Brasil con Ñmundial – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 El arte de la destrucción http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/14/el-arte-de-la-destruccion/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/14/el-arte-de-la-destruccion/#respond Mon, 14 Sep 2015 15:05:46 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1606 Continue lendo →]]> POR ABEL N. ALEJANDRE, DE RÍO DE JANEIRO

Río de Janeiro es una ciudad que no miente y muestra lo paradójico de su esencia.

Desde casi cualquier punto se puede observar la forma en la que de la exuberante naturaleza surgen pequeñas y humildes casas, entre los altos edificios se asoma imponente el cristo Redentor, y cómo, a ciento ochenta grados, el cielo azul, el mar y la blanca arena se funden bajo un sol filtrado por la neblina característica de esta región.

Esta bucólica imagen choca de frente con la crudeza de los desalojos, entre otras problemáticas urbanas y sociales de la ciudad.

Río de Janeiro albergó muchos de los partidos más importantes del Mundial organizado por la FIFA en 2014. Y será la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.  La organización de estos inmensos eventos, sin duda, servirán como escaparate de una ciudad en crisis.

Y no necesariamente se trata de una  crisis económica, sino también de una crisis social, en donde las personas dejaron de importar, en favor de ofrecer un espectáculo al mundo entero con la ciudad como decorado.

Escaleras de la zona más alta del Morro de la Providencia. Se ven dos piezas de VHILS, que retratan antiguos habitantes. Crédito: Abel N. Alejandre.

Escaleras de la zona más alta del Morro de la Providencia. Se ven dos piezas de VHILS, donde aparecen retratados antiguos habitantes. Crédito: Abel N. Alejandre.

Las demoliciones de la favela de Vila Autódromo, las casas marcadas y reducidas a escombros en la favela de Mangueira y las otras que fueron destrozadas en el Morro de la Providencia son los daños colaterales de la reurbanización de la ciudad.

La expropiación forzosa por parte de la Secretaría Municipal de Habitación (SMH) de Río de Janeiro la entienden muy bien los afectados. Es la fatal marca que sirve para definir cuáles casas van a ser demolidas en las favelas y morros de la periferia de la ciudad.

Se trata de una  marca que lleva un estigma anclado, la violenta expropiación y demolición de una casa, de un hogar. Para peor, con el pago compensatorio que se les da a los afectados no es posible conseguir nada mejor.

Por eso, seguramente, pasarán a vivir en otra favela, lejos de todo lo que construyeron para ser intrusos en su propia ciudad, víctimas de un Mundial que no pudieron disfrutar o de una Olimpíada que con suerte verán sentados en sus casas o en los bares.

En  la zona sur de Río, la más rica, se pueden ver pintadas con las siglas SMH y  un número al lado. Estas casas no serán demolidas, estas letras que han aparecido en los barrios  nobles hablan de la injusticia urbanística.

Se utiliza la ciudad como lienzo para comunicar, explicar y reivindicar uno de los derechos humanos más fundamentales: el acceso a una vivienda digna.

Barrio de Laranjeiras, en Río de Janeiro. Crédito: Abel N. Alejandre.

Barrio de Laranjeiras, en Río de Janeiro. Crédito: Abel N. Alejandre.

Uno de los grafiteros más reconocidos hoy en día a nivel internacional, el portugués Alexandre Farto aka VHILS, pasó un mes entre septiembre y octubre de 2012 en el morro de la Providencia, considerada la primera favela carioca, acompañado por su equipo y trabajando en un impactante proyecto que vale la pena conocer y que invita a reflexionar.

Retrató a algunas de las personas que tuvieron que abandonar su hogar a la fuerza después de muchos años. Con su peculiar técnica, quiso reivindicar ese pedazo de espacio que un día perteneció a alguien, a un ser anónimo, a una persona que siempre estará ahí porque ese es su lugar.

De algún modo le puso rostro a la tragedia, porque  todo lo que le ocurre a la ciudad repercute directa o indirectamente en sus habitantes.

En el Museo de Arte de Rio (MAR), la exposición “Do Valongo à Favela: Imaginário e Periferia explica cómo se originó la primera favela de la ciudad en 1987. VHILS logró exponer algunos de sus trabajos.

El Morro de la Providencia es especial no sólo por ser la primera favela de Río, sino también por tener una oscura historia que está guarda entre sus estrechas callejuelas.

La comunidad arrastra un sino de violencia e injusticia desde tiempos remotos en los que los propios habitantes de la favela, combatientes de la Guerra de Canudos (1896-1897) y ex esclavos, picaban la base de la montaña que servía como cantera, en la que estaban construidas sus precarias casas y eso les servía de sustento.

Señor Edinho, una obra de VHILS,  realizada en el Morro de la Providencia. Crédito: Abel N. Alejandre.

Señor Edinho, una obra de VHILS, realizada en el Morro de la Providencia. Crédito: Abel N. Alejandre.

La construcción del teleférico que dejó sin casa al señor Humberto, entre otros, sólo fue una herida más en la comunidad. Este teleférico de uso gratuito funciona hasta las cuatro y media de la tarde, por lo que los trabajadores que viven en la favela no pueden disponer de esta ventaja al regresar de sus trabajos.

VHILS nos muestra que entre esas paredes hubo una casa, un hogar habitado por personas con nombre y apellido.

Nos enseña sus rostros y perpetúa ese territorio que hoy es un espacio destruido, con su técnica de perforar paredes para contar historias, dramas basados en hechos reales.

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Rio 2016, luz verde a la impunidad policial http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/09/rio-2016-luz-verde-a-la-impunidad-policial/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/09/rio-2016-luz-verde-a-la-impunidad-policial/#comments Wed, 09 Sep 2015 16:25:39 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1600 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Faltan apenas 300 días para el inicio de los ansiados Juegos Olímpicos de Río 2016 y las autoridades de la ciudad más fotogénica de Brasil, al igual que ya lo hicieron en el Mundial de 2014, ultiman sus preparativos en materia de seguridad.

Y es que, a pesar de que Río de Janeiro no se encuentra entre las ciudades más peligrosas de Brasil, su tasa de homicidios es de 28,3  por cada 100.000 habitantes, es decir, casi tres veces más alta a la considerada como aceptable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El narcotráfico y su dominio de grandes áreas de la ciudad suponen el gran problema de Río y el foco de la mayor parte de la violencia.

A pesar de los esfuerzos de José Mariano Beltrame, secretario de Seguridad de Río de Janeiro, de instaurar las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en los suburbios de la ciudad, lo cierto es que los territorios históricos del narcotráfico, como la favela Rocinha y el Complexo do Alemão, continúan controlados en gran medida por comandos de narcotraficantes. 

El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, Marino Beltrame, durante una visita al morro do Vidigal. Fotografía: Maíra Coelho - 15.nov.2011/Agência O Dia.

El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, Marino Beltrame, durante una visita al morro do Vidigal. Fotografía: Maíra Coelho – 15.nov.2011/Agência O Dia.


El enquistamiento de la violencia en estos lugares ha provocado que el discurso de crear una “policía de proximidad”, y con ello reconstruir la confianza entre los habitantes de los suburbios y los agentes de la Policía Militar (PM), haya desaparecido.

El pasado 28 de agosto, Beltrame firmó la resolución 901 que autoriza el uso de pasamontañas para ocultar los rostros de los agentes del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), Batallón de Acciones con Perros (BAC), el Grupo Aeromóvil (GAM) y los miembros del Batallón de Choque durante sus operaciones policiales

En pocas palabras, en la futura sede olímpica se vuelve así a garantizar, después de 20 años de prohibición, el anonimato de sus agentes al permitir que sus rostros puedan ser cubiertos durante las a menudo sangrientas operaciones que se realizan en las favelas.

Una medida incomprensible teniendo en cuenta el historial de violaciones de los derechos humanos por parte de los agentes de la PM de la ciudad y el reconocimiento, el pasado 31 de agosto, de la existencia de ejecuciones extrajudiciales por parte de esa misma policía ante la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.

