGBT en São Paulo, fue que golpeó en las narices al sector más reaccionario de la sociedad brasileña.

Con su imagen, la modelo transexual Viviany Beleboni, de 26 años, dijo a gritos lo que millones de miembros del colectivo llevan años callando.

De un plumazo, la doble moral y la hipocresía de la sociedad brasileña quedó expuesta como nunca antes.

Esa misma sociedad que prohibe el top-less en sus playas, pero que permite a mujeres adornadas únicamente con pintura y plumas, en el mejor de los casos, desfilar ante miles de paisanos y turistas de todo el mundo en el sambódromo de Río de Janeiro.

Para quien no solo sepa aún, Brasil es el país con más muertes de travestis y transexuales en el mundo, con 486 asesinatos entre 2008 y 2013, según los datos de la ONG Transgender Europa.

La simulación de una crucifixión durante la marcha del orgullo LGBT en São Paulo generó polémica en Brasil. Fotografía: Julia Chequer/Folhapress.

La modelo transexual VIviany Beleboni simuló una crucifixión durante la marcha del orgullo LGBT, en São Paulo, qie generó polémica en Brasil. Fotografía: Julia Chequer/Folhapress.

Cuando hablamos de todo el colectivo LGBT, las cifras se disparan: un muerto cada 27 horas, un 75% de las víctimas mundiales de la violencia homofóbica.

Viviany sabía que sería “crucificada” por la prensa conservadora, por los políticos reaccionarios y por los pastores de las cientos de miles de iglesias evangélicas del país.

Aun así, decidió arriesgarse y representar el “calvario” de los millones de gays, lesbianas, travestis y transexuales que viven en Brasil.

Sin embargo, entre los muchos  artículos que aparecieron en la prensa atacando a Beleboni y a la Asociación del Desfile Orgullo LGBT de São Paulo, ninguno de ellos se preguntó por qué una joven de 26 años haría algo que luego pondría en peligro su vida.

Después de la “crucifixión”, la actriz recibió innumerables amenazas de muerte.

No solo eso, sino que la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por su sigla en portugués), ejerció de máxima autoridad de la mayor reserva católica del mundo, con 168 millones de fieles, y exigió el pasado 11 de junio la aplicación del artículo 208 del Código Penal brasileño.

En caso de ser aceptada la denuncia, la modelo podría cumplir una pena de prisión de entre un mes y un año, además de pagar una cuantiosa multa como reparación por el “menoscabo en público de un acto u objeto religioso”.

Miles de personas participaron de la marcha, en São Paulo, el domingo 7 de junio. Fotografía:  Amauri Nehn/Brazil Photo press/Folhapress/Folhapress.

Miles de personas participaron de la marcha del orgullo LGBT, en São Paulo, el domingo 7 de junio. Fotografía: Amauri Nehn/Brazil Photo press/Folhapress/Folhapress.

“Mucha gente no lo sabe ni le importa, pero la mayoría de los transexuales han sufrido maltratos desde su infancia, eso se debe a que sus propias familias no aceptan su condición debido a la presión social y religiosa”, explica a “Brasil con Ñ” la propia Beleboni.

Con resignación, pero voz firme, cuenta el sufrimiento que significa nacer en el cuerpo y en el país equivocado.

“La mayoría no aguanta los abusos y acaba huyendo de sus casas en la adolescencia. Además, muchos no consiguen concluir sus estudios por el rechazo de sus compañeros en la escuela”, relata la modelo.

“Sin estudios, sin dinero, sin apoyo, ni nadie que quiera darles un trabajo digno, muchos acaban en el mundo de la prostitución”, se lamenta.

El relato de Beleboni no es un invento o una excusa que usa la comunidad, sino la dura realidad.

Según la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales de Brasil (ANTRA), el 90% del colectivo ejerce o ha ejercido la prostitución en algún momento de su vida, mientras que un 60% ha recibido algún tipo de agresión.

