Brasil con Ñargentina – Brasil con Ñ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br El país con todas las letras Fri, 22 Sep 2017 17:43:00 +0000 pt-BR hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.7.2 En São Paulo se ajustan el cinturón para poder seguir consumiendo http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/16/en-sao-paulo-se-ajustan-el-cinturon-para-poder-seguir-consumiendo/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/09/16/en-sao-paulo-se-ajustan-el-cinturon-para-poder-seguir-consumiendo/#respond Wed, 16 Sep 2015 14:35:54 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1617 Continue lendo →]]> POR CARLOS TURDERA, DE SÃO PAULO

La agencia Standard and Poor’s rebajó la nota de Brasil a nivel de “bono basura” y le quitó el preciado “grado de inversión”, calificación que se le otorga a los buenos pagadores, lo que no hace más que confirmar el arribo de una época de vacas flacas para una población que ya venía ajustando sus gastos.

Compras colectivas, marcas más baratas o hasta productos usados pasan a ser ahora la primera opción para un número creciente de consumidores en São Paulo.

Lo que hace a esta ciudad la más capitalista de las capitales brasileñas no  sólo es la escandalosa concentración de la riqueza que hay aquí, sino también la gran variedad de formas en que los bienes de consumo circulan y -sobre todo- se exhiben.

Llega a tal punto la omnipresencia del dinero, que recientemente desde los suburbios de São Paulo llegó a proyectarse un fenómeno nacional llamado “funk ostentação” (“funk ostentación”), que es un ritmo musical que exalta justamente la posesión de objetos y que pasó a ser un estilo de vida para jóvenes de las clases ascendentes.

Y claro que el “funk ostentação” es  un nuevo negocio también: el cantante y compositor MC Guimê, de 21 años, y nacido en la periferia de São Paulo, llega a facturar más de 200.000 dólares por mes con sus shows y venta de accesorios de moda del movimiento.

MC Guime. Fotografía:

MC Guime es uno de los representantes del “funk ostentación” en São Paulo. Fotografía: Divulgação.

Naranjas y Apple

El poder adquisitivo de los brasileños se fue achicando en los últimos años, al mismo tiempo en que el dólar pasó de R$ 1,60 en septiembre de 2011 a más del doble el pasado jueves (10), cuando llegó a R$ 3,90, tras la rebaja de la nota de crédito por parte de  Standard & Poor’s.

Pero aunque el real ahora valga menos, los hábitos no se pierden tan fácilmente. Eso es lo que se observa en las compras cotidianas, ya que los clientes siguen comprando los mismos productos, pero ahora de marcas más baratas.

Los paulistanos también comenzaron a frecuentar sitios que hasta no hace mucho tiempo eran visitados únicamente por turistas, extranjeros o comerciantes.

Es el caso del mercado mayorista de frutas y verduras Ceagesp, hacia donde ahora peregrinan grupos de vecinos en busca de precios acordes con estos nuevos tiempos. Esta semana, por ejemplo, el precio de la naranja se encuentra allí a R$ 1,13 (US$ 0,30), mientras que al consumidor final puede llegarle a R$ 4 (US$ 1,35).

La zona cerealista de São Paulo es otro centro de abastecimiento que hoy también es transitado por los sectores medios de la sociedad. La granola se consigue allí a un precio promedio de R$10 (US$ 2,6) por kilo, mientras que en otros lugares de la ciudad puede llegar al doble o más.

Pero no sólo en alimentos básicos se observa tal comportamiento. La startup Brused encontró un nicho floreciente entre los interesados en la tecnología: la compra-venta de productos Apple usados.

Esta semana, un iPhone 6 básico (16G) podía encontrarse allí a US$675, mientras que el mismo modelo estaba a cerca de US$870 en la sofisticada tienda física de la manzanita.

Marcelo Oliveira, gerente financiero de la firma, le  dijo a este cronista que las ventas vienen creciendo constantemente desde 2013, cuando la crisis aún se veía como algo remoto. Este año llegaron a vender entre 200 y 300 productos por mes.

En el Ceagsp se venden al por mayor frutas y verduras. Fotografía:

En el Ceagsp se venden al por mayor frutas y verduras. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Viajes, cursos y hospedaje

Un comportamiento similar se observa en las agencias de viaje, que han reportado un aumento de la venta de pasajes en horarios nocturnos. El sistema ViajaNet -que opera con 900 compañías aéreas- tenía esta semana vuelos a Europa con precios hasta un 28% más baratos para atraer a este público.

