Brasil con Ñídolos – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 La dinámica de lo impensado http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/07/la-dinamica-de-lo-impensado/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/07/la-dinamica-de-lo-impensado/#respond Thu, 07 May 2015 15:54:23 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1423 Continue lendo →]]> POR ESTEBAN NIETO, DE SÃO PAULO

Esteban es un periodista deportivo argentino que vive hace tres años en São Paulo. Realizó coberturas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Mundial de Brasil 2014 y la Fórmula 1. Puedes seguirlo en Twitter en la cuenta @intratable y ver su trabajo aquí.

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“El fútbol es la dinámica de lo impensado”. Esta frase, pronunciada por el periodista deportivo argentino Dante Panzeri hace casi 50 años, sobrevivió a su creador, a generaciones de futbolistas, vio glorias y ocasos, a Pelé, a Maradona y a una decena de Copas del Mundo. Y por esos misterios que sobrepasan la barrera del idioma, en el clásico entre Corinthians y Palmeiras, el pasado domingo 19 de abril, también se hizo presente en Brasil.

El Palmeiras festeja el pase a la final del Campeonato Paulista 2015. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

El Palmeiras festeja el pase a la final del Campeonato Paulista 2015. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Como si fuera un premio consuelo, o tal vez un envión para ganar el Campeonato Brasileño, el Campeonato Estadual no inspira la pasión de su hermano mayor. Para los equipos grandes, la competencia arranca en las fases finales. Exceptuando al sorprendente Ituano, equipo que se consagró en 2014, desde hace una década los estaduales son patrimonio del Corinthians, Palmeiras, São Paulo y Santos.

Justamente estos cuatro equipos definían las semifinales. En primer turno, Palmeiras arrancaba ganando en el Arena Corinthians, enmudeciendo a la hinchada rival. El Timão no se quedó atrás: logró darlo vuelta y, a quince minutos del final, cuando acariciaba la clasificación, llegó el 2-2. Penales. La dinámica de lo impensado, por su parte, entraba en calor al borde de la línea de cal y se preparaba para actuar.

Expectantes, los jugadores del Corinthians esperan el turno del Palmeiras en los penales. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Expectantes, los jugadores del Corinthians esperan el turno del Palmeiras en los penales. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

En algún lugar de São Paulo, unas veinte personas reunidas en un bar también seguía el encuentro. Todo giraba en torno de una televisión y de un anciano hincha del Corinthians, que al estar escuchando el partido por radio se enteraba medio segundo antes de las acciones. Lejos de mantenerse callado, las expresaba efusivamente y sin importarle nada, dejando sin sorpresa, y en la cúspide del malhumor, a los otros diecinueve hinchas prendidos a la TV.

Primer penal para el Palmeiras. El jugador comienza la carrera y una voz entrada en años grita: “¡AFUERAAA!”. Todos dan un golpe de vista al anciano, vuelven a la TV, ven a la pelota que poco a poco se eleva y que fehacientemente se va por encima del travesaño.

Insultos, maldiciones, nervios y unas cuantas miradas furtivas se posan sobre el anciano. Un hincha, indignado, le pide al dueño del bar que el hombre no grite más los goles con anticipación. Lejos de darle la razón, el simpatizante se queda mudo ante un categórico: “La próxima traé auriculares vos también, viejo”.

Fernando Prass, arquero del Palmeiras, ataja el último penal y le da la victoria a su equipo. Fotografía: Adriano Vizoni/Folhapress.

Fernando Prass, arquero del Palmeiras, ataja el último penal y le da la victoria a su equipo. Fotografía: Adriano Vizoni/Folhapress.

En la cancha, mientras tanto, los goles se sucedían hasta el quinto penal. Corinthians necesitaba meter el último para ganar, gracias al que había errado inicialmente el Palmeiras. Pero no fue así, lo erró… La tenue voz del viejito presagiaba lo que ningún hincha del Timão quería ver. Y la televisión se negaba a desviar el disparo que ya estaba en las manos del arquero del Palmeiras.

En la serie de penales definitorios, el visitante se llevó rápidamente el partido, ante un nuevo penal atajado al Corinthians, cuyos jugadores no podían creer lo que estaba pasando.

En un bar, el anciano por primera vez quedó en silencio, la radio se apagó con irritación y, como un fantasma, la dinámica de lo impensado tomaba otro rumbo para seguir condimentando el fútbol nuestro de cada día.

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Torcida única: un castigo para los hinchas genuinos http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/09/torcida-unica-un-castigo-para-los-hinchas-genuinos/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/09/torcida-unica-un-castigo-para-los-hinchas-genuinos/#respond Mon, 09 Mar 2015 19:27:57 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1363 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

El último clásico de Porto Alegre que disputaron el domingo 1 de marzo el Internacional y el Gremio se ganó al menos un capítulo en los libros de historia del fútbol. No por la calidad del encuentro (fue un espantoso 0-0); tampoco por lo que se jugaban, ya que el torneo gaúcho apenas está comenzando.

Sin embargo, el estadio Beira Río lució una escenografía poco usual en sus tribunas, regalando una postal atípica en el fútbol sudamericano: las camisetas rojas del local se mezclaban con las celestes y negras del visitante en uno de los laterales del estadio, conformando una torcida mixta.  

La iniciativa de sentar juntos a 2000 hinchas del Inter y del Gremio fue de Alexandre Limeira, vicepresidente de administración del club “colorado” y, a juzgar por lo visto, fue un éxito.

El Beira Río se pobló de familias enteras, con niños y abuelos incluidos, intercambiando camisetas, disfrutando de la previa, del partido y de volver a casa caminando a la par, más allá de las preferencias futbolísticas, esas que no se negocian.

La exitosa medida de Porto Alegre acompaña aquella de Recife, en la cual las madres de los hinchas fueron las encargadas del operativo de seguridad en el clásico entre Sport y Náutico.

Ambas iniciativas ocurren en el contexto de una profunda crisis del fútbol brasileño que, en su intento de volver a ser, está chocando una y otra vez con hechos de violencia de gravedad creciente, dentro y fuera de las canchas.

Hinchas del Internacional y del Gremio, juntos en el estadio Beira-Rio. Fotografía: Lucas Uebel/ Grêmio FBPA.

Hinchas del Internacional y del Gremio, juntos en el estadio Beira-Rio. Fotografía: Lucas Uebel/ Grêmio FBPA.

Torcidas organizadas (similares a las barra bravas o los ultras) que ya no respetan ninguna autoridad, envalentonadas por la connivencia con la más cobarde de las dirigencias, esa que prefiere entregar el poder a los vándalos y hacer la vista gorda.

Entre 2012 y 2014 fueron 71 las muertes en Brasil por incidentes en los estadios. Sólo un 3% de los delitos criminales en el fútbol fueron procesados durante el año pasado. 2015, a esta altura, ya cuenta con tres víctimas fatales.

Para frenar la oleada de hechos violentos, el Ministerio Público diseñó un plan de torcida única como “medida provisional”. Es decir, que sólo los equipos que actúan como locales tendrán el apoyo de su público. Basta de hinchas visitantes.

“No tiene sentido que el Estado gaste dinero escoltando torcidas organizadas hasta el estadio para impedir peleas con los hinchas locales. Se torna un privilegio en favor de la violencia”, escribió Paulo Sérgio de Castilho, fiscal del Ministerio Público, en un especial para Folha

El sociólogo Mauricio Murad, en la misma página del periódico, se mostró en desacuerdo.

En su artículo titulado “Sería como matar al buey para acabar con la garrapata, destacaba: “¿Qué tal si aplicasen la ley para acabar con la impunidad de esas minorías agresivas que se confunden con las masas?”

Luego, argumentaba: “Las [torcidas] organizadas en Brasil tienen más de dos millones de personas y un 6% de ellos está vinculada con delitos. La implementación de la torcida única sería injusta, además de demostrar incapacidad y flaquezas por parte de la justicia”.

Las opiniones a favor y en contra de la medida se amontonan, son muchas y diversas. Desde lo fáctico, sólo haría falta echar un vistazo al patio del vecino.