Cabe recordar que, según los datos de Amnistía Internacional, el 16% de los homicidios ocurridos en  Río de Janeiro entre 2010 y 2013 se produjeron a manos de los agentes de la PM, es decir, 1275 fallecidos de los que el 99,5% eran hombres, el 79% era de raza negra y el 75% tenía entre 15 y 29 años.

Vinicius y Tom, las mascotas de los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Fotografía: Celso Pupo /Fotoarena/Fotoarena/Folhapress.

Vinicius y Tom, las mascotas de los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Fotografía: Celso Pupo /Fotoarena/Fotoarena/Folhapress.

De hecho, el nivel de violencia practicado por la PM en la futura sede olímpica dejó dos  muertos por día en la última década con un total de 8466 personas fallecidas desde 2005. 

Por si fuera poco, de los 220 casos de homicidio cometidos por policías en 2011, el 80% continúa sin haber sido esclarecido en 2015, mientras que solamente 1 de las denuncias llegó a ser aceptada por el Ministerio Público.

Se trata de unas cifras escalofriantes que dan testimonio del nivel de impunidad al que están acostumbrados los agentes de seguridad cada vez que aprietan el gatillo.

En declaraciones a este cronista, Viviane Ribeiro, editora del diario comunitario “Jornal Alemão Notícias” y vecina del Complexo do Alemão, explicó que la vuelta de los pasamontañas se relacionaría directamente con una maniobra de intimidación de las autoridades de la ciudad de cara a las Olimpíadas del próximo año. 

En su opinión, los pasamontañas son para los habitantes de las favelas “símbolos del exterminio” y de “la muerte deliberada sin autor ni castigo”, y acusó al gobierno del estado de Río de Janeiro de actuar con el único interés de “mostrar al mundo y al turista que venga en 2016 que todo es perfecto mientras que la policía actúa contra los derechos de los ciudadanos más pobres a sangre y fuego”.

Habitantes del Complexo do Alemão protestan por la muerte de un niño de 10 años a manos de la Policía Militar. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress.

Habitantes del Complexo do Alemão, en Río de Janeiro, protestan por la muerte de un niño de 10 años a manos de la Policía Militar. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress.


No obstante, el doctor en Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), Ignácio Cano, considerado uno de los grandes especialistas en la ciudad en materia de seguridad y en el programa de las UPP, relativizó la posible relación entre la medida y la proximidad de los Juegos Olímpicos. 

No creo que la medida guarde relación alguna con la proximidad de un evento de estas características, es más, creo que la medida no tendría ningún tipo de efecto disuasorio en caso de ser aplicada”, aclaró el español, quien calificó de “innecesaria” la medida al no existir antecedentes de amenaza terrorista en Brasil, aunque observó con preocupación  la ausencia de distintivos en los uniformes de la PM que permitan la identificación de los agentes.

Sea una provocación, una medida de precaución o simplemente un mensaje de que la “mano dura” estará de vuelta en Río 2016, lo cierto es que la evidente falta de respeto a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, en una ciudad que se dispone a celebrar los  Juegos Olímpicos, resulta preocupante.

Solamente el tiempo dirá si, al igual que ocurrió en 1995, las autoridades de Río acabarán por darse cuenta de que tapar el rostro de sus agentes de policía no es la mejor manera de promover la convivencia en una ciudad dividida en dos mitades que, al día de hoy, continúan irreconciliables.

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“Mucha gente sin techo, mucho techo sin gente” http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/06/26/mucha-gente-sin-techo-mucho-techo-sin-gente/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/06/26/mucha-gente-sin-techo-mucho-techo-sin-gente/#comments Fri, 26 Jun 2015 14:16:43 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1516 Continue lendo →]]> POR CARLOS TURDERA, DE SÃO PAULO

Tomo un ómnibus en la calle Augusta rumbo al centro viejo de la ciudad. A mi lado se sienta un señor de unos 70 años, con ropas que parecen de la misma edad. Al pasar frente a las torres que se alzan en esa región en auge, exclama: “¡Gastan fortunas en esos apartamentos! Y, uno, que siempre ha vivido aquí, ahora tiene que irse, porque el salario ya no paga las cuentas del mes”.

El hombre, que ha tenido que mudarse debido al exorbitante aumento de los alquileres, resume un fenómeno tal vez no muy reconocible a primera vista, pero que está tan presente que hasta tiene un nombre: gentrificación (proceso por el cual la población de un barrio popular es desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor).

La burbuja brasileña

Paralelamente a esos desplazamientos, el “boom” inmobiliario de São Paulo viene desinflándose desde hace al menos un año. Antes de la supervalorización, ya había muchos edificios vacíos en la ciudad. Datos del municipio indican que en 2014 había 400.000 inmuebles deshabitados, entre casas y edificios, al mismo tiempo que unas 130.000 familias no tenían dónde vivir.

“Tanto techo sin gente, tanta gente sin techo”, dice un graffitti de menos de 140 caracteres, que también podría ser un tuit.

El gobierno municipal decidió aumentar el año pasado los impuestos a las propiedades en desuso. En regiones donde el metro cuadrado ronda los 3500 dólares (sobre todo en Jardins y zona sur), la medida, previsiblemente, no fue bien recibida. Tampoco las caras desconocidas que comenzaron a pasearse por allí.

Las ocupaciones parten de un movimiento que unos llaman “de derecho” y otros “de usurpación”. Hace unos años presencié la toma de un edificio céntrico y pude ver cómo el grupo se distribuía, con organización y velocidad sorprendentes, los 15 pisos del predio, sus departamentos y las funciones de cocina, limpieza, seguridad, salud, etc.

Con el deterioro de la economía, esos “techos sin gente” han atraído a más personas. Hace unas semanas, ví uno de los desalojos que se han vuelto comunes en el último tiempo. La violencia con que se ejecutan pone en evidencia la enorme distancia social que hay entre quienes tienen y quienes no, poniendo en jaque la idea de Brasil como un país cordial.

Boom inmobiliario en el Baixo Augusta. Fotografía: Gustavo Epifanio - 18.set.2014/Folhapress.

Boom inmobiliario en el Baixo Augusta. Fotografía: Gustavo Epifanio/Folhapress.

Tubos de ensayo

En otras zonas de la ciudad, donde el precio de las propiedades es más bajo, las construcciones abandonadas atraen un segundo tipo de “ocupación”, la de personas que no sufren falta de vivienda y que no necesariamente entran allí sin pagar.

Son los laboratorios de experiencias artísticas, periodísticas o sociales, que emergen como una mezcla de co-working, comuna y red social.

A diferencia del movimiento de “reapropiación del espacio público”, que busca revitalizar las plazas, estas iniciativas tienen lugar en el interior de edificios o casas que, por estar sin uso o en franco deterioro, se vuelven alternativas de bajo costo.

Las hay de varios tipos; las más duraderas son aquellas que desarrollan proyectos profesionales o artísticos definidos, practican el crowfunding y tienen un acuerdo con el propietario, además del apoyo de los vecinos.

En el centro viejo se encuentra “Farol”, el nombre que le han dado a un antiguo edificio de cuatro pisos los  grupos que desarrollan allí sus proyectos: “Choque Cultural” (arte público y pensamiento urbanístico), “Líquen” (taller de artistas y diseñadores), “Balsa” (espacio de eventos) y “Fluxo” (redacción, estudio, lugar de encuentro y reuniones).

Este último es quizás el que más ha trascendido debido a que sus miembros desarrollan proyectos de comunicación y están articulados con los medios.

Lidera esa experiencia Bruno Torturra, un periodista que pasó de los medios tradicionales a una estructura especializada en activismo social (llamada “Midia Ninja”). Allí se reúnen reporteros, fotógrafos, editores y artistas para experimentar “con el lenguaje, el contenido y las relaciones entre comunicadores y público”.

Con una terraza que ofrece una excepcional vista al valle Anhangabaú, los ocupantes tienen una agenda de cine club, debates, fiestas, transmisiones en vivo y producción de contenidos.

Buscan también un nuevo modelo de negocio para el periodismo. Por ello, suele verse por allí a varios de los profesionales que salieron de las redacciones tras los recientes despidos masivos.

Un túnel que se transforma en discoteca. Fotografía: Reprodução/Buraco da minhoca.

