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Brasil con Ñ

El país con todas las letras

Perfil Natalia Fabeni es periodista y productora de Folha Internacional

Perfil completo

Justin Bieber, el peor ejemplo de "gringo" en Río

Por brasilcomn
14/11/13 12:55

POR GERMÁN ARANDA

En su paso por Brasil, Justin Bieber dio todo un recital de cómo no ser un modelo a seguir, pese a que es un icono para centenares de miles de adolescentes en todo el mundo. Y, de paso, se dibujó como el peor de los estereotipos de turista (aunque en su caso estaba aquí por trabajo) “gringo” en Río de Janeiro: el que llega a la ciudad en busca, tan sólo, de fiesta y sexo, “caipirinha” y “garotas gostosas”.

Justin Bieber, durante un show que ofreció en São Paulo. Bruno Poletti/Folhapress

Pintó la fachada de un hotel abandonado y mandó a sus escoltas a agredir a un fotógrafo que intentaba capturar el momento. Al menos se llevó una multa por ello. Una modelo (algunos dicen que prostituta) saltó a la fama después de grabarle durmiendo y contar sus aventuras con él en la televisión y en el diario sensacionalista inglés The Sun. Justin fue filmado saliendo de una lujosa sauna-prostíbulo de Ipanema y creó una especie de “rodizio” de chicas alrededor de él, entrando y saliendo de la mansión que alquiló o del camarotede una de las discotecas que visitó.

Elegía selectivamente a las que le parecían guapas para sentarse con él, al más puro estilo macho alfa rey dela manada. Varias admiradoras (a las que debe su fama y dinero, por cierto) se quejaron también de que fue bastante desagradable con ellas y el colofón lo puso cuando abandonó un concierto en SãoPaulo en la mitad del show, después de que una botella de plástico impactara contra su mano e hiciera que se le cayese el micrófono.

Hace unos días la revista Veja mostró las vergüenzas de la sociedad elitista de SãoPaulo con ese “rey del camarote” que, sea o no real, es una caricatura de sí mismo y de los valores lamentables que se esconden detrás del consumismo desorbitado y el aparentar. Pues bien, parece que Justin Bieber está resuelto a ser una especie de “rey del camarote” versión famoso, joven y guapo.

La diferencia es que él no necesita ni siquiera invitar a una copa para que las jóvenes se peleen por sentarse a su lado y que, en su caso, no le sería necesario montar toda esta serie de circos para llamarla atención. Como ídolo, se podría esperar más de él. Como demuestran decenas de casos, no debe de ser fácil lidiar con la fama mundial a tan temprana edad y seguro que existen múltiples factores y causas personales que motiven la ridícula e infructífera rebeldía del joven canadiense.  Pero también sus fans, muchas de ellas entrando ya en edad adulta, podrían pararse un minuto a reflexionar si ese es el tipo de ídolo que quieren.

Los lujos y extravagancias del “rey del camarote” se volvieron objeto de burla en las redes sociales. ReproduçãoYouTubeVeja SP

Por otra parte, actitudes como la de Justin Bieber y algunas otras celebridades que pasan por Brasil no hacen sino potenciar ese turismo hedonista y vacío que desmerece a una ciudad como Río de Janeiro, que a poco que se escarbe tiene mucho más que ofrecer y que puede crecer más todavía con la emergencia creativa de sus jóvenes.

Constante renovación y experimentación en lo musical, nuevos museos y contacto continuo entre diversos géneros artísticos, un intensísimo e interesante debate político desde que arrancaron las manifestaciones el pasado mes de junio, una naturaleza tropical delirante que no ha conseguido ser ahogada por la gran ciudad, una actividad deportiva al aire libre sin igual en ninguna otra urbe, historias de superación personal y de cooperación comunitaria apasionantes (especialmente en las favelas), conductores de autobuses y vendedores ambulantes que te alegran el día con su amabilidad, una imperfección despreocupada y sonriente que enamora a muchos y un “flow” que no se acaba nunca.

Tomando como punto de partida el agitado paso de Justin Bieber por la ciudad y la preparación de cara al Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, el diario The New York Times publicó recientemente un reportaje sobre la lucha contra el turismo sexual y, más concretamente, se centraba en la persecución y el cierre de los lupanares en “una de las metrópolis más sexy de Brasil”.

El Centaurus, lujoso y legendario burdel de Ipanema, sigue siendo sin embargo un atractivo para visitantes adinerados como Bieber, el actor norteamericano Vin Diesel o los jugadores de la selección de México, algunos de los que han sido vistos por allí. En Copacabana, recientemente fue cerrado Help, otro de los míticos “burdeles”. Pero, advertía la nota, el cierre de estos locales alimenta ciertas polémicas y contradicciones, como la vulnerabilidad de los derechos de las prostitutas si se quedan sin dichos espacios, pues quedan más expuestas a la explotación y a la trata de blancas.

Justin Bieber, cubierto por una sábana blanca, sale de un prostíbulo en Río de Janeiro. Francisco SilvaAgnews

La paradoja, además, se agudiza con el hecho de que la prostitución sea una práctica legal y sin embargo no lo sean el proxenetismo y la ejecución en burdeles, de modo que locales como el Centaurus quedarían en una “área gris” en términos legales. Durante los días cercanos a la cumbre de desarrollo sostenible Rio+20 de 2012, rescatan Simon Romero y Taylor Barnes en el artículo del New York Times, la policía intervino en más de 10 prostíbulos, incluyendo el Centaurus, donde se encontraron 150.000 dólares en efectivo y 90 prostitutas trabajando en el momento de la redada.

Aunque el debate sobre la legalidad o no de la prostitución y sus condiciones es amplio y da lugar a numerosas interpretaciones, no va a ser sólo con la persecución –por enérgica que sea- de la profesión más antigua del mundo como se va a acabar con el tópico del turismo sexual asociado a ciudades brasileñas como Río de Janeiro.

