Brasil con Ñfútbol – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 ¿Idoneidad? ¿Para qué? http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/15/idoneidad-para-que/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/15/idoneidad-para-que/#respond Fri, 15 May 2015 15:56:27 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1442 Continue lendo →]]> POR ESTEBAN NIETO, DE SÃO PAULO

Esteban es un periodista deportivo argentino que vive hace tres años en São Paulo. Realizó coberturas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Mundial de Brasil 2014 y la Fórmula 1. Puedes seguirlo en Twitter en la cuenta @intratable y ver su trabajo aquí.

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Londres 2012. Conocidos también como los “Juegos Olímpicos sustentables”, ya que se realizaron con una inversión modesta y teniendo en cuenta la herencia y la reutilización de espacios, estos Juegos simbolizan un caso de éxito dentro de este tipo de organización.

La idea era no sufrir los mismos percances que Grecia y Sudáfrica. El primer país tiene un Parque Olímpico fantasma y estadios completamente abandonados a poco más de una década de las Olimpíadas. En el país africano, el monumental Soccer City perdió el brillo después de los flashes del Mundial de 2010 y, salvo para velar al líder sudafricano Nelson Mandela, no alojó encuentros relevantes.

Vista aérea del Parque Olímpico, núcleo de las instalaciones y pruebas deportivas de las Olimpíadas de Londres 2012. Fotografía: Anthony Charlton/Efe.

Vista aérea del Parque Olímpico, núcleo de las instalaciones y pruebas deportivas de las Olimpíadas de Londres 2012. Fotografía: Anthony Charlton/Efe.

A menos de 500 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el panorama dista mucho de la experiencia británica. A los errores de planeamiento y que algunas construcciones se vieron afectadas por falta de fondos, algunas decisiones politicas empañan aún más la situación, como haber designado como ministro de Deportes a George Hilton, un teólogo y pastor evangélico con nula experiencia en cargos deportivos.

Esta semana, el portal UOL reveló que Hilton nombró a una joven de 18 años como coordinadora de infraestructura de la Secretaría Nacional de Deporte de Alto Rendimiento. Waleska Lima, quien cursa el primer año de la universidad, es hija de Wagner Lima, pastor de la misma iglesia a la que pertenece Hilton.

El sitio también dio a conocer la contratación de Cibele Mazzo, ex Miss Brasil en Estados Unidos y que tampoco cuenta con experiencia en el área, como asesora de la Secretaría Nacional de Fútbol y Defensa de los Derechos del Hincha.

Pocas horas después de que salió a la luz el nombramiento de Lima, la joven decidió dejar el cargo, mientras que la ex modelo aún permanece en el puesto.

Inauguración del estadio Soccer City Fotografía: Alexander Joe/AFP.

El estadio Soccer City, escenario de la apertura y la final del Mundial de Sudáfrica 2010. Fotografía: Alexander Joe/AFP.

¿QUIÉN ES GEORGE HILTON?

El actual ministro de Deportes nació en Bahía y desde 1999 representa a Minas Gerais, primero como diputado dentro de su propio estado y luego a nivel nacional. En 2005, fue expulsado de su entonces partido político -Partido del Frente Liberal (PFL)- tras haber sido detenido en un aeropuerto con 600.000 reales, identificados como provenientes de donaciones de fieles de iglesias evangélicas.

En 2009, se afilió al Partido Republicano Brasileño (PRB), que actualmente es aliado del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Dilma Rousseff y Lula da Silva. En sus dos mandatos como diputado (2006-2010 y 2010-2014) no presentó ningún proyecto de ley vinculado a los deportes.

Con la reelección de Rousseff, Hilton asumió el ministerio en reemplazo de Aldo Rebelo, un dirigente del partido comunista que ahora dirige el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El nuevo ministro de Deporte George Hilton y Aldo Rebelo, que dejó ese cargo para ocupar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

El nuevo ministro de Deporte George Hilton y Aldo Rebelo, que dejó ese cargo para ocupar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Rechazado por varios sectores y hasta por la organización Atletas por Brasil, que aglutina a varios pesos pesados del deporte brasileño como Raí, Rogerio Ceni o Rubens Barrichello, finalmente su nombramiento no fue vetado gracias a la amenaza del PRB de abandonar la alianza con Rousseff y pasarse a la oposición.

DE CARA A RÍO 2016

El Comité Olímpico Brasileño (COB) se mantiene como un ente privado y como alma máter de la organización de los Juegos, cuya cabeza visible es el ex jugador de voleibol Arthur Nuzman. Por la parte gubernamental, el órgano principal es la Autoridad Pública Olímpica (APO), cuyo presidente es el empresario Marcelo Pedroso y que abarca la parte de infraestructura y de obras del evento deportivo.

Con esto, el papel de Hilton en los Juegos Olímpicos será bastante limitado, pese a que será la primera Olimpíada que se desarrollará en Brasil y Sudamérica. Sin tener a alguien con experiencia para el cargo, Brasil perdió la oportunidad de sumar un dirigente que contribuya plenamente para una cita única e histórica para Río de Janeiro, donde parece que para ciertos cargos se valoran más los favores políticos que la idoneidad.

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La dinámica de lo impensado http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/07/la-dinamica-de-lo-impensado/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/05/07/la-dinamica-de-lo-impensado/#respond Thu, 07 May 2015 15:54:23 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1423 Continue lendo →]]> POR ESTEBAN NIETO, DE SÃO PAULO

Esteban es un periodista deportivo argentino que vive hace tres años en São Paulo. Realizó coberturas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Mundial de Brasil 2014 y la Fórmula 1. Puedes seguirlo en Twitter en la cuenta @intratable y ver su trabajo aquí.

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“El fútbol es la dinámica de lo impensado”. Esta frase, pronunciada por el periodista deportivo argentino Dante Panzeri hace casi 50 años, sobrevivió a su creador, a generaciones de futbolistas, vio glorias y ocasos, a Pelé, a Maradona y a una decena de Copas del Mundo. Y por esos misterios que sobrepasan la barrera del idioma, en el clásico entre Corinthians y Palmeiras, el pasado domingo 19 de abril, también se hizo presente en Brasil.

El Palmeiras festeja el pase a la final del Campeonato Paulista 2015. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

El Palmeiras festeja el pase a la final del Campeonato Paulista 2015. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Como si fuera un premio consuelo, o tal vez un envión para ganar el Campeonato Brasileño, el Campeonato Estadual no inspira la pasión de su hermano mayor. Para los equipos grandes, la competencia arranca en las fases finales. Exceptuando al sorprendente Ituano, equipo que se consagró en 2014, desde hace una década los estaduales son patrimonio del Corinthians, Palmeiras, São Paulo y Santos.

Justamente estos cuatro equipos definían las semifinales. En primer turno, Palmeiras arrancaba ganando en el Arena Corinthians, enmudeciendo a la hinchada rival. El Timão no se quedó atrás: logró darlo vuelta y, a quince minutos del final, cuando acariciaba la clasificación, llegó el 2-2. Penales. La dinámica de lo impensado, por su parte, entraba en calor al borde de la línea de cal y se preparaba para actuar.

Expectantes, los jugadores del Corinthians esperan el turno del Palmeiras en los penales. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Expectantes, los jugadores del Corinthians esperan el turno del Palmeiras en los penales. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

En algún lugar de São Paulo, unas veinte personas reunidas en un bar también seguía el encuentro. Todo giraba en torno de una televisión y de un anciano hincha del Corinthians, que al estar escuchando el partido por radio se enteraba medio segundo antes de las acciones. Lejos de mantenerse callado, las expresaba efusivamente y sin importarle nada, dejando sin sorpresa, y en la cúspide del malhumor, a los otros diecinueve hinchas prendidos a la TV.