La ocupación del túnel que se transforma en discoteca llegó a su fin. Fotografía: Reprodução/Buraco da minhoca.

Reacción explosiva

En la misma región, otras experiencias han transitado diversa suerte. Una de ellas es “Laboratório Compartilhado TM13”, el nombre que recibió la Escuela de Ballet Municipal, en mayo de 2014, tras la ocupación del colectivo AnhangabaRoots.

Foco de resistencia contra el  Mundial de fútbol, ese grupo fue desplazado por la policía al mes siguiente: la ocupación se encontraba en el mismo lugar donde se montaría la Fifa Fan Fest.

Sus integrantes, cultores del hip-hop, reggae y funk, realizaban allí seminarios, talleres, cine al aire libre y recitales de poesía.

Después del desalojo, se mudaron a “Casa Amarilla”, un antiguo caserón abandonado en las proximidades. Este nuevo domicilio, que había sido sede del INSS (Instituto Nacional de Seguridad Social), fue ocupado en febrero de 2014 por el grupo “Ateliê Compartilhado”, de artistas, activistas e intelectuales.

Estos últimos, a su vez, habían llegado allí después de ser desplazados de una plaza en el Baixo Augusta (donde se levantan las torres señaladas por mi circunstancial interlocutor en el ómnibus).

En esa casa, estaban  realizando un ciclo de presentaciones de teatro, música y danza; también había debates y hasta clases de yoga. Pero la ocupación no tenía una estructura financiera definida ni un programa de largo plazo.

Con la llegada del nuevo grupo, la discusión de ideas fue in crescendo y alcanzó tal punto que unos pasaron a defender sus posturas con la vehemencia de los puños, dando lugar a escenas de pugilato generalizado.

“Hubo un choque de clases”, me dijo Chico Tchello, referencia de otra ocupación cerca de allí, “Buraco da Minhoca”, que vio de cerca lo ocurrido y cuya ocupación también llegó a su fin recientemente, tras los reclamos de una señora de la Plaza Roosevelt.

El año pasado, el Vale de Anhangabaú fue desalojado para instalar la FIFA Fan Fest. Fotografía: Nelson Almeida - 12.jun.2014/AFP.

El año pasado, el grupo “Laboratório Compartilhado TM13” fue desalojado para instalar la FIFA Fan Fest. Fotografía: Nelson Almeida – 12.jun.2014/AFP.

Condominio Cultural

Tras confirmarse en junio de 2015 el inminente desalojo por parte de la fuerza pública, todas las tribus debieron emprender la retirada. Así llegaron a la avenida Paulista, uno de los distritos financieros de la ciudad, donde en este invierno tropical se los puede ver en grupos bajo el icónico arco del MASP (Museo de Arte de São Paulo).

Siguiendo por esa avenida hacia el oeste de la ciudad, se llega al barrio Villa Anglo, donde hay un edificio centenario de 1250 metros cuadrados que ya funcionó como hospital, escuela, maternidad, geriátrico y hasta como casa particular.

En 2010, tras 15 años de abandono, el predio fue ocupado por un grupo de artistas, intelectuales, arquitectos y emprendedores.

La misión: “buscar procesos alternativos y creativos de convivencia para pensar el mundo de una forma diferente”.

Actualmente, brindan cursos (sonido, lenguaje audiovisual, fotografía), espectáculos (teatro, música, danza), una cena mensual y un taller de horticultura doméstica. Esas actividades sirven también para financiar el lugar, junto con donaciones que el grupo recibe a través de PagSeguro (un PayPal brasileño).

“Es más divertido y se pueden realizar objetivos más complejos”, me dice Eduardo Duwe, emprendedor audiovisual, que participó del proyecto en sus inicios, junto con Géssica Arjona y otros que continúan hasta hoy.

Tras haber vivido más de una década en una besetzte haus  (casa tomada) en Berlín, Duwe argumenta que en los espacios autogestionados, menos costosos, “se potencian los resultados porque son más dinámicos y  horizontales”.

Androides, humanistas y startups

De regreso a la región central encontramos en la calle Ouvidor un edificio de 13 pisos que fue ocupado por el colectivo Androides Andróginos el 1˚ de Mayo de 2014, para simbolizar con esa fecha la intención de convertir “lo que antes era gris en un centro de arte y cultura”.

El edificio, irónicamente, pertenece a la Compañía de Desarrollo Habitacional y Urbano.

El grupo asignó un piso a cada modalidad artística, propone una reflexión sobre arte y urbanismo y realiza debates, shows, fiestas, exposiciones y performances. El video del inicio de la ocupación es muy descriptivo: https://vimeo.com/93560021

Androides Andróginos

Yendo un poco hacia el sudeste, en el barrio Vila Mariana se encuentra “Casa 40”, que se presenta como “un centro de cultura y espacio de convivencia para actores y entusiastas de la disonancia”.

Inspirados en ideas humanistas, realizan allí tertulias, cursos y debates sobre arte, política y filosofía, además de servir como vivienda temporaria y como local de venta de productos orgánicos. Declaran financiar el lugar con aportes de los propios miembros.

No son estas las únicas experiencias de “ocupación”. Hay otras que ocurren del lado de afuera de las casas tomadas, como www.belarua.com.br y www.revitarte.com, entre otras. Varias inclusive despuntan en la mira de grandes empresas, que las ven como una fuente de innovación.

Esos cientos de miles de construcciones sin utilizar, indicadores sombríos del absurdo económico al que ha llegado Brasil, parecen un gran laboratorio para ensayar soluciones alternativas al estancamiento actual. Eso, al menos, es lo que muchos están intentando.

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¿Idoneidad? ¿Para qué? http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/15/idoneidad-para-que/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/15/idoneidad-para-que/#respond Fri, 15 May 2015 15:56:27 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1442 Continue lendo →]]> POR ESTEBAN NIETO, DE SÃO PAULO

Esteban es un periodista deportivo argentino que vive hace tres años en São Paulo. Realizó coberturas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Mundial de Brasil 2014 y la Fórmula 1. Puedes seguirlo en Twitter en la cuenta @intratable y ver su trabajo aquí.

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Londres 2012. Conocidos también como los “Juegos Olímpicos sustentables”, ya que se realizaron con una inversión modesta y teniendo en cuenta la herencia y la reutilización de espacios, estos Juegos simbolizan un caso de éxito dentro de este tipo de organización.

La idea era no sufrir los mismos percances que Grecia y Sudáfrica. El primer país tiene un Parque Olímpico fantasma y estadios completamente abandonados a poco más de una década de las Olimpíadas. En el país africano, el monumental Soccer City perdió el brillo después de los flashes del Mundial de 2010 y, salvo para velar al líder sudafricano Nelson Mandela, no alojó encuentros relevantes.

Vista aérea del Parque Olímpico, núcleo de las instalaciones y pruebas deportivas de las Olimpíadas de Londres 2012. Fotografía: Anthony Charlton/Efe.

Vista aérea del Parque Olímpico, núcleo de las instalaciones y pruebas deportivas de las Olimpíadas de Londres 2012. Fotografía: Anthony Charlton/Efe.

A menos de 500 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el panorama dista mucho de la experiencia británica. A los errores de planeamiento y que algunas construcciones se vieron afectadas por falta de fondos, algunas decisiones politicas empañan aún más la situación, como haber designado como ministro de Deportes a George Hilton, un teólogo y pastor evangélico con nula experiencia en cargos deportivos.

Esta semana, el portal UOL reveló que Hilton nombró a una joven de 18 años como coordinadora de infraestructura de la Secretaría Nacional de Deporte de Alto Rendimiento. Waleska Lima, quien cursa el primer año de la universidad, es hija de Wagner Lima, pastor de la misma iglesia a la que pertenece Hilton.

El sitio también dio a conocer la contratación de Cibele Mazzo, ex Miss Brasil en Estados Unidos y que tampoco cuenta con experiencia en el área, como asesora de la Secretaría Nacional de Fútbol y Defensa de los Derechos del Hincha.

Pocas horas después de que salió a la luz el nombramiento de Lima, la joven decidió dejar el cargo, mientras que la ex modelo aún permanece en el puesto.

Inauguración del estadio Soccer City Fotografía: Alexander Joe/AFP.