Policías e hinchas del Corinthians se enfrentan durante un partido, en 2014. Fotografía: Robson Ventura - 21.set.2014/Folhapress.

Policías e hinchas del Corinthians se enfrentan durante un partido, en 2014. Fotografía: Robson Ventura – 21.set.2014/Folhapress.

EL FRACASO ARGENTINO

En Argentina, el fútbol sin público visitante rige por iniciativa del Ministerio de Seguridad para Primera División y B Nacional desde agosto de 2013. El detonante fue una interna feroz en la barra brava de Boca Juniors.

Un año y medio después, poco cambió. La violencia sigue presente dentro y fuera de los estadios. Fueron 18 los muertos que dejó el fútbol sólo en 2014, 13 de ellos vinculados con barras.

Hubo asesinatos en disputas por el poder entre sectores enfrentados de las hinchadas de Lanús (Primera Divisón), Almirante Brown e Ituzaingó (Ascenso), con brutales ataques entre noviembre y diciembre pasado.

En ese período, también dos hinchas de San Telmo fueron masacrados por barras de Dock Sud, cuando miraban un partido por televisión.

En la ciudad de Rosario, tercera más poblada de la Argentina, en la provincia de Santa Fe, hubo dos asesinatos vinculados con barra bravas el preciso día en el que se disputó el clásico de esa ciudad, uno de los más peligrosos, entre Newell’s y Rosario Central.

Los clubes más populares tampoco se salvan. La barra disidente de River destruyó su propia confitería para atacar a los miembros de la facción oficial. En la otra vereda, la interna entre barras de Boca parece una historia de nunca acabar.

Pero la locura superó todos los límites cuando en Aimogasta, provincia de La Rioja, en el noroeste del país, un futbolista fue asesinado tras recibir un ladrillazo en la cabeza arrojado desde la tribuna. Franco Nieto se convirtió en el primer jugador muerto por la violencia en el deporte.

Fotografía: Juan Mabromata - 1º.mai.2013/AFP.

En Argentina, tras una feroz interna en la barra de Boca (foto), el Ministerio Público decidió prohibir el ingreso de hinchadas visitantes en la Primera División y B Nacional. Fotografía: Juan Mabromata – 1º.mai.2013/AFP.

Hace menos de dos semanas, el presidente de Temperley (Primera División), Hernán Lewin, fue agredido con un botellazo en el pecho tras gritar un gol de su equipo en el estadio de Racing.

Lejos de denunciar el hecho, dijo: “No creo que haya un solo club que no pacte con los barras. Si no lo hacés, tenés que pagar 10 veces más por el operativo de seguridad. Y suceden estas cosas”.

La comunidad de directivos reprobó los dichos de Lewin. No porque difieran de la realidad, sino porque ese “sincericidio” les molesta. Son contados con los dedos de una mano los que quieren acabar con la violencia más allá de los discursos de cartón.

El poder es de ellos, de los violentos. Rompen, golpean, asesinan, compran, venden. Todo, bajo un grueso manto de impunidad que deberían quebrar los que hasta hoy callan y pactan desde cómodos sillones.

La inútil experiencia argentina debería ser prueba suficiente para Brasil. La salida es condenar a los violentos y no suprimir al público de los estadios.

En todo caso, implementar la medida de torcida única no parece ser la solución para garantizar la seguridad. Terminarán pagando los platos rotos, una vez más, los hinchas genuinos del fútbol. La cultura de la violencia, en cambio, descansará sana y salva.

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A sacudirse la resaca, que 2015 acaba de comenzar http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/02/26/a-sacudirse-la-resaca-que-2015-acaba-de-comenzar/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/02/26/a-sacudirse-la-resaca-que-2015-acaba-de-comenzar/#respond Thu, 26 Feb 2015 19:44:16 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1336 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

A pesar de que pasó casi  inadvertido para el mundo occidental, el 15 de febrero se conmemoró, con celebraciones descomunales y fuegos artificiales, el Año Nuevo chino (el de la cabra, para el horóscopo), que se rige por los crecientes de la luna.

Aquí, en Brasil, sucede algo similar y, más o menos, en la misma fecha. Es, en realidad, una cuestión usual para los nativos acostumbrados. Sin embargo, los gringos no podemos dejar de sorprendernos cuando nos dicen: “En este país, el año no comienza el 1 de enero, sino recién cuando se apagan las luces del carnaval”.

Parece una exageración, una forma de potenciar la afición de los brasileños por esta fiesta popular sin parangón, que todos quieren vivir al menos una vez. Quienes recién llegamos a este país, no la asimilamos como una teoría capaz de volcarse a la práctica.

El centro de Río, uno de los escenarios principales del carnaval de Brasil. Fotografía: Márcia Moreira/Divulgação.

El centro de Río, uno de los escenarios principales del carnaval de Brasil. Fotografía: Márcia Moreira/Divulgação.

Al menos, no hasta que nos aplasta la marea de personas exultantes, que danzan al compás de un bloquinho callejero (una especie de comparsa comandada por un grupo de animadores extravagantes) mientras beben cerveza a baldes.

No lo sentimos real hasta que en la semana previa a los feriados de carnaval (este año, del 14 al 18 de febrero), reuniones, encuentros, trabajos pendientes y negocios se postergan após o carnaval. Es decir, todo se aplaza hasta que termine la gran fiesta, sin excepciones.

Podemos protestar, enojarnos o disentir, pero en Brasil esa es la norma.

Pasan a  segundo plano, desde la víspera hasta el fin de la celebración, los resultados del fútbol, los desbarajustes en la estatal Petrobras, la economía fluctuante y los pronunciamientos a favor o en contra del gobierno de Dilma Rousseff.

Escolas de samba desfilaron en el sambódromo de Río de Janeiro. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Escolas de samba desfilaron en el sambódromo de Río de Janeiro. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

El carnaval brasileño no empieza ni termina en el sambódromo: se siente en la calle, lo disfruta el pueblo entero, ese que abandona la comodidad del hogar para entregarse a la locura. Disfrazados de tolerantes van todos, dispuestos a olvidar razas, credos y las preferencias político-futboleras más arraigadas.

Se vive a mediados de febrero, pero se palpita durante todo el año. Y sólo hace falta darse una vuelta por las diferentes terminales y aeropuertos del país durante esos días para saber, literalmente, cómo se mueve Brasil durante su carnaval. Un caos  que no borra sonrisas.

Entre el sábado y el miércoles de carnaval, los extranjeros nos enteramos de que las escolas de samba, al igual que los clubes de fútbol, tienen sus admiradores. Incluso, ambos se emparentan. En São Paulo, por ejemplo, la escola afín al Palmeiras es Mancha Verde, la del São Paulo FC es Dragões da Real y la del Corinthians, Gaviões da Fiel… aunque la ganadora de este año, Vai-Vai, también es abiertamente corinthiana.

El sistema del desfile también es interesante, a pesar de que cada ciudad tiene variantes y estilos propios. Cada escola debe escoger una temática y, a partir de allí, se abren investigaciones sobre el tema, además de trabajar en las coreografías, las carrozas y el vestuario.

Beija-Flor tuvo un gran destaque en la prensa internacional, pero no por haber ganado sino porque recibió dinero de la dictadura de Guinea Ecuatorial.

Beija-Flor tuvo un gran destaque en la prensa internacional, pero no por haber ganado sino porque recibió dinero de la dictadura de Guinea Ecuatorial. Fotografía: Marcelo Fonseca/Folhapress.

En Río de Janeiro está Sapucaí, el sambódromo más popular de Brasil y del mundo. Durante las noches de carnaval se concentra allí una fauna que incluye a deportistas, artistas, mediáticos y políticos. Famosos en general, de la escena local y mundial.

Fue, sin embargo, Teodoro Obiang, el presidente dictador de Guinea Ecuatorial, el personaje con más eco este año en Sapucaí. No fue para menos, ya que contribuyó con  3,5 millones de dólares  para financiar la puesta en escena de la escola multicampeona Beija Flor, que salió campeona del carnaval de Río.