Primer penal para el Palmeiras. El jugador comienza la carrera y una voz entrada en años grita: “¡AFUERAAA!”. Todos dan un golpe de vista al anciano, vuelven a la TV, ven a la pelota que poco a poco se eleva y que fehacientemente se va por encima del travesaño.

Insultos, maldiciones, nervios y unas cuantas miradas furtivas se posan sobre el anciano. Un hincha, indignado, le pide al dueño del bar que el hombre no grite más los goles con anticipación. Lejos de darle la razón, el simpatizante se queda mudo ante un categórico: “La próxima traé auriculares vos también, viejo”.

Fernando Prass, arquero del Palmeiras, ataja el último penal y le da la victoria a su equipo. Fotografía: Adriano Vizoni/Folhapress.

Fernando Prass, arquero del Palmeiras, ataja el último penal y le da la victoria a su equipo. Fotografía: Adriano Vizoni/Folhapress.

En la cancha, mientras tanto, los goles se sucedían hasta el quinto penal. Corinthians necesitaba meter el último para ganar, gracias al que había errado inicialmente el Palmeiras. Pero no fue así, lo erró… La tenue voz del viejito presagiaba lo que ningún hincha del Timão quería ver. Y la televisión se negaba a desviar el disparo que ya estaba en las manos del arquero del Palmeiras.

En la serie de penales definitorios, el visitante se llevó rápidamente el partido, ante un nuevo penal atajado al Corinthians, cuyos jugadores no podían creer lo que estaba pasando.

En un bar, el anciano por primera vez quedó en silencio, la radio se apagó con irritación y, como un fantasma, la dinámica de lo impensado tomaba otro rumbo para seguir condimentando el fútbol nuestro de cada día.

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Torcida única: un castigo para los hinchas genuinos http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/09/torcida-unica-un-castigo-para-los-hinchas-genuinos/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/09/torcida-unica-un-castigo-para-los-hinchas-genuinos/#respond Mon, 09 Mar 2015 19:27:57 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1363 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

El último clásico de Porto Alegre que disputaron el domingo 1 de marzo el Internacional y el Gremio se ganó al menos un capítulo en los libros de historia del fútbol. No por la calidad del encuentro (fue un espantoso 0-0); tampoco por lo que se jugaban, ya que el torneo gaúcho apenas está comenzando.

Sin embargo, el estadio Beira Río lució una escenografía poco usual en sus tribunas, regalando una postal atípica en el fútbol sudamericano: las camisetas rojas del local se mezclaban con las celestes y negras del visitante en uno de los laterales del estadio, conformando una torcida mixta.  

La iniciativa de sentar juntos a 2000 hinchas del Inter y del Gremio fue de Alexandre Limeira, vicepresidente de administración del club “colorado” y, a juzgar por lo visto, fue un éxito.

El Beira Río se pobló de familias enteras, con niños y abuelos incluidos, intercambiando camisetas, disfrutando de la previa, del partido y de volver a casa caminando a la par, más allá de las preferencias futbolísticas, esas que no se negocian.

La exitosa medida de Porto Alegre acompaña aquella de Recife, en la cual las madres de los hinchas fueron las encargadas del operativo de seguridad en el clásico entre Sport y Náutico.

Ambas iniciativas ocurren en el contexto de una profunda crisis del fútbol brasileño que, en su intento de volver a ser, está chocando una y otra vez con hechos de violencia de gravedad creciente, dentro y fuera de las canchas.

Hinchas del Internacional y del Gremio, juntos en el estadio Beira-Rio. Fotografía: Lucas Uebel/ Grêmio FBPA.

Hinchas del Internacional y del Gremio, juntos en el estadio Beira-Rio. Fotografía: Lucas Uebel/ Grêmio FBPA.

Torcidas organizadas (similares a las barra bravas o los ultras) que ya no respetan ninguna autoridad, envalentonadas por la connivencia con la más cobarde de las dirigencias, esa que prefiere entregar el poder a los vándalos y hacer la vista gorda.

Entre 2012 y 2014 fueron 71 las muertes en Brasil por incidentes en los estadios. Sólo un 3% de los delitos criminales en el fútbol fueron procesados durante el año pasado. 2015, a esta altura, ya cuenta con tres víctimas fatales.

Para frenar la oleada de hechos violentos, el Ministerio Público diseñó un plan de torcida única como “medida provisional”. Es decir, que sólo los equipos que actúan como locales tendrán el apoyo de su público. Basta de hinchas visitantes.

“No tiene sentido que el Estado gaste dinero escoltando torcidas organizadas hasta el estadio para impedir peleas con los hinchas locales. Se torna un privilegio en favor de la violencia”, escribió Paulo Sérgio de Castilho, fiscal del Ministerio Público, en un especial para Folha

El sociólogo Mauricio Murad, en la misma página del periódico, se mostró en desacuerdo.

En su artículo titulado “Sería como matar al buey para acabar con la garrapata, destacaba: “¿Qué tal si aplicasen la ley para acabar con la impunidad de esas minorías agresivas que se confunden con las masas?”

Luego, argumentaba: “Las [torcidas] organizadas en Brasil tienen más de dos millones de personas y un 6% de ellos está vinculada con delitos. La implementación de la torcida única sería injusta, además de demostrar incapacidad y flaquezas por parte de la justicia”.

Las opiniones a favor y en contra de la medida se amontonan, son muchas y diversas. Desde lo fáctico, sólo haría falta echar un vistazo al patio del vecino.

Policías e hinchas del Corinthians se enfrentan durante un partido, en 2014. Fotografía: Robson Ventura - 21.set.2014/Folhapress.

Policías e hinchas del Corinthians se enfrentan durante un partido, en 2014. Fotografía: Robson Ventura – 21.set.2014/Folhapress.

EL FRACASO ARGENTINO

En Argentina, el fútbol sin público visitante rige por iniciativa del Ministerio de Seguridad para Primera División y B Nacional desde agosto de 2013. El detonante fue una interna feroz en la barra brava de Boca Juniors.

Un año y medio después, poco cambió. La violencia sigue presente dentro y fuera de los estadios. Fueron 18 los muertos que dejó el fútbol sólo en 2014, 13 de ellos vinculados con barras.

Hubo asesinatos en disputas por el poder entre sectores enfrentados de las hinchadas de Lanús (Primera Divisón), Almirante Brown e Ituzaingó (Ascenso), con brutales ataques entre noviembre y diciembre pasado.

En ese período, también dos hinchas de San Telmo fueron masacrados por barras de Dock Sud, cuando miraban un partido por televisión.

En la ciudad de Rosario, tercera más poblada de la Argentina, en la provincia de Santa Fe, hubo dos asesinatos vinculados con barra bravas el preciso día en el que se disputó el clásico de esa ciudad, uno de los más peligrosos, entre Newell’s y Rosario Central.

Los clubes más populares tampoco se salvan. La barra disidente de River destruyó su propia confitería para atacar a los miembros de la facción oficial. En la otra vereda, la interna entre barras de Boca parece una historia de nunca acabar.