“Marginalizarse no es una opción sino una consecuencia por vivir en una  sociedad intolerante e hipócrita. Muchas compañeras acaban prostituyéndose con el mismo tipo de hombre casado que no ha querido darle trabajo en su negocio”, cuenta Viviany.

La bancada de diputados evangélicos protestan contra la marcha del orgullo LGBT.  Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

La bancada de diputados evangélicos protesta contra la marcha del orgullo LGBT. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

La historia de Beleboni es una más en un mar de injusticias, de ahí la imperiosa necesidad de que algo cambie en Brasil.

Es por ello que el colectivo LGBT del país lucha contra la llamada “bancada evangélica” del Congreso Nacional que, a principios de 2015, consiguió que se archive el proyecto de ley PLC122/06 que proponía  criminalizar la homofobia en el país, tras ocho años de gestión.

A pesar de los intentos de algunos sectores de la prensa y la política por desviar el debate hacia el uso de los símbolos religiosos (¿dónde está ahora la tolerancia reclamada en el caso del atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo?) en lugar de concentrarse en el problema de la homofobia, la Asociación del Desfile Orgullo LGBT de São Paulo no quiso caer en debates absurdos y lanzó un mensaje directo a la presidenta Dilma Rousseff: “Desde 2011, nunca apareció. Fue a actos religiosos, pero nunca al desfile, que es el mayor del mundo, en el país que gobierna. Debería participar más”.

El próximo 28 de junio, con el Desfile del Orgullo LGBT en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, cientos de personas congregadas en un evento en Facebook han prometido desfilar “crucificadas” en apoyo a Beleboni y al colectivo LGBT.

Será entonces cuando se vea si las palabras de Rousseff, que pronunció el pasado 17 de mayo, Día Internacional Contra la Homofobia, cuando dijo que la “homofobia debe ser criminalizada”, fueron solo retórica o de verdad existe un interés en sacar a Brasil del lugar que ocupa en el ranking de víctimas LGBT.

La participación de Rousseff en el desfile sería, de una vez, la prueba de que el Brasil del siglo XXI puede, y debe, cambiar, enterrar la hipocresía.

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Brasil no se deja seducir por Julien Blanc http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/24/brasil-no-se-deja-seducir-por-julien-blanc/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/24/brasil-no-se-deja-seducir-por-julien-blanc/#respond Mon, 24 Nov 2014 11:36:34 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1201 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Podría ser un hotel de cualquier país del mundo. En medio de la típica sala de reuniones, un joven de 25 años gesticula y lanza sus premisas ante una audiencia de hombres entre los cuales ninguno supera los 40 años.

Como si de una revelación se tratase, escuchan con atención cada palabra del “gurú” sin osar interrumpirlo.

En un momento dado, los movimientos del protagonista se vuelven exagerados y las carcajadas se extienden entre su complacida audiencia.

“En Japón, si eres un hombre blanco puedes hacer lo que te dé la gana. Me paseaba por las calles agarrando a las chicas por el cuello y poniendo sus cabezas contra mi entrepierna”, comenta orgulloso el suizo Julien Blanc, quien se considera uno de los más exitosos maestros de seducción del mundo.

El video de este polémico “curso de seducción” y las imágenes de sus andanzas en Japón han dado la vuelta al globo sin dejar a nadie indiferente.

“Curso de seducción”

Afirmaciones como que su método causa “un cortocircuito en la mente lógica de las mujeres” o que “las hace suplicar por sexo” le han valido el rechazo no solamente de colectivos feministas de medio mundo, sino que los gobiernos de Canadá, Australia, Reino Unido y recientemente Brasil se han unido para prohibirle al suizo realizar sus seminarios de seducción dentro de sus fronteras.

Pero para comprender el fenómeno de Julien Blanc, primero hay que entender la realidad que representa.

