Brasil con Ñsalud – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 En São Paulo se ajustan el cinturón para poder seguir consumiendo http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/16/en-sao-paulo-se-ajustan-el-cinturon-para-poder-seguir-consumiendo/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/16/en-sao-paulo-se-ajustan-el-cinturon-para-poder-seguir-consumiendo/#respond Wed, 16 Sep 2015 14:35:54 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1617 Continue lendo →]]> POR CARLOS TURDERA, DE SÃO PAULO

La agencia Standard and Poor’s rebajó la nota de Brasil a nivel de “bono basura” y le quitó el preciado “grado de inversión”, calificación que se le otorga a los buenos pagadores, lo que no hace más que confirmar el arribo de una época de vacas flacas para una población que ya venía ajustando sus gastos.

Compras colectivas, marcas más baratas o hasta productos usados pasan a ser ahora la primera opción para un número creciente de consumidores en São Paulo.

Lo que hace a esta ciudad la más capitalista de las capitales brasileñas no  sólo es la escandalosa concentración de la riqueza que hay aquí, sino también la gran variedad de formas en que los bienes de consumo circulan y -sobre todo- se exhiben.

Llega a tal punto la omnipresencia del dinero, que recientemente desde los suburbios de São Paulo llegó a proyectarse un fenómeno nacional llamado “funk ostentação” (“funk ostentación”), que es un ritmo musical que exalta justamente la posesión de objetos y que pasó a ser un estilo de vida para jóvenes de las clases ascendentes.

Y claro que el “funk ostentação” es  un nuevo negocio también: el cantante y compositor MC Guimê, de 21 años, y nacido en la periferia de São Paulo, llega a facturar más de 200.000 dólares por mes con sus shows y venta de accesorios de moda del movimiento.

MC Guime. Fotografía:

MC Guime es uno de los representantes del “funk ostentación” en São Paulo. Fotografía: Divulgação.

Naranjas y Apple

El poder adquisitivo de los brasileños se fue achicando en los últimos años, al mismo tiempo en que el dólar pasó de R$ 1,60 en septiembre de 2011 a más del doble el pasado jueves (10), cuando llegó a R$ 3,90, tras la rebaja de la nota de crédito por parte de  Standard & Poor’s.

Pero aunque el real ahora valga menos, los hábitos no se pierden tan fácilmente. Eso es lo que se observa en las compras cotidianas, ya que los clientes siguen comprando los mismos productos, pero ahora de marcas más baratas.

Los paulistanos también comenzaron a frecuentar sitios que hasta no hace mucho tiempo eran visitados únicamente por turistas, extranjeros o comerciantes.

Es el caso del mercado mayorista de frutas y verduras Ceagesp, hacia donde ahora peregrinan grupos de vecinos en busca de precios acordes con estos nuevos tiempos. Esta semana, por ejemplo, el precio de la naranja se encuentra allí a R$ 1,13 (US$ 0,30), mientras que al consumidor final puede llegarle a R$ 4 (US$ 1,35).

La zona cerealista de São Paulo es otro centro de abastecimiento que hoy también es transitado por los sectores medios de la sociedad. La granola se consigue allí a un precio promedio de R$10 (US$ 2,6) por kilo, mientras que en otros lugares de la ciudad puede llegar al doble o más.

Pero no sólo en alimentos básicos se observa tal comportamiento. La startup Brused encontró un nicho floreciente entre los interesados en la tecnología: la compra-venta de productos Apple usados.

Esta semana, un iPhone 6 básico (16G) podía encontrarse allí a US$675, mientras que el mismo modelo estaba a cerca de US$870 en la sofisticada tienda física de la manzanita.

Marcelo Oliveira, gerente financiero de la firma, le  dijo a este cronista que las ventas vienen creciendo constantemente desde 2013, cuando la crisis aún se veía como algo remoto. Este año llegaron a vender entre 200 y 300 productos por mes.

En el Ceagsp se venden al por mayor frutas y verduras. Fotografía:

En el Ceagsp se venden al por mayor frutas y verduras. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Viajes, cursos y hospedaje

Un comportamiento similar se observa en las agencias de viaje, que han reportado un aumento de la venta de pasajes en horarios nocturnos. El sistema ViajaNet -que opera con 900 compañías aéreas- tenía esta semana vuelos a Europa con precios hasta un 28% más baratos para atraer a este público.

Gustavo Mariotto, ejecutivo de la operadora, afirma que muchas personas optan por paquetes de baja temporada porque los hoteles y restaurantes, aún siendo los mismos que en la temporada alta, están a precios más accesibles.

Otro caso es el de una entidad que entrena a profesionales del área corporativa y que ofrece durante septiembre descuentos de hasta el 90% en sus módulos, si estos se cursan en un día determinado. Y hay varios ejemplos más.

Cuando el dinero escasea, surgen también diversas alternativas de inspiración colaborativa, en donde no se usa el “vil metal”.