Pero la locura superó todos los límites cuando en Aimogasta, provincia de La Rioja, en el noroeste del país, un futbolista fue asesinado tras recibir un ladrillazo en la cabeza arrojado desde la tribuna. Franco Nieto se convirtió en el primer jugador muerto por la violencia en el deporte.

Fotografía: Juan Mabromata - 1º.mai.2013/AFP.

En Argentina, tras una feroz interna en la barra de Boca (foto), el Ministerio Público decidió prohibir el ingreso de hinchadas visitantes en la Primera División y B Nacional. Fotografía: Juan Mabromata – 1º.mai.2013/AFP.

Hace menos de dos semanas, el presidente de Temperley (Primera División), Hernán Lewin, fue agredido con un botellazo en el pecho tras gritar un gol de su equipo en el estadio de Racing.

Lejos de denunciar el hecho, dijo: “No creo que haya un solo club que no pacte con los barras. Si no lo hacés, tenés que pagar 10 veces más por el operativo de seguridad. Y suceden estas cosas”.

La comunidad de directivos reprobó los dichos de Lewin. No porque difieran de la realidad, sino porque ese “sincericidio” les molesta. Son contados con los dedos de una mano los que quieren acabar con la violencia más allá de los discursos de cartón.

El poder es de ellos, de los violentos. Rompen, golpean, asesinan, compran, venden. Todo, bajo un grueso manto de impunidad que deberían quebrar los que hasta hoy callan y pactan desde cómodos sillones.

La inútil experiencia argentina debería ser prueba suficiente para Brasil. La salida es condenar a los violentos y no suprimir al público de los estadios.

En todo caso, implementar la medida de torcida única no parece ser la solución para garantizar la seguridad. Terminarán pagando los platos rotos, una vez más, los hinchas genuinos del fútbol. La cultura de la violencia, en cambio, descansará sana y salva.

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A sacudirse la resaca, que 2015 acaba de comenzar http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/02/26/a-sacudirse-la-resaca-que-2015-acaba-de-comenzar/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/02/26/a-sacudirse-la-resaca-que-2015-acaba-de-comenzar/#respond Thu, 26 Feb 2015 19:44:16 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1336 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

A pesar de que pasó casi  inadvertido para el mundo occidental, el 15 de febrero se conmemoró, con celebraciones descomunales y fuegos artificiales, el Año Nuevo chino (el de la cabra, para el horóscopo), que se rige por los crecientes de la luna.

Aquí, en Brasil, sucede algo similar y, más o menos, en la misma fecha. Es, en realidad, una cuestión usual para los nativos acostumbrados. Sin embargo, los gringos no podemos dejar de sorprendernos cuando nos dicen: “En este país, el año no comienza el 1 de enero, sino recién cuando se apagan las luces del carnaval”.

Parece una exageración, una forma de potenciar la afición de los brasileños por esta fiesta popular sin parangón, que todos quieren vivir al menos una vez. Quienes recién llegamos a este país, no la asimilamos como una teoría capaz de volcarse a la práctica.

El centro de Río, uno de los escenarios principales del carnaval de Brasil. Fotografía: Márcia Moreira/Divulgação.

El centro de Río, uno de los escenarios principales del carnaval de Brasil. Fotografía: Márcia Moreira/Divulgação.

Al menos, no hasta que nos aplasta la marea de personas exultantes, que danzan al compás de un bloquinho callejero (una especie de comparsa comandada por un grupo de animadores extravagantes) mientras beben cerveza a baldes.

No lo sentimos real hasta que en la semana previa a los feriados de carnaval (este año, del 14 al 18 de febrero), reuniones, encuentros, trabajos pendientes y negocios se postergan após o carnaval. Es decir, todo se aplaza hasta que termine la gran fiesta, sin excepciones.

Podemos protestar, enojarnos o disentir, pero en Brasil esa es la norma.

Pasan a  segundo plano, desde la víspera hasta el fin de la celebración, los resultados del fútbol, los desbarajustes en la estatal Petrobras, la economía fluctuante y los pronunciamientos a favor o en contra del gobierno de Dilma Rousseff.

Escolas de samba desfilaron en el sambódromo de Río de Janeiro. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Escolas de samba desfilaron en el sambódromo de Río de Janeiro. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

El carnaval brasileño no empieza ni termina en el sambódromo: se siente en la calle, lo disfruta el pueblo entero, ese que abandona la comodidad del hogar para entregarse a la locura. Disfrazados de tolerantes van todos, dispuestos a olvidar razas, credos y las preferencias político-futboleras más arraigadas.

Se vive a mediados de febrero, pero se palpita durante todo el año. Y sólo hace falta darse una vuelta por las diferentes terminales y aeropuertos del país durante esos días para saber, literalmente, cómo se mueve Brasil durante su carnaval. Un caos  que no borra sonrisas.

Entre el sábado y el miércoles de carnaval, los extranjeros nos enteramos de que las escolas de samba, al igual que los clubes de fútbol, tienen sus admiradores. Incluso, ambos se emparentan. En São Paulo, por ejemplo, la escola afín al Palmeiras es Mancha Verde, la del São Paulo FC es Dragões da Real y la del Corinthians, Gaviões da Fiel… aunque la ganadora de este año, Vai-Vai, también es abiertamente corinthiana.

El sistema del desfile también es interesante, a pesar de que cada ciudad tiene variantes y estilos propios. Cada escola debe escoger una temática y, a partir de allí, se abren investigaciones sobre el tema, además de trabajar en las coreografías, las carrozas y el vestuario.

Beija-Flor tuvo un gran destaque en la prensa internacional, pero no por haber ganado sino porque recibió dinero de la dictadura de Guinea Ecuatorial.

Beija-Flor tuvo un gran destaque en la prensa internacional, pero no por haber ganado sino porque recibió dinero de la dictadura de Guinea Ecuatorial. Fotografía: Marcelo Fonseca/Folhapress.

En Río de Janeiro está Sapucaí, el sambódromo más popular de Brasil y del mundo. Durante las noches de carnaval se concentra allí una fauna que incluye a deportistas, artistas, mediáticos y políticos. Famosos en general, de la escena local y mundial.

Fue, sin embargo, Teodoro Obiang, el presidente dictador de Guinea Ecuatorial, el personaje con más eco este año en Sapucaí. No fue para menos, ya que contribuyó con  3,5 millones de dólares  para financiar la puesta en escena de la escola multicampeona Beija Flor, que salió campeona del carnaval de Río.

Los ahora 13 veces ganadores del carnaval “eligieron” -como tema del desfile- hacer un homenaje al país africano, lo que moitvó el delirio entre sus seguidores y el repudio de los rivales.

“Elegimos hablar de un país africano, un país que hasta ahora mucha gente no conocía. Nuestra cuestión aquí es el carnaval, el régimen [político] no nos compete. Cuba era odiada por el mundo democrático y hoy está siendo abrazada”, dijo el cuestionado presidente de la escola de Nilópolis (Norte de Río), Farid Abraão David, para salir del paso.

Vai-Vai, la escola de samba ganadora del carnaval de São Paulo. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Vai-Vai, la escola de samba ganadora del carnaval de São Paulo. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

El carnaval terminó y la cotidianeidad pidió paso para ocupar su lugar habitual. Otra vez, la economía, el fútbol y la política volvieron a poblar las portadas de los diarios.

A pesar de que, oficialmente, los feriados de carnaval terminaron el miércoles 18 de febrero al mediodía, muchos brasileños retomaron sus actividades recién el lunes 23. “Feliz año nuevo”, fue el saludo –mitad en broma, mitad en serio- en las oficinas ese día.