Los ahora 13 veces ganadores del carnaval “eligieron” -como tema del desfile- hacer un homenaje al país africano, lo que moitvó el delirio entre sus seguidores y el repudio de los rivales.

“Elegimos hablar de un país africano, un país que hasta ahora mucha gente no conocía. Nuestra cuestión aquí es el carnaval, el régimen [político] no nos compete. Cuba era odiada por el mundo democrático y hoy está siendo abrazada”, dijo el cuestionado presidente de la escola de Nilópolis (Norte de Río), Farid Abraão David, para salir del paso.

Vai-Vai, la escola de samba ganadora del carnaval de São Paulo. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Vai-Vai, la escola de samba ganadora del carnaval de São Paulo. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

El carnaval terminó y la cotidianeidad pidió paso para ocupar su lugar habitual. Otra vez, la economía, el fútbol y la política volvieron a poblar las portadas de los diarios.

A pesar de que, oficialmente, los feriados de carnaval terminaron el miércoles 18 de febrero al mediodía, muchos brasileños retomaron sus actividades recién el lunes 23. “Feliz año nuevo”, fue el saludo –mitad en broma, mitad en serio- en las oficinas ese día.

Después, empleados y jefes comenzaron a poner en orden sus papeles y a acomodar las ideas a paso lento, un poco castigados aún por la resaca que dejó la llegada del año nuevo brasileño.

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Un Mundial entre el amor y el odio http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/04/un-mundial-entre-el-amor-y-el-odio/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/04/un-mundial-entre-el-amor-y-el-odio/#comments Fri, 04 Jul 2014 14:49:26 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=940 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Argentinos improvisando un asado en un carrito de supermercado en las calles de Porto Alegre, chilenos amaneciendo al abrasador sol de Copacabana tras una noche de juerga, colombianos enseñando salsa a las mujeres de Cuiabá, en Mato Grosso, y mexicanos cantando más fuerte que los cearenses en el estadio Castelão de Fortaleza.

En la “Copa de las Copas” de Dilma Rousseff, se hablan muchos idiomas pero si hay uno que se ha destacado por encima de todos, hasta el punto de conseguir acallar a los brasileños dentro de los estadios, es el español.

No en vano, este ha sido el Mundial de Latinoamérica y los brasileños y brasileñas ya se arriesgan a cantarlo e incluso chapurrearlo para encontrar pareja. El “portuñol” está de moda.

Y es que en este Mundial ha ocurrido lo inimaginable, no solamente porque apenas ha habido rastros de las tan temidas protestas que muchos esperaban, sino porque el ambiente entre aficiones, que en teoría no se podrían ni ver, ha sido en líneas generales muy bueno.

Un grupo de chilenos pasea por Ipanema, en Río de Janeiro. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress

Un grupo de chilenos pasea por Ipanema, en Río de Janeiro. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress

Aunque a muchos les incomode admitirlo, cuando la presidenta Dilma Rousseff afirmó unos días antes de la inauguración del Mundial que el torneo sería “una gran fiesta” tenía razón.

A los datos me remito, la mayor protesta hasta el momento se produjo en São Paulo, el pasado 22 de junio, y reunió a 15.000 personas, una cifra considerable pero no tan impresionante si se la compara con la manifestación de cerca de un millón de personas, que tuvo lugar pocos días antes del comienzo de la Copa de las Confederaciones en 2013.

Pero no todo podía ser paz y alegría en este Mundial. El fútbol es, a partes iguales, capaz de sacar lo mejor y lo peor del ser humano. En ocasiones, la alegría asociada a la victoria de un equipo puede caldear más los ánimos que una derrota.

Con 100.000 argentinos en las calles de São Paulo, cantando aquello de que “Maradona es más grande que Pelé”,  es poco menos que un milagro que las cosas no hayan acabado en tragedia.

Lo que se vivió la noche del martes (1) en el barrio de Vila Madalena, en la zona oeste de São Paulo, fue un aviso. Los 2000 argentinos que allí festejaron su pase a cuartos, tras imponerse en un agónico partido a Suiza,  ya saben a qué suenan las bombas aturdidoras y a qué huele el gas lacrimógeno de la Policía Militar (PM).

La Policía Militar usó gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas reunidos en Vila Madalena, barrio bohemio de São Paulo. Fotografía:Avener Prado/Folhapress

La Policía Militar usó gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas reunidos en Vila Madalena, barrio bohemio de São Paulo. Fotografía:Avener Prado/Folhapress

“Los bares ya estaban cerrados cuando los agentes intentaron desocupar las calles haciendo un cordón de aislamiento. Algunos aficionados exaltados reaccionaron arrojando piedras, botellas y bengalas”, informó el miércoles la PM, que  en un principio negó haber utilizado bombas de efecto moral sobre los argentinos, pero que más tarde rectificó a información añadiendo una escueta frase: “Una granada de efecto moral fue usada para dispersar al grupo”.

A medida que avanza la competición, los ánimos de los aficionados se van caldeando y las derrotas no se encajan de igual manera. Fue el caso de agresiones entre colombianos y uruguayos en la Fan Fest de Copacabana y de un grupo de uruguayos contra brasileños en el interior del estadio Maracaná, el pasado sábado 28, tras la eliminación de Uruguay por 2-0 ante Colombia.

Los enfrentamientos podrían alcanzar su clímax si Argentina se cuela en la final del Maracaná el próximo domingo 13 de julio. Nadie sabe cuáles serían las consecuencias de un segundo “Maracanazo” y más ante Brasil, el eterno rival de los albicelestes.

Con todo, si se piensa en los 600.000 aficionados que se han desplazado hasta Brasil en estos días, las peleas podrían ser calificadas de minucia. Los brasileños, por su parte, no parecen estar dispuestos a arruinarle la fiesta a nadie, y menos a ellos mismos.

Brasileños festejan el gol de Brasil contra Chile, en la Fan Fest de Fortaleza. Fotografía: Kamil Krzaczynski/Efe

Brasileños festejan el gol de Brasil contra Chile, en la Fan Fest de Fortaleza. Fotografía: Kamil Krzaczynski/Efe

En las 12 ciudades sede, las Fan Fest han sido una fiesta continua y un lugar de encuentro entre los locales y los visitantes. A esta altura, se puede asegurar, sin temor a equivocarse, que en este Mundial el contacto entre aficiones ha traído más historias de amor que de odio.

Brasileños cantando letras de chilenos, colombianos y hasta blasfemando con la ya famosa canción de “los hermanos” sobre Maradona y Pelé.  Lo que no haya conseguido unir estos días el fútbol, lo ha unido Tinder.

La famosa aplicación para la búsqueda de pareja ha sido portada de periódicos de medio mundo, como la aplicación más utilizada estos días en Brasil. En este mundo globalizado, las diferencias entre nacionalidades son cada vez más anecdóticas y todos, ya sean australianos o iraníes, han llegado con las mismas ganas de fiesta.

Los brasileños han olvidado sus preocupaciones por unos días y se han abierto al mundo. Este Mundial lo está demostrando: el brasileño es un pueblo acogedor y siempre preparado para organizar una buena fiesta.

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El Mundial de las oportunidades (y del oportunismo) http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/05/13/el-mundial-de-las-oportunidades-y-del-oportunismo/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/05/13/el-mundial-de-las-oportunidades-y-del-oportunismo/#comments Tue, 13 May 2014 13:58:14 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=859 Continue lendo →]]> EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Con poca majestuosidad, más bien con descaro, “O Rei do Futebol”, Pelé, abandonaba la semana pasada un acto publicitario en São Paulo. ¿Qué podría hacer huir de una manera tan poco honrosa al héroe de toda una generación de brasileños?

La respuesta es aún más inverosímil que la pregunta: los apenas 200 manifestantes del movimiento “sin techo” que en ese momento desfilaban por la Avenida Paulista, en el centro de la ciudad. Una protesta pacífica y minoritaria era suficiente para poner en fuga a un icono del país ante la mirada incrédula de los periodistas que acompañaban el acto.