Tati Neves, la “modelo” que pasó la noche con Justin Bieber. Reprodução/Facebook/Tati Neves

Más bien, el resto de “maravilhas” que ofrece la ciudad deberían acabar por ahogar o minimizar esta relación, ya sea con el estímulo institucional a las energías creativas que vienen surgiendo, con una publicidad menos sexuada del lugar, con una mejora de la oferta gastronómica y de hospedaje a precios más asequibles o con un pequeño esfuerzo por parte del turista por ir un poco más allá de los tópicos. O celebrando y aplaudiendo a otros extranjeros, turistas o no, que prefieren sacarle mucho más jugo y aportarle mucho más a su destino, que también hay muchos.

Quedándose en la “caipirinha”, la “bunda” y la “garota gostosa” salimos todos perdiendo. La ciudad, por no recibir con ese tipo de “turista-cliché” la inyección cultural que puede darse en un lugar frecuentado por ciudadanos de todo el mundo. El propio turista, por volverse a casa con mucho menos enriquecimiento del que debería suponer cualquier viaje. Y un poco también el extranjero que, como yo, intenta ganarse la vida desde hace ya un par de años trabajando aquí y todavía es tratado a veces como un turista más, otro “gringo” con ganas de chicas, por culpa de ejemplos como el de Justin Bieber.

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El tribunal criminal en la favela, un pasado cercano

Por brasilcomn
08/11/13 15:01

POR GABRIEL BAYARRI

Gabriel Bayarri (g.bayarritoscano@gmail.com) es español, estudiante e investigador de la Universidad Federal Fluminense (UFF) y nos acompañará con una serie de textos cada 15 días en los que abordará parte de su investigación sobre las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas de Río de Janeiro, desde el período anterior al crimen organizado hasta las nuevas formas de pacificación y justicia dentro de las comunidades.

***

Durante la década de 1970 y 1980, Brasil entró en la ruta de exportación de cocaína hacia Europa y Estados Unidos y Río de Janeiro se transformó en un puerto de salida de la droga. Surgieron las “bocas de fumo” (lugares en donde se hace la venta de drogas) y se intensifica la criminalidad en la favela. Estos puntos de venta acaban enfrentando a  grupos paramilitares. Comienza así el crimen- negocio.

La guerra carioca es particular, pues muchos de sus ciudadanosla desconocen. Desciende por la ladera un traficante de la “vieja guardia”, del antiguo orden establecido, camina con un hombro más alto que el otro, símbolo de su posición en la favela de Santa Marta, en la zona sur de la ciudad.

Vista panorámica de la favela Santa Marta, en la zona sur de Río de Janeiro. Rafael AndradeFolha Imagem

Llega a la plaza de arena, utilizada como plaza del tribunal, donde gran parte de la comunidad le espera. El tribunal de justicia de la favela es dirigido por el jefe de la comunidad. El caso que tiene que juzgar es claro: robo de cocaína para consumo propio durante su empaquetamiento. Robar es incumplir uno de los 10 mandamientos sagrados del código penal del tribunal del tráfico. Temblando, el joven acusado levanta la mano izquierda, aparta la mirada, y aguarda el impacto del tiro en su palma.

Antes de la llegada de las primeras Unidades de Policía Pacificadora (UPP) era costumbre de los traficantes promover asambleas para discutir los asuntos del morro. Incumplir el código penal del tribunal del tráfico era castigado con agresiones físicas y morales. La lógica del “dar el ejemplo” consistía en todo un discurso público para imponer reglas informales en la favela. Lapedagogía del tribunal criminal se basaba en la punición ejemplar. “Todo morro tiene sus reglas”, afirma Felipe, un vendedor ambulante de dulces en Santa Marta.A pesar de esta pedagogía, el tribunal del tráfico establecía un sistema jerárquico de sanciones. Rasparle la cabeza a las mujeres era una sanción leve, una marca visible y temporal, pues el pelo crece nuevamente; era una sanción utilizada en casos de infidelidad. Por robar en la comunidad, la pena a veces era equivalente a una marca permanente, como un tiro en la mano, o ser expulsado de la favela. Conductas sensibles de ser punidas eran también la traición, las peleas, los chismes, las deudas con la “boca de fumo” y el contacto con la policía.

Ser un “X-9”es ser un informante a la policía o de ala prensa. Eso era castigado con tortura y hasta con la muerte. El delator, “X-9”, “bate-bola”, “cobra-ciega”, no siempre era un informante que actuaba por voluntad propia. La Policía Militar (PM) lo disfrazaba cómicamente, con enorme nariz, orejas y peluca que lo volvían irreconocible y le obligaban a pasear por la favela señalando a los miembros del tráfico con el dedo. Esta es la mayor violación a los códigos de conducta locales, y a menudo el enmascarado es descubierto por los vecinos.

De esta manera, no se puede decir que el tráfico no llevase ley y orden. Las facciones criminosas establecían unas estrictas reglas sociales y una rápida administración de los conflictos locales. Ningún vecino hacía denuncias a la policía. El traficante resolvía rápido cualquier inconveniente, los contratos eran orales, a pesar de la subjetividad existente en la resolución de esas disputas. La dirección del tráfico precisaba entender de contabilidad, gestionar los pagos y sobornos, ejecutar el mantenimiento del armamento y la planificación estratégica, además de ser jueces y asesores.

En 2007, antes de la llegada de las UPPs, eran comunes las escenas de la policía incautando armamento y drogas en las favelas. Guilherme PintoAgência O Globo

La “cidade maravilhosa” era una ciudad partida. Así, en 2008, la Secretaría de Seguridad del Estado de Río de Janeiro inauguró un ambicioso plan: devolver los territorios dominados por el narcotráfico al control del Estado, estableciendo a la justicia como una de las bases. Recuperar territorios empobrecidos dominados por décadas por traficantes y milicias armadas. Devolver la paz a la población local. Realizar, en suma, la pacificación de las favelas.

En el próximo texto, más sobre la implementación de las primeras UPPs, el establecimiento de una “nueva justicia” y el paso de los tribunales criminales a los puestos de mediación dirigidos por la policía.

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Juegos de espías en todo el mundo

Por brasilcomn
06/11/13 11:59

POR GERMÁN ARANDA

La semana pasada, el diario El Mundo armó un gran revuelo al publicar un reportaje que mostraba que 60 millones y medio de llamadas fueron interceptadas por los servicios de espionaje estadounidenses en suelo español en tan sólo un mes, durante diciembre de 2012 y enero de este año.