El estadio Soccer City, escenario de la apertura y la final del Mundial de Sudáfrica 2010. Fotografía: Alexander Joe/AFP.

¿QUIÉN ES GEORGE HILTON?

El actual ministro de Deportes nació en Bahía y desde 1999 representa a Minas Gerais, primero como diputado dentro de su propio estado y luego a nivel nacional. En 2005, fue expulsado de su entonces partido político -Partido del Frente Liberal (PFL)- tras haber sido detenido en un aeropuerto con 600.000 reales, identificados como provenientes de donaciones de fieles de iglesias evangélicas.

En 2009, se afilió al Partido Republicano Brasileño (PRB), que actualmente es aliado del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Dilma Rousseff y Lula da Silva. En sus dos mandatos como diputado (2006-2010 y 2010-2014) no presentó ningún proyecto de ley vinculado a los deportes.

Con la reelección de Rousseff, Hilton asumió el ministerio en reemplazo de Aldo Rebelo, un dirigente del partido comunista que ahora dirige el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El nuevo ministro de Deporte George Hilton y Aldo Rebelo, que dejó ese cargo para ocupar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

El nuevo ministro de Deporte George Hilton y Aldo Rebelo, que dejó ese cargo para ocupar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Rechazado por varios sectores y hasta por la organización Atletas por Brasil, que aglutina a varios pesos pesados del deporte brasileño como Raí, Rogerio Ceni o Rubens Barrichello, finalmente su nombramiento no fue vetado gracias a la amenaza del PRB de abandonar la alianza con Rousseff y pasarse a la oposición.

DE CARA A RÍO 2016

El Comité Olímpico Brasileño (COB) se mantiene como un ente privado y como alma máter de la organización de los Juegos, cuya cabeza visible es el ex jugador de voleibol Arthur Nuzman. Por la parte gubernamental, el órgano principal es la Autoridad Pública Olímpica (APO), cuyo presidente es el empresario Marcelo Pedroso y que abarca la parte de infraestructura y de obras del evento deportivo.

Con esto, el papel de Hilton en los Juegos Olímpicos será bastante limitado, pese a que será la primera Olimpíada que se desarrollará en Brasil y Sudamérica. Sin tener a alguien con experiencia para el cargo, Brasil perdió la oportunidad de sumar un dirigente que contribuya plenamente para una cita única e histórica para Río de Janeiro, donde parece que para ciertos cargos se valoran más los favores políticos que la idoneidad.

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Maré, más cerca de la pesadilla que del sueño olímpico http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/03/mare-mas-cerca-de-la-pesadilla-que-del-sueno-olimpico/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/03/mare-mas-cerca-de-la-pesadilla-que-del-sueno-olimpico/#respond Tue, 03 Mar 2015 14:33:14 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1345 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Hace exactamente 11 meses, los miles de hombres de la Fuerza de Pacificación de la Policía Militar de Río de Janeiro, apoyados por medios aéreos y terrestres del Ejército de Brasil, ocuparon  las 16 favelas que conforman del Complexo da Maré, en la zona norte de Río.

El despliegue fue aparatoso y no les hizo falta disparar un solo tiro. Satisfechos, el secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, y el por entonces gobernador, Sergio Cabral, calificaron la operación como un éxito y auguraron que pronto se instalarían allí las correspondientes Unidades de Policía Pacificadora (UPP).

Pero la realidad es que la operación no fue un éxito, tampoco hubo UPPs, ni nada que se le parezca. Los disparos de los fusiles 762 del Ejército brasileño, que por aquel entonces no pudieron ser recogidos por las varias docenas de reporteros que acompañaron la ocupación, han ido desangrando poco a poco la vida de los 130.000 habitantes del Complexo da Maré.

El pasado 12 de febrero, una furgoneta con cinco jóvenes que regresaban de una fiesta fue masacrada por disparos de los militares en la favela Salsa e Merengue. Uno de ellos perdió su pierna. Tan solo una semana después, un obrero fue abatido tras ser “confundido con  un traficante”, como declararon los militares, mientras trabajaba en una reparación en la Vila do João.

Policías intentan contener una protesta cerca del Complexo da Maré, en Río de Janeiro. Fotografía: Mauricio Fidalgo/Reuters.

Policías intentan contener una protesta cerca del Complexo da Maré, en Río de Janeiro. Fotografía: Mauricio Fidalgo/Reuters.

Menos de 24 horas después, otra “combi” repleta de viajeros que hacían la línea Maré- Bonsucesso fue ametrallada en la Vila do Pinheiro. ¿El motivo? El conductor no tenía licencia para  transportar personas  y quiso saltarse un control del Ejército.

Indignados, hartos por tantos heridos y muertes absurdas, unos 300 habitantes de la Maré quisieron exponer su malestar con una protesta pacífica el pasado 23 de febrero. Nuevamente, la policía y los militares desconfiaron de los manifestantes y decidieron disolver la incómoda protesta por la fuerza. Dos menores murieron y tres personas resultaron heridas.

Sus muertes apenas causaron conmoción en la prensa local, que aquellos días andaba pendiente de la visita del Comité Olímpico Internacional (COI) a las instalaciones de los futuros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Los centenares de habitantes del Complexo da Maré  que escapaban de los gases lacrimógenos y de las balas de la Policía Militar  aquella noche, probablemente no lo sabían, pero su destino había sido decidido entre sonrisas y apretones de mano unas horas antes.

El secretario del Ministerio de Deportes, Ricardo Leyser, anunciaba aquel día que el gobierno federal usará las Fuerzas Armadas para realizar las labores de seguridad en Río 2016.

En la práctica, la decisión supuso que los 2700 militares que cada día supervisan la vida de los habitantes de la Maré, amplíen su presencia en la zona por otros 18 meses. A un coste de 593.000 dólares por día, los contribuyentes brasileños pagarán  319 millones de dólares para que sus vecinos de la zona norte vivan en un contexto más propio de Irak o de Palestina.

Soldados refuerzan la seguridad en el Complexo da Maré después de un día de un inteso intercambio de disparos entre traficantes locales. Fotografía: Alex Ribeiro/Folhapress.

Soldados refuerzan la seguridad en el Complexo da Maré después de un día de un inteso intercambio de disparos entre traficantes locales. Fotografía: Alex Ribeiro/Folhapress.

Los blindados y la artillería pesada se han convertido en parte del paisaje de las 16 favelas de la Maré, cuyo único pecado es haber sido construidas entre el Aeropuerto Internacional Tom Jobim y el centro de la “cidade maravilhosa”.

Un lugar estratégico que una valla de tres metros de altura, situada alrededor de los 10 kilómetros cuadrados que ocupa, no ha sido capaz de esconder de la mirada de los turistas que pasan por la Linha Vermelha camino de las playas de postal de la zona sur.

Puede que el yugo de las tres facciones de narcotraficantes (Comando Vermelho, Terceiro Comando Puro y Amigos dos Amigos) que allí se daban cita, y que todavía mantienen su influencia a pesar de la ocupación, debía ser erradicado.

Pero casi un año después la ocupación militar se ha revelado como un fracaso, denunciado además por innumerables asociaciones de Derechos Humanos.

Así lo hizo Amnistía Internacional a través de un comunicado oficial en el que afirmó que  las Fuerzas Armadas “no poseen el entrenamiento adecuado” o las habilidades de “diálogo con organizaciones de la sociedad civil o poblaciones de las favelas”.

Además, la respetada organización expuso que “la lucha contra el narcotráfico no puede llevar a una criminalización de la comunidad, especialmente de los más jóvenes”. Unos argumentos a los que los dirigentes del COI no han querido prestar atención.

Un hombre posa frente a un vehículo blindado de las Fuerzas  Armadas, durante la ocupación del Complexo da Maré, en abril de 2013. Fotografía: Daniel Marenco/Folhapress.

Un hombre posa frente a un vehículo blindado de las Fuerzas Armadas, durante la ocupación del Complexo da Maré, en abril de 2013. Fotografía: Daniel Marenco/Folhapress.

Es la triste realidad de los miles de cariocas que no cuentan con un lugar dentro de los ambiciosos planes de Río 2016.