La comunidad de los llamados “Pick Up Artists” o “PUA” se extiende a nivel internacional y posee millones de seguidores que consumen ansiosos las guías y manuales de flirteo de estos “gurús de la seducción”.

Las redes sociales rebosan de las experiencias de estos aprendices de “Don Juan” que no dudan en grabar sus aventuras y divulgarlas en internet, muchas veces sin el consentimiento de las mujeres que en ellos aparecen.

Solo así puede entenderse que Blanc pueda permitirse viajar por el mundo entero dando seminarios de un fin de semana a 2000 dólares por persona, en los que enseña técnicas para dominar y minar la autoestima de las mujeres.

Un dinero que, al parecer, más de uno de los más de 100.000 miembros de la comunidad PUA en Brasil estaba dispuesto a desembolsar por los seminarios que la empresa de Blanc, Real Social Dynamics, con sede en Los Ángeles (Estados Unidos), tenía planeado realizar en las ciudades de Florianópolis y Río de Janeiro, en el mes de enero.

Consciente del revuelo, la semana pasada el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, emitió un comunicado en el que anunció que “existen argumentos suficientes para denegar la entrada” del suizo al país.

Además, en una entrevista con la revista Exame, la ministra de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, Eleonora Menicucci, afirmó que Brasil “no puede aceptar que un señor extranjero entre en el país para dar conferencias sobre cómo violar a una mujer” y añadió que los métodos enseñados por Blanc “son una incitación al crimen”.

El americano Julien Blanc tiene planeado llevar a Brasil su "curso de  seducción". Fotografía: Reprodução/Facebook.

Julien Blanc tiene planeado llevar a Brasil su “curso de seducción”. Fotografía: Reprodução/Facebook.

“El señor Blanc no es un simple instructor de técnicas de seducción, sino un instructor de técnicas de acoso a las mujeres con métodos abusivos e incluso violentos”, opina la secretaria ejecutiva de la Universidad Libre Feminista, Beth Ferreira, quien añade que las ideas de Blanc “solo fortalecen la cultura de la violencia contra las mujeres y la violación, que ya son un fuerte problema en Brasil”.

Esta representante del movimiento feminista aplaude la decisión del gobierno brasileño y califica como “lamentable”  que “a esta altura los hombres busquen este tipo de entrenamiento”.

Pero, sorprendentemente, el rechazo contra Blanc en Brasil no se ha limitado al gobierno y a los movimientos feministas.

El representante de la filial “PUA Training” en el país y maestro de la seducción desde 2010, Fernando Fénix, también le  expresó a este cronista su repudio contra los métodos del suizo.

Para este carioca de 35 años, responsable por haber instruido a más de 2000 brasileños en las artes de la seducción, Julien habría “perdido las formas a la hora de divulgar su trabajo en las redes sociales” y ahora estaría “pagando el precio de sus imprudencias”.

Como uno de los principales afectados del estigma que Blanc podría traer a la comunidad PUA, Fénix cree que el gobierno brasileño estaría “haciendo lo correcto” y subraya que las autoridades deberían actuar para “evitar cualquier tipo de apología a la violencia o discriminación de las mujeres”.

“Julien se pasó de la raya. Cualquier tipo de técnica de seducción que sea usada para degradar a otra persona pierde todo el sentido. Eso no puede calificarse de conquista, sino de dominación, que es un concepto muy diferente”, resalta Fénix, quien cita a Richard Gambler como su referente en el mundillo PUA y asegura que jamás ha utilizado las técnicas de Blanc en sus seminarios, dictados en diferentes ciudades de Brasil.

Para él, al igual que para muchos otros “Pick Up Artists” de Brasil, lo importante es que el ejemplo de Julien Blanc no cree un estigma hacia una comunidad que, según declaran sus miembros, no desea promover la desigualdad entre hombre y mujer, sino buscar la complicidad y el entendimiento entre los dos sexos.