Es el caso de “Caronetas” (una suerte de Uber gratuito, que organiza a empleados de empresas para optimizar el uso de automóviles), de “¿Tienes azúcar?” (que promueve la buena vecindad mediante ayuda y préstamos mutuos) y de “Guest to Guest” (un Airbnb gratuito que se presenta como “El intercambio de casas reinventado”, que nació afuera, pero que viene creciendo por aquí también).

Por la crisis, los consumidores se volcaron a las marcas más baratas. Fotografía:

Por la crisis, los consumidores se volcaron a las marcas más baratas. Fotografía: Mateus Bruxel/Folhapress.

La hora del trueque

Estas últimas iniciativas recuerdan un poco al trueque que llegó a practicarse en la Argentina de 2001, cuando el dinero desapareció de escena por haber quedado retenido dentro de los bancos y se escuchaba a la gente gritar en la calle: “¡Que se vayan todos!”.

Por aquí el dinero ya escasea y también son varios los que ven a un político y le gritan “¡Fuera!”.

Si el fin de la fiesta neoliberal de los ’90 “latinoamericanizó” a los argentinos, en Brasil es una incógnita qué harán los sectores que ven su “primermundismo” desvanecerse.

Con la rebaja de su nota crediticia al nivel de “bono basura”, y a pesar de las mejoras sociales, parece que los brasileños también han sido expulsados del paraíso.

Vaya modo de llegar a un mismo lugar por caminos diferentes.

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Doctor, Brasil padece falta de médicos, ¿qué hacemos? http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/10/24/doctor-brasil-padece-falta-de-medicos-que-hacemos/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/10/24/doctor-brasil-padece-falta-de-medicos-que-hacemos/#respond Fri, 24 Oct 2014 13:13:14 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1149 Continue lendo →]]>

POR LUNA GÁMEZ Y JOSÉ ANTONIO BAUTISTA, DE RÍO DE JANEIRO 

El protagonista de esta historia guarda el anonimato tras el nombre de Carlos.

Minutos después de que el sol despunte entre palafitas y palmeras de açaí, este médico cubano procede como un trabajador más a cargar la lancha de la Secretaría de Salud del ayuntamiento de Ponta de Pedras, un pequeño municipio de 26.000  habitantes situado en la isla de Marajó, en plena desembocadura del río Amazonas, en el estado de Pará.

La lancha amarilla que antaño cumplía la función de transporte escolar vía fluvial ve ahora cómo sus asientos, antes ocupados por los niños que habitan la región selvática, son usados para transportar camillas para enfermos, medicamentos e isopores con hielo.

Es lunes por la mañana y Carlos se apresura a reunir las provisiones para toda la semana, al mismo tiempo que busca a alguien que le ayude a arreglar la bomba de agua del consultorio médico, que lleva días sin suministro,  conseguir el hielo para guardar muestras de análisis de los pacientes y la comida de la semana.

No hay red eléctrica en la comunidad, por lo que tampoco cuentan con ningún sistema de refrigeración.

Carlos junto a otros empleados descargan material sanitario de la lancha de la Secretaria de Salud del ayuntamiento de Ponta das Pedras. Fotografía: Luna Gámez.

Carlos junto a otros empleados descargan material sanitario de la lancha de la Secretaria de Salud del ayuntamiento de Ponta das Pedras. Fotografía: Luna Gámez.

Carlos es uno de los más de 11.000 médicos cubanos que llegaron a Brasil a través del programa brasileño Más Médicos, un proyecto iniciado por el gobierno de Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores), en julio de 2013, gracias a un acuerdo de cooperación entre el Ministerio de Salud brasileño y la Organización Panamericana de la Salud (OPAS), representante regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El objetivo de este programa es ampliar la atención sanitaria a través de mejoras en la infraestructura y la contratación de médicos para las regiones más desatendidas, principalmente en las periferias de ciudades y en las localidades aisladas del interior de este gigantesco país.

Carlos trabaja en el recién construido centro de salud de la comunidad de Fortaleza, a dos horas de trayecto en lancha desde el municipio de Ponta de Pedras, y a cuatro horas si el trayecto se realiza en rabeta, la tradicional canoa con motor que aparece en los documentales del Amazonas.

Esta pequeña comunidad se sitúa en la isla de Marajó, la mayor isla deltaica del mundo -con una extensión similar a la de Holanda- en la que el 54% de la superficie es selva inundable. Allá, el ritmo de la vida obedece a los ciclos de mareas y de lluvias, que cambian a diario los límites de la frondosa selva amazónica.

Este doctor cubano lleva un año en este país y aún le quedan tres más para que finalice el contrato que firmó con los gobiernos de Cuba y Brasil. Dice sentirse muy reconocido por su trabajo y bien atendido por parte del ayuntamiento, aunque las condiciones de vida no son fáciles.

“No me acostumbro a no poder desplazarme de otra forma que no sea en barco (…) Tampoco me adapto a la humedad, ni a los riesgos a los que estamos expuestos; soy el único médico aquí, si me pasa algo ¿quién me va a atender?”, explica con humor.

El rostro del doctor adquiere cierto aire complaciente cuando María das Graças, vecina de la comunidad, nos interrumpe para decir que “Carlos es una bendición (…) Aquí nunca hubo médico, si teníamos una emergencia teníamos que ir a la ciudad, que son cuatro horas de barco”.