Algo que en un primer momento podía parecer anecdótico, casi irrisorio, en realidad encerraba una enorme carga simbólica. Una gloria del pasado huyendo de personas que sólo reclamaban un futuro mejor. Aquel que solía despertar respeto y admiración en el pueblo ahora lo evita e incluso le pide que se comporte y “no acabe con la fiesta del fútbol”.

Pelé participó la semana pasada de un evento publicitario en São Paulo. Fotografía: Nacho Doce/Reuters.

Pelé participó la semana pasada de un evento publicitario en São Paulo. Fotografía: Nacho Doce/Reuters.

¿Qué ha cambiado en Brasil para que el que se diera baños de multitudes ahora las evite a toda costa? ¿Ha dejado de ser el fútbol el escaparate de las glorias de Brasil para pasar a ser el de sus vergüenzas? El “padrão FIFA” parece ser la respuesta.

Cuando faltan sólo 30 días para el inicio del Mundial, los brasileños se dividen entre aquellos que encajan en los estándares de la FIFA, es decir, los que han comprado sus entradas y viajarán por todo el país acompañando a la “canarinha” y los que ni quieren, ni se pueden permitir, la que Dilma se atrevió en llamar “la Copa de las Copas”.

Aquellos que esta semana perdían el apetito porque Scolari no llamó ni a Kaka ni a Robinho, y los que solamente con pensar en los 12.600 millones de dólares que ha costado el torneo a los contribuyentes, se les corta la digestión.

La sociedad a través de fútbol está expresando su división. El deporte que antaño aunaba a todos los brasileños ahora los divide. Incluso las dos grandes leyendas del fútbol brasileño, Pelé y Romario, parecen haber asumido el papel de líderes de ambos bandos. “La Copa será el mayor atraco de la historia de Brasil”, llegaba a asegurar, ya en 2012, “O Baixinho”.

Palabras que por aquel entonces sonaban a profecía trasnochada pero que el año pasado tomaban forma cuando millones de brasileños tomaban las calles antes y durante la Copa de las Confederaciones, antesala del Mundial y experimento fracasado de la FIFA.

El ex jugador Romário criticó en varias oportunidades los gastos del Mundial. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

El ex jugador Romário criticó en varias oportunidades los gastos destinados al Mundial. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

Mientras Romario ha ido denunciando los “abusos” cometidos en nombre del todopoderoso organismo deportivo, Pelé se ha ido encargando de relativizarlos, incluso afirmar, que incidentes como las muertes de los obreros en los estadios son solamente “cosas que pasan”. Sin embargo, con sus palabras “O Rei” podría convertir el Mundial, el buque insignia de la FIFA, en el próximo Titanic.

Algo que, desde luego, no le interesa a un hombre que a sus 73 años podría embolsarse nada menos que 26 millones de dólares entre eventos y contratos en publicidad durante el evento. De ahí su escasa preocupación por las personas que salen a la calle o quienes han perdido la vida en los estadios. Puede que sea cierto aquello que dijo Romario cuando afirmó que “Pelé callado es un poeta”, lo que si es seguro es que si consigue mantener la boca cerrada en las próximas semanas será un poeta rico.

Brasil se enfrenta estos días a sus fantasmas y el fútbol hace las veces de amplificador. Una banana, sobre el césped de un estadio de fútbol en España, es hoy día capaz de generar todo un debate sobre el gran tabú que todavía suscita el racismo en Brasil.

Una manifestación del movimiento sin techo hizo que Pelé abandonara la avenida Paulista. Fotografía: Luiz Claudio Barbosa/Futura Press/Folhapress.

Una manifestación del movimiento sin techo hizo que Pelé abandonara la avenida Paulista, la semana pasada. Fotografía: Luiz Claudio Barbosa/Futura Press/Folhapress.

Paradójicamente, puede que al final el campeonato sirva para sacar de una vez todas esas cuestiones sin resolver que, hasta ahora, los brasileños intentaban olvidar cada vez que se sentaban frente a la televisión para ver a su equipo.

Nadie sabe cuál será el legado del Mundial pero por mucho que se empeñen no serán ni Pelé ni Romario con sus palabras sino personas con sus actos, como los 200 “sin techo” de la Avenida Paulista, los que van a decidirlo. En la “Copa de las Copas”, la verdadera victoria o derrota del pueblo brasileño puede que no se juegue sobre el césped de los lujosos estadios, sino sobre las humildes calles de sus ciudades.

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Brasil, país de fútbol y violencia http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/12/brasil-pais-de-futbol-y-violencia/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/12/brasil-pais-de-futbol-y-violencia/#comments Thu, 12 Dec 2013 17:31:35 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=670 Continue lendo →]]> POR GERMÁN ARANDA

Iba yo una soleada tarde del pasado mes de marzo paseando por la “pacificada” favela Rocinha con mi amigo y fotógrafo Chema Llanos. Nos metimos por un callejón y nos encontramos con una amable mujer algo mayor para subir sola la compra por las empinadas escaleras que llevaban a su casa. Conversábamos tranquilamente y esperábamos a que tomara aire para ayudarle a subir las bolsas cuando apareció un chaval de unos veinte años con los ojos rojos y en bermudas, sin camiseta, y nos apuntó con una pistola.

La mujer apenas se inmutó: “No os preocupéis, este es del barrio”, nos decía. “Déjalos, que son gringos”, le pedía muy tranquilamente al joven, que seguía apuntándonos visiblemente enfadado y, en su nube de marihuana, respondía gritando: “¡Gringos no son, que lleva la misma camiseta que un P2 (policía secreto)!”. “¡Levántate la camiseta y pásame la mochila!”. Cuando vio que en la bolsa había una cámara de fotos y no un arma, como esperaba, y empezó a percibir claramente nuestro acento extranjero, le cambió la cara. “Aaaah, gringos, ¡bienvendidos!, os podéis quedar un rato aquí si queréis, buen rollo”, nos dijo sonriente y ya con la pistola abajo. Casi nos hicimos amigos.

Llevo poco más de dos años en Brasil y la violencia nunca me ha golpeado hasta hacerme daño en mis propias carnes. Al contrario, siempre digo que el brasileño es un tipo pacífico al que con contacto físico, una sonrisa y una disculpa es más fácil de tranquilizar que a un inglés o a un español malhumorado. Pero la violencia, aún cuando no estalla, se huele, está al acecho, y por eso un episodio como la batalla campal del pasado domingo en el estadio del Atlético Paranaense no es precisamente el que más me sorprende, por mucho que alarme y escandalice al mundo entero.

Una batalla campal entre hinchadas dejó cuatro heridos el domingo pasado. Fotografía: Geraldo Bubniak- Fotoarena/Folhapress

Una batalla campal entre hinchadas dejó cuatro heridos el domingo pasado. Fotografía: Geraldo Bubniak- Fotoarena/Folhapress

Por una parte, me parece necesario aprovechar la atención mediática que atrae un país como Brasil por el hecho de estar camino al Mundial para que se conozcan los entresijos de su sociedad, las bondades de su cultura y también las injusticias que se cometen. Por otra, me irrita y me parece injusto que toda aquella violencia que sea más próxima al torneo tenga una repercusión mayor debido a que tiene relación con el fútbol o a que el afectado es un turista o un tipo de clase alta.

“Podrías ser tú”, parece que se le dice al lector burgués e internacional. Mientras tanto, la mayoría de las miles de personas que mueren cada año asesinadas (50.108 durante el año 2012 según el Anuario Estadístico de Fórum Brasileño de Seguridad Pública) serán siempre anónimas. Y algunas también son víctimas directas de la policía. Los agentes mataron unas cinco personas por día en 2013, según un adelanto del diario “O Globo” de la versión actualizada del mismo informe, todavía no publicado.