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El movimiento indígena brasileño da una segunda oportunidad a Dilma http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/10/el-movimiento-indigena-brasileno-da-una-segunda-oportunidad-a-dilma/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/10/el-movimiento-indigena-brasileno-da-una-segunda-oportunidad-a-dilma/#respond Mon, 10 Nov 2014 13:17:50 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1164 Continue lendo →]]> POR LUNA GÁMEZ Y JOSÉ ANTONIO BAUTISTA, DE RÍO DE JANEIRO

“Tenemos miedo de perder lo que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir”, nos contaba una estudiante indígena pocos días antes de que arrancara la segunda vuelta de la campaña electoral más intensa de la joven democracia brasileña.

“Hasta el momento no declaramos apoyo a ninguno de los dos candidatos, pueden suponer una amenaza a nuestros derechos”, añadió.

Unas semanas antes, la esposa de un cacique Terena me explicaba en medio de un intenso olor a frijoles que la unión de los indígenas a la hora de votar es importante porque “fortalece nuestra lucha”.

Sin embargo, el peso electoral de los pueblos originarios de Brasil es minúsculo: hay 896.900 indios en Brasil, un país con 205 millones de habitantes, y los que están en edad de votar apenas representan un 0,5% del electorado de este gigantesco país.

Tal vez por este motivo, ninguno de los tres grandes candidatos a la presidencia de Brasil se tomó mucha molestia en escuchar las demandas de los indígenas.

Un indio de la etnia Ticuna vota el domingo 5 de octubre de 2014 en la primera vuelta de las elecciones brasileñas, en en el barrio Ciudade de Deus de Manaos, en la Amazonía brasileña. Fotografía: Diego Janata/Efe.

Un indio de la etnia Ticuna vota el domingo 5 de octubre de 2014 en la primera vuelta de las elecciones brasileñas, en el barrio Ciudade de Deus de Manaos, en la Amazonia brasileña. Fotografía: Diego Janata/EFE.

El paisaje inicial de la contienda electoral lucía así: la presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT) perdía fuerza en las encuestas pero se mantenía como favorita, al mismo tiempo que el candidato conservador Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) caía a la tercera posición tras un estrepitoso ascenso de Marina Silva (Partido Socialista Brasileño, PSB), candidata sorpresa de la primera vuelta que colmaba las portadas de los diarios brasileños junto a adjetivos como “ecologista”, “medioambientalista” y “evangelista”.

PRIMER ASALTO

El 10 de septiembre, la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil reunió a representantes de todos los rincones del país. Una vez más, miembros de las 305 etnias reconocidas por la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) se reunieron para debatir acerca de qué candidato podría ser el más solidario con su lucha centenaria contra la violación de sus derechos.

La asamblea decidió por unanimidad apoyar a Marina Silva, la única candidata que se dignó a recibir las propuestas indígenas, a pesar de que el vicepresidente de su partido venía de lo más profundo del agronegocio.

“Ataques sistemáticos, de regresión y supresión de los derechos indígenas se verifican en los distintos poderes del Estado y en la sociedad”, afirmaba la carta abierta que cinco días más tarde, el 15 de septiembre, los indígenas dirigieron a los tres candidatos.

La misiva brilló por su ausencia en los diarios nacionales. Una vez más, el conflicto indígena quedó relegado a la categoría de “anécdota” dentro del debate electoral.

En octubre de 2013, indígenas que participaban de la semana nacional de la movilización indígena rompen un cartel  con la foto de Dilma Rousseff. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

En octubre de 2013, indígenas que participaban de la semana nacional de la movilización indígena rompieron un cartel con la foto de la presidenta Dilma Rousseff. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

“En lugar de hacer efectivos los derechos indígenas recogidos en la Constitución, los sucesivos gobiernos se han arrodillado ante los intereses del capital, del negocio agrícola y de empresas mineras y madereras”, añadía el escrito público.