El programa Más Médicos arrancó hace 15 meses y ya opera en 3819 ciudades brasileñas, de las cuales 700, entre ellas la comunidad amazónica de Fortaleza, nunca antes tuvieron un médico. Según el gobierno, más de 50 millones de personas, es decir, el 25% de la población brasileña, está siendo atendida actualmente por este programa.

Centro de salud de atención primaria de la comunidad ribereña de Fortaleza, situada en la isla de Marajó. Fotografía: Luna Gámez.

Centro de salud de atención primaria de la comunidad ribereña de Fortaleza, situada en la isla de Marajó. Fotografía: Luna Gámez.

A pesar de los beneficios de llevar 14.462 médicos hasta la fecha a las zonas más abandonadas del país, el programa Más Médicos es el objeto de duras críticas y polémicas.

Muchos médicos brasileños desconfían del programa y lo consideran una amenaza, a pesar de que el gobierno da prioridad a los profesionales brasileños para cubrir las vacantes y trata este problema como un asunto de urgencia para el país.

Las autoridades alegan sentirse obligadas a seleccionar profesionales extranjeros por la falta de médicos nacionales.

Un sentimiento de recelo y desconfianza se despierta entre los médicos brasileños al ver que los cubanos están dispuestos a trabajar por salarios inferiores a la media del gremio brasileño, que se sitúa en torno de los 4000 dólares mensuales.

Brasil paga 4255 dólares mensuales por cada profesional en el marco de un acuerdo de cooperación intermediado por la OPS, pero Cuba solo reenvía 1245 dólares mensuales a sus doctores y destina el resto a la mejora del sistema público de salud, según el gobierno cubano.

¿Qué opina el protagonista de esta historia de todo esto? Carlos nos cuenta que ésta es su tercera experiencia como médico cooperante, tras haber pasado por Bolivia y Venezuela, y afirma que tanto él como el resto de sus compañeros son bien informados sobre las condiciones de trabajo antes de partir.

Sin embargo, “cuando todos los médicos nos reunimos en el módulo de acogida y formación nos sorprende ver que somos los únicos que no tenemos opción de elegir nuestro destino”, afirma.

“Algunos de mis compañeros han alegado desinformación para desvincularse del programa, aunque estábamos al tanto de las condiciones salariales y sabíamos que la adaptación no sería fácil (…) vinimos a ayudar”, comenta.

Los médicos cubanos que deciden participar en una misión en Brasil son destinados a los puestos de salud que ninguno de los demás médicos brasileños o extranjeros eligieron, es decir, lugares donde más del 20% de la población vive en situación de pobreza extrema.

Una familia de la comunidad rural de Fortaleza frente a su casa. Fotografía: Luna Gámez.

Una familia de la comunidad rural de Fortaleza frente a su casa. Fotografía: Luna Gámez.

El caso de la doctora cubana Ramona Matos Rodríguez es uno de los que más atención mediática acaparó. En febrero, esta doctora cubana que llegó a Brasil junto a Carlos, rompió su contrato y pidió asilo político a Brasil y Estados Unidos alegando que las condiciones no eran las acordadas, lo que avivó el debate sobre la viabilidad de Más Médicos.

La oposición más conservadora reafirmó su rechazo al programa bajo el estandarte de la discriminación de los médicos cubanos.

Estas críticas adquirieron intensidad durante la actual de campaña electoral. El conservador Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña), que disputará las elecciones por la presidencia de Brasil el próximo domingo 26 frente a Dilma Rousseff, afirmó en repetidas ocasiones que “Más Médicos es un paliativo (…) que enmascara el problema real que enfrenta la sanidad pública en Brasil”, y añadió que la solución llegará cuando no haya más necesidad de médicos extranjeros.

A pesar de las críticas, Neves afirma que pretende mantener Mas Médicos, aunque sostiene que “el gobierno cubano se tendrá que adaptar a la posición de Brasil”.

Arthur Chioro, ministro de Salud brasileño, afirmó que el total de médicos cubanos que abandonaron el programa asciende a 14 (de un total de 11.000 cubanos contratados), pero esto solo representa un índice ínfimo del 0,1% del total, en comparación con el 8,4% de brasileños que desistieron y del 0,8% de los restantes extranjeros.

“[El programa] Más Médicos no es un paliativo”, afirma Chioro. Actualmente, Brasil cuenta con 1,8 médicos por cada mil habitantes, un índices bajo en comparación con países como Argentina (3,2), Uruguay (3,7), España (4) o Cuba (6,8).

De momento, este país cuenta con un presupuesto anual de 6000 millones de dólares para sanidad y planea abrir 11.000 plazas más en carreras de medicina hasta 2017 y 12.000 en especialidades médicas hasta 2020.

Tras cerrar el centro de salud, Carlos se sienta en el humilde muelle del consultorio a esperar que la barca del ayuntamiento venga a buscarlo. El sonido del motor de una rabeta irrumpe en el silencio de la inmensidad de la selva amazónica y un vecino se baja junto a su mujer enferma. Parece que aún no terminó la jornada para este médico cubano.