Es estremecedoramente fácil conocer de cerca estas historias. Hace ahora un año, tuve la ocasión de visitar la casa y conocer a la familia de Matheus, un niño que tenía ocho años cuando fue alcanzado por una bala de un policía militar en la nuca al salir de su casa de la favela de Maré en Río de Janeiro para comprar algo de desayuno. La marca de la bala sigue aún en la puerta metálica mientras sus hermanos juguetean delante de ella.

La relación entre los episodios del pasado domingo y el contexto de violencia en el país no es mía. Usando estadísticas como estas, Fernando Graziani se preguntaba en su blog de la revista “Carta Capital“¿Impactado con la violencia en los estadios? ¿En qué país te crees que vives?”. Y calculaba: “Con esos datos, es fácil hacer una cuenta. Durante los noventa minutos de un partido de fútbol (…) mueren asesinadas en Brasil entre ocho o nueve personas”. Y añadía un dato que me parece relevante y que no se encuentra tan intensamente arraigado en el debate social como el de los homicidios: murieron en Brasil 50.000 personas en las carreteras en 2012. Los informes de la Unión Europea dicen que ese mismo año fallecieron 28.000 sumando todos los países miembros, sobre una población unos 500 millones de personas, más del doble que en Brasil.

La violencia en el fútbol preocupa con vistas al Mundial 2014. Fotografía: Heuler Andrey- Agif/Folhapress

La violencia en el fútbol preocupa con vistas al Mundial 2014. Fotografía: Heuler Andrey- Agif/Folhapress

En un país donde los homicidios tienen lugar predominantemente en sitios marginales y donde un negro tiene muchas más probabilidades de ser asesinado, así pues, un visitante durante la Copa o alguien de clase alta seguramente tenga más peligro a bordo de un autobús en Río de Janeiro. Sí, esa forma de conducir es una de las cosas que más llama la atención a quienes visitan la ciudad y sí, eso también es violencia, aunque reconozco haberme reído muchas veces por la emoción de verme a bordo de una atracción de feria.

La semana pasada, volviendo a casa a primera hora de la mañana, tuve que recorrer a pie una carretera cortada porque el autobús que pasó por allí unos minutos antes del que yo ocupaba había chocado con otro que venía en sentido contrario. Alrededor de una decena de heridos leves sangraban y lloraban impotentes en el costado de la carretera sin que hubiera llegado una ambulancia pese a que habían pasado unos diez minutos desde el accidente. Me mosqueó mucho más de lo que me sorprendió. ¿Qué esperáis?, me preguntaba después de haber experimentado centenares de veces conducciones temerarias, cuando no suicidas.

Hace unos días al volver de fiesta, de nuevo de la Rocinha, me enteré de que en esa misma favela, donde también fue torturado y asesinado el obrero Amarildo de Souza, en julio pasado, hubo un tiroteo mientras yo me divertía, aunque no lo escuché. Otro día, caminando por la favela Vidigal, me encontré con un fusil de la policía apuntándome a la altura de la cara. No a mí intencionadamente, sino que al girar una esquina el agente estaba en esa posición de asalto. Sus compañeros me aseguraron que eso era normal, rutinario. En otro episodio más divertido, un camarero tuvo que apartar con sumo cuidado y pidiendo permiso los enormes fusiles de dos policias que, apoyados sobre una silla, le impedían pasar entre dos mesas.

 

El obrero Amarildo de Souza fue torturado y desaparició de la favela Rocinha en julio.Fotografía: Marcelo Sayão/Efe

El obrero Amarildo de Souza fue torturado y desapareció de la favela Rocinha en julio pasado. Fotografía: Marcelo Sayão/Efe

Hablan los números, pero hablan también, en mi caso, vivencias propias y cercanas: Brasil es el país del fútbol, sí, y el de la samba. Y es sumamente acogedor, pero también es el país de la violencia. O al menos uno de ellos. Y si eso es una preocupación para mí, que soy -como la mayoría de los que vendrán al Mundial- un hombre occidental, blanco y heterosexual, y por tanto no pertenezco a ninguna de las minorías históricamente maltratadas en este país y en el mundo, imaginen cómo es para aquellos que viven en la cara B de la vida.

Y si son las minorías y los marginales quienes más peligran, no es difícil concluir que la mejor arma contra la violencia social es erradicar la desigualdad e invertir de manera inteligente y apasionada en educación, si bien hay que reconocerle al gobierno actual su creciente esfuerzo en esta área.

Así que cuando me preguntan si necesitaba Brasil ser sede de este Mundial, replico con otra pregunta: ¿Ayudará a reducir la desigualdad? ¿A que se construyan más escuelas u hospitales? No tengo una respuesta exacta a estas preguntas. Es más exacta la cifra de 8.000 millones de reales (unos 3.400 millones de dólares actuales) gastados hasta ahora en trece estadios , muchos de los cuales caerán en desuso -o casi- después del torneo.

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Un abrazo por Mandela http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/09/un-abrazo-por-mandela/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/09/un-abrazo-por-mandela/#comments Mon, 09 Dec 2013 15:24:53 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=666 Continue lendo →]]> POR GABRIEL BAYARRI

Gabriel Bayarri (g.bayarritoscano@gmail.com) es español, estudiante e investigador de la Universidad Federal Fluminense (UFF) y nos acompañará con una serie de textos cada 15 días en los que abordará parte de su investigación sobre las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas de Río de Janeiro, desde el período anterior al crimen organizado hasta las nuevas formas de pacificación y justicia dentro de las comunidades.

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Lágrimas del mismo color unieron a Sudáfrica un verano de diciembre. Nelson Mandela,  líder del movimiento antiapartheid y ex presidente de Sudáfrica, cerró los ojos por última vez y abandonó a su país y al resto de los lugares para siempre, con una consciencia tranquila, aunque seguramente insatisfecho con el presente.

En ese momento, resurgieron en la tierra formas ancestrales de comunicación, un boca a boca de madrugada inundó con la noticia el área favelada de Johannesburgo, la ciudad más grande y poblada de Sudáfrica. “El abuelo se ha ido, Madiba ha muerto”. A voces secas y cantadas se llevó la pérdida a todos los rincones, y atravesó el océano, llegando también al “Rincón de los Poetas” de la favela Santa Marta, en la zona sur de Río de Janeiro.

Las tascas del morro avivaron el debate y lo derivaron hacia la realidad local. El anciano Isaías habló sobre su abuela cojita, nordestina, hijastra de esclavos del estado de Pernambuco. Su hijo, Isaías Junior, pardo de piel y mecánico de profesión, juró haberse beneficiado de la política de cuotas para negros. El mesonero, primo de Isaías, se santiguó ante la cruz bermeja del Partido de los Trabajadores, y comparó con acento trascendental la labor de reinserción social del ex presidente Lula da Silva con la del propio Mandela.

Discutieron después sus derechos, la pacificación de su comunidad y la llegada de algunos servicios sociales, reflexionando sobre su condición de ciudadanos de la arena del morro. Y la noche transcurrió con amagos de filosofía, seguros de que sus pensamientos eran ahora importantes. El amanecer los encontró conmemorando a Mandela en versos del guitarrista y cantautor brasileño Toquinho, en una demostración más de la acuarela cultural brasileña.

Nelson Mandela, ícono mundial de la libertad y la paz. Fotografía: Denis Farrell- 7.dez.2005-Associated Press

Nelson Mandela, ícono mundial de la libertad y la paz. Fotografía: Denis Farrell- 7.dez.2005-Associated Press

La tradición oral ensalza los mitos, que se asientan en el suburbio. En Santa Marta, el mito de Mandela es comparado con el de San Jorge, el Santo de los Guerreros, aunque de los guerreros pobres y negros, los de la periferia, del día a día de ambas realidades. Santa Marta y Brasil también han quedado huérfanos.

Los hemisferios se disponen a llorar a la par, y entre tanto protocolo en proceso, muchas comunidades preparan arroz y ruedas de samba en su conmemoración popular. Son muchos los agradecimientos y agradecidos.