Formaba parte de la serie de filtraciones internacionales que vienen publicándose en diversos medios del mundo a partir de los documentos del ex agente de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden, que decidió renunciar a su vida como informático del espionaje norteamericano para mostrarle al mundo los abusos de la superpotencia en este ámbito. Ahora, mientras todos hablan de él y muchos defienden su causa, Snowden vive exiliado en Rusia por miedo a las represalias de su país, que seguramente le llevaría a la cárcel por traición y por revelar documentos secretos.

 

El ex analista de la NSA Edward Snowden es responsable de las filtraciones que revelaron el espionaje que lleva adelante Estados Unidos. Laura Poitras-10.out.13/Glenn Greenwald/Efe

Una publicación similar había provocado una tormenta política en Francia y la NSA reaccionó asegurando que en ambos países se habían malinterpretado los documentos, aunque no aportó pruebas al respecto y el periodista Glenn Greenwald, único poseedor de los documentos de Snowden desde que se conocieron en Hong Kong, volvió a mostrar los textos que sustentaban la versión de los periodistas que firmaban el artículo en El Mundo: él y el autor de este post.

La fiscalía española abrió una investigación por lo que podría suponer un crimen contra la privacidad. El gobierno español expresó abiertamente su indignación y que “podría romperse el clima de confianza” con Estados Unidos, pero lo hizo poco antes de que se conociera la colaboración de los servicios secretos españoles y europeos con el espionaje de metadatos estadounidense. El máximo representante del Centro Nacional de Inteligencia español (CNI) comparecerá hoy ante el Congreso y a puerta cerrada.

Se trata de un escándalo parecido al que agitó en septiembre pasado a Brasil, cuando se conoció primero el espionaje a 2300 millones de comunicaciones en el país y, después, el seguimiento de las llamadas de la presidenta Dilma Rousseff y de sus asesores; además de las comunicaciones de la petrolera Petrobras, la mayor empresa del país.

La indignación de Rousseff fue tal que canceló un viaje oficial a Estados Unidos y no reparó en recriminaciones hacia Washington en su último discurso ante la Asambleade las Naciones Unidas, organismo que por cierto también fue espiado por la NSA.

Pese a que su enfado fue grande y a que el caso de Brasil -por el momento- es más grave que el de España o Francia, ya que implica directamente a empresas y a su jefa de Estado, Estados Unidos demostró con su reacción más sonora (una declaración del director de la NSA, el general Keith Alexander, y el reconocimiento de excesos por parte del Secretario de Estado, John Kerry) que todavía se toma mucho más en serio al Viejo Continente que a la sexta potencia del mundo.

Dilma Rousseff fue también blanco del espionaje de la NSA. Eraldo Peres/Associated Press

Esta semana empezó con la publicación por parte del diario Folha de São Paulo de que Brasil habría espiado, a través de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), a diplomáticos de Rusia, Irán, Irak y también de Estados Unidos. Según el gobierno, se trató de operaciones que tenían el objetivo de proteger secretos que eran del interés del Estado brasileño e indicó que lo hizo también para cerciorarse de que dichos países no estaban llevando a cabo tareas de espionaje. O sea, era contraespionaje.

Más o menos las cosas son así: yo te espío para saber si me espías y de esta manera se arremolina un bucle infinito de desconfianza. Claro que no es lo mismo fiscalizar un lugar y tomar nota de las rutinas profesionales de un embajador mediante la observación, que pinchar teléfonos de millones de ciudadanos, políticos y empresas.

Queda claro, en cualquier caso, que el verbo espiar se conjuga en todas las personas cuando hablamos de países. De manera individual y con cooperación: yo espío, tú espías, él espía, nosotros espiamos, vosotros espiáis, ellos espían.

El periodista Ricardo Bonalume Neto escribió ayer en Folha que “espiar no es pecado, lo malo es ser descubierto”, y con esa frase me vino de repente el olor a escuela, a pupitre y a folio en blanco, el silencio inusual de una clase el día del examen. “Lo malo no es copiarse, lo malo es que te pillen”, te decían los profesores más pragmáticos mientras pensaban un castigo.

Y, por cierto, la práctica no era tan diferente: recopilar información de diferentes fuentes externas, el pupitre vecino o la “chuleta” (papel pequeño con apuntes que se lleva oculto para usarlo en los exámenes) de turno en este caso, sin ser visto. Pues bien, espías del mundo, les hemos pillado. Solo falta evaluar, como hacía el profesor, cuán malo es aquello que andan haciendo a escondidas y qué tipo de medidas están en nuestras manos, las de los ciudadanos, para defendernos de los abusos y de la ambigüedad de los gobiernos, que hoy se recriminan el espionaje en público y mañana colaboran para espiar mejor a un tercero.

El debate sobre la privacidad en internet está prácticamente en su infancia y queda un largo y complicado camino por recorrer. Todavía no sabemos exactamente cómo protegernos (¿encriptar las comunicaciones es suficiente?) ni cómo conseguir que se frenen estos abusos (¿basta con manifestarse y que los gobiernos lleguen a acuerdos de cara a la galería?). Pero el primer paso, que se hable de ello, era también difícil y necesario.

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Saudades

Por brasilcomn
23/10/13 14:35

POR MARÍA MARTÍN

Una de las primeras cosas que oí cuando llegué a Brasil fue que el brasileño no era un pueblo tan alegre, que en sus conversaciones, en sus canciones y en la vida reinaba un sentimiento de melancolía permanente.

Amigas recién conquistadas me mandaban mensajes con ‘saudades’ tras dos días sin verme, los chicos no parecían conocer otra palabra y mi vocabulario dramático comenzó a expandirse: matar saudades, morir de saudades…

Pues bien, topicazo o no, aquí estamos: las saudades existen. En el amor, con los amigos y hasta con los colegas de redacción. Y no, no es un sentimiento triste, es solo una prueba de que el pasado valió la pena.

Dejo la Folha y dejo el blog, justo cuando empezaba a hacerme con todo.

Natalia Fabeni cuidará de ese todo por mi.

Gracias por haber estado ahí y no se vayan.