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Una nueva política sobre drogas irrumpe en el debate electoral brasileño http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/09/02/una-nueva-politica-sobre-drogas-irrumpe-en-el-debate-electoral-brasileno/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/09/02/una-nueva-politica-sobre-drogas-irrumpe-en-el-debate-electoral-brasileno/#comments Tue, 02 Sep 2014 14:09:10 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1059 Continue lendo →]]> POR LUNA GÁMEZ Y JOSÉ ANTONIO BAUTISTA

DE RÍO DE JANEIRO

El debate sobre las drogas toma fuerza en medio mundo y prende en Brasil, que no se resiste al fuego de esta discusión y ve cómo se convierte en cenizas el tabú que hasta hace poco reinaba en la política nacional, con las elecciones del 5 de octubre a la vuelta de la esquina.

A pesar de la variedad de posiciones, el problema es común para toda la sociedad brasileña: una investigación reciente demuestra que el 56% de los asesinatos cometidos en Brasil está ligado directamente al narcotráfico, lo que supone más de 50.000 vidas al año, en su mayoría de jóvenes pobres  entre 15 y 25 años.

Las voces del panorama brasileño que se decantan por la descriminalización del cannabis cada vez hacen más ruido en medio de una parrilla de candidatos que se caracteriza por el conservadurismo.

Luciana Genro, candidata a la presidencia por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) defiende que despenalizar el uso de marihuana es un primer paso para acabar con la batalla contra las drogas, que según ella “se transformó en una guerra a los pobres”.

En la misma línea, el candidato del Partido Comunista Brasileño (PCB), Mauro Iasi, reconoce que “quien acaba sufriendo con la criminalización es la población pobre”. En sintonía con sus compañeros, Eduardo Jorge, del Partido Verde (PV), defiende la legalización de esta sustancia para uso medicinal y recreativo.

No obstante, los tres candidatos más populares prefieren no echar más leña al fuego, por lo que no apoyan esta medida ni abordan el tema de forma directa. El candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y tercero en las encuestas, Aécio Neves, cree en la eficacia de la actual ley sobre drogas y no considera necesario un cambio.

Marina Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) por sorpresa tras la reciente muerte de Eduardo Campos en un accidente de avión, defendió en las elecciones de 2010 la celebración de un plebiscito para legalizar la marihuana, pero cuatro años más tarde adoptó una postura contraria a esta medida y en línea con las ideas de su conservadora iglesia evangélica, la Asamblea de Dios.

La actual presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT), que aún no habló al respecto durante esta campaña electoral, ya se posicionó en contra en ocasiones anteriores alegando que “la sociedad no está preparada para un cambio de ese tipo”, ya que considera que “las drogas se combaten con opciones de ocio y trabajo para los jóvenes”.

Sin embargo, Brasil viene enfrentando un incremento considerable de la producción, comercio y consumo de drogas ilícitas desde hace 50 años, según el último Informe Mundial de Drogas de Naciones Unidas, lo que demuestra la falta de efectividad de la actual política brasileña de drogas apoyada en los pilares de la criminalización y la represión, sin olvidar el polémico aporte de las fuerzas del orden de la policía, responsables de la muerte de 5677 brasileños desde 2007 en Río de Janeiro, uno de los 27 estados del país.

Un drogadicto instantes después de consumir crack (pasta base). Fotografía: José Antonio Bautista

Un drogadicto instantes después de consumir crack (pasta base). Fotografía: José Antonio Bautista.

La violencia urbana, la corrupción y la exclusión social aumentaron como consecuencia de esta guerra contra las drogas, según el citado informe de la ONU. Frente a esta situación, la propuesta alternativa de una nueva política de drogas emerge como una prioridad urgente en el momento más caliente del debate electoral brasileño.

Este contexto llevó a los expertos del Instituto Igarapé a crear la Red Piense Libre, una iniciativa que pretende entablar diálogo con los candidatos electorales para debatir la actual criminalización de las drogas en el gigante sudamericano.

La semana pasada, los especialistas de esta red se reunieron en Río de Janeiro para presentar su propuesta “Por una política de drogas que funcione”, que será enviada al Congreso después de las elecciones.

“El consumo abusivo de drogas debe ser abordado desde la perspectiva de la salud y no desde la criminalización y persecución militarizada”, afirmó Alessandra Fontana Oberling, antropóloga y coordinadora del proyecto, a lo que añadió que “perseguir el tráfico es una opción política, sin embargo, debemos considerar alternativas ya que no hay espacio en las cárceles para todos”.

La actual Ley de Drogas de Brasil, aprobada en 2006, recoge que la prisión no es obligatoria para los usuarios de drogas. Sin embargo, esta legislación carece de parámetros específicos para distinguir entre usuario y traficante, lo que provoca que tanto consumidores, portadores de pequeñas cantidades y grandes traficantes cumplan penas similares.

Según datos del Ministerio de Justicia, el 70% de las personas encarceladas bajo la jurisdicción de la actual ley de drogas eran portadoras de pequeñas cantidades, no portaban armas y no tenían relación con el crimen organizado.