El escritor y periodista Charles Bowden, en National Geographic, afirmaba que “en cualquier lugar del mundo las fronteras generan violencia, la violencia fomenta la aparición de vallas y, ocasionalmente, las vallas se convierten en muros”.

Miles de favelas valladas con muros, condenadas a la estratificación, conmemorarán no la muerte, sino la existencia de una persona como Mandela, que formuló esta frase a la inversa: “luchando contra esas fronteras se estará luchando contra la violencia, y entonces no hará falta levantar más muros de la vergüenza”.

Un Brasil africano que busca justicia a través de las políticas de reconocimiento étnico, social y cultural abraza a una Sudáfrica con el mismo abanico de colores. Con su ejemplo, Mandela consiguió muchas cosas, y entre las oníricas, que los niños soñasen, además de con ser futbolistas, con un mundo que se puede cambiar.

Una niña deposita flores en honor a Nelson Mandela, en un barrio de Johannesburgo. Fotografía: Carl de Souza-AFP

Una niña deposita flores en honor a Nelson Mandela, en un barrio de Johannesburgo. Fotografía: Carl de Souza-AFP

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El perro Simón, Paul Walker y la lucha por los clicks http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/04/el-perro-simon-paul-walker-y-la-lucha-por-los-clicks/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/04/el-perro-simon-paul-walker-y-la-lucha-por-los-clicks/#respond Wed, 04 Dec 2013 17:03:36 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=627 Continue lendo →]]> POR PAULA RAMÓN

Cuando la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, reapareció luego de 40 días de reposo médico tras haberse sometido a una cirugía en el cerebro, lo hizo a través de un video en el cual no sólo mostró su buen ánimo tras la convalecencia, sino también su nueva mascota: un perro de la raza venezolana mucuchíes, regalo de Adán Chávez, hermano del difunto presidente Hugo Chávez.

“Simón”, como fue bautizado el cachorro, tuvo más repercusión en la escena que la misma presidenta. En pocas horas, el peludo había ganado cuenta en Twitter y en dos semanas superó los 10.000 seguidores.

Simón, el perro de Cristina Kirchner, tuvo gran repercusión en la primera aparición de la presidenta argentina tras 40 días de reposo. Fotografía: Reuters.

Simón, el perro de Cristina Kirchner, tuvo gran repercusión en la primera aparición de la presidenta argentina tras 40 días de reposo. Fotografía: Reuters.

En algún momento, imposible de identificar para mí, los perros se volvieron un tiro al piso en el mundo editorial. Los perros venden, más si son cachorros. Prueba de ello es que casi todos los días, alguna noticia sobre canes figura entre las “más leídas” de los portales de noticias online. Junto con la reciente fascinación por los amigos de cuatro patas, al revisar las cinco noticias más vistas de sites de noticias, aparece otra tendencia: informaciones que, mientras más inútiles, parecen más difíciles de resistir, casi un gusto culposo para más de uno.

Si bien algunos portales se limitan a relanzar cables, sin mucho sentido, de gatos tontos que se golpean contra ventanas o de pavos que por ilusión óptica resultan más grandes que un estádio, otros medios van mucho más allá y conceden real importancia periodística a casos como el “cerdo diabólico”, acusado de atacar el ganado de varios vecinos de una aldea colombiana.

Así, en julio pasado, un reportero de la cadena Caracol, una de las más importantes emisoras de radio y televisión de Colombia, fue -micrófono en mano- a enfrentar al puerquito que tenía atemorizada a la región. El reportaje (porque así fue) apareció en el noticiario y se volvió en pocos minutos trending topic en Twitter.

La fórmula de la noticia fantástica puede ser criticable para muchos: poco contenido, muchas imágenes, un ángulo sensacionalista y listo. Si hay video (de no más de tres o cuatro minutos), mucho mejor. Pero para otros, la premisa de defensa seguirá siendo que “al pueblo hay que darle lo que pide”, y lo que pide -en estos casos- se traduce en cerdos diabólicos, perros que visitan difuntos y deslices de actores o cantantes, de preferencia esos que antes de los 20 años ya han sido expuestos a casi cualquier tipo de situaciones.

De cualquier manera, en estos tiempos competitivos, la tendencia es comprensible. Comprensible porque los clicks son necesarios para subsistir y, en América latina, parecemos estar convencidos de que no hay forma de obtener tránsito virtual sin ayuda de estas piezas. También parece que los editores de los portales están segurísimos de que la audiencia no quiere leer, por lo que dos o tres párrafos son suficientes, especialmente si están acompañados de fotos llamativas.

El "Coronel Miau" exhibe orgulloso su certificado Guiness otorgado por ser el gato más peludo del mundo. Fotografía: Reprodução/Instagram/colonelmeow

El “Coronel Miau” exhibe orgulloso su certificado Guiness otorgado por ser el gato más peludo del mundo. Fotografía: Reprodução/Instagram/colonelmeow

Hace cuatro años, el fundador de la revista peruana Etiqueta Negra, Julio Villanueva Chang, reflexionaba en una entrevista sobre cómo la rapidez de los tiempos hacían del periodismo y de los textos de largo aliento un desafío por resolver.

“En tiempos en los que las noticias llegan en forma de alertas de mensajes de texto a tu teléfono celular, sea un iPhone o un modelo barato con cámara, o que desde ellos puedes enviar videos en tiempo real de lo que estás haciendo en una cocina, no puede haber más que una gran incertidumbre sobre el sentido del periodismo y sobre cuál será la ocupación de un reportero de agencia en el futuro. Para un empresario de medios de prensa, y sus asesores, la mayor preocupación sigue siendo inventar una estrategia publicitaria para ganar dinero o, al menos, para no perderlo”, comentaba Villanueva.

En los últimos años, surgieron varios esfuerzos en América latina por ensalzar los textos largos y sustentados, crónicas minuciosamente compuestas y con temas que intentaban trabajar enfoques más innovadores. Hay quienes consideran estas iniciativas como arrogantes, preparadas por periodistas y editores que escriben apenas para sus colegas. No siempre se trata de una elite editorial, pero la dificultad por hacer viables y sustentables algunos de estos proyectos puede llevarnos a reflexionar sobre cómo comunicarse con los lectores, claro, sin intentar competir con alguna noticia de la cantante y actriz estadounidense Miley Cirus, porque eso sería un esfuerzo inútil, y un falso dilema.

Las andanzas de la cantante norteamericana Miley Cirus están siempre entre las noticias más leídas de los portales online. Fotografía: Andy Kropa/Invision/AP.

Las andanzas de la cantante norteamericana Miley Cirus están siempre entre las noticias más leídas de los portales online. Fotografía: Andy Kropa/Invision/AP.

Sólo para poner como ejemplo, en este momento que escribo estas líneas, tres de las cinco noticias más leídas del portal G1 son sobre la muerte del actor norteamericano Paul Walker, ocurrida el sábado pasado, hace ya tres días. Las noticias sobre el resultado que obtuvo Brasil en la evaluación del sistema educativo o la caída del PIB nacional, que ocupan los principales titulares del site, no aparecen en la lista. Ya en Folha de S. Paulo, la nota con más clicks es sobre el aplicativo “Tubby” que servirá para evaluar perfiles de mujeres registradas en Facebook.

Para muchos que trabajan en la producción de noticias, el desafío sigue siendo cómo figurar entre las cinco noticias más leídas, pero sin tener que entrevistar al cerdo diabólico.

El periodista Leonardo Sakamoto comentaba el tema hace unas semanas atrás en su blog. “La cantidad de información disponible en Internet dejó claro que tendremos que ser más atractivos para que el contenido que ofrecemos sea consumido en detrimento de mucha cosa que circula. Las personas van a leer cada vez menos periódicos y revistas enteras, con el orden jerárquico y vertical que los medios imponen, y consumirá información de forma horizontal, a través de páginas y blogs que respaldan en sus redes sociales. Llegó la hora, entonces, para quien aún no se dignó, de bajar del pedestal”.