Empujados a los márgenes de la ciudad e ignorados durante décadas por los gobiernos locales, viven la opresión de una ocupación militar con el pretexto de protegerles de un yugo, el del narcotráfico, al que esos mismos gobiernos dejaron hacerse amos y señores de aquellos que poco importaban.

Faltan 18 meses para el mayor evento deportivo jamás vivido en Río de Janeiro y nada ni nadie deberá arruinar la fiesta. Los intereses puestos en un espectáculo que le ha costado a la ciudad 13.000 millones de dólares valen más que los derechos de unos cuantos “favelados”.

Al igual que ocurrió en 2013 durante la Copa de las Confederaciones o en 2014 durante el Mundial, el Ejército brasileño se sumará a la fiesta del silencio, la de las manifestaciones pacíficas disueltas a golpes, gases lacrimógenos y disparos de los que matan.

Pero en la Maré no se resignan a vivir oprimidos por el silencio. Es imposible saberlo, pero es posible que la próxima “primavera brasileña” comience entre la mayoría silenciosa que todavía no ha alzado su voz en Río de Janeiro.

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La ciudad de las fronteras invisibles http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/01/22/la-ciudad-de-las-fronteras-invisibles/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/01/22/la-ciudad-de-las-fronteras-invisibles/#comments Thu, 22 Jan 2015 19:23:47 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1268 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Si algo define a Brasil más allá de su gente, es su inmensidad. El gigante sudamericano, de dimensiones prácticamente continentales, es el único país del Cono Sur que comparte fronteras con todos sus vecinos a excepción de Chile y Ecuador.

Sin embargo, a veces las fronteras que no se encuentran trazadas en los mapas son las más difíciles de atravesar. Norte y Sur, ciudad y campo, centro y periferia o asfalto y favela, son fronteras invisibles que muchos parecen haber olvidado, especialmente aquellos que han quedado del lado “bueno”.

Desde el pasado fin de semana, una nueva frontera ha sido establecida en Río de Janeiro. Agentes de la Policía Militar (PM) montan controles en las salidas de los túneles que conectan la zona Norte de la ciudad con la zona Sur. Su objetivo es detener los autobuses que, cargados de jóvenes provenientes de las comunidades de la zona Norte, se dirigen hacia las míticas playas de la ciudad.

Es la frontera de la vergüenza, la del Norte pobre y el Sur rico que las montañas del macizo de Tijuca ya se habían encargado de crear, pero que los cariocas se habían asegurado de mantener con unos precios de alquiler que garantizaran  el aislamiento de los adinerados habitantes sureños.

Con sus fusiles en mano, como harían en la frontera de un país en guerra, los agentes de la PM inspeccionan meticulosamente los autobuses que salen del túnel de Rebouças o Santa Bárbara en busca de personas “no deseables” en dirección a unas playas que estos días acogen a miles de turistas.

Playas repletas y algunos robos se registraron el pasado fin de semana en Ipanema y Leblon. Fotografía: Ricardo Borges/Folhapress

Playas repletas y algunos robos se registraron el pasado fin de semana en Ipanema y Leblon. Fotografía: Ricardo Borges/Folhapress

Su foco se centra en la línea 476 que conecta Leblon, el barrio más exclusivo de Río de Janeiro, con el barrio de clase obrera de Meier, pasando por prácticamente todas las grandes favelas de la región Norte.

El pasado domingo, las imágenes de un grupo de más de 20 jóvenes rompiendo las ventanas e incluso subiendo al techo del autobús hicieron que muchos pongan el grito en el cielo.

“Si alguien está asomándose por las ventanas, puertas o con un comportamiento fuera de lo normal, el vehículo será parado y las personas retiradas”, avisó el pasado 15 de enero el subjefe de Operaciones de la PM, Claudio Lima Freire.

A las imágenes del pasado domingo se une el temido fenómeno del “arrastão” , es decir, grupos de hasta 50 jóvenes que asaltan a su paso a bañistas y transeúntes, que el pasado fin de semana actuaron en Ipanema y Leblón, y que han generado el caos entre los habitantes de la zona Sur.

Estas circunstancias parecen justificar este tipo de medidas conocidas por la PM como “Operação Verão”, que se complementa con un refuerzo de 700 agentes que patrullan desde el pasado fin de semana las playas de la ciudad.

Al parecer, a partir de ahora cualquier grupo de amigos de la zona Norte que desee viajar en autobús hasta las playas de Ipanema o Leblón deberá ser un ejemplo de buenos modales y tendrán que evitar pasear en grupo por la orilla de la playa.

En declaraciones a “Folha de Sao Paulo”, el director del Observatorio de Favelas, Jorge Luiz Barbosa, aseguró que los controles en los autobuses  “atentan contra el derecho de ir y venir de las personas” y añadió que “parte de un juicio de valor que considera a los habitantes de los suburbios como potenciales sospechosos “.

Un policía entra en el agua para atrapar a uno de los ladrones de la playa. Fotografía: Ricardo Borges/Folhapress

Un policía entra en el agua para atrapar a uno de los ladrones de la playa de Río. Fotografía: Ricardo Borges/Folhapress

Por su parte, el miembro del Instituto de Desarrollo y Derechos Humanos, João Tancredo, calificó la medida como “una violación de los derechos del ciudadano” y una acción basada en “prejuicios y humillante”. No obstante, y a pesar de las denuncias de diferentes ONGs, el miedo justifica los medios y la medida ha sido acogida con gran entusiasmo por los vecinos de la zona Sur de la ciudad.

Este mismo martes, día del patrón de la ciudad, San Sebastián, la PM realizó varias revistas que fueron calificadas como un éxito. “Está surtiendo efecto”, declaró a la TV Globo uno de los agentes, que además aseguró que los controles serán cambiados de ubicación cada fin de semana para lograr mayor efectividad.

El debate de la inseguridad en las playas abarrotadas de Río de Janeiro es una constante cada inicio de verano. Mientras tanto, las medidas del ayuntamiento y del gobierno del Estado de Río de Janeiro son cada vez más contundentes, algo que agradecen los bañistas y el turismo.

Sin embargo, resulta difícil establecer la línea entre seguridad y segregación. Lo que es seguro es que cada vez la zona Sur parece estar más aislada de la realidad del conjunto de la ciudad. Ni las obras del metro, ni el BRT, ni siquiera la experiencia del Mundial de fútbol o las preparaciones para los Juegos Olímpicos de 2016 parecen haber acercado a sus habitantes, sino más bien todo lo contrario.

La gentrificación y no otra es la verdadera frontera que divide a Río de Janeiro. Una frontera que no se vigila con policías sino con un ayuntamiento que diseñe una ciudad sin límites, abierta y accesible para todos sus ciudadanos. Río de Janeiro, la “cidade maravilhosa”, no merece ser una ciudad de frontera condenada a servir de escaparate a la belleza y, al mismo tiempo, a la miseria de Brasil.

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Un año en las calles http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/12/31/un-ano-en-las-calles/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/12/31/un-ano-en-las-calles/#comments Wed, 31 Dec 2014 14:00:49 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1253 Continue lendo →]]> POR ESTHER SOLANO Y WAGNER IGLECIAS

Esther (prof.esther.solano@gmail.com) es española, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de São Paulo y miembro del Fórum de Seguridad Pública. Wagner es brasileño, doctor en Sociología por la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (USP) y profesor de la Escuela de Artes, Ciencias y Humanidades de la USP.

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Las fechas navideñas siempre son propicias para mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo vivido. Si algo no puede pasar inadvertido en esta retrospectiva es el ciclo de protestas sociales 2013-2014, la ocupación continua de las calles de São Paulo, como si los ciudadanos quisieran arrebatarle el espacio urbano a la propiedad privada, la única que tiene presencia asegurada.

Comenzamos con el espasmo colectivo de las Jornadas de Junio de 2013, que dejaron a la ciudad de São Paulo catatónica, eufórica, sin que nadie entendiera bien lo que estaba sucediendo, pero con el aroma de que se estaba viviendo un momento histórico, una expresión colectiva de las voluntades, los deseos y los miedos de todos nosotros.