Esta imprecisión legal tiene un “efecto perverso”, según declaró Jeferson Scabio, sociólogo y consultor de la ONG ProMundo, quien además afirmó que “lo que distingue a un consumidor de un traficante frente a un juez es el perfil del acusado (…) las sentencias están atravesadas por la subjetividad del juez que reproduce los diversos prejuicios que hay en la sociedad brasileña al respecto de raza, lugar de residencia o clase social”.

Paradojicamente, desde 2006, año en el que se aprobó dicha ley, el número de presos condenados por tráfico de drogas en Brasil se triplicó, según datos del Departamento Penitenciário (Depen) del Ministerio de Justicia.

“Muchos de los presos bajo pena de traficantes eran simples usuarios o pequeños vendedores de clase baja, lo que refleja que la política de drogas en Brasil es una política de criminalización de la pobreza”, añadió Scabio.

Ante esta situación, el Instituto Igarapé pone sobre la mesa de debate nuevas propuestas de políticas públicas en materia de drogas, entre las que figura aprobar el uso medicinal del cannabis, concienciar desde edades tempranas basándose en la educación en vez del miedo y adoptar penas alternativas a la prisión que fomenten la rehabilitación y la inserción social de los consumidores.

La pasta base es una de las drogas más problemáticas debido a su bajo coste y su alto nivel de adicción. Fotografía: José Antonio Bautista.

La pasta base es una de las drogas más problemáticas debido a su bajo coste y su alto nivel de adicción. Fotografía: José Antonio Bautista.

“Preferiría morir antes que pasar varios años en una cárcel brasileña”, confesó el propio ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, en 2012. Hoy en día hay más de 711.000 presos en Brasil, la tercera población carcelaria más grande del mundo por detrás de Estados Unidos y China.

Las prisiones brasileñas, consideradas “escuelas del crimen” por muchos, aparecen frecuentemente en portada cuando los presos se rebelan en protesta por las torturas sistemáticas que varias asociaciones de derechos humanos vienen denunciando desde hace años, así como por las condiciones de hacinamiento de una población carcelaria que supera en un 30% la capacidad de los presidios del país.

Amerigo Incalcaterra, representante de la ONU para los derechos humanos en la región, declaró el viernes pasado (29) que Brasil debe revisar su política criminal basada “en el uso excesivo de la privación de libertad como castigo”.

“El Estado (brasileño) oferta muerte como futuro para los jóvenes”, afirmó Miguel Corrêa Lago, politólogo y miembro de la Red Piense Libre. En los últimos 30 años, unos 100.000 jóvenes murieron en Brasil víctimas de acciones policiales de combate al uso y tráfico de drogas, tal y como revela el Mapa de Violencia de 2013, elaborado por el gobierno  brasileño.

Los expertos y políticos de este país también buscan inspiración en Europa y en los países vecinos de América Latina para encontrar soluciones a los problemas relacionados con las drogas.

João Pedro Pádua, abogado del Instituto Igarapé y especialista en materia de drogas,  indicó que tras la despenalización del uso de estupefacientes tanto en Portugal como en el estado norteamericano de Colorado, “no solo el consumo no aumentó, si no que se redujo el índice de crímenes relacionados al tráfico de sustancias ilícitas”.

Otras experiencias más cercanas, como la despenalización del consumo personal de algunas sustancias ilícitas en contextos determinados, como sucede en México, Colombia, Argentina o Chile, o la legalización de la producción y venta de cannabis en Uruguay, son también referencia para esta iniciativa brasileña que persigue “una política de drogas que funcione”, es decir, que consiga reducir la violencia asociada al narcotráfico, alivie la superpoblación de las cárceles y empodere a los ciudadanos para que sean conscientes de los riesgos que conlleva el consumo de drogas.

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Vendedores ambulantes vs. FIFA: ¿Mundial para quién? http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/07/vendedores-ambulantes-vs-fifa-mundial-para-quien/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/07/vendedores-ambulantes-vs-fifa-mundial-para-quien/#comments Mon, 07 Jul 2014 15:13:26 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=948 Continue lendo →]]> “Nos tenemos que esconder para trabajar”, me dice un vendedor ambulante de bebidas. Son las tres de la tarde, el sol pega fuerte y estamos a menos de un kilometro del Maracanã.

En dos horas Francia jugará contra Ecuador. Un flujo de fans entusiasmados, con la cara pintada, se dirigen con banderas desde el metro de São Francisco Xavier hacia el famoso estadio de Río de Janeiro.

Pero en el camino se encuentran con sólo dos o tres vendedores ambulantes.  Eso es porque la Ley General del Mundial, aprobada por el Congreso brasileño en junio de 2012, reserva un perímetro de 2 kilómetros de distancia de los estadios para la venta exclusiva de productos de la  FIFA y sus patrocinadores.

Así, los hombres y mujeres que tradicionalmente venden bebidas, palomitas, tapioca, perritos calientes, choclo o banderas de fútbol en el entorno del Maracanã, se ven excluidos del lucro potencial que ofrece este gran torneo internacional, mientras la FIFA está exenta de pagar impuestos en Brasil.