Les dejo y ya estoy con saudades.

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El machismo de las mujeres

Por brasilcomn
23/10/13 11:03

POR NATALIA FABENI

 

Hace dos semanas, BBC Brasil publicó una entrevista con Mary Del Priore, una historiadora, profesora universitaria y autora de varios libros en los que repasa los avances femeninos desde el siglo XVII. 

En esa nota, que tuvo numerosas réplicas en diferentes medios y decenas de comentarios, Del Priore señaló, entre otras cosas, que las mujeres brasileñas del último siglo conquistaron el derecho al voto y la independencia profesional, pero que, todavía hoy, son “víctimas de su propio machismo”. Muchas mujeres “no consiguen verse fuera de la órbita del hombre”, opinó la historiadora, que dijo también que las mujeres son “dependientes de la aprobación y del deseo masculino” y que son ellas mismas “las transmisoras de los peores prejuicios”. 

Reflexionando acerca de este último punto, no puedo más que coincidir con Del Priore, aunque me duela. El prejuicio vive en muchas de nosotras y no se trata sólo de no dejar a los hombres realizar las tareas del hogar, como lavar los platos, sino que aparece en su máxima expresión cuando caemos con todo el peso de nuestro machismo sobre mujeres que no siguen parámetros tradicionales con los que fueron educadas nuestras abuelas.

 

La historiadora Mary del Priore. Marcelo Justo/Folhapress

Escuché infinidad de veces, no solo acá en Brasil, sino también en mi país, la Argentina, mujeres que opinan que un ascenso laboral llegó de la mano de la pollera demasiado corta que usa una compañera, reduciendo a una mínima expresión sus capacidades y aptitudes. Nos volvemos nuestras peores enemigas cuando juzgamos a aquellas mujeres que pasados los 35 no tienen una pareja estable o a las que decidieron directamente no tener hijos. 

Sin embargo, creo que lo peor -y lo más triste- llega cuando son las mismas mujeres las que se exponen voluntariamente en televisión con diminutas ropas (a veces con casi nada), exhibiéndose como un adorno, haciendo un papel bochornoso, sometidas por un hombre. Ahí aparece el prejuicio machista en todo su esplendor, encarnado y transmitido por nosotras mismas. 

Tengo 31 años y crecí viendo esas imágenes en la televisión argentina, que son las mismas que veo ahora en Brasil, y con las que me encontré también hace algunos meses en un documental italiano llamado “El cuerpo de las mujeres”: dura solamente 25 minutos y no tiene desperdicio.   

Lejos está mi intención de convertir este post en feminista y considero que mi percepción no refleja exclusivamente la de un grupo reducido. Falta mucho por hacer al respecto, pero ya hay datos que indican que parte de la sociedad brasileña condena esa imagen de la mujer como objeto.

A principios de mes, una encuesta realizada por Data Popular y el Instituto Patricia Galvão acerca de la representación de las mujeres en las publicidades de la televisión arrojó un resultado contundente: el 58% considera que la mujer es mostrada como un objeto sexual, reducida a su cola y a sus pechos y un 70% de los consultados (más de 1500 hombres y mujeres) defiende que se aplique algún tipo de sanción para quienes muestren a la mujer de forma ofensiva. 

Además, el 65% dijo que el patrón de belleza de las publicidades es muy distante de la realidad y el 60% considera que las mujeres se frustran por no poder lograr tener la belleza y los cuerpos de la publicidad. 

Sin duda, desde los años 60, la mujer avanzó en diversos niveles de la sociedad y ganó libertad. Pero aún continúa presa de la imagen que ve en la televisión y de aquella que le devuelve el espejo, sigue condicionada y sometida por esa mirada masculina. Deberíamos tomar como sabio consejo las palabras de Del Priore acerca de que el gran desafío de la mujer actual no es convertirse en un “hombre con pollera” ni seguir pendiente de los modelos que aparecen en las revistas o televisión, sino “estar bien consigo misma” y ver la vejez como una “inversión positiva”.

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Del humor como herramienta política

Por brasilcomn
11/10/13 14:42

POR PAULA RAMÓN

Cuando la presidenta Dilma Rousseff decidió reactivar su cuenta de Twitter hace algunas semanas, apostó por una estrategia publicitaria inesperada, pero de predecible éxito: hacerlo de la mano de su parodia virtual, la Dilma Bolada, personaje creado en 2010 en las redes sociales, cuyo perfil acumula más de 150.000 seguidores. 

Dilma Bolada, invención del estudiante de publicidad Jéferson Monteiro, parece vivir atada al 3G: tuitea con frecuencia, actualiza su perfil de facebook y coordina un blog, en el que también aprovecha para subir varios vídeos. Un trabajo serio el de dar una vuelta humorística a cada frase/noticia/evento que rodea a la presidente brasileña. El crecimiento en el mundo virtual parece ir de la mano del hambre de sus seguidores: cada post en Facebook tiene, por lo menos, 700 comentarios.

Dilma Rousseff con Jeferosn Monteiro, autor de su perfil falso Dilma Bolada.

La buena receptividad, que hizo de Dilma Bolada un personaje con tanta fama como para ser invitada al mismísimo Palacio de Planalto, no es un fenómeno exclusivo en Brasil. Porta dos Fundos aprovechó las ventajas de plataformas como YouTube para erigirse como uno de los canales más exitosos del país en los últimos años.

Creado por un grupo de jóvenes comediantes con experiencia en la televisión nacional, Porta dos Fundos (Puerta Trasera) ofrece videos semanales que satirizan la cotidianidad brasileña. Política, religión, sexo, costumbres y hasta violencia son parte del temario que el grupo incluye en sus guiones.

En uno de los episodios, Sinal, los guionistas consiguen dar un toque de humor al drama de falsos secuestros orquestados desde las cárceles. Un preso finge haber secuestrado a una mujer y llama a sus familiares para pedir rescate. La vuelta se da porque el delincuente no consigue completar el contacto con los extorsionados por problemas con la señal telefónica.

Una de las reclamaciones más recurrentes en Brasil es la mala calidad de las tres operadoras de comunicación móvil que dominan el mercado.