Las palabras que el cacique pronunció semanas antes en su casa tomaban fuerza: “Si no nos movilizamos y no gritamos, es como si no existiéramos”. No obstante la carrera de ascenso al podio presidencial, entre estadísticas y debates electorales, continuaba impasible ante la movilización indígena.

SEGUNDO ASALTO

Concluyó el primer round electoral, el 5  de octubre. Contra todo pronóstico, Marina Silva, por la que apostaron los indígenas, cayó tras un duro revés en las urnas en favor de Aécio Neves. El 15 de octubre los indios publicaban una segunda carta abierta dirigida expresamente a la presidenta y a su único opositor.

Esta segunda misiva era tan clara como la primera, o incluso más: “Los dos candidatos parecen tener miedo de reunirse con nosotros, tal vez porque los dos están financiados por los ruralistas”.

El sentimiento de decepción respecto del gobierno de Rousseff estaba arraigado en lo más profundo del colectivo indígena.

En abril de este año, indios invadieron la  cúpula del edificio del Congreso Nacional en una manifestación por la defensa de los derechos territoriales de los pueblos indígenas. Fotografía: Alan Marques/Folhapress.

En abril de este año, indios invadieron la cúpula del edificio del Congreso Nacional en una manifestación por la defensa de los derechos territoriales de los pueblos indígenas. Fotografía: Alan Marques/Folhapress.

“Es pública y notoria la marginación de los pueblos indígenas que marcó el primer gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, quien se esforzó cada día por estrechar alianzas con el negocio agrícola (…). No cumplió con ninguna de sus promesas y permitió que su Ministro de Justicia paralizase completamente las demarcaciones de tierra en el país”, afirmaba el colectivo indígena en su segunda carta pública.

La Constitución brasileña de 1988 reconoce el derecho de los indígenas sobre sus tierras tradicionales. Rousseff es la presidenta que menos tierras indígenas demarcó desde que Brasil salió de la dictadura: el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB) homologó 87 territorios durante sus ocho años al frente del Ejecutivo, mientras que Lula da Silva (PT), predecesor y mentor de Dilma, demarcó 145 territorios en un periodo similar.

La candidata petista se queda muy atrás, con 11 territorios delimitados tras cuatro años de gobierno.

“En cuanto al candidato Aécio (…) se expresó públicamente del lado del negocio agrícola (…) y apoyó a nuestros principales enemigos, que atacan nuestros derechos, nuestras vidas y nuestro futuro”, expresaba el movimiento indígena en su última carta.

La segunda y definitiva vuelta de las elecciones, el pasado 26 de octubre, fue para muchos la más intensa que se recuerda en el Brasil contemporáneo. Tal era la crispación y la incertidumbre, que se realizaron más de 2000 sondeos en aquellos días.

Dilma Rousseff, en un encuentro con líderes indígenas. Fotografía: Roberto Stuckert.

Dilma Rousseff, en un encuentro con líderes indígenas. Fotografía: Roberto Stuckert.

Finalmente, el 23 de octubre Dilma hacía público su apoyo a los pueblos indígenas con unas palabras que atraían aires de promesa: “Mantendremos compromisos con el fortalecimiento de la Fundación Nacional del Indio, con la mejora del Servicio de Salud Indígena y de la calidad de la Educación Escolar Indígena (…) cuento con vuestro apoyo para que en los próximos cuatro años podamos enfrentar juntos los desafíos y cumplamos los compromisos”.

“Desde hace más de 500 años sabemos que nuestra lucha no tiene cabida en las urnas y que dependerá de nuestra intensa movilización”, afirmaba el colectivo indígena a través de su última carta.

Tres días después de escuchar las palabras de Dilma, los indios brasileños decidieron no quedar impasibles y dieron su voto de confianza a la candidata petista. Una segunda oportunidad expresada al mismo tiempo con esperanza y recelo.