Cuando todavía no nos habíamos recuperado ni del susto, ni del entusiasmo, otro actor entró en escena, súbitamente. Los jóvenes adeptos de la táctica black bloc, con su estética negra, cargados con piedras y molotovs, dejaron pasmada a una ciudad que no sabía entenderse a sí misma. Rabia, violencia, miedo, policía en las calles.

Llegó diciembre de 2013. Todo parecía un poco más aplacado, sereno, volviendo a su rumbo, cuando, sin aviso previo, los jóvenes del “rolezinho” decidieron juntarse para ir a dar una vuelta a los shoppings de sus barrios e incluso de las zonas más ricas de la ciudad.

Un episodio tan cotidiano, tan banal, pero que provocó una onda reaccionaria exagerada, que dejó expuesta la estructura jerárquica de la sociedad brasileña, con señoras aterradas por la idea de que “esos jóvenes negros de favela” pudieran invadir como hordas salvajes sus idolatrados shoppings exclusivos.

Entre sobresaltos de “rolezinhos” y black bloc llegó el 2014, el Mundial y el espacio público siguió siendo escenario de escenas de conflictos sociales: calles y  estadios, de nuevo, dejaron al descubierto la faceta más rancia de un Brasil que profería insultos clasistas y racistas en los partidos de fútbol.

La Copa del Mundo se perdió en el campo de forma vergonzosa, pero no menos vergonzoso fue ver el comportamiento de algunos de los que ocupaban las gradas de los estadios.

Y, como no podía faltar, las últimas de las emociones fueron el año electoral y dos eventos sociales fascinantes: la ocupación de las calles por parte de militantes y simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT) en un movimiento de dinamismo social electoral que hacía años no se veía y la organización de los conservadores, que nunca participaron de la tradición de expresarse políticamente según el modelo de manifestación, personas que vociferan contra un supuesto estado brasileño-bolivariano-castrista-leninista, a los que se suman grupos aislados que piden la vuelta de un gobierno  militar.

REOCUPACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO

Es importante resaltar que la mayor metrópoli brasileña vive un proceso de reocupación de las calles y del espacio público.

En las últimas décadas, la concepción de que el espacio público es apenas un lugar de pasaje entre dos espacios privados (la casa, el trabajo, el shopping, la escuela) había ganado mucha fuerza en São Paulo. Además, sucesivas gestiones municipales trataron el espacio público de forma militarizada, impidiendo su uso por artistas de calle y colectivos juveniles.

A eso se suma, por un lado, la ideología del mercado inmobiliario, tan fuerte en São Paulo, a vender todo el tiempo la concepción de espacios privados exclusivos, definidores de elevados grados de status social que garantizan seguridad y confort, y, por otro, la cultura del automóvil, por la cual muchos equivocadamente imaginaron que los problemas de transporte en una ciudad de más de 11 millones de habitantes podían resolverse por salidas individuales y privadas.

Un hecho aparentemente banal, pero muy característico de sectores de la élite paulista, fue el puntapié inicial para cambiar las tendencias dominantes e impulsar la reocupación de las calles por movimientos sociales diversos. En 2011, habitantes de un barrio acomodado se manifestaron públicamente contra la instalación, en esa región, de una estación de metro.

Alegaban que aquello podría aumentar y diversificar en demasía la circulación de personas por el barrio. La reacción de los movimientos sociales fue de repudio, en forma de ironía.

La “Parrillada de Gente Diferenciada”, organizada en la calles del exclusivo barrio de Higienópolis, en mayo de 2011, se constituyó como un catalizador para que diversos colectivos volvieran a encarar la calle como espacio no apenas de circulación, y sí de ocio y reivindicación política en la ciudad de São Paulo.

Obviamente muchos movimientos sociales jamás habían dejado las calles, pero aquel episodio, aliado a la fuerza de las redes sociales, incentivó a numerosas personas a salir a las calles de la mayor ciudad del país para protestar. Seguramente no se verán, otra vez, contingentes de decenas de miles de personas como se vieron en las Jornadas de Junio de 2013.

Ahora ya no hay una masa indiferenciada protestando por temas vagos, contra “todo lo que está ahí”, pero es bastante probable, como ya se ha demostrado desde 2013, que São Paulo siga siendo escenario, en 2015 y en los próximos años, de diversas manifestaciones. Con excepción de aquellas de banderas anti-democráticas, no deja de ser un aliento.

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Brasil, el emergente que se hunde http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/12/11/brasil-el-emergente-que-se-hunde/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/12/11/brasil-el-emergente-que-se-hunde/#comments Thu, 11 Dec 2014 14:15:36 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1232 Continue lendo →]]> POR LUNA GÁMEZ (@LunaGamp) Y JOSÉ BAUTISTA (@JoseAntonio_BG), DE RÍO DE JANEIRO

En plena vorágine nazi en Europa, un tal Stefan Zweig se mudó con su señora a Río de Janeiro y escribió un libro llamado “Brasil, país del futuro”. En los albores de este nuevo milenio los brasileños sintieron que acariciaban con la punta de los dedos ese futuro al que Zweig hacía referencia.

Brasil y otros países de América Latina vivieron su particular década de oro: la pobreza y el analfabetismo perdieron protagonismo, el hambre cedió paso a ese problema tan moderno llamado malnutrición y muchas familias humildes enviaron a sus hijos a la universidad.

Sin embargo, Brasil revive estos días algunas de sus viejas pesadillas. Dos meses después de unas elecciones marcadas por la situación económica, la reelecta Dilma Rousseff lanza los primeros mensajes de “austeridad” y nombra ministro de Economía a Joaquim Levi, un ortodoxo formado en la liberal Escuela de Chicago.

Brasil ya no es aquel joven musculoso que entró pisando fuerte en la primera división de la economía mundial hace diez años. El gigante sudamericano va dejando atrás el título de emergente y se cuelga el cartel de “convergente”.

A mitad de 2014, saltaron las alarmas cuando la economía brasileña entró en lo que la jerga financiera denomina “recesión técnica”, es decir, dos trimestres de crecimiento negativo.

La confianza de los consumidores, un indicador muy útil para medir la temperatura de la economía, cayó a niveles de 2002, época marcada por la crisis de confianza y la repetición del temido “efecto caipirinha”.

Gráficos de crecimiento PIB, inflación y confianza de los consumidores. Luna Gámez y José Bautista.

Gráficos de crecimiento PIB, inflación y confianza de los consumidores. Por Luna Gámez y José Bautista.

Brasil sufre lo que los economistas llaman estanflación: a pesar de que la economía y el consumo no crecen, los precios siguen empeñados en engordar. La inflación ya se sitúa en torno al 6,5% anual, la línea roja establecida por el gobierno de Dilma Rousseff. No es difícil encontrar el kilo de tomates a 10 reales (en torno a cuatro dólares) en los supermercados de Río de Janeiro.

“Todo se debe a la crisis internacional”

Se habló mucho de fútbol y poco de economía durante el Mundial. Brasileños y extranjeros se aferraban a su lata de cerveza y fijaban la mirada sobre la pantalla mientras institutos económicos, agencias y analistas se estremecían ante las nuevas predicciones: Brasil en recesión, Brasil y la inflación, Brasil y la especulación, ¡GOL!

Las lágrimas de los brasileños seguían humedeciendo el ambiente tras la derrota ante Alemania cuando, dos días después, el ministro de la Presidencia, Gilberto Carvalho, mano derecha de Rousseff y del ex presidente Lula, confesó en un encuentro personal: “No tenemos un remedio mágico, un mes antes de las elecciones somos conscientes de las dificultades, de la coyuntura internacional”.

La economía de Brasil no pasa por su mejor momento porque la situación internacional está fea. Ese sigue siendo el argumento number one del gobierno.

Los pesos pesados de Europa están en coma, Estados Unidos resopla de alivio por un raquítico 2% de crecimiento, el real se devaluó un 8% frente al dólar este año (lo que encarece las importaciones) y los principales indicadores macroeconómicos de China, primer destino de las exportaciones brasileñas, emprenden el descenso tras dos décadas de intensa escalada. Carvalho tenía razón…pero no toda.