Y la audiencia ríe. Cada episodio consigue entre dos y cinco millones de visitas. El grupo se expande, y rápido.Material para posicionar la marca, un libro de guiones, contratos publicitarios y hasta un aplicativo gratuito para mantenerse actualizado de los lanzamientos en el teléfono, son parte de los productos desarrollados en los últimos meses como resulta de la fama adquirida.

Secuencia de uno de los episodios de Porta dos Fundos donde el protagonista, Fábio Porchat, pretende darse de baja de una compañía telefónica

Explicar y medir el éxito de fenómenos como Dilma Bolada y Porta dos Fundos en Brasil es simple, si consideramos la extensión del mercado nacional. Actualmente, el país ocupa el tercerlugar en el ranking mundial de usuarios de Facebook (76 millones), y el segundo en el de cuentas de Twitter (33,3 millones).

Sin embargo, el humor en Brasil no parece limitarse al éxito que prometen las frenéticas redes sociales. El Diário da Dilma, que ofrece mensualmente la revista Piauí, lleva más de dos años ofreciendo los pormenores, fantaseados, de los dilemas íntimos de la presidente del país.

Escrito por el periodista Renato Terra, el diario de la Dilminha muestra a una mujer con pasiones, desvelos y fuertemente preocupada por su imagen. El autor de la parodia asegura que muchas de las informaciones son exclusivas que recibe, en cuanto otras son licencias poéticas.

Terra ha dicho en varias entrevistas que su trabajo tiene tanta aceptación que hasta es comentando en los pasillos del Planalto. El ingenio del autor está también detrás del Piauí Herald, una especie de “The Onion” brasileño que ironiza con la actualidad nacional. Sin perfiles en el Twitter ni espacio para comentarios, no es fácil colocar en números la popularidad del trabajo deTerra, pero basta una mínima búsqueda en Internet para ver como el blog se ha posicionado en la audiencia: “Parece titular del Piauí Herald”, “juraba que era una noticia del Piauí Herald” son comentarios con los que lectores ironizan sobre temas reales que consideran material de chiste.

En casos como el venezolano, donde a veces es difícil hacer una parodia de la realidad, el humor ha comenzado a perder la gracia. En Brasil, sin embargo, se presenta como herramienta para enfrentar el día a día. En palabras de la Dilma real, no la Bolada, “la vida sin humor se vuelve muy pesada”.

 

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Quién es quién en la carrera por la presidencia

Por brasilcomn
10/10/13 15:43

POR NATALIA FABENI

Los acontecimientos de las últimas semanas no fueron de mucha ayuda para quien todavía pretende terminar de armar el rompecabezas de la política brasileña.

Hay enemigos que ahora son aliados, coaliciones que se rompen, un partido que no existía –y que estaba en boca de todo el mundo– que va a continuar sin existir, una posible candidata a la presidencia con 20 millones de votos en las últimas elecciones que ahora cede su candidatura a un gobernador poco conocido y otro candidato que se creía con resto para dar pelea en octubre de 2014, pero que, de pronto, se vio relegado un virtual último lugar en la contienda electoral.

Para arrojar un poco de luz sobre lo que pasó y poder salir del laberinto de nombres, alianzas y partidos, aquí les presento una pequeña guía para entender quién es quién en las elecciones del próximo año, en las que votarán cerca de 140 millones de brasileños, porque en la política del gigante sudamericano nada es lo que parece y todo puede cambiar en cualquier momento.

Voy a comenzar con la protagonista indiscutida de la escena política de las últimas semanas: 

Marina Silva. Ella fue una de las fundadoras del Partido de los Trabajadores (PT) y hoy es una importante amenaza para su expartido, que pretende continuar en el gobierno por cuatro años más. La semana pasada, después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) considerase inválidas más de 50.000 firmas de apoyo necesarias para registrar su nueva fuerza política, Marina vio naufragar por 6 votos contra 1 su intención de crear la “Rede Sustentabilidade” (REDE), partido con el que iba a disputar la presidencia. Finalmente optó por el pragmatismo, olvidó aquellas palabras que se referían a que la creación de Rede significaba un avance y una renovación para la democracia de Brasil y se afilió al Partido Socialista Brasileño (PSB), que ya tiene un candidato, el gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos.

Repasando su historia, Marina está acostumbrada a los vaivenes políticos: fue senadora del estado de Acre por el PT, después se desempeñó como ministra de Medio Ambiente del ex presidente Lula da Silva y en 2009 dejó el partido que vio nacer para unirse al Partido Verde (PV). Terminó así con 30 años de militancia, después de reiterados desacuerdos en política ambiental con Lula y con Dilma.

Aquellos no iban a ser los únicos enfrentamientos entre las dos mujeres fuertes de la política brasileña: en 2010 Marina fue candidata a la presidencia por el PV y se destapó como unas de las principales caras de la oposición, al lograr un sorpresivo 19,33% de los votos.

El PSB. Al igual que lo había hecho Marina en 2009, el PSB, que formaba parte de una alianza de gobierno con el PT, se retiró a mediados del mes pasado de la coalición para presentar una candidatura presidencial propia, encarnada en Eduardo Campos, que también había sido ministro de Ciencia y Tecnología de Lula.

La imagen del pernambucano (habrá que ver qué dicen los sondeos ahora a partir del aterrizaje de Marina como compañera de fórmula) estaba desdibujada y las encuestan lo ubicaban al final de las preferencias, con un 4% de la intención de voto. En cambio, la imagen de la ex senadora es mucho más fuerte que la de Campos y suma cerca del 16% de la intención de voto. 

Además, todavía tiene a su favor un enorme capital político, plasmado en los casi 20 millones de votos que consiguió en la elección de 2010. 

La incógnita ahora es desvelar si los seguidores de Marina votarán por Campos o el pernambucano va a decidirse por invertir la fórmula presidencial. Marina ayer dejó la duda planteada: dijo que ambos podrían disputar la presidencia por el PSB.

Marina Silva y el candidato del PSB Eduardo Campos. Alan Marques/Folhapress

Dilma Rousseff. La otra gran protagonista de la contienda electoral es la presidenta, que busca su reelección y lidera la pelea con el 35% de la intención de voto, de acuerdo con el último sondeo de Ibope de fines de septiembre. Dilma se está recuperando de una época complicada: en junio pasado, consecuencia de las multitudinarias manifestaciones en Brasil, vio como su imagen caía estrepitosamente. 