La Ley General de la Copa prohibe la venta ambulante entorno al Maracanã. Fotografía: Milli Legrain.

La Ley General del Mundial prohíbe la venta ambulante en el entorno del estadio Maracanã. Fotografía: Milli Legrain.

“Tengo una familia, facturas y un alquiler que pagar”, me dice Ubidacir Souza Batista, un vendedor ambulante que trabaja en Río de Janeiro. Vive en el barrio de Rocha Miranda  y solía vender sus productos en las afueras del Maracanã.

Trabaja de vendedor informal desde hace seis años, cuando perdió su trabajo como obrero metalúrgico en el puerto de Niterói. “A los 60 años, ¿quién me va a contratar?”, pregunta.

Por si eso fuera poco,  hasta ahora la venta de alcohol en la mayoría de los estadios de Brasil estaba prohibida, pero para la Copa de las Confederaciones y el Mundial, las autoridades hicieron una excepción.

El motivo: la marca de cerveza Budweiser es uno de los patrocinadores oficiales de la FIFA. Así, durante la época del Mundial una lata grande de cerveza rubia en la calle cuesta 8 reales y dentro del estadio puede llegar a costar entre 10 y 13 reales.

Según un guardia municipal que trabajaba en las afueras del Maracanã, remover a los vendedores ambulantes  es una cuestión de “seguridad pública”. Pero además de favorecer a los grandes patrocinadores, algunos lo ven como una estrategia de limpieza social.

Hinchas franceses, antes del juego contra Ecuador. Fotografía: Milli Legrain.

Hinchas franceses, antes del juego contra Ecuador. Fotografía: Milli Legrain.

“El rico piensa que somos un obstáculo para el paisaje”, me dice un vendedor de palomitas en Copacabana.

En eso está de acuerdo Carlos Vainer, especialista en planeamiento urbano de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

“Si el objetivo es hacer un escaparate de la ciudad, hay que esconder todo lo que genera críticas, como la pobreza y la miseria”, dijo en una entrevista después del Mundial de Sudáfrica 2010.

A pesar del monopolio de la venta por parte de los patrocinadores, en las últimas semanas, los hinchas se quejaron por la falta de comida y bebida en casi todos los 12 estadios del torneo.

La ley municipal dice que los vendedores necesitan una licencia para poder vender, pero la misma municipalidad tiene un límite de 18.440 licencias para 60.000 vendedores informales.

Muchos de ellos  llevan  años esperando su autorización. Los demás  son considerados ilegales. Así,  los vendedores son criminalizados en vez de regularizados, lo que aumenta las coimas para los guardias municipales.

Es más, un vendedor sin licencia, pero que en épocas electorales ayudaba en la distribución de propaganda electoral, es de los pocos que  aseguran no haber sufrido represión alguna.

Aun así,  con o sin licencia, en el entorno del Maracanã, el único acceso para los vendedores ambulantes en este Mundial se hará a escondidas, con la amenaza de ser removidos y su mercadería confiscada.

Venta de mercadería en la salida del metro São Francisco Xavier. Fotografía: Milli Legrain.

Venta de mercadería en la salida del metro São Francisco Xavier. Fotografía: Milli Legrain.

Mientras tanto, en Belo Horizonte,  otra ciudad sede del Mundial, se libra una batalla similar, que comenzó hace cuatro años.

Desde 2010, los llamados barraqueiros do Mineirão fueron  retirados forzosamente del entorno del estadio del mismo nombre, donde muchos trabajaban desde 1964.

Sin previa consulta y sin ser compensados, los trabajadores perdieron su principal fuente de ingreso.

“Fueron afectados cerca de 150 mujeres y hombres que en los últimos 50 años han ido desarrollando la tradición cultural del tropeirão artesanal [una comida hecha a base de porotos], considerado patrimonio histórico cultural”, denuncia Silvia Corradi, investigadora del Programa Cidade e Alteridade de la Universidad Federal de Minas Gerais.

Las personas que denuncian violaciones a los derechos humanos en el marco del torneo son a menudo calificadas como aguafiestas y  criticadas por hablar mal de Brasil.

¿Pero será que no existe un término medio en donde podamos celebrar una fiesta del fútbol que sea sostenible, con políticas públicas que integren a los trabajadores informales al Mundial?

¿Una Copa del Mundo que beneficie al pueblo brasileño, en vez de que gran parte tenga que preguntarse:  “¿Mundial para quién?”.  

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Pocos (pero deliciosos) metros cuadrados http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/02/03/pocos-pero-deliciosos-metros-cuadrados/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/02/03/pocos-pero-deliciosos-metros-cuadrados/#comments Mon, 03 Feb 2014 17:43:07 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=738 Continue lendo →]]> POR CECILIA ARBOLAVE

Para quien vive en São Paulo, no es novedad: el metro cuadrado es tan caro que obliga a muchos a vivir en lugares chicos y apretados. Para tener una idea, el valor promedio del metro cuadrado en 2013 fue de 7820 reales, algo en torno de los 3300 dólares, aunque la variación es inmensa según el barrio. Por hacer una comparación, en Buenos Aires, el metro cuadrado costaba, en promedio, 2070 dólares hasta diciembre del año pasado.