Los tiempos han cambiado nuestra forma de pensar, escribir, presentar y consumir noticias. Lo que se mantiene igual es el objetivo: que las palabras lleguen a algún lugar. Simplificar el lenguaje para conectar con el lector es, entonces, una propuesta a considerar, porque -citando de nuevo a Sakamoto- “¿quién dice que el periodismo debe ser sagrado y no mundano?”.

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La envidiable levedad de Neymar http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/11/25/la-envidiable-levedad-de-neymar/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/11/25/la-envidiable-levedad-de-neymar/#comments Mon, 25 Nov 2013 16:36:50 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=584 Continue lendo →]]> POR GERMÁN ARANDA

Hace aproximadamente un año, entrevisté a Neymar en Santos para el diario El Mundo y se negaba por activa y por pasiva a reconocer que tenía apalabrado su fichaje con el Barcelona. “Adoro a [Lionel] Messi, pero por ahora sólo jugaré con él si viene al Santos”, me decía en tono jocoso. Cuando le comentaba que lo tendrían difícil para comprar al argentino, me respondía: “No hay problema, vendemos la mitad de la ciudad para traerlo”. Su alegría era contagiosa y nada altiva, tampoco cuando bromeaba con las adolescentes que le acechaban a la salida. “¡Estoy soltero!”, les contestaba cuando preguntaban por su situación sentimental.

Ausente Messi, Neymar asume el mando ofensivo del Barcelona con la ligereza que tenía cuando llegó a las categorías inferiores del Santos. Fotografía: Manu Fernandez-Associated Press.

Ahora, las redes sociales dan cuenta cada día de lo enamorado que está de su novia, la actriz Bruna Marquezine, y de lo mucho que la echa de menos en Europa, donde no ha tardado nada en convertirse en uno de los líderes del Barça sobre el campo, ha contagiado su alegría tanto en el césped como en el vestuario.

Más que sus bromas o lo que me dijo, lo que me sorprendió de él en aquella entrevista fueron sus nervios y su sincera humildad. Por primera vez en mi vida, sentí que un futbolista me miraba a los ojos situándose por debajo y no por encima de mí, tal vez porque estoy en esa etapa difícil en la que cada vez cuesta más que los futbolistas sean más jóvenes que yo o de mi misma edad y al brasileño le saco ocho años.

Cruzaba los pies, los movía, se frotaba las manos, miraba hacia el suelo, ¿Estaba Neymar más nervioso en aquella entrevista que el propio entrevistador? Eso parecía, al menos. Y todo, tanto su fácil sonrisa como su poca altivez, su derroche de color y aventuras en Instagram, y también su forma de jugar, como flotando entre el resto de los jugadores, me inspira una palabra para definirlo: levedad.

Algún brasileño me dijo en una ocasión que “la levedad de espíritu” es la característica principal de este pueblo y al menos en Neymar parece cumplirse. Es esa levedad que persiguió el escritor y poeta portugués Fernando Pessoa (1888-1935) en muchas de sus poesías, especialmente de su heterónimo Alberto Caeiro, y que nunca consiguió alcanzar, atormentado siempre por la consciencia, entristecido por el peso ontológico, mentiroso cuando afirmaba: “Yo no tengo filosofía: tengo sentidos…”.

Neymar suele subir fotos en Instagram con su novia, Bruna Marquezine. Fotografía: Reproducción- Instagram/neymarjr.

De decirlo, Neymar sería mucho más sincero, pues parece que nació jugando y ahí sigue, ajeno a la presión o a la consciencia de la fama, ligero y tan sólo consciente de que tiene una edad y unas condiciones idóneas para divertirse muchísimo, que es lo que parece estar haciendo todo el tiempo, cuando hace un sombrero con el muslo (como ante el Betis) o cuando cuelga una foto en Instagram con su novia de fondo secándose el pelo y cachondeándose de que tarda una hora y media en terminar.

Esa levedad a veces se va perdiendo con los años, las cenas copiosas, los refrescos, las resacas, las lesiones o las frustraciones, los recuerdos de un pasado mejor, la ansiedad, la pérdida de estímulos, los abismos inciertos y sin nombre.

Esa levedad es la que puede estar perdiendo un Messi más sombrío, serio y aparentemente desmotivado, que ya no parece ser ese niño que lo único que quería en esta vida es salir corriendo detrás de la pelota, como lleva haciendo ya unos años, aunque con todo y con eso sigue siendo al menos uno de los dos jugadores más desequilibrantes del planeta, porque hay que ver cómo está Cristiano Ronaldo.

Y tal vez porque perdió esa levedad sus músculos también pesan más y el que fuera un torbellino imparable se ha lesionado hasta enero del año que viene. Y va a ser ahora, sin Messi, cuando Neymar, esa fiesta de la sonrisa y el color, tendrá  que teñir y liderar al resto del Barça. Así ha sido en el primer encuentro sin el argentino, el sábado ante el Granada. Neymar participaba de casi todas las acciones de ataque y no era difícil verlo en campo propio luchando por recuperar balones. Sin el argentino, le queda mucha más porción de campo para fluctuar libremente.

En un equipo en el que ninguno de sus pesos pesados se encuentra en su momento más brillante, el Barça va a entregarse sin Messi, a priori, mucho más a la electricidad de Neymar que a la paciencia y el control de los Piqué, Iniesta, Xavi o Busquets, también pilares de la selección española.

Tal vez quiera el Barcelona ser un equipo más brasileño, ligero y directo, menos degustado y consciente de sí mismo, y tal vez ese cambio de paradigma represente una amenaza para la hegemonía de España de cara al Mundial, como ya avisó también Brasil en la pasada Copa de las Confederaciones.

En el Santos, Neymar marcó 174 tantos en 281 partidos. Fotografía: Nelson Almeida- 22.mayo.2013- AFP.

Ausente Messi (y también el arquero Valdés), Neymar asume el mando ofensivo del Barcelona con la sonrisa y la ligereza que tenía cuando llegó a las categorías inferiores del Santos o cuando correteaba por el barrio de Mogi das Cruces, lugares ambos donde entrenadores y allegados veían desde muy pronto que podía convertirse en una gran estrella, si bien ya entonces alertaban también de que su delgadez podría dificultarle su llegada a una elite cada vez más llena de defensas fornidos y contacto físico.

“No es un atleta”, me decía un aficionado crítico sobre Neymar hace unos días. Ni falta que le hace, respondo yo, pues es precisamente esa ligereza la que le hace un jugador especial, a lo mejor la principal responsable de que nunca se perdiera un encuentro con el Santos por lesión muscular  en sus primeras cinco temporadas como profesional, en las que disputó 314 partidos, una media de 62,8 partidos por campaña, según informa el diario deportivo catalán Sport.

Desde Brasil los números de Neymar con el Barça, 4 goles en 15 partidos, pueden hacer pensar que el delantero no está brillando como se podía esperar después de que en el Santos marcara 174 tantos en 281 partidos. Pero a pocos les importa que Messi o Alexis lo doblen en goles, pues es el delantero más completo que ha pasado por el Barça en mucho tiempo.

El joven tiene encandilado a público y a la crítica. Lleva siete pases de gol entre Liga y Champions y no para de forzar faltas cerca del área ante las dificultades de los defensores para frenar su liviana agilidad, así como aporta muchos otros intangibles. No le ha costado ser generoso, tocarla de primeras hacia sus compañeros o asumir sus obligaciones en la presión cuando el equipo no tiene la bola.

No acusa el hecho de ser menos protagonista que en el Santos. Se lo pasa mejor que nunca siendo un pasador en el equipo que -todavía- tiene al pase por bandera. No le cuesta porque es leve y tiene flow. Con su edad y su actitud, pequeño, liviano, juguetón y alegre, es capaz de hacer que el Barcelona acabe girando a su alrededor.

Neymar festeja junto a la hinchada brasileña la victoria de la selección en la Copa de las Confederaciones. Fotografía: Victor R. Caivano- Associated Press.