Una encuesta de Datafolha de finales de junio indicó que su gobierno pasó, en ese mismo mes, de tener un 57% de aprobación a un 30%. 

Hoy Dilma es la favorita para octubre de 2014, pero los analistas consideran una amenaza para Rousseff la alianza de Marinay Campos, dos, que no hace mucho tiempo, jugaban en su mismo equipo. Además, si las protestas afectan tan directamente a su imagen, Rousseff tendrá que esforzarse para que las manifestaciones, que resurgieron con mucha violencia en los últimos días, no se agudicen. 

Para seguir manteniéndose en el podio de las preferencias, Dilma tendrá también que seguir de cerca el devenir de la economía, en especial el de la inflación ya que, como me dijo una vez un economista del Insper, la gente vota con el bolsillo. 

 

El candidato del PSDB Aécio Neves. Danilo Verpa/Folhapress

Aécio Neves, ex gobernador de Minas Gerais, que pertenece al poderoso y opositor Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), de centro derecha, hoy cuenta con un 11% de la intención de voto y es otro de los presidenciables. Según los especialistas, fue el candidato que salió más perjudicado con la nueva alianza entre Marina y Campos, ya que su candidatura quedó casi estancada y va a costarle despuntar como el “candidato de la oposición”.   

Todavía faltan conocer las encuestas de intención de voto con este nuevo panorama político, pero hay analistas que adelantan que puede llegar a ser difícil para el ex gobernador llegar a disputar una segunda vuelta. Por su parte, Neves se mostró “sorprendido” con la decisión deMarinay dijo que la novedad era “positiva”, ya que “hay cada vez más opciones para terminar con el ciclo perverso del PT en el gobierno”.

Aunque intente mostrarse relajado, nada es color de rosa para el minero, ni fuera ni dentro de su partido: hay rumores que indican que José Serra, ex gobernador de São Paulo y candidato a presidente en 2002 y 2010, todavía quiere competir por la presidencia representando al PSDB, aunque hoy Neves aparezca como favorito.

Además, parece que Serra no le brindaría ningún apoyo a Neves, que está viajando por el mundo y por Brasil para hacerse más conocido. Las negociaciones políticas están a la orden del día y aún queda mucho por delante pero, con este panorama, seguramente las fichas del tablero político van a seguir en movimiento.

 

 

 

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Antes y después de Amarildo

Por brasilcomn
04/10/13 12:56

POR MARÍA MARTÍN

Amarildo de Souza, un obrero de 43 años que vivía en un callejón de una favela de Rio de Janeiro ya es un antes y un después en la historia de violencia policial que aún se escribe en Brasil todos los días.

Este señor vivía en una casa miserable en la Rocinha, una de las mayores comunidades de Rio de Janeiro, donde oficialmente viven 70.000 vecinos. Cuando digo miserable me refiero a una imagen en concreto: la taza del váter pegada al fogón de la cocina. 

La tarde del 14 de julio cuando Amarildo volvía de pescar, le abordaron varios agentes de la UPP para interrogarle. 

Amarildo, han concluido las investigaciones, no estaba involucrado en el tráfico de la favela –que sí, aún existe– pero conocía bien quién actuaba en los alrededores de su casa donde vivía con su mujer y sus seis hijos. 

Nunca más se le volvió a ver.

La mujer de Amarildo, Elisabeth Gomes da Siva. BBC

 

Gracias al eco de las manifestaciones de junio,  su caso se convirtió en un símbolo de la violencia policial. A la denuncia de la familia se unieron asociaciones que hace años visibilizan la desaparición indiscriminada de brasileños, como la ONG Rio de Paz. Según el Instituto de Seguridad Pública, desde 2007, han desaparecido 35.000 personas en Brasil. Ahí es nada.

La Policía Civil comenzó una investigación que ha concluido esta semana: Amarildo murió por causa de la sesión de tortura con descargas eléctricas y métodos de asfixia que sufrió en uno de los containers de la UPP. Dado que no hay cuerpo sorprende la determinación del informe de la Policía Civil en el que acusa a 10 policías de la unidad, incluyendo al MayorEdson Santos, responsable de la corporación que ya había sido destituido tras el escándalo.

Consultada, la Policía no ha detallado cómo ha llegado a esa conclusión, pero los 180 folios con los relatos sobre la práctica habitual de tortura, la coincidencia de que las dos únicas cámaras, de 84, que podrían haber grabado la trayectoria de Amarildo estuviesen apagadas o las intentonas de los agentes de relacionar la desaparición de Amarildo con líos del narcotráfico, ya están en manos de la Fiscalía. 

Los agentes pueden enfrentarse a 30 años de cárcel por tortura seguida de muerte y ocultación de cadáver. 

La mujer de Amarildo en una de las protestas para denunciar su desaparición. Daniel Marenco/Folhapress

Cuando digo que Amarildo marca un antes y un después es porque, por fin, un crimen contra alguien que, en circunstancias normales, nunca tendría voz, se ha convertido en un fuerte grito de denuncia que todos hemos escuchado. Familias como la de Amarildo hay a montones en este país. 

La sociedad ya no calla y, aunque hay muchos que siguen mirando para otro lado, cualquier policía se pensará la próxima vez si le conviene acatar una orden ilegal. Si tiene sentido seguir ignorando el valor de las leyes y, peor, de los Derechos Humanos que el Estado debe proteger. 

En noviembre de 2011 comenzó el llamado proceso de pacificación de esa favela con el que se desbancaba a los traficantes para sustituirlos por agentes de la Unidad Pacificadora. Policías igual de armados que los narcos, pero que, en teoría, estaban preparados para lidiar con los conflictos del día a día del barrio y, digamos, con unas prácticas menos agresivas que las habituales del BOPE, el cuerpo de élite de la Policía Militar. Para quien no la haya visto todavía, la película Tropa de Élite refleja bien como funcionan las cosas en las favelas. 