Gustavo Mariotto, ejecutivo de la operadora, afirma que muchas personas optan por paquetes de baja temporada porque los hoteles y restaurantes, aún siendo los mismos que en la temporada alta, están a precios más accesibles.

Otro caso es el de una entidad que entrena a profesionales del área corporativa y que ofrece durante septiembre descuentos de hasta el 90% en sus módulos, si estos se cursan en un día determinado. Y hay varios ejemplos más.

Cuando el dinero escasea, surgen también diversas alternativas de inspiración colaborativa, en donde no se usa el “vil metal”.

Es el caso de “Caronetas” (una suerte de Uber gratuito, que organiza a empleados de empresas para optimizar el uso de automóviles), de “¿Tienes azúcar?” (que promueve la buena vecindad mediante ayuda y préstamos mutuos) y de “Guest to Guest” (un Airbnb gratuito que se presenta como “El intercambio de casas reinventado”, que nació afuera, pero que viene creciendo por aquí también).

Por la crisis, los consumidores se volcaron a las marcas más baratas. Fotografía:

Por la crisis, los consumidores se volcaron a las marcas más baratas. Fotografía: Mateus Bruxel/Folhapress.

La hora del trueque

Estas últimas iniciativas recuerdan un poco al trueque que llegó a practicarse en la Argentina de 2001, cuando el dinero desapareció de escena por haber quedado retenido dentro de los bancos y se escuchaba a la gente gritar en la calle: “¡Que se vayan todos!”.

Por aquí el dinero ya escasea y también son varios los que ven a un político y le gritan “¡Fuera!”.

Si el fin de la fiesta neoliberal de los ’90 “latinoamericanizó” a los argentinos, en Brasil es una incógnita qué harán los sectores que ven su “primermundismo” desvanecerse.

Con la rebaja de su nota crediticia al nivel de “bono basura”, y a pesar de las mejoras sociales, parece que los brasileños también han sido expulsados del paraíso.

Vaya modo de llegar a un mismo lugar por caminos diferentes.

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Quiero ir en bicicleta http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/08/12/quiero-ir-en-bicicleta/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/08/12/quiero-ir-en-bicicleta/#comments Wed, 12 Aug 2015 16:20:54 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1573 Continue lendo →]]> POR ABEL N. ALEJANDRE, DE RÍO DE JANEIRO

Que toda gran ciudad tiene un tránsito denso y caótico, no es una novedad. Pero imaginen tener que cruzar en bicicleta una urbe en hora pico: ese sí que es un  verdadero desafío.

Da la impresión de que en Río de Janeiro las personas miran más la carretera que la señalización del semáforo. Y que en lugar de respetar las jerarquías de los peatones y vehículos, las invierten. El más grande y de mayor volumen tiene preferencia sobre el más pequeño e inofensivo.

Una gran urbe es un infierno en hora pico y un peligro cuando las calles están semivacías. Los vehículos transitan a velocidades que de largo pasan lo permitido por unas placas que prácticamente nadie respeta, dejando muy poco espacio para el imprevisto o el error.

Definitivamente el peatón es el peor parado, seguido de las bicicletas.

Este es el panorama con el que cualquier ciclista se encuentra cuando se dispone a pedalear, bien para desplazarse por trabajo o por el placer de disfrutar de este medio alternativo de locomoción.

Más allá de las dificultades, la ciudad y algunos de sus habitantes quieren que Río sea amigable con las bicicletas.

Los 374 kilómetros de ciclovía construidos y la previsión de la finalización de 43,6 kilómetros en obras más los 186,5 kilómetros proyectados, sumado a las bicicletas naranjas gratuitas que el banco Itaú dispone por toda la ciudad, son señales inequívocas de una voluntad por parte del gobierno y de la empresa privada.

Bike Rio Café es un negocio ideado por tres hermanos y abierto hace cinco meses en el centro de Río. Al entrar, uno se encuentra con un garaje para dejar estacionada la bici.

En el primer piso están las duchas y un bonito café con una cuidada decoración inspirada en las dos ruedas. Los precios del Bike Rio Café se adaptan a todos los bolsillos y van desde los 4 reales (1,14 dólares) hasta los 150 reales por mes (unos 43 dólares), dependiendo del plan que contrate cada cliente.  