Y ahora, durante la lesión de Messi, el equipo puede empezar a llevar su sello más que nunca y ser el más brasileño y “sambado” Barça (perdonad el tópico) desde que Ronaldinho empezó su decadencia en el Camp Nou. Por aquella época, yo empezaba a intentar ser periodista siguiendo muy de cerca la última y funesta temporada de aquel equipo que llegó a ser tan glorioso con Rijkaard a los mandos, dejándole una gran orquesta a un Guardiola quela sublimaría.

Ahora, curiosamente, sigo los avances del nuevo “craque” en un Barça que se redefine bajo la enorme sombra de su ex entrenador desde un punto de vista opuesto, rodeado de camisetas del Barcelona en la favela de Rio y mezclando esa ‘saudade’ por mi ciudad con las ganas de pasear tan leve por Brasil como Neymar flota y sonríe sobre el terreno de juego, de tener sentidos en vez de filosofía.

 

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Justin Bieber, el peor ejemplo de "gringo" en Río http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/11/14/justin-bieber-el-peor-ejemplo-de-gringo-en-rio-de-janeiro/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/11/14/justin-bieber-el-peor-ejemplo-de-gringo-en-rio-de-janeiro/#respond Thu, 14 Nov 2013 15:55:49 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=509 Continue lendo →]]> POR GERMÁN ARANDA

En su paso por Brasil, Justin Bieber dio todo un recital de cómo no ser un modelo a seguir, pese a que es un icono para centenares de miles de adolescentes en todo el mundo. Y, de paso, se dibujó como el peor de los estereotipos de turista (aunque en su caso estaba aquí por trabajo) “gringo” en Río de Janeiro: el que llega a la ciudad en busca, tan sólo, de fiesta y sexo, “caipirinha” y “garotas gostosas”.

Justin Bieber, durante un show que ofreció en São Paulo. Bruno Poletti/Folhapress

Pintó la fachada de un hotel abandonado y mandó a sus escoltas a agredir a un fotógrafo que intentaba capturar el momento. Al menos se llevó una multa por ello. Una modelo (algunos dicen que prostituta) saltó a la fama después de grabarle durmiendo y contar sus aventuras con él en la televisión y en el diario sensacionalista inglés The Sun. Justin fue filmado saliendo de una lujosa sauna-prostíbulo de Ipanema y creó una especie de “rodizio” de chicas alrededor de él, entrando y saliendo de la mansión que alquiló o del camarotede una de las discotecas que visitó.

Elegía selectivamente a las que le parecían guapas para sentarse con él, al más puro estilo macho alfa rey dela manada. Varias admiradoras (a las que debe su fama y dinero, por cierto) se quejaron también de que fue bastante desagradable con ellas y el colofón lo puso cuando abandonó un concierto en SãoPaulo en la mitad del show, después de que una botella de plástico impactara contra su mano e hiciera que se le cayese el micrófono.

Hace unos días la revista Veja mostró las vergüenzas de la sociedad elitista de SãoPaulo con ese “rey del camarote” que, sea o no real, es una caricatura de sí mismo y de los valores lamentables que se esconden detrás del consumismo desorbitado y el aparentar. Pues bien, parece que Justin Bieber está resuelto a ser una especie de “rey del camarote” versión famoso, joven y guapo.

La diferencia es que él no necesita ni siquiera invitar a una copa para que las jóvenes se peleen por sentarse a su lado y que, en su caso, no le sería necesario montar toda esta serie de circos para llamarla atención. Como ídolo, se podría esperar más de él. Como demuestran decenas de casos, no debe de ser fácil lidiar con la fama mundial a tan temprana edad y seguro que existen múltiples factores y causas personales que motiven la ridícula e infructífera rebeldía del joven canadiense.  Pero también sus fans, muchas de ellas entrando ya en edad adulta, podrían pararse un minuto a reflexionar si ese es el tipo de ídolo que quieren.

Los lujos y extravagancias del “rey del camarote” se volvieron objeto de burla en las redes sociales. ReproduçãoYouTubeVeja SP

Por otra parte, actitudes como la de Justin Bieber y algunas otras celebridades que pasan por Brasil no hacen sino potenciar ese turismo hedonista y vacío que desmerece a una ciudad como Río de Janeiro, que a poco que se escarbe tiene mucho más que ofrecer y que puede crecer más todavía con la emergencia creativa de sus jóvenes.

Constante renovación y experimentación en lo musical, nuevos museos y contacto continuo entre diversos géneros artísticos, un intensísimo e interesante debate político desde que arrancaron las manifestaciones el pasado mes de junio, una naturaleza tropical delirante que no ha conseguido ser ahogada por la gran ciudad, una actividad deportiva al aire libre sin igual en ninguna otra urbe, historias de superación personal y de cooperación comunitaria apasionantes (especialmente en las favelas), conductores de autobuses y vendedores ambulantes que te alegran el día con su amabilidad, una imperfección despreocupada y sonriente que enamora a muchos y un “flow” que no se acaba nunca.

Tomando como punto de partida el agitado paso de Justin Bieber por la ciudad y la preparación de cara al Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, el diario The New York Times publicó recientemente un reportaje sobre la lucha contra el turismo sexual y, más concretamente, se centraba en la persecución y el cierre de los lupanares en “una de las metrópolis más sexy de Brasil”.

El Centaurus, lujoso y legendario burdel de Ipanema, sigue siendo sin embargo un atractivo para visitantes adinerados como Bieber, el actor norteamericano Vin Diesel o los jugadores de la selección de México, algunos de los que han sido vistos por allí. En Copacabana, recientemente fue cerrado Help, otro de los míticos “burdeles”. Pero, advertía la nota, el cierre de estos locales alimenta ciertas polémicas y contradicciones, como la vulnerabilidad de los derechos de las prostitutas si se quedan sin dichos espacios, pues quedan más expuestas a la explotación y a la trata de blancas.

Justin Bieber, cubierto por una sábana blanca, sale de un prostíbulo en Río de Janeiro. Francisco SilvaAgnews

La paradoja, además, se agudiza con el hecho de que la prostitución sea una práctica legal y sin embargo no lo sean el proxenetismo y la ejecución en burdeles, de modo que locales como el Centaurus quedarían en una “área gris” en términos legales. Durante los días cercanos a la cumbre de desarrollo sostenible Rio+20 de 2012, rescatan Simon Romero y Taylor Barnes en el artículo del New York Times, la policía intervino en más de 10 prostíbulos, incluyendo el Centaurus, donde se encontraron 150.000 dólares en efectivo y 90 prostitutas trabajando en el momento de la redada.

Aunque el debate sobre la legalidad o no de la prostitución y sus condiciones es amplio y da lugar a numerosas interpretaciones, no va a ser sólo con la persecución –por enérgica que sea- de la profesión más antigua del mundo como se va a acabar con el tópico del turismo sexual asociado a ciudades brasileñas como Río de Janeiro.

Tati Neves, la “modelo” que pasó la noche con Justin Bieber. Reprodução/Facebook/Tati Neves

Más bien, el resto de “maravilhas” que ofrece la ciudad deberían acabar por ahogar o minimizar esta relación, ya sea con el estímulo institucional a las energías creativas que vienen surgiendo, con una publicidad menos sexuada del lugar, con una mejora de la oferta gastronómica y de hospedaje a precios más asequibles o con un pequeño esfuerzo por parte del turista por ir un poco más allá de los tópicos. O celebrando y aplaudiendo a otros extranjeros, turistas o no, que prefieren sacarle mucho más jugo y aportarle mucho más a su destino, que también hay muchos.

Quedándose en la “caipirinha”, la “bunda” y la “garota gostosa” salimos todos perdiendo. La ciudad, por no recibir con ese tipo de “turista-cliché” la inyección cultural que puede darse en un lugar frecuentado por ciudadanos de todo el mundo. El propio turista, por volverse a casa con mucho menos enriquecimiento del que debería suponer cualquier viaje. Y un poco también el extranjero que, como yo, intenta ganarse la vida desde hace ya un par de años trabajando aquí y todavía es tratado a veces como un turista más, otro “gringo” con ganas de chicas, por culpa de ejemplos como el de Justin Bieber.

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