Después, empleados y jefes comenzaron a poner en orden sus papeles y a acomodar las ideas a paso lento, un poco castigados aún por la resaca que dejó la llegada del año nuevo brasileño.

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Periodismo en Brasil, una profesión de riesgo http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/18/periodismo-en-brasil-una-profesion-de-riesgo/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/18/periodismo-en-brasil-una-profesion-de-riesgo/#respond Fri, 18 Jul 2014 15:34:58 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=956 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Acurrucado en el suelo y paralizado por el dolor, que los fragmentos de una bomba de efecto aturdidor habían causado en su pierna, el periodista canadiense, Jason O´Hara, se puso a salvo en medio de la protesta que estaba teniendo lugar el domingo pasado (13) cerca del estadio Maracaná, en Río de Janeiro.

Como pudo, el profesional se sobrepuso al sufrimiento para captar las imágenes que denunciasen el horror que le había tocado presenciar en un día más de su trabajo. No tuvo tiempo de reaccionar. De entre la columna de policías militares que avanzaban junto a él, una bota apareció de la nada para impactar en su rostro.

Por suerte, el casco que portaba y la máscara de gas, fiel compañera de los periodistas que cubren las protestas, amortiguaron el impacto. No pudo decirse lo mismo de su equipo fotográfico.

No sólo perdió una de las carísimas lentes de su equipo, sino que su pequeña “GoPro”, esas cámaras que suelen usarse para deportes extremos, “desapareció” tras aquella insólita y gratuita patada.

Pero lo más sorprendente es que el autor del puntapié, que parecía querer emular a quienes jugaban la final del Mundial aquella tarde, muy cerca de donde se realizaba la protesta, no era un “vándalo” o un “criminal”, sino un policía militar de Río de Janeiro.

El Frente Independiente Popular convocó una protesta bajo el lema "FIFA GO HOME",  a dos kilómetros del Maracaná, el día de la final. Fotografía: Fabio Braga/Folhapress.

El Frente Independiente Popular convocó una protesta bajo el lema “FIFA GO HOME”, a dos kilómetros del Maracaná, el día de la final. Fotografía: Fabio Braga/Folhapress.

“Se supone que ellos están aquí para protegerme, pero no es así”, afirmaba O´Hara visiblemente perturbado mientras era atendido por otros manifestantes, antes de ser conducido al hospital municipal Souza Aguiar.

Sin embargo, su sorpresa sólo aumentó cuando descubrió el destino de su preciada cámara: “Me robó un policía, me quitó la GoPro y ahora no tengo nada que hacer”.

Pero el asombro de O´Hara, quien por cierto no era ningún recién llegado a Brasil, puesto que ya había producido un documental sobre las Unidades de Policía Pacificadora, no era para menos.

Aquella tarde del 13 de julio, mientras Alemania y Argentina daban patadas a un balón frente a 75.000 personas, 15 periodistas resultaron heridos mientras acompañaban una manifestación en contra del Mundial, que juntó a mil personas y que sufrió una represión desmedida por parte de la policía.

El asunto es serio. A pesar de que Brasil no es una zona de conflicto armado, el país ocupa la cuarta posición en el ranking mundial de periodistas víctimas de la violencia. Según los datos aportados por la ONG internacional “Reporteros sin Fronteras”, solamente en lo que va del año se han registrado tres casos de periodistas muertos en Brasil.

Una cifra escalofriante que solamente es superada por Somalia con seis, México con cinco y Siria con cuatro. El triste récord se queda cerca de los cuatro casos contabilizados en 2012 por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que además señala que desde 1987 el país acumula 43 periodistas muertos.

Manifestantes se enfrentan a la policía, el domingo 13, día de la final del Mundial. Fotografía: Fabio Braga/Folhapress.

Manifestantes se enfrentan a la policía, el domingo 13, día de la final del Mundial. Fotografía: Fabio Braga/Folhapress.

Volviendo a la agresión del canadiense, lo sorprendente de la patada y posterior robo por parte de los policías militares es la total impunidad con la que suelen acabar estos actos, perpetrados por los que, en teoría, deberían hacer cumplir la ley.

Solamente el hecho de que la agresión fuera registrada en vídeo por otros compañeros periodistas hizo que el caso no cayera en el olvido como otros tantos. El pasado martes (15), debido a la repercusión que la filmación tuvo en las redes sociales, la policía militar anunció la detención de cuatro de los policías que actuaron en aquella manifestación.

El soldado Carlos Henrique Ferreira fue acusado de agredir a O´Hara y el también soldado Cristiano Ximenes de robar la cámara. Además, los policías Jair Portilho y Rogerio Costa de Oliveira fueron también presos por agredir a un fotógrafo y a una manifestante respectivamente. La foto de este último propinando una patada a una joven también causó un importante revuelo mediático.

Pero no hay que llevarse a engaños. Solamente los abusos registrados en vídeo y difundidos masivamente en las redes sociales suelen conllevar algún tipo de reprimenda para un policía que concibe como “normal” la agresión a un ciudadano al que suele calificar de “enemigo”.

Dos policías intentan contener el accionar de una manifestante. Fotografía: Fabio Braga/Folhapress.

Dos policías intentan contener el accionar de una manifestante. Fotografía: Fabio Braga/Folhapress.

Por ejemplo, la periodista española Anna Veciana no tuvo tanta suerte como el fotógrafo canadiense. Asfixiada por los gases lacrimógenos durante esa misma protesta, decidió emprender el retorno a la estación de metro donde tuvo la “peor experiencia” de su vida como profesional de la información.

“Vi que las cosas se ponían feas y decidí entrar al metro, justo cuando bajaba las escaleras una bomba de gas lacrimógeno cayó a mi lado. Acto seguido una avalancha de personas que huía del Batallón de Choque cayeron sobre mí. Al llegar a la parte de abajo de las escaleras conseguí respirar pero no pude evitar vomitar por la reacción a los gases. Fue entonces cuando apareció un policía y comenzó a golpearme sin motivo en la espalda y los brazos”, recuerda Anna quien todavía tiene el cuerpo repleto de hematomas.

Pero más allá de la agresión física, que por suerte no fue grave, al igual que O´Hara, la periodista recuerda la mala intención de los policías con su equipo de trabajo.

“Cuando se cansó de golpearme rompió el objetivo de la cámara de un porrazo. Espero que la televisión para la que trabajo se responsabilice”, se lamenta esta trabajadora freelance a la que la pérdida de su equipo le supone un perjuicio añadido y que difícilmente podrá ver restituido.

Una manifestación en contra del Mundial tuvo lugar el día de la final del campeonato; la policía reprimió con violencia a los manifestantes. Fotografía:Fabio Braga/Folhapress.

Una manifestación en contra del Mundial tuvo lugar el día de la final del campeonato; la policía reprimió con violencia a los manifestantes. Fotografía:Fabio Braga/Folhapress.

Es la gota que colma el vaso: al peligro de la profesión se le une la progresiva precarización de las condiciones laborales.

La de Anna es una historia más de las decenas de agresiones que, a diferencia del caso de O´Hara, jamás aparecerán en los medios y, por tanto, quedarán impunes. De ahí el valor del caso del canadiense.

Aunque puede que la sanción a los cuatro policías haya servido más para mejorar la imagen de la policía en los medios que a una voluntad real de acabar con el comportamiento abusivo de sus miembros, no hay que olvidar que se trata de una victoria.