Recordemos que Brasil hizo bien los deberes durante lo peor de la crisis (2009) y la hecatombe financiera apenas le salpicó los talones. En 2010, el gigante sudamericano  creció nada más y nada menos que un 7,5%. Aunque lo peor de la crisis quedó atrás, las autoridades brasileñas siguen escasas de humildad para reconocer sus desaciertos.

Para empezar, Brasil conserva las debilidades del pasado: ahora no depende abiertamente de Estados Unidos, sino de China; ya no tiembla cuando cae el precio del café o del caucho, sino cuando se abaratan los metales, el petróleo y ciertos alimentos como la soja y el azúcar (ver gráficos más abajo).

Brasil y sus vecinos redistribuyeron la abundancia en época de vacas gordas pero no supieron diversificarse ni moderar el optimismo. Ahora llegaron los tiempos de vacas flacas.

Gráficos con precios de ciertas materias primas. Por Luna Gámez y José Bautista.

Gráficos con precios de ciertas materias primas. Por Luna Gámez y José Bautista.

Brasil, que todavía está de resaca tras albergar el Mundial más caro de la historia (en torno a 12.000 millones de dólares frente a los 3500 que el gobierno estimó inicialmente, sin mencionar el impacto de los días festivos decretados), tiene que importar petróleo refinado porque no tiene capacidad para procesar sus reservas, las mayores de la región por detrás de Venezuela.

Ni la exención de impuestos a los 34.000 millones de dólares generados por la FIFA y sus socios, ni la polémica decisión de disminuir y anular las multas millonarias a grandes empresas, ayudan al Estado brasileño a afrontar sus responsabilidades.

Ahora Brasil busca financiación privada en los mercados internacionales y su deuda pública escala al 60%, mientras que los ahorros de las familias caen a su nivel más bajo de los últimos 14 años y el gobierno desenfunda la “tijera del ahorro”.

Hará falta un milagro para que los recortes no vayan directamente hacia los programas de distribución de renta que mantienen en la frontera de la pobreza a millones de brasileños.

Otro pequeño reproche: las cifras oficiales esconden la verdad.

El 40% de los trabajadores brasileños se gana la vida recogiendo latas (catadores), vendiendo pañuelos en los semáforos y realizando otras actividades sin ningún tipo de contrato o paraguas legal, mientras el gobierno se felicita porque el desempleo es del 5% y califica como clase media a las familias que ingresan más de 540 dólares al mes. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

“El problema es que no llueve”

El clima está cambiando a marchas forzadas y los brasileños están entre los primeros en sentirlo en carne propia.

Varias regiones de este gigantesco país sufren la peor sequía de las últimas tres décadas, entre ellas São Paulo, corazón industrial y financiero de la mayor economía de América Latina. La lluvia debería llenar de agua las represas hidroeléctricas de Brasil, que producen más de dos tercios de la electricidad que consumen los brasileños.

El gobierno puso en marcha un plan de emergencia en febrero de 2014 para acelerar la producción de energía en centrales termoeléctricas, que funcionan con combustibles fósiles, contaminan una barbaridad y son caras.

Resultado: el precio de la luz subió y todos lo notaron, desde las fábricas y los restaurantes hasta los hogares. Además, la falta de lluvia merma las cosechas, lo que da lugar a escasez de alimentos y aumento de los precios. La inflación de Brasil tiene mucho que ver con la sequía, cierto…pero hay más explicaciones.

El gobierno brasileño negó durante mucho tiempo los riesgos de la sequía. Izabella Teixeira, ministra de Medio Ambiente, se sintió ofendida en julio al ser interrogada sobre el derroche energético en Brasil (minutos antes presumía de los eficientes estadios construidos para el Mundial).

Varios medios de comunicación y políticos alimentan el miedo a los apagones eléctricos y a que se repitan los racionamientos de energía que Brasil vivió en 2001, mientras el gobierno responde con otra exageración: la sequía es “transitoria” y no es un problema mayor, por lo que no hay nada de qué preocuparse.

Por otro lado, los brasileños cada vez son más numerosos y consumen más. Sin embargo el nivel de producción industrial de Brasil disminuyó en los últimos años y los elevados intereses de los préstamos repelen a los empresarios que deberían invertir para ampliar la capacidad productiva del país. Al haber menos oferta y más demanda que antes, los precios aumentan.

La economista Dilma Rousseff apostó fuerte por la inversión pública en infraestructura (carreteras, aeropuertos, etc.) pero dejó en segundo plano la capacidad productiva. Ahora el gobierno comenta las dificultades de la sequía mientras cierra el grifo del crédito para que los precios dejen de subir. Hace una semana supimos que el Banco Central de Brasil elevó al 11,75% los tipos de interés (precio que pagan los bancos por comprar dinero al Estado).

“Los brasileños son corruptos y perezosos”

Un argumento triste, doloroso y carente de base que se desmonta por sí solo. Empecemos por la corrupción: la patronal industrial de São Paulo calcula que la corrupción es una herida por la que cada año se desangra el 2,3% del PIB brasileño.

Este mes Transparencia Internacional situó a Brasil en el puesto 69 del Índice de Percepción de la Corrupción, junto a Italia y Senegal. La corrupción es un serio problema y el gobierno de Rousseff está dando pasos firmes para combatirla (véase la ambiciosa ley aprobada en mayo contra la evasión fiscal y la corrupción política), pero no es la principal causante del enfriamiento económico.

Mientras tanto, la pereza es uno de los prejuicios propios que persisten en el imaginario de muchos brasileños. Ese argumento también se cae con una ligera brisa: los brasileños son trabajadores y dedican una media de 44 horas semanales a su labor, más que los japoneses (43 horas), los chinos (40 horas) y los alemanes (38).

La falta de tecnología, los bajos niveles de formación y los problemas sociales son los verdaderos causantes de la baja productividad de Brasil que muchos confunden con la pereza.

“La productividad no depende tanto de la cualificación del trabajador, sino de la intensidad con que las innovaciones tecnológicas son implementadas en el proceso productivo”, dijo recientemente un economista de la Universidad de Campinas (São Paulo) a la cadena británica BBC.

A pesar de las interminables jornadas laborales y los bajos salarios, cada trabajador brasileño produce una media de 10,8 dólares por hora, mientras que en Argentina la media es de 13,9 dólares y en México 16,8.

De momento, ya han puesto las primeras piedras: Brasil lleva varios años promoviendo los cursos de formación profesional, acelerando su presupuesto para investigación y financiando a pequeñas y medianas empresas para que inviertan en nuevas tecnologías e innovación.

Brasil cuenta con todos los ingredientes para dejar de ser el “país del futuro” y convertirse en el país del presente. Con todos menos uno: la memoria para no repetir los errores del pasado que hoy vuelven a pasar factura.

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Elecciones en Brasil: Políticos y papagayos http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/10/elecciones-en-brasil-politicos-y-papagayos/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/10/elecciones-en-brasil-politicos-y-papagayos/#respond Mon, 10 Nov 2014 12:47:02 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1159 Continue lendo →]]> POR GABRIEL BAYARRI, DE RÍO DE JANEIRO

El escritor austriaco Stefan Zweig murió por amor a Brasil, literalmente, en un suicidio que fue precedido por la explicación más bella que he leído jamás de lo que significa la identidad brasileña, y que sólo podía concluir en un final desgarrado, que intensificase la marcha obligada de la “tierra del futuro”, una marcha prematura, de abandono, que encajase con los principios románticos.

Murió en la zona serrana de Petrópolis, antigua residencia de los reyes portugueses, en el interior del estado de Río de Janeiro. Decía, apasionado por esta tierra exuberante, que  Brasil curiosamente simulaba a un arpa en el mapa, semejante descripción introducía una serie de sentidos que al país le son dados, y entrelazados, en su imaginario social.

La “tierra de los papagayos”, aquella inigualable en abundancia de su flora y fauna, que lo tiene todo al mismo tiempo, sierra, litoral, pampa, selva, cuenca de ríos, y que es fértil en casi todas sus partes, con un clima que transita del tropical, subtropical y hasta lo templado, donde se alimentan los ríos más grandes del mundo, y el patrimonio atraviesa de una frontera a la otra, desde la Amazonia hasta la triple frontera natural con Argentina y Paraguay, en la caída del río Iguazú.