Finalmente, Rousseff ganó por un margen de 3,28 puntos. Los indígenas cumplieron con su parte, ¿cumplirá Dilma con la suya? “Ver para creer”, murmuraba la señora aquel día lluvioso mientras apartaba los frijoles del fuego.

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Indios universitarios, los nuevos “guerreros” del movimiento indígena brasileño http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/08/20/indios-universitarios-los-nuevos-guerreros-del-movimiento-indigena-brasileno/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/08/20/indios-universitarios-los-nuevos-guerreros-del-movimiento-indigena-brasileno/#comments Wed, 20 Aug 2014 13:36:50 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1039 Continue lendo →]]> POR LUNA GÁMEZ Y JOSÉ ANTONIO BAUTISTA, DE RÍO DE JANEIRO

Universitarios de diferentes etnias se dieron cita en el Encuentro Nacional de Estudiantes Indígenas. Fotografía: José Bautista

Universitarios de diferentes etnias se dieron cita en el Encuentro Nacional de Estudiantes Indígenas. Fotografía: José Bautista

Coincidiendo con el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el pasado 9 de agosto casi 700 jóvenes indígenas de las más de 305 etnias de Brasil emprendían el camino de vuelta a sus aldeas tras participar del Segundo Encuentro Nacional de Estudiantes Indígenas (ENEI), celebrado en Mato Grosso do Sul, el estado brasileño que más violencia étnica registró en 2013, según el Consejo Indigenista Misionero.

El evento permitió que por primera vez cientos de universitarios indígenas brasileños se pusieran de acuerdo para coordinar acciones en defensa de los derechos de sus pueblos en un país con una superficie equivalente al 80% del continente europeo.

Sin embargo, el poder simbólico de este encuentro fue más allá de los debates con representantes del Ministerio de Educación, la estatal Fundación Nacional del Indio y del mundo académico: la primera generación de indígenas universitarios acaba de plantar una semilla en el movimiento indígena brasileño, dejando claro que en los próximos años miles de abogados, profesores, médicos e ingenieros indígenas, entre otras profesiones, empuñarán su conocimiento para unirse a una lucha silenciada que ya dura más de cinco siglos.

“Ustedes son la garantía futura de los derechos de los indígenas en Brasil (…) depositamos nuestra esperanza en vosotros”, declaró el cacique y líder indígena Lindomar de la etnia terena ante los futuros licenciados, durante el evento celebrado en Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul. Y añadió “Es necesario hacer uso de la formación académica al mismo tiempo que debemos reforzar nuestra identidad indígena”.

Con estas palabras, y acompañado de varios caciques y rectores universitarios, Lindomar trasladó el beneplácito de los líderes indios a la emergente generación de “guerreros universitarios” y recordó que “la recuperación de nuestras tierras es encarada como una guerra por parte del Estado, que está conformado para atender a la burguesía, ya que la preocupación principal del gobierno es el crecimiento económico, aunque implique pasar por encima de nuestras vidas”.

Del dicho al hecho: problemas de los pueblos indígenas en Brasil

Casi un millón de indígenas componen la diversidad étnica de Brasil, según el último censo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. El artículo 231 de la Constitución de 1988, creada tras la dictadura, estableció un periodo de cinco años para que los indios de Brasil recuperasen sus tierras tradicionales, donde estos pueblos podrían mantener sus tradiciones y lenguas.

Sin embargo, la violencia contra indígenas se acentuó en los últimos años, ya que algunos pueblos se cansaron de esperar las demarcaciones territoriales contempladas en la Constitución hace ya 26 años y emprendieron la retomada de sus tierras. La expansión del negocio de la agricultura extensiva de soja, entre otros productos, y la proyección de 20 centrales hidroeléctricas, entre ellas Belo Monte, han sido factores determinantes en el desarrollo del conflicto que enfrentan los indígenas en este país.

“No existe mayor agresión que violar la Constitución”, sostiene Eurico Sena de la etnia baniwa y estudiante de doctorado de la Universidad Federal de Bahía.