Si bien es cierto que en la última semana cientos de periodistas internacionales hicieron sus maletas tras el Mundial, otros muchos permanecerán aquí, codo con codo con los locales, para continuar denunciando con sus textos, sus comentarios y sus grabaciones los que muchos no quieren ver.

Brasil no ganó una estrella más en su camiseta pero, esta semana, con los policías violentos tras las rejas, ganó credibilidad.

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Vendedores ambulantes vs. FIFA: ¿Mundial para quién? http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/07/vendedores-ambulantes-vs-fifa-mundial-para-quien/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/07/vendedores-ambulantes-vs-fifa-mundial-para-quien/#comments Mon, 07 Jul 2014 15:13:26 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=948 Continue lendo →]]> “Nos tenemos que esconder para trabajar”, me dice un vendedor ambulante de bebidas. Son las tres de la tarde, el sol pega fuerte y estamos a menos de un kilometro del Maracanã.

En dos horas Francia jugará contra Ecuador. Un flujo de fans entusiasmados, con la cara pintada, se dirigen con banderas desde el metro de São Francisco Xavier hacia el famoso estadio de Río de Janeiro.

Pero en el camino se encuentran con sólo dos o tres vendedores ambulantes.  Eso es porque la Ley General del Mundial, aprobada por el Congreso brasileño en junio de 2012, reserva un perímetro de 2 kilómetros de distancia de los estadios para la venta exclusiva de productos de la  FIFA y sus patrocinadores.

Así, los hombres y mujeres que tradicionalmente venden bebidas, palomitas, tapioca, perritos calientes, choclo o banderas de fútbol en el entorno del Maracanã, se ven excluidos del lucro potencial que ofrece este gran torneo internacional, mientras la FIFA está exenta de pagar impuestos en Brasil.

La Ley General de la Copa prohibe la venta ambulante entorno al Maracanã. Fotografía: Milli Legrain.

La Ley General del Mundial prohíbe la venta ambulante en el entorno del estadio Maracanã. Fotografía: Milli Legrain.

“Tengo una familia, facturas y un alquiler que pagar”, me dice Ubidacir Souza Batista, un vendedor ambulante que trabaja en Río de Janeiro. Vive en el barrio de Rocha Miranda  y solía vender sus productos en las afueras del Maracanã.

Trabaja de vendedor informal desde hace seis años, cuando perdió su trabajo como obrero metalúrgico en el puerto de Niterói. “A los 60 años, ¿quién me va a contratar?”, pregunta.

Por si eso fuera poco,  hasta ahora la venta de alcohol en la mayoría de los estadios de Brasil estaba prohibida, pero para la Copa de las Confederaciones y el Mundial, las autoridades hicieron una excepción.

El motivo: la marca de cerveza Budweiser es uno de los patrocinadores oficiales de la FIFA. Así, durante la época del Mundial una lata grande de cerveza rubia en la calle cuesta 8 reales y dentro del estadio puede llegar a costar entre 10 y 13 reales.

Según un guardia municipal que trabajaba en las afueras del Maracanã, remover a los vendedores ambulantes  es una cuestión de “seguridad pública”. Pero además de favorecer a los grandes patrocinadores, algunos lo ven como una estrategia de limpieza social.

Hinchas franceses, antes del juego contra Ecuador. Fotografía: Milli Legrain.

Hinchas franceses, antes del juego contra Ecuador. Fotografía: Milli Legrain.

“El rico piensa que somos un obstáculo para el paisaje”, me dice un vendedor de palomitas en Copacabana.

En eso está de acuerdo Carlos Vainer, especialista en planeamiento urbano de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

“Si el objetivo es hacer un escaparate de la ciudad, hay que esconder todo lo que genera críticas, como la pobreza y la miseria”, dijo en una entrevista después del Mundial de Sudáfrica 2010.

A pesar del monopolio de la venta por parte de los patrocinadores, en las últimas semanas, los hinchas se quejaron por la falta de comida y bebida en casi todos los 12 estadios del torneo.

La ley municipal dice que los vendedores necesitan una licencia para poder vender, pero la misma municipalidad tiene un límite de 18.440 licencias para 60.000 vendedores informales.

Muchos de ellos  llevan  años esperando su autorización. Los demás  son considerados ilegales. Así,  los vendedores son criminalizados en vez de regularizados, lo que aumenta las coimas para los guardias municipales.

Es más, un vendedor sin licencia, pero que en épocas electorales ayudaba en la distribución de propaganda electoral, es de los pocos que  aseguran no haber sufrido represión alguna.

Aun así,  con o sin licencia, en el entorno del Maracanã, el único acceso para los vendedores ambulantes en este Mundial se hará a escondidas, con la amenaza de ser removidos y su mercadería confiscada.

Venta de mercadería en la salida del metro São Francisco Xavier. Fotografía: Milli Legrain.

Venta de mercadería en la salida del metro São Francisco Xavier. Fotografía: Milli Legrain.

Mientras tanto, en Belo Horizonte,  otra ciudad sede del Mundial, se libra una batalla similar, que comenzó hace cuatro años.

Desde 2010, los llamados barraqueiros do Mineirão fueron  retirados forzosamente del entorno del estadio del mismo nombre, donde muchos trabajaban desde 1964.

Sin previa consulta y sin ser compensados, los trabajadores perdieron su principal fuente de ingreso.

“Fueron afectados cerca de 150 mujeres y hombres que en los últimos 50 años han ido desarrollando la tradición cultural del tropeirão artesanal [una comida hecha a base de porotos], considerado patrimonio histórico cultural”, denuncia Silvia Corradi, investigadora del Programa Cidade e Alteridade de la Universidad Federal de Minas Gerais.

Las personas que denuncian violaciones a los derechos humanos en el marco del torneo son a menudo calificadas como aguafiestas y  criticadas por hablar mal de Brasil.

¿Pero será que no existe un término medio en donde podamos celebrar una fiesta del fútbol que sea sostenible, con políticas públicas que integren a los trabajadores informales al Mundial?

¿Una Copa del Mundo que beneficie al pueblo brasileño, en vez de que gran parte tenga que preguntarse:  “¿Mundial para quién?”.  

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Un Mundial entre el amor y el odio http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/04/un-mundial-entre-el-amor-y-el-odio/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/04/un-mundial-entre-el-amor-y-el-odio/#comments Fri, 04 Jul 2014 14:49:26 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=940 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Argentinos improvisando un asado en un carrito de supermercado en las calles de Porto Alegre, chilenos amaneciendo al abrasador sol de Copacabana tras una noche de juerga, colombianos enseñando salsa a las mujeres de Cuiabá, en Mato Grosso, y mexicanos cantando más fuerte que los cearenses en el estadio Castelão de Fortaleza.

En la “Copa de las Copas” de Dilma Rousseff, se hablan muchos idiomas pero si hay uno que se ha destacado por encima de todos, hasta el punto de conseguir acallar a los brasileños dentro de los estadios, es el español.

No en vano, este ha sido el Mundial de Latinoamérica y los brasileños y brasileñas ya se arriesgan a cantarlo e incluso chapurrearlo para encontrar pareja. El “portuñol” está de moda.

Y es que en este Mundial ha ocurrido lo inimaginable, no solamente porque apenas ha habido rastros de las tan temidas protestas que muchos esperaban, sino porque el ambiente entre aficiones, que en teoría no se podrían ni ver, ha sido en líneas generales muy bueno.