Un lugar para los aficionados a la bici en Río: el Bike Rio Cafe. Fotografía: Abel Navarro.

Un lugar para los aficionados a las bicicletas en Río: el Bike Rio Café. Fotografía: Abel Navarro.

Frederico, de 51 años, mostró el local y explicó la idea: “Hay capacidad para unas 40 o 50 bicicletas, aquí ofrecemos un lugar seguro donde dejarlas y duchas para poder ir a trabajar”.

Acerca  del lucro del negocio comentó que tienen clientes, pero que necesitan más e indicó que falta “seguridad y una estructura básica” para las personas que pedalean en Río.

“La ciclovía es inconexa y solo para la zona sur. Necesitamos una educación vial y una inversión por parte del poder público. Por ejemplo, los conductores de autobús y los taxistas no saben que tienen que respetar al ciclista y dejar 1,5 metros al adelantarlo”, puntualizó Frederico.

Los ciudadanos responden con un aumento en el uso de la bicicleta, al mismo tiempo que otros lo dificultan. En lo que va  del año, la ciudad de São Paulo contó más muertes de ciclistas por accidentes de tránsito que en todo 2014, pese  a que hubo un aumento de las ciclovías, de hasta los 265,5 kilómetros.

Los datos de 2014 no fueron mejores que los de 2013, año en el que las muertes de ciclistas aumentaron  un 34%. Aunque esta cifra viene disminuyendo desde 2010, al mismo tiempo que el número de ciclistas aumenta.

Por lo que se puede deducir que hoy es más seguro que hace cinco años circular en bici por una gran ciudad como São Paulo.

El alcalde de São Paulo  inauguró la ciclovía ubicada debajo del Minhocao a  comienzos de agosto. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

El alcalde de São Paulo, Fernando Haddad, inauguró la ciclovía ubicada debajo del Minhocão a comienzos de agosto. Fotografía: Danilo Verpa/Folhapress.

Estas iniciativas de convertir las ciudades en lugares de convivencia y circulación de diferentes tipos de vehículos no tienen una ideología política concreta.

En São Paulo, la polémica que suscitaron las ciclovías rojas por ser del color con el que se identifica el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) fue ridícula.

Tal vez los movimientos ecológicos estén más involucrados con este tipo de iniciativas, pero como muestran gran cantidad de ciudades de todo el mundo, la implantación de la bicicleta como medio de transporte carece de un mentor ideológico definido.

Jonathan Pereira es un estudiante de 23 años, nacido en Río de Janeiro, y contó cómo es su día a día con una bicicleta como vehículo.

“Andar en bicicleta es un acto político, me da la libertad que quiero, porque puedo ir a todos lados”, dijo.

“Uno siempre  tiene miedo, en particular cuando escucho  un motor grande detrás, ya sufrí alguna caída y tengo amigos que sufrieron accidentes más graves”, indicó Jonathan.

Por último, opinó que las ciclovías  “están bien para la gente que quiere disfrutar de la bicicleta con sus hijos, pero para moverse por la ciudad no sirven, porque no están conectadas”. Para finalizar, dijo que  en Brasil “hay que acabar con la imposición del coche”.

El problema de la seguridad vial en Brasil tiene una laboriosa solución que pasa por la educación vial por parte del gobierno y una publicidad de calidad en todos los medios posibles, en la que se alerte del peligro de las infracciones de tránsito.

Las leyes deben endurecerse, con multas a la altura de la infracción cometida y del peligro causado, porque no son los kilómetros de ciclovía construidos los que nos van a ayudar a circular mejor y más seguros, sino  la calidad de estas ciclovías y el respeto entre los habitantes. 

"La calle es de todos", dice el cartel de la bicicleta de Jonathan. Fotografía: Abel Navarro.

“La calle es de todos”, dice el cartel de la bicicleta de Jonathan Pereira. Fotografía: Abel Navarro.

Es acertado fijarse en ciudades como Copenhague, que está por alcanzar el hito de que el 50% de su población circule en bicicleta, pero a medio y corto plazo Brasil deberá mirar al vecino: la ciudad de Buenos Aires ocupa el puesto 14 en el ranking mundial de ciudades amigas de las bicicletas y es la primera colocada del continente americano.

El uso de la bicicleta no debe estar restringido al fin de semana cuando cortan las calles, ni tampoco limitarse a pequeños y estrechos espacios.