El valor de los alquileres tampoco se queda atrás: por una propiedad de 70 metros cuadrados uno puede llegar a pagar entre 1960 reales (825 dólares) y 3430 (1450 dólares), según el sitio ZapImóveis. Muchas veces, São Paulo puede transmitir una sensación de claustrofobia recurrente, con sus veredas angostas y su tránsito agobiante. Pero todos resistimos, porque hay otras cosas que la ciudad nos ofrece que justifican estos obstáculos.

La gastronomía es una de ellas. Con variedad de sabores y de estilos, no faltan opciones para comer bien en la ciudad. Pero los restaurantes también sufren por los precios astronómicos del metro cuadrado. Prueba de eso es la reciente aprobación de una ley que permite la oferta de comida en la calle, tal vez como una forma para que los pequeños vendedores puedan esquivar los alquileres altos.

De todas formas, en el mar de cemento paulistano, algunos restaurantes encontraron una salida instalándose en inmuebles verdaderamente chiquitos. Si bien el espacio es bastante ajustado, allí lo que sobra es buena comida y mucha personalidad.

COMIDA CASERA EN 8 METROS CUADRADOS

Así como en las grandes redes gastronómicas, en la heladera de “Maria Macaxeira” hay un cartel colgado que dice “Visite nuestra cocina”. Pero aquí la invitación causa gracia porque, al entrar al restaurante, uno ya está casi dentro de la cocina. Bastan unos minutos para descubrir que el buen humor caracteriza a la cearense Ángela Maria Ramos, que hace casi dos años abrió este pequeño restaurante que atiende con su hija, Suzana, en la calle Barão de Tatuí 567, en el barrio Santa Cecilia.

Tapiocas deliciosas en solo 8 metros cuadrados. Fotografía: Cecilia Arbolave

La cearense Ángela Maria Ramos abrió en Santa Cecilia un restaurante de solo 8 metros cuadrados. Fotografía: Cecilia Arbolave

La elección de un inmueble pequeño fue hecha con la intención de economizar en el alquiler y poder ofrecer precios justos a los clientes. El restó, de solo 8 metros cuadrados, tiene tres mesas y para garantizarse un lugar es mejor hacer una reserva. Si el clima ayuda, se multiplican las mesas en la vereda. Cuando la casa está llena, hay que ayudar pasándole los cubiertos al comensal de al lado o hasta el plato con comida. Y todos lo hacen con mucho placer. “¿Quieres ensalada?”; “¿Puedo poner aceitunas?”, pregunta normalmente con la sartén en la mano, como si estuviera recibiéndolo a uno en su propia casa.

LA FÓRMULA MÁGICA ES UN MENÚ SIMPLE

Después de vivir dos años en Nueva York y trabajar en al ámbito gastronómico, el chef paulistano Gilson de Almeida vio que era viable montar un restaurante chico y abrió el suyo, en septiembre del año pasado, en la calle Rua Benjamim Egas, 301, en el barrio de Pinheiros. El nombre Na Garagem tiene una inspiración clara: el restaurante fue creado en un antiguo garaje de solo 18 metros cuadrados.

En Na Garagem la oferta son hamburguesas de carne y vegetarianas. Fotografía: Taygoara Martins

En Na Garagem la oferta son hamburguesas de carne y vegetarianas. Fotografía: Taygoara Martins

Gilson cuenta que los precios altos de los alquileres en São Paulo influenciaron en la elección del lugar, en el que caben sentadas apenas 15 personas. Pero bastó pensar en una buena fórmula que funcionase. El menú cuenta con apenas dos tipos de hamburguesas: de carne o vegetariana (ambas con queso, lechuga, tomate, cebolla y un condimento a base de zanahoria y mandioquinha). Se pueden pedir papas rústicas y, para tomar, jugo orgánico de uva, agua, gaseosa o cerveza. Los cuatro meses de vida ya mostraron que el chef hizo una buena elección, y que a la gente poco le importa la amplitud del lugar: de allí todos salen con la panza llena y el corazón contento.

VALE LA PENA LA ESPERA

No tan lejos de allí, en el barrio de Jardins, otro lugarcito gourmet es “Z-Deli Sanduíches”. Fue idea del chef Julio Raw la de traer en 2011 el estilo de los “delicatessen” neoyorquinos a São Paulo. Decoración moderna, mozos atentos y, principalmente, buena comida, colaboran para que la casa esté siempre llena.

A la gente no le importa esperar para comer en Z Deli. Fotografía: Cecilia Arbolave

A la gente no le importa esperar para comer en Z-Deli. Fotografía: Cecilia Arbolave

En el pequeño inmueble entran apenas 16 personas sentadas, con espacio justo para circular. Pero la idea de comer apretados no asusta a los clientes, que hacen fila en la calle Haddock Lobo 1386 para pedir sus hamburguesas, papas fritas salteadas con romero, bagels, sándwiches y ensaladas. Como la cocina está del otro lado de la barra, se puede acompañar la producción de los platos, que sólo aumenta esa sensación de querer probarlo todo.