Un grupo de chilenos pasea por Ipanema, en Río de Janeiro. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress

Un grupo de chilenos pasea por Ipanema, en Río de Janeiro. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress

Aunque a muchos les incomode admitirlo, cuando la presidenta Dilma Rousseff afirmó unos días antes de la inauguración del Mundial que el torneo sería “una gran fiesta” tenía razón.

A los datos me remito, la mayor protesta hasta el momento se produjo en São Paulo, el pasado 22 de junio, y reunió a 15.000 personas, una cifra considerable pero no tan impresionante si se la compara con la manifestación de cerca de un millón de personas, que tuvo lugar pocos días antes del comienzo de la Copa de las Confederaciones en 2013.

Pero no todo podía ser paz y alegría en este Mundial. El fútbol es, a partes iguales, capaz de sacar lo mejor y lo peor del ser humano. En ocasiones, la alegría asociada a la victoria de un equipo puede caldear más los ánimos que una derrota.

Con 100.000 argentinos en las calles de São Paulo, cantando aquello de que “Maradona es más grande que Pelé”,  es poco menos que un milagro que las cosas no hayan acabado en tragedia.

Lo que se vivió la noche del martes (1) en el barrio de Vila Madalena, en la zona oeste de São Paulo, fue un aviso. Los 2000 argentinos que allí festejaron su pase a cuartos, tras imponerse en un agónico partido a Suiza,  ya saben a qué suenan las bombas aturdidoras y a qué huele el gas lacrimógeno de la Policía Militar (PM).

La Policía Militar usó gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas reunidos en Vila Madalena, barrio bohemio de São Paulo. Fotografía:Avener Prado/Folhapress

La Policía Militar usó gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas reunidos en Vila Madalena, barrio bohemio de São Paulo. Fotografía:Avener Prado/Folhapress

“Los bares ya estaban cerrados cuando los agentes intentaron desocupar las calles haciendo un cordón de aislamiento. Algunos aficionados exaltados reaccionaron arrojando piedras, botellas y bengalas”, informó el miércoles la PM, que  en un principio negó haber utilizado bombas de efecto moral sobre los argentinos, pero que más tarde rectificó a información añadiendo una escueta frase: “Una granada de efecto moral fue usada para dispersar al grupo”.

A medida que avanza la competición, los ánimos de los aficionados se van caldeando y las derrotas no se encajan de igual manera. Fue el caso de agresiones entre colombianos y uruguayos en la Fan Fest de Copacabana y de un grupo de uruguayos contra brasileños en el interior del estadio Maracaná, el pasado sábado 28, tras la eliminación de Uruguay por 2-0 ante Colombia.

Los enfrentamientos podrían alcanzar su clímax si Argentina se cuela en la final del Maracaná el próximo domingo 13 de julio. Nadie sabe cuáles serían las consecuencias de un segundo “Maracanazo” y más ante Brasil, el eterno rival de los albicelestes.

Con todo, si se piensa en los 600.000 aficionados que se han desplazado hasta Brasil en estos días, las peleas podrían ser calificadas de minucia. Los brasileños, por su parte, no parecen estar dispuestos a arruinarle la fiesta a nadie, y menos a ellos mismos.

Brasileños festejan el gol de Brasil contra Chile, en la Fan Fest de Fortaleza. Fotografía: Kamil Krzaczynski/Efe

Brasileños festejan el gol de Brasil contra Chile, en la Fan Fest de Fortaleza. Fotografía: Kamil Krzaczynski/Efe

En las 12 ciudades sede, las Fan Fest han sido una fiesta continua y un lugar de encuentro entre los locales y los visitantes. A esta altura, se puede asegurar, sin temor a equivocarse, que en este Mundial el contacto entre aficiones ha traído más historias de amor que de odio.

Brasileños cantando letras de chilenos, colombianos y hasta blasfemando con la ya famosa canción de “los hermanos” sobre Maradona y Pelé.  Lo que no haya conseguido unir estos días el fútbol, lo ha unido Tinder.

La famosa aplicación para la búsqueda de pareja ha sido portada de periódicos de medio mundo, como la aplicación más utilizada estos días en Brasil. En este mundo globalizado, las diferencias entre nacionalidades son cada vez más anecdóticas y todos, ya sean australianos o iraníes, han llegado con las mismas ganas de fiesta.

Los brasileños han olvidado sus preocupaciones por unos días y se han abierto al mundo. Este Mundial lo está demostrando: el brasileño es un pueblo acogedor y siempre preparado para organizar una buena fiesta.

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El Mundial de las oportunidades (y del oportunismo) http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/05/13/el-mundial-de-las-oportunidades-y-del-oportunismo/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/05/13/el-mundial-de-las-oportunidades-y-del-oportunismo/#comments Tue, 13 May 2014 13:58:14 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=859 Continue lendo →]]> EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Con poca majestuosidad, más bien con descaro, “O Rei do Futebol”, Pelé, abandonaba la semana pasada un acto publicitario en São Paulo. ¿Qué podría hacer huir de una manera tan poco honrosa al héroe de toda una generación de brasileños?

La respuesta es aún más inverosímil que la pregunta: los apenas 200 manifestantes del movimiento “sin techo” que en ese momento desfilaban por la Avenida Paulista, en el centro de la ciudad. Una protesta pacífica y minoritaria era suficiente para poner en fuga a un icono del país ante la mirada incrédula de los periodistas que acompañaban el acto.

Algo que en un primer momento podía parecer anecdótico, casi irrisorio, en realidad encerraba una enorme carga simbólica. Una gloria del pasado huyendo de personas que sólo reclamaban un futuro mejor. Aquel que solía despertar respeto y admiración en el pueblo ahora lo evita e incluso le pide que se comporte y “no acabe con la fiesta del fútbol”.

Pelé participó la semana pasada de un evento publicitario en São Paulo. Fotografía: Nacho Doce/Reuters.

Pelé participó la semana pasada de un evento publicitario en São Paulo. Fotografía: Nacho Doce/Reuters.

¿Qué ha cambiado en Brasil para que el que se diera baños de multitudes ahora las evite a toda costa? ¿Ha dejado de ser el fútbol el escaparate de las glorias de Brasil para pasar a ser el de sus vergüenzas? El “padrão FIFA” parece ser la respuesta.

Cuando faltan sólo 30 días para el inicio del Mundial, los brasileños se dividen entre aquellos que encajan en los estándares de la FIFA, es decir, los que han comprado sus entradas y viajarán por todo el país acompañando a la “canarinha” y los que ni quieren, ni se pueden permitir, la que Dilma se atrevió en llamar “la Copa de las Copas”.

Aquellos que esta semana perdían el apetito porque Scolari no llamó ni a Kaka ni a Robinho, y los que solamente con pensar en los 12.600 millones de dólares que ha costado el torneo a los contribuyentes, se les corta la digestión.

La sociedad a través de fútbol está expresando su división. El deporte que antaño aunaba a todos los brasileños ahora los divide. Incluso las dos grandes leyendas del fútbol brasileño, Pelé y Romario, parecen haber asumido el papel de líderes de ambos bandos. “La Copa será el mayor atraco de la historia de Brasil”, llegaba a asegurar, ya en 2012, “O Baixinho”.

Palabras que por aquel entonces sonaban a profecía trasnochada pero que el año pasado tomaban forma cuando millones de brasileños tomaban las calles antes y durante la Copa de las Confederaciones, antesala del Mundial y experimento fracasado de la FIFA.