Esto es la teoría. En la práctica, aunque el tráfico de drogas ha disminuido considerablemente, ha habido un aumento relevante de las denuncias contra el hostigamiento policial y desapariciones sumarias de los moradores. 

Como cuenta Natalia Fabeni, en su post sobre “La cara y la cruz de la paz en las favelas”, un informe de TV Folha concluyó que hay denuncias contra los uniformados en 25 de las 33 UPPs de Rio de Janeiro. Eso representa un 76% de ellas. 

Me permito un último apunte, lejos del caso Amarildo, pero que no está demás recordar. El pasado lunes, durante la protesta de los profesores públicos en Rio de Janeiro, la policía se llevó esposado a un adolescente mientras todos sus amigos increpaban a los agentes por la injusticia. 

El diario “O Globo” publicó después el vídeo de la escena en el que se ve como uno de los policías coloca un explosivo bajo los pies del joven mientras le registraban. La Policía Militar primero lo negó pero, ante la evidencia de las imágenes, ha dicho que ha abierto una investigación. Hoy en día me recreo con tan solo dos alternativas:  o la policía abandona sus prácticas discutibles y deja de violar las leyes o ya puede ir inventando la fórmula mágica para que todo el país vuelva a cerrar los ojos. Y la boca.

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Cristina y Dilma ante el espejo

Por brasilcomn
02/10/13 13:19

POR NATALIA FABENI

Las comparaciones son odiosas, pero también inevitables. Y todavía más cuando posamos la miradas sobre dos mujeres, ambas presidentas de los países más grandes delMercosur, Brasil y la Argentina. DilmaRousseff  y Cristina Kirchner son aliadas políticas y también están emparentadas por su raíz ideológica: las dos vienen de la izquierda.

Dilma fue guerrillera y estuvo presa durante la dictadura y Cristina fue una militante peronista. Hablar de “vidas paralelas” me parece exagerado, pese a que hay semejanzas evidentes como que la llegada al poder de ambas fue promovida por sus antecesores, Dilma por Lula da Silva y Cristina por su marido Néstor Kirchner. La semana pasada, después de verlas y escucharlas en la Asamblea General de la ONU, consulté con algunos especialistas acerca de las similitudes y diferencias de estilo entre las dos mujeres fuertes de la política latinoamericana. 

Dilma y Cristina se encuentran en el Palacio de la Alborada en Brasilia. Sergio Lima/Folhapress

Liderazgo político 

Clovis Rossi, analista de Folha y excorresponsal en la Argentina, me dijo -en un breve intercambio de mails- que la principal similitud entre ambas es que “defienden vigorosamente lo que consideran de interés nacional”, aunque “si aciertan o no en sus prioridades es otra discusión”. Para él, “Cristina es una política innata” y Dilma “una tecnócrata innata”, que logra “acomodar mejor eventuales divergencias” dentro de su coalición, mientras que la argentina  “busca siempre confrontar”.

Desde Buenos Aires, Carlos Gervasoni, profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato di Tella, me comentó que la principal diferencia que nota entre ellas es “el grado de centralización de la decisión”. Es muy concentrado en el caso de Cristina, limitado a ella misma y un mínimo entorno personal, mientras que Dilma consulta con un conjunto mayor de funcionarios.

Vinculado a este punto, Gervasoni destacó el grado de autorreferencialidad de la presidenta argentina: “Es altísimo, habla mucho sobre ella y toma como ataques personales las crítica a sus políticas”. La relación con la oposición es otro punto que las diferencia, según el analista. “El nivel de agresividad hacia la oposición es muy alto aquí y no tanto allá”, apuntó. 

La habilidad oratoria y su gran energía para hacer política simbólica son los puntos fuertes de Cristina frente a Dilma, quien tiene a su favor la imagen de estadista, tanto dentro como fuera de Brasil, de acuerdo con el profesor argentino.  

El perfil de Twitter de Dilma Rousseff

Redes sociales 

Como la política simbólica es su fuerte, en el reino de los 140 caracteres la que lleva la corona es Cristina. La presidenta argentina no se limita a informar actividades o medidas de su gobierno a través de Twitter, como suelen hacerlo sus pares, sino que impuso un estilo con el que cuenta qué hace, usa palabras en inglés, transmite sus impresiones y opiniones, narra anécdotas, entra en discusiones y también reflexiona. Sus momentos favoritos son los domingos (es tan locuaz que ha llegado a lanzar cataratas de más de 10 tuits seguidos) o en los viajes.

El Twitter de Cristina es tan personal que incluso presentó a sus perros en la red del pajarito y contó sus sentimientos más profundos, como cuando viajó a Caracas en marzo de este año en cuanto supo de la muerte de su amigo Hugo Chávez.

Entre los mandatarios latinoamericanos, Cristina es la que más seguidores tiene en Twitter: su cuenta ayer sumaba 2.364.275, frente a los 1.938. 861 de Dilma Rousseff, pero la argentina va a tener que estar alerta si no quiere perder espacio frente a la brasileña. 

Después de casi tres años de silencio, el viernes pasado Dilma volvió a mostrarse activa y su regreso fue a pura carcajada: en una gran movida de marketing e intentando mostrarse más cercana y accesible, inició un diálogo virtual de casi una hora con Jéferson Monteiro, el humorista que le da vida a “Dilma Bolada” (en español, “Dilma Irritada”), un joven carioca responsable por la más exitosa imitación de la presidenta. La brasileña, quizás mirando de reojo lo que hace su colega argentina, está decida en cambiar su estrategia de comunicación: no sólo reactivó su cuenta en Twitter, creó también un perfil en Instagram y anunció muy pronto su desembarco en Facebook.

En uno de sus últimos actos oficiales, la presidenta de Argentina vistió unos leggins negros, criticados y comentados en las redes sociales. Foto: Presidencia de la Nación

Moda e imagen 

Si hablamos de estilos, es imposible no hacer mención a los looks de las presidentas. Basta con verla de pies a cabeza para confirmar que Cristina es muy coqueta, mucho más que Dilma. A la argentina le importa cómo se ve y cómo se viste. Fue la misma Cristina quien contó en una reciente entrevista que se distiende mirando un vestido y hasta admitió en alguna ocasión que se pintaba “como una puerta”. Se han escrito muchísimas páginas acerca de su ropa (que poquísimas veces repite), su maquillaje, sus zapatos y carteras valoradas en miles de dólares. 