Dilma Rousseff es la presidenta brasileña que demarcó menos tierras indígenas en el periodo democrático y 53 indígenas fueron asesinados debido al conflicto de tierras en 2013, según el informe anual publicado en julio pasado por el Consejo Indigenista Misionero.

Cuando el investigado se convierte en investigador. La educación universitaria como nueva herramienta de lucha política

Aprovechando la presencia de numerosos estudiantes e investigadores indígenas en el ENEI, los organizadores otorgaron varios espacios para que los asistentes compartieran el resultado de sus trabajos. Dos ideas ocuparon un espacio central en el debate: la urgencia de incluir conocimientos tradicionales en la universidad y la utilidad de entrelazar en las aldeas el conocimiento científico con la sabiduría ancestral.

Los estudiantes indígenas expusieron el resultado de sus investigaciones durante el encuentro. Fotografía: José Bautista

Los estudiantes indígenas expusieron el resultado de sus investigaciones durante el encuentro. Fotografía: José Bautista

Varios asistentes se sorprendieron tras conocer que países como Colombia y Ecuador cuentan con sistemas de educación superior diferenciada que ceden espacio a los saberes y tradiciones indígenas. Así lo expusieron los delegados indígenas de esos países invitados al ENEI.

“No queremos ser una isla de conocimiento indígena por y para los indígenas, sino que buscamos la interculturalidad en la universidad para todos”, puntualizó Sabinee Sinigui, colombiana de la etnia embera eyabida y una de las impulsoras de la licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra, de la Universidad de Antioquía.

El indio guaraní-kaiowá Eliel Benites, profesor de la Universidad Federal da Grande Dourados y líder del Movimiento de Profesores Guaranis Kaiowás, defiendió que “la identidad del académico indígena es reciente y aún está en construcción (…) hoy es necesario un ambiente político, metodológico y pedagógico en la universidad que garantice nuestros derechos, al mismo tiempo que respete nuestra identidad”.

Las palabras de Benites despertaron el interés de Porán, líder de la etnia potiguara, quien se apresuró a añadir que “las universidades actuales no están preparadas para recibir a los pueblos indígenas” porque, en su opinión, “incentivan el «éxito individual», que no sirve para nosotros ya que nuestros pueblos tienen que estar en la universidad de forma colectiva buscando un aporte para la comunidad”.

Las investigaciones de los estudiantes indígenas también pusieron de relieve la preocupación de sus pueblos por el deterioro del medio ambiente y el escaso acceso de sus comunidades a la educación primaria, así como el creciente protagonismo de las nuevas tecnologías.

“Para los que estudiamos sobre salud, la cautela es esencial a la hora de introducir en la aldea los conocimientos universitarios sin chocar con el cacique o pajé y sin desprestigiar su sabiduría sobre medicina tradicional; ambos saberes deben ser complementarios”, explicó la guaraní-kaiowá Dercy Olga Viana en la presentación de su trabajo de investigación sobre salud pública.

El reciente acceso de los pueblos tradicionales de Brasil a la educación superior “supone el empoderamiento de estos pueblos para negociar con el Estado (…) y dejar de estar subordinado a las decisiones de los «no-indios» en lo que respecta  a las luchas y demandas indígenas”, declaró ante los estudiantes la indígena Rita Gomes.

La unión hace la fuerza: conquistas y desafíos de los estudiantes indígenas brasileños

A pesar de los avances de los últimos años, los indios que deciden estudiar todavía encuentran obstáculos para entrar y permanecer en el mundo académico. Para aliviar estas dificultades, los estudiantes propusieron crear nuevas estrategias públicas, como pruebas especiales para acceder a la universidad (“vestibular indígena”, que ya existe en el estado de Acre), programas de asesoramiento para quienes acaban de salir de la aldea y más ayuda financiera para frenar el abandono de la carrera.