El ex jugador Romário criticó en varias oportunidades los gastos del Mundial. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

El ex jugador Romário criticó en varias oportunidades los gastos destinados al Mundial. Fotografía: Pedro Ladeira/Folhapress.

Mientras Romario ha ido denunciando los “abusos” cometidos en nombre del todopoderoso organismo deportivo, Pelé se ha ido encargando de relativizarlos, incluso afirmar, que incidentes como las muertes de los obreros en los estadios son solamente “cosas que pasan”. Sin embargo, con sus palabras “O Rei” podría convertir el Mundial, el buque insignia de la FIFA, en el próximo Titanic.

Algo que, desde luego, no le interesa a un hombre que a sus 73 años podría embolsarse nada menos que 26 millones de dólares entre eventos y contratos en publicidad durante el evento. De ahí su escasa preocupación por las personas que salen a la calle o quienes han perdido la vida en los estadios. Puede que sea cierto aquello que dijo Romario cuando afirmó que “Pelé callado es un poeta”, lo que si es seguro es que si consigue mantener la boca cerrada en las próximas semanas será un poeta rico.

Brasil se enfrenta estos días a sus fantasmas y el fútbol hace las veces de amplificador. Una banana, sobre el césped de un estadio de fútbol en España, es hoy día capaz de generar todo un debate sobre el gran tabú que todavía suscita el racismo en Brasil.

Una manifestación del movimiento sin techo hizo que Pelé abandonara la avenida Paulista. Fotografía: Luiz Claudio Barbosa/Futura Press/Folhapress.

Una manifestación del movimiento sin techo hizo que Pelé abandonara la avenida Paulista, la semana pasada. Fotografía: Luiz Claudio Barbosa/Futura Press/Folhapress.

Paradójicamente, puede que al final el campeonato sirva para sacar de una vez todas esas cuestiones sin resolver que, hasta ahora, los brasileños intentaban olvidar cada vez que se sentaban frente a la televisión para ver a su equipo.

Nadie sabe cuál será el legado del Mundial pero por mucho que se empeñen no serán ni Pelé ni Romario con sus palabras sino personas con sus actos, como los 200 “sin techo” de la Avenida Paulista, los que van a decidirlo. En la “Copa de las Copas”, la verdadera victoria o derrota del pueblo brasileño puede que no se juegue sobre el césped de los lujosos estadios, sino sobre las humildes calles de sus ciudades.

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Brasil, país de fútbol y violencia http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/12/brasil-pais-de-futbol-y-violencia/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/12/brasil-pais-de-futbol-y-violencia/#comments Thu, 12 Dec 2013 17:31:35 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=670 Continue lendo →]]> POR GERMÁN ARANDA

Iba yo una soleada tarde del pasado mes de marzo paseando por la “pacificada” favela Rocinha con mi amigo y fotógrafo Chema Llanos. Nos metimos por un callejón y nos encontramos con una amable mujer algo mayor para subir sola la compra por las empinadas escaleras que llevaban a su casa. Conversábamos tranquilamente y esperábamos a que tomara aire para ayudarle a subir las bolsas cuando apareció un chaval de unos veinte años con los ojos rojos y en bermudas, sin camiseta, y nos apuntó con una pistola.

La mujer apenas se inmutó: “No os preocupéis, este es del barrio”, nos decía. “Déjalos, que son gringos”, le pedía muy tranquilamente al joven, que seguía apuntándonos visiblemente enfadado y, en su nube de marihuana, respondía gritando: “¡Gringos no son, que lleva la misma camiseta que un P2 (policía secreto)!”. “¡Levántate la camiseta y pásame la mochila!”. Cuando vio que en la bolsa había una cámara de fotos y no un arma, como esperaba, y empezó a percibir claramente nuestro acento extranjero, le cambió la cara. “Aaaah, gringos, ¡bienvendidos!, os podéis quedar un rato aquí si queréis, buen rollo”, nos dijo sonriente y ya con la pistola abajo. Casi nos hicimos amigos.

Llevo poco más de dos años en Brasil y la violencia nunca me ha golpeado hasta hacerme daño en mis propias carnes. Al contrario, siempre digo que el brasileño es un tipo pacífico al que con contacto físico, una sonrisa y una disculpa es más fácil de tranquilizar que a un inglés o a un español malhumorado. Pero la violencia, aún cuando no estalla, se huele, está al acecho, y por eso un episodio como la batalla campal del pasado domingo en el estadio del Atlético Paranaense no es precisamente el que más me sorprende, por mucho que alarme y escandalice al mundo entero.

Una batalla campal entre hinchadas dejó cuatro heridos el domingo pasado. Fotografía: Geraldo Bubniak- Fotoarena/Folhapress

Una batalla campal entre hinchadas dejó cuatro heridos el domingo pasado. Fotografía: Geraldo Bubniak- Fotoarena/Folhapress

Por una parte, me parece necesario aprovechar la atención mediática que atrae un país como Brasil por el hecho de estar camino al Mundial para que se conozcan los entresijos de su sociedad, las bondades de su cultura y también las injusticias que se cometen. Por otra, me irrita y me parece injusto que toda aquella violencia que sea más próxima al torneo tenga una repercusión mayor debido a que tiene relación con el fútbol o a que el afectado es un turista o un tipo de clase alta.

“Podrías ser tú”, parece que se le dice al lector burgués e internacional. Mientras tanto, la mayoría de las miles de personas que mueren cada año asesinadas (50.108 durante el año 2012 según el Anuario Estadístico de Fórum Brasileño de Seguridad Pública) serán siempre anónimas. Y algunas también son víctimas directas de la policía. Los agentes mataron unas cinco personas por día en 2013, según un adelanto del diario “O Globo” de la versión actualizada del mismo informe, todavía no publicado.

Es estremecedoramente fácil conocer de cerca estas historias. Hace ahora un año, tuve la ocasión de visitar la casa y conocer a la familia de Matheus, un niño que tenía ocho años cuando fue alcanzado por una bala de un policía militar en la nuca al salir de su casa de la favela de Maré en Río de Janeiro para comprar algo de desayuno. La marca de la bala sigue aún en la puerta metálica mientras sus hermanos juguetean delante de ella.

La relación entre los episodios del pasado domingo y el contexto de violencia en el país no es mía. Usando estadísticas como estas, Fernando Graziani se preguntaba en su blog de la revista “Carta Capital“¿Impactado con la violencia en los estadios? ¿En qué país te crees que vives?”. Y calculaba: “Con esos datos, es fácil hacer una cuenta. Durante los noventa minutos de un partido de fútbol (…) mueren asesinadas en Brasil entre ocho o nueve personas”. Y añadía un dato que me parece relevante y que no se encuentra tan intensamente arraigado en el debate social como el de los homicidios: murieron en Brasil 50.000 personas en las carreteras en 2012. Los informes de la Unión Europea dicen que ese mismo año fallecieron 28.000 sumando todos los países miembros, sobre una población unos 500 millones de personas, más del doble que en Brasil.

La violencia en el fútbol preocupa con vistas al Mundial 2014. Fotografía: Heuler Andrey- Agif/Folhapress

La violencia en el fútbol preocupa con vistas al Mundial 2014. Fotografía: Heuler Andrey- Agif/Folhapress

En un país donde los homicidios tienen lugar predominantemente en sitios marginales y donde un negro tiene muchas más probabilidades de ser asesinado, así pues, un visitante durante la Copa o alguien de clase alta seguramente tenga más peligro a bordo de un autobús en Río de Janeiro. Sí, esa forma de conducir es una de las cosas que más llama la atención a quienes visitan la ciudad y sí, eso también es violencia, aunque reconozco haberme reído muchas veces por la emoción de verme a bordo de una atracción de feria.