Incluso, hace unas semanas, la prensa “opositora”, como ella llama a los diarios críticos, le dedicó varios titulares al look “osado” que eligió para un acto político: leggins negras y una camisa que apenas tapaba su cintura. 

En el caso de Dilma, su camino a la presidencia fue destapando su lado más vanidoso. En 2009 llegaron las cirugías que borraron arrugas para “ablandar su imagen” y quedaron en el olvido los anteojos de pasta que usaba aquella joven guerrillera. La brasileña le dijo adiós al aspecto de “dama de hierro” (que la había acompañado hasta su candidatura) a fuerza de lentes de contacto, cortes de pelo “a la moda” y dientes nuevos. Su cambio de look fue tan impactante (y dio buenos resultados, ya que pasó en poco tiempo de completa desconocida a presidenta de Brasil) que la glamorosa revista “Vanity Fair” en un artículo publicado el año pasado destacó con un A+ la transformación.

Hoy Dilma mantiene ese look más moderno, aunque siempre dentro de parámetros sobrios y austeros. En la misma nota también apareceCristina, aunque no sale tan airada comoRousseff: el cirujano a cargo de hacer la evaluación de los rostros criticó la nariz “no del todo natural” de la argentina y dijo que la cirugía podría haber estado hecha “un poco” mejor.

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¿Cuánto pesa el estereotipo brasileño?

Por brasilcomn
30/09/13 12:05

POR PAULA RAMÓN

Brasil es un país definido desde afuera por estereotipos. Fútbol, Carnaval, Cristo Redentor ¿y por qué no? Gisele Bündchen. Desde fuera, parece que aquí todos son cariocas, reyes de la gambeta, y dueños de cuerpos bronceados y entonados que desfilan Copacabana en un eterno despunte de sol.

En el imaginario colectivo del extranjero no existe el nordeste, tampoco el gris de SãoPaulo. El éxito de las telenovelas brasileñas, saturadas de protagonistas atractivos y villanos irresistibles, caló afuera de una forma tal, que hasta las venezolanas -que viven bajo el influjo de las reinas de belleza- tiemblan al pensar en pasear por suelo brasileño.

Aunque para muchos extranjeros pueda ser difícil imaginar que en estas tierras el sobrepeso es una realidad, un estudio del Ministerio de Salud reveló en agosto que el 51% de la población está por encima del peso ideal, lo que refleja un aumento de 8 puntos en comparación con los datos obtenidos en 2006.

Dicho de otra manera, el país de la garota de Ipanema engorda y rápido. Según el informe, sería la primera vez que más de la mitad de la población Brasil tiene sobrepeso. Ya hablando de obesidad, también hubo un aumento en estos últimos siete años. Si bien en 2006, el 11% de la población era obesa, en 2013, el 17% ya entra en esta categoría.

Los números pueden sorprender, pero si consideramos que la carne es uno de los platos obligatorios en el menú brasileño, o los ‘pasteles’ -fritos de harina de trigo- del paulistano, la historia es diferente.

Es la primera vez que más de la mitad de los brasileños tienen sobrepeso. Márcia Ribeiro/ Folhapress

El estudio del Ministerio de la Salud sostiene que sólo el 22,7% de los habitantes ingiere la cantidad diaria de alimentos que recomienda la Organización Mundial de la Salud, estipulada en cinco o más porciones equilibradas. Solo por poner un ejemplo de los hábitos alimenticios del brasileño, el informe apunta que un 25% de la población consume gaseosas, al menos, cinco veces por semana.

El reciente documental “Muito além do peso” (Más allá del peso) de EstelaRenner pone el dedo en la llaga al mostrar que, a pesar de que las consideraciones físicas siempre influyen mucho, el tema va más allá de los cánones de belleza. En 84 minutos de cinta, la película expone datos impactantes como que un 56% de los niños brasileños toma gaseosas antes de cumplir el primer año de edad, mientras que el 33% de la población infantil del país está por encima del peso recomendado para su edad.

Niños lidiando con diabetes u otros confesando que no llevan frutas a la escuela por temor a ser víctimas de acoso escolar, forman parte de los testimonios que hacen de ella, una película obligatoria. El tema de la mala alimentación infantil ha cobrado tanta importancia en el país que incluso un proyecto de Ley comienza a tomar forma para garantizar que los niños puedan tener una comida equilibrada en las escuelas.

Una mejor alimentación sigue siendo el objetivo, no sólo a nivel regional. En junio de este año, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) presentó el informe “Sistemas alimentarios para una mejor nutrición”. El documento apunta que casi un tercio de la población mundial sufre de una o varias deficiencias alimentarias, mientras que 1.400 millones sufren de sobrepeso.

El director general de la entidad, Graziano da Silva, destacó la importancia de los números revelados por el informe. En declaraciones a la AFP, el brasileño apuntó que “para muchos países de América Latina es posible eliminar el hambre, en el sentido de que la población cuente con suficientes calorías, pero resulta más difícil mejorar la nutrición”.

Porque además de los riesgos para la salud, ser gordo no es fácil. Desde una óptica extranjera, se me ocurre que ser gordo en Brasil pueda ser tan desafiante como no tener un pecho siliconado en Venezuela.

En 2011, un trabajo presentado por VejaSP, mostró algunas de las dificultades que los brasileños por encima del peso tienen que enfrentar cotidianamente. Discriminación, problemas laborales, falta de opciones para comprar ropa y miradas recriminatorias, encabezaban la lista. Entrevistado para el reportaje, el endocrinólogo Marcio Mancini, explicaba que la crítica externa parte porque “las personas [con sobrepeso] son vistas como culpables y no como víctimas, lo que es injusto”.

Aunque es posible ver algunos cambios que demuestran que el tema comienza a abordarse desde otra perspectiva, es innegable que en el Brasil actual, como apuntó  el dramaturgo Walcyr Carrasco, “ser gordo se volvió crimen. Un brigadeiro ya da sentimiento de culpa”.

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