Durante la apertura del evento en la Universidad Católica Dom Bosco, el rector José Marinoni también aportó su grano de arena a la lucha por los derechos indígenas. “Vosotros indígenas tenéis que continuar luchando, no podemos quedarnos impasibles ante la injusticia de que sólo los estudiantes de universidades federales reciban la ayuda de la eca ermanencia”, exigió en referencia a la beca complementaria creada en 2004 por el gobierno de Brasil del ex presidente Luiz Inácio  Lula da Silva para fomentar la permanencia de indígenas y quilombolas (afrodescendientes que crearon comunidades tras escapar de la esclavitud) en las universidades federales.

Ritual de los indígenas terena durante la inauguración en la Universidad Católica de Dom Bosco, Campo Grande. Fotografía: Luna Gámez

Ritual de los indígenas terena durante la inauguración en la Universidad Católica de Dom Bosco, Campo Grande. Fotografía: Luna Gámez

Hoy en día, la Beca Permanencia, respaldada por varias instituciones públicas, cuenta con un presupuesto anual de 700 millones de reales (unos 233 millones de dólares) y atiende a 65.555 estudiantes brasileños, de los que 15.900 son indígenas.

Túlio Andrade, representante del Ministerio de Educación, justificó las limitaciones de la beca “por falta de recursos” y explicó que este programa pretende minimizar las desigualdades sociales y viabilizar la permanencia de indígenas y quilombolas en la universidad.

La discriminación es uno de los problemas más complejos que enfrentan los estudiantes indígenas, más allá de las dificultades de adaptación. Luiz Henrique de la etnia terena, que con 25 años ejerce como abogado defensor de la causa indígena y ya ha actuado incluso en el Tribunal Superior de Justicia de Brasil, se siente totalmente realizado pero reconoce que el proceso no fue fácil.

“Entré a la universidad a través del sistema de cotas (…) muchos de los profesores estaban contra este sistema, nos consideraban incapaces y afirmaban que habíamos entrado «por la puerta de atrás», lo que incitaba a que los compañeros de clase no contasen con nosotros para los trabajos en grupo”.

Con 25 años, el abogado Luiz Henrique de la etnia terena ya ha ganado varios procesos en defensa de los derechos indígenas. Fotografía:

Con 25 años, el abogado Luiz Henrique de la etnia terena ya ha ganado varios procesos en defensa de los derechos indígenas. Fotografía: José Bautista

Numerosas piedras se disponen en el camino de un indígena que persigue una formación universitaria.  “Muchos creen que perdemos nuestra identidad si salimos de la aldea, pero nosotros nunca vamos a dejar de ser indígenas, sea en la universidad, en la ciudad o en el extranjero (…) tenemos que hacer valer nuestra voz sin olvidar de dónde venimos”, declaró Soilo Urupe Chue, estudiante de psicología de la etnia chiquitano, a lo que añadió que “no desvalorizamos nuestra cultura por estar en la universidad, nuestra aldea nos necesita y formados podremos ayudar a nuestra comunidad”.

Entre los futuros proyectos contemplados por los asistentes se destaca la creación de una Universidad Indígena en Brasil que garantice el derecho a la diversidad y represente un espacio de convivencia entre conocimiento académico y saberes tradicionales.

El evento se intercaló con numerosas muestras de arte y cultura indígena, homenajeando también a todos los fallecidos en la lucha por sus derechos.  No faltaron ni lágrimas ni sonrisas, todas ellas expresión de la determinación de unos pueblos cuyas voces, unidas, toman fuerza.

En la clausura del ENEI -que el próximo año será celebrado en Santa Catarina, estado al sur de Brasil-, Simone Eloy, organizadora y miembro del pueblo terena, se reafirmó en sus palabras: “Nuestros parientes nunca desistieron en la lucha por nuestros derechos y ahora nosotros, estudiantes, haremos uso de los conocimientos académicos para fortalecernos y continuar la batalla”.

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