La semana pasada, volviendo a casa a primera hora de la mañana, tuve que recorrer a pie una carretera cortada porque el autobús que pasó por allí unos minutos antes del que yo ocupaba había chocado con otro que venía en sentido contrario. Alrededor de una decena de heridos leves sangraban y lloraban impotentes en el costado de la carretera sin que hubiera llegado una ambulancia pese a que habían pasado unos diez minutos desde el accidente. Me mosqueó mucho más de lo que me sorprendió. ¿Qué esperáis?, me preguntaba después de haber experimentado centenares de veces conducciones temerarias, cuando no suicidas.

Hace unos días al volver de fiesta, de nuevo de la Rocinha, me enteré de que en esa misma favela, donde también fue torturado y asesinado el obrero Amarildo de Souza, en julio pasado, hubo un tiroteo mientras yo me divertía, aunque no lo escuché. Otro día, caminando por la favela Vidigal, me encontré con un fusil de la policía apuntándome a la altura de la cara. No a mí intencionadamente, sino que al girar una esquina el agente estaba en esa posición de asalto. Sus compañeros me aseguraron que eso era normal, rutinario. En otro episodio más divertido, un camarero tuvo que apartar con sumo cuidado y pidiendo permiso los enormes fusiles de dos policias que, apoyados sobre una silla, le impedían pasar entre dos mesas.

 

El obrero Amarildo de Souza fue torturado y desaparició de la favela Rocinha en julio.Fotografía: Marcelo Sayão/Efe

El obrero Amarildo de Souza fue torturado y desapareció de la favela Rocinha en julio pasado. Fotografía: Marcelo Sayão/Efe

Hablan los números, pero hablan también, en mi caso, vivencias propias y cercanas: Brasil es el país del fútbol, sí, y el de la samba. Y es sumamente acogedor, pero también es el país de la violencia. O al menos uno de ellos. Y si eso es una preocupación para mí, que soy -como la mayoría de los que vendrán al Mundial- un hombre occidental, blanco y heterosexual, y por tanto no pertenezco a ninguna de las minorías históricamente maltratadas en este país y en el mundo, imaginen cómo es para aquellos que viven en la cara B de la vida.

Y si son las minorías y los marginales quienes más peligran, no es difícil concluir que la mejor arma contra la violencia social es erradicar la desigualdad e invertir de manera inteligente y apasionada en educación, si bien hay que reconocerle al gobierno actual su creciente esfuerzo en esta área.

Así que cuando me preguntan si necesitaba Brasil ser sede de este Mundial, replico con otra pregunta: ¿Ayudará a reducir la desigualdad? ¿A que se construyan más escuelas u hospitales? No tengo una respuesta exacta a estas preguntas. Es más exacta la cifra de 8.000 millones de reales (unos 3.400 millones de dólares actuales) gastados hasta ahora en trece estadios , muchos de los cuales caerán en desuso -o casi- después del torneo.

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Un abrazo por Mandela http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/09/un-abrazo-por-mandela/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2013/12/09/un-abrazo-por-mandela/#comments Mon, 09 Dec 2013 15:24:53 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=666 Continue lendo →]]> POR GABRIEL BAYARRI

Gabriel Bayarri (g.bayarritoscano@gmail.com) es español, estudiante e investigador de la Universidad Federal Fluminense (UFF) y nos acompañará con una serie de textos cada 15 días en los que abordará parte de su investigación sobre las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas de Río de Janeiro, desde el período anterior al crimen organizado hasta las nuevas formas de pacificación y justicia dentro de las comunidades.

***

Lágrimas del mismo color unieron a Sudáfrica un verano de diciembre. Nelson Mandela,  líder del movimiento antiapartheid y ex presidente de Sudáfrica, cerró los ojos por última vez y abandonó a su país y al resto de los lugares para siempre, con una consciencia tranquila, aunque seguramente insatisfecho con el presente.

En ese momento, resurgieron en la tierra formas ancestrales de comunicación, un boca a boca de madrugada inundó con la noticia el área favelada de Johannesburgo, la ciudad más grande y poblada de Sudáfrica. “El abuelo se ha ido, Madiba ha muerto”. A voces secas y cantadas se llevó la pérdida a todos los rincones, y atravesó el océano, llegando también al “Rincón de los Poetas” de la favela Santa Marta, en la zona sur de Río de Janeiro.

Las tascas del morro avivaron el debate y lo derivaron hacia la realidad local. El anciano Isaías habló sobre su abuela cojita, nordestina, hijastra de esclavos del estado de Pernambuco. Su hijo, Isaías Junior, pardo de piel y mecánico de profesión, juró haberse beneficiado de la política de cuotas para negros. El mesonero, primo de Isaías, se santiguó ante la cruz bermeja del Partido de los Trabajadores, y comparó con acento trascendental la labor de reinserción social del ex presidente Lula da Silva con la del propio Mandela.

Discutieron después sus derechos, la pacificación de su comunidad y la llegada de algunos servicios sociales, reflexionando sobre su condición de ciudadanos de la arena del morro. Y la noche transcurrió con amagos de filosofía, seguros de que sus pensamientos eran ahora importantes. El amanecer los encontró conmemorando a Mandela en versos del guitarrista y cantautor brasileño Toquinho, en una demostración más de la acuarela cultural brasileña.

Nelson Mandela, ícono mundial de la libertad y la paz. Fotografía: Denis Farrell- 7.dez.2005-Associated Press

Nelson Mandela, ícono mundial de la libertad y la paz. Fotografía: Denis Farrell- 7.dez.2005-Associated Press

La tradición oral ensalza los mitos, que se asientan en el suburbio. En Santa Marta, el mito de Mandela es comparado con el de San Jorge, el Santo de los Guerreros, aunque de los guerreros pobres y negros, los de la periferia, del día a día de ambas realidades. Santa Marta y Brasil también han quedado huérfanos.

Los hemisferios se disponen a llorar a la par, y entre tanto protocolo en proceso, muchas comunidades preparan arroz y ruedas de samba en su conmemoración popular. Son muchos los agradecimientos y agradecidos.

El escritor y periodista Charles Bowden, en National Geographic, afirmaba que “en cualquier lugar del mundo las fronteras generan violencia, la violencia fomenta la aparición de vallas y, ocasionalmente, las vallas se convierten en muros”.

Miles de favelas valladas con muros, condenadas a la estratificación, conmemorarán no la muerte, sino la existencia de una persona como Mandela, que formuló esta frase a la inversa: “luchando contra esas fronteras se estará luchando contra la violencia, y entonces no hará falta levantar más muros de la vergüenza”.

Un Brasil africano que busca justicia a través de las políticas de reconocimiento étnico, social y cultural abraza a una Sudáfrica con el mismo abanico de colores. Con su ejemplo, Mandela consiguió muchas cosas, y entre las oníricas, que los niños soñasen, además de con ser futbolistas, con un mundo que se puede cambiar.

Una niña deposita flores en honor a Nelson Mandela, en un barrio de Johannesburgo. Fotografía: Carl de Souza-AFP

Una niña deposita flores en honor a Nelson Mandela, en un barrio de Johannesburgo. Fotografía: Carl de Souza-AFP

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