 

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¿Cuánto pesa el estereotipo brasileño? http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/09/30/cuanto-pesa-el-estereotipo-brasileno/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/09/30/cuanto-pesa-el-estereotipo-brasileno/#comments Mon, 30 Sep 2013 15:05:35 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=314 Continue lendo →]]> POR PAULA RAMÓN

Brasil es un país definido desde afuera por estereotipos. Fútbol, Carnaval, Cristo Redentor ¿y por qué no? Gisele Bündchen. Desde fuera, parece que aquí todos son cariocas, reyes de la gambeta, y dueños de cuerpos bronceados y entonados que desfilan Copacabana en un eterno despunte de sol.

En el imaginario colectivo del extranjero no existe el nordeste, tampoco el gris de SãoPaulo. El éxito de las telenovelas brasileñas, saturadas de protagonistas atractivos y villanos irresistibles, caló afuera de una forma tal, que hasta las venezolanas -que viven bajo el influjo de las reinas de belleza- tiemblan al pensar en pasear por suelo brasileño.

Aunque para muchos extranjeros pueda ser difícil imaginar que en estas tierras el sobrepeso es una realidad, un estudio del Ministerio de Salud reveló en agosto que el 51% de la población está por encima del peso ideal, lo que refleja un aumento de 8 puntos en comparación con los datos obtenidos en 2006.

Dicho de otra manera, el país de la garota de Ipanema engorda y rápido. Según el informe, sería la primera vez que más de la mitad de la población Brasil tiene sobrepeso. Ya hablando de obesidad, también hubo un aumento en estos últimos siete años. Si bien en 2006, el 11% de la población era obesa, en 2013, el 17% ya entra en esta categoría.

Los números pueden sorprender, pero si consideramos que la carne es uno de los platos obligatorios en el menú brasileño, o los ‘pasteles’ -fritos de harina de trigo- del paulistano, la historia es diferente.

Es la primera vez que más de la mitad de los brasileños tienen sobrepeso. Márcia Ribeiro/ Folhapress

El estudio del Ministerio de la Salud sostiene que sólo el 22,7% de los habitantes ingiere la cantidad diaria de alimentos que recomienda la Organización Mundial de la Salud, estipulada en cinco o más porciones equilibradas. Solo por poner un ejemplo de los hábitos alimenticios del brasileño, el informe apunta que un 25% de la población consume gaseosas, al menos, cinco veces por semana.

El reciente documental “Muito além do peso” (Más allá del peso) de EstelaRenner pone el dedo en la llaga al mostrar que, a pesar de que las consideraciones físicas siempre influyen mucho, el tema va más allá de los cánones de belleza. En 84 minutos de cinta, la película expone datos impactantes como que un 56% de los niños brasileños toma gaseosas antes de cumplir el primer año de edad, mientras que el 33% de la población infantil del país está por encima del peso recomendado para su edad.

Niños lidiando con diabetes u otros confesando que no llevan frutas a la escuela por temor a ser víctimas de acoso escolar, forman parte de los testimonios que hacen de ella, una película obligatoria. El tema de la mala alimentación infantil ha cobrado tanta importancia en el país que incluso un proyecto de Ley comienza a tomar forma para garantizar que los niños puedan tener una comida equilibrada en las escuelas.

Una mejor alimentación sigue siendo el objetivo, no sólo a nivel regional. En junio de este año, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) presentó el informe “Sistemas alimentarios para una mejor nutrición”. El documento apunta que casi un tercio de la población mundial sufre de una o varias deficiencias alimentarias, mientras que 1.400 millones sufren de sobrepeso.

El director general de la entidad, Graziano da Silva, destacó la importancia de los números revelados por el informe. En declaraciones a la AFP, el brasileño apuntó que “para muchos países de América Latina es posible eliminar el hambre, en el sentido de que la población cuente con suficientes calorías, pero resulta más difícil mejorar la nutrición”.

Porque además de los riesgos para la salud, ser gordo no es fácil. Desde una óptica extranjera, se me ocurre que ser gordo en Brasil pueda ser tan desafiante como no tener un pecho siliconado en Venezuela.

En 2011, un trabajo presentado por VejaSP, mostró algunas de las dificultades que los brasileños por encima del peso tienen que enfrentar cotidianamente. Discriminación, problemas laborales, falta de opciones para comprar ropa y miradas recriminatorias, encabezaban la lista. Entrevistado para el reportaje, el endocrinólogo Marcio Mancini, explicaba que la crítica externa parte porque “las personas [con sobrepeso] son vistas como culpables y no como víctimas, lo que es injusto”.

Aunque es posible ver algunos cambios que demuestran que el tema comienza a abordarse desde otra perspectiva, es innegable que en el Brasil actual, como apuntó  el dramaturgo Walcyr Carrasco, “ser gordo se volvió crimen. Un brigadeiro ya da sentimiento de culpa”.

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