Se yergue la favela en medio de este escenario para votar en la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, con los ojos todavía puestos en la mesa sin mantel, en el plato vacío, en la falta de saneamiento básico, de escolaridad para los más pequeños, de analfabetismo para los más viejos, de salud para todos, y ante penitas y alegrías se entiende por qué la pauta política todavía es prehistórica en la cuestión ambiental.

Como los ríos, descienden del morro los votantes de la favela, familias enteras para votar en los colegios municipales. Llegó el domingo 26 de octubre, nuevamente día de votación

Las elecciones se expresan con la misma estrategia publicitaria que el Mundial de fútbol: pegatinas, globos, camisetas… los rostros sonrientes de la presidenta Dilma Roussef (PT) y del candidato opositor Aécio Neves (PSDB) invaden las calles, y las “aficiones”  rasgan en dos a la población: los estados de un Norte pobre y negro, de un Sur desarrollado y blanco; dividen al campesino del latifundista; al vendedor de churros de su patrón; al pescador artesanal de los gestores de las piscifactorías.

Los intereses están rasgados, divididos, ganando el PT más de un 80% de los votos en algunas de las áreas más subdesarrolladas del país, y llegando a perder en los estados del Sur.

No obstante, se palpa un agrio sentimiento, el de un voto que no es sincero, un voto sólo ejercido en la favela como autodefensa, que apoya los avances sociales, pero que legitima la corrupción estructural en todas las fuerzas políticas. Una elección confusa e impotente ante la falta de alternativas y de ilusión. Un voto que refleja el miedo de la favela a ser olvidada por las políticas sociales.

A la entrada del colegio se mezclan en armonía conversaciones del cotidiano con las del acontecimiento del momento: “…La favela puede sumirse en el olvido, sin registros…”, “…yo ya no compro tomates a ese precio…”, “…la ciudad puede perder la memoria…”, “…dará a luz en poco tiempo…”, “…la favela nunca habrá existido…”.

Observo a la salida del colegio a una señora de mediana edad que vende verduras en el mercadillo que da entrada a la inmensa favela de la Rocinha. Le lloran los ojos, está cortando cebollas. El análisis se queda empobrecido, pues no sabría decir si llora por la situación del país, por la muerte del pedrero Amarildo en manos de las Unidades de Policía Pacificadora en 2013, por los nervios ante las elecciones, o por los efectos de una cebolla, que en cada capa representa las etapas que todavía deben atravesarse en esta tierra.

La capa de la pobreza va saliendo, todavía provoca lágrimas, tal vez algún día se llegue al corazón de la cebolla, y se pueda mirar alrededor, y observar y enorgullecerse de la belleza del Brasil.

Entonces todos pedirán su defensa, y crearán una pauta socio-ambiental sólida, defensora de las demarcaciones de reservas indígenas, del fortalecimiento de las reservas de extracción sostenible, de la fiscalización de la tala de la región Amazónica, de la producción eficaz e independiente de los Estudios de Impacto Ambiental, de la anteposición de la biodiversidad y de los grupos minoritarios ante la explotación de recursos naturales, como son el caso de las hidroeléctricas,  y otras formas de combate al crimen ambiental,  pues la naturaleza se fusiona en la propia identidad brasileña.

La favela recuerda con su voto que habrá que atravesar  primero otras capas de la cebolla, las de una extrema desigualdad de clases, capas que al mirarlas todavía nos hacen llorar, aunque se torna urgente afrontar la descuidada cuestión ambiental, y recordar, por el bien de la preservación de la  identidad brasileña, que los papagayos llegaron al Brasil mucho antes que los partidos políticos.

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Roberto Alzir: “Esperamos tener unas Olimpíadas que coronen el ciclo de grandes eventos en Río de Janeiro” http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/08/11/roberto-alzir-esperamos-tener-unas-olimpiadas-que-coronen-el-ciclo-de-grandes-eventos-en-rio-de-janeiro/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/08/11/roberto-alzir-esperamos-tener-unas-olimpiadas-que-coronen-el-ciclo-de-grandes-eventos-en-rio-de-janeiro/#respond Mon, 11 Aug 2014 19:20:18 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1024 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

La semana pasada entrevisté para la agencia de información rusa RIA  Novisti a Roberto Alzir  Dias Chaves, subsecretario de Grandes Eventos de Río de Janeiro desde 2012, responsable de los preparativos para los megaeventos que van a tener lugar en la ciudad hasta 2016.

Alzir tiene una  vasta experiencia en el área de seguridad: cuenta con 15 años de carrera como oficial de la Policía Militar (PM) de Río, coordinó –en 2007- los planes de seguridad para la visita a Brasil de Benedicto XVI y también estuvo a cargo de la seguridad del papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud, en junio de 2013.

Después de haber estado coordinando la seguridad del Mundial 2014 en Río, y cuando faltan dos años para los Juegos Olímpicos de 2016, Alzir  se prepara ahora para diseñar el que será el mayor dispositivo de seguridad en la historia olímpica.

Les dejo en este post algunos de los extractos más interesantes de la entrevista:

DESAFÍOS Y EXPERIENCIA

Para Alzir, la experiencia adquirida por la ciudad en los últimos años es el principal aval con el que cuenta Río a la hora de garantizar la seguridad en el evento.

“Desde 2007, Río de Janeiro pasó por los Juegos Panamericanos, Río +20, Copa de las Confederaciones, Jornadas Mundiales de la Juventud y el Mundial. Gracias a esa experiencia acumulada ya podemos decir que partimos con el 80% del esquema de seguridad montado”, afirmó.

“Tras el éxito del Mundial, las expectativas están muy altas; es una gran presión. Esperamos tener unos Juegos [Olímpicos] que coronen el ciclo de grandes eventos en la ciudad”.

COOPERACIÓN CON OTRAS FUERZAS DE SEGURIDAD

El subsecretario reconoció que algunos sucesos ocurridos durante el Mundial superaron las expectativas y obligaron a una completa revisión de las estrategias.

“Con sucesos como la invasión del [estadio] Maracaná por los aficionados chilenos nos dimos cuenta de la importancia de cooperar con la seguridad privada de los eventos de una manera más eficiente. La invasión fue un fallo tanto de la FIFA como de nuestro dispositivo, pero nadie podía imaginar que 5000 personas intentarían invadir de forma coordinada uno de los portones de prensa. Esto nos hizo mejorar mucho el resto de partidos”, indicó.

En su opinión, el uso de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad de los eventos deportivos no supondrá ningún dilema.

“Siempre que podamos contaremos con el apoyo del gobierno federal y si fuera preciso de las Fuerzas Armadas. Creo que a pesar del impacto que crea de cara al exterior el uso de las Fuerzas Armadas, preferimos anteponer el hecho de garantizar la seguridad del evento “, apuntó.

DIFICULTADES

Las dificultades encontradas durante el Mundial servirán de base para la elaboración del esquema de seguridad de las Olimpíadas.

“En el mes de agosto, presentaremos un informe al gobierno federal de cada uno de los proyectos de seguridad en la ciudad tras el Mundial. En función de las conclusiones, montaremos un esquema de seguridad para Rio 2016 que responda a las características de un evento mucho mayor y más difuso”, precisó.

INVERSIONES

“Desde 2010 hemos invertido en torno a 1000 millones de dólares en equipamientos y programas de seguridad. Nuestras policías de élite, como el BOPE y el CORE, han tenido todos sus equipamientos renovados, también en materia antidisturbios nos hemos adaptado a los más altos estándares mundiales, incluso recibiendo formación de cuerpos especializados como la Policía Nacional de España”, apuntó.

Alzir destacó que en la actualidad, la PM dispone de “nuevo armamento no letal, seguimiento aéreo en tiempo real de las protestas, policía a caballo, policía canina, comisarías móviles para la mejor atención a los ciudadanos en las inmediaciones de los recintos deportivos, entre otros”.

El subsecretario calcula en “unos 400 millones de dólares” el presupuesto del que todavía dispone la ciudad para preparar la seguridad de Río 2016.

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