No debería ser un estilo de vida adoptado por una minoría, ni tiene que relacionarse con la adrenalina de pasar entre coches y transitar en medio de un tránsito enfurecido.

Tampoco debería ser un acto heroico llegar a casa sin un rasguño, ni pedalear debería estar limitado solo a las zonas más ricas de la ciudad.

La bicicleta tiene que ser una opción para todos porque, a fin de cuentas, la capacidad de elegir es lo que nos otorga libertad.

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“Se llevaron a nuestros hijos, se llevaron nuestro miedo” http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/06/11/se-llevaron-a-nuestros-hijos-se-llevaron-nuestro-miedo/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/06/11/se-llevaron-a-nuestros-hijos-se-llevaron-nuestro-miedo/#respond Thu, 11 Jun 2015 19:24:18 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1492 Continue lendo →]]> POR LUNA GÁMEZ Y JOSÉ BAUTISTA

DE RÍO DE JANEIRO

La noche del 26 de septiembre de 2014, Ernesto Guerrero viajaba hacia Iguala con otros 56 estudiantes de la escuela normalista de Ayotzinapa, en México. Iban a recaudar en las calles el dinero que les permitiría desplazarse hasta Ciudad de México para asistir a la marcha nacional en memoria de la matanza de octubre de 1968, en la que murieron más de 300 estudiantes y obreros.

La llegada de los normalistas a Iguala no gustó a Ángeles Piñeda, esposa del alcalde y tesorera del cártel Guerreros Unidos, que en ese momento preparaba el primer mitin de su candidatura a regidora (concejala). De repente comenzaron los disparos contra el autobús.

Un policía se acercó a Ernesto, le apuntó a la cara y le dijo “vete o te mato”. Lo último que vio fue a sus compañeros vivos tendidos boca abajo sobre el asfalto, rodeados de policías y sicarios, que en el estado de Guerrero y otras zonas de México operan bajo el mismo mando.

Ernesto se libró porque no cabía nadie más en las camionetas. Otros 13 estudiantes lograron huir hacia la selva y 43 siguen con paradero desconocido.

El 2 de abril pasado, Eduardo Jesús Ferreira no tuvo tanta suerte como Ernesto. Su historia terminó en el Complejo del Alemán, el mayor conjunto de favelas de Río de Janeiro. Tenía 10 años y estaba sentado frente a su casa cuando un policía militar le disparó a la cabeza. Fue la cuarta víctima menor de edad del día en esa zona y pasó a engrosar la media brasileña de cinco muertos diarios a manos de la policía.

Este trágico suceso despertó cierto revuelo en Brasil, un país en el que las desapariciones y los asesinatos a manos de la policía son el pan de cada día, como en México. Presionadas por la prensa, las autoridades brasileñas investigaron y concluyeron que se trató de un cruce de tiros. Los vecinos y familiares que presenciaron los hechos afirman que ese día no hubo ningún tiroteo en la zona.

Además de defender a los culpables en ambos casos, las autoridades de México y Brasil reprimieron con dureza a quienes se manifestaron contra la impunidad policial y la violencia de Estado. Organizaciones sin fines de lucro como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, periodistas independientes y hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos aportan cifras a esta realidad: cada 11 minutos desaparece una persona en Brasil, mientras que en México sucede lo mismo cada 84 minutos.

Los presidentes de ambos países, Dilma Rousseff y Enrique Peña Nieto, no hicieron ni un solo comentario sobre el drama de las desapariciones y los asesinatos a manos del Estado en Brasil y México durante el encuentro que celebraron el 26 de mayo. “Brasil y México (…) no podían vivir alejados el uno del otro”, dijo Rousseff al finalizar el encuentro en alusión a la lluvia de acuerdos económicos que se avecinan.

Y en materia de Derechos Humanos, ¿están alejados Brasil y México? La distancia que mencionó Rousseff no la ha roto ningún gobierno, sino la Caravana 43, creada con el apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y formada por familiares de los estudiantes desaparecidos y un superviviente.

Esta semana están en Río de Janeiro, último destino de una travesía por América Latina que incluyó varias paradas en Argentina, Uruguay y otras ciudades de Brasil.

Los padres y madres de los estudiantes desaparecidos llegaron para contar de primera mano lo sucedido, libres de las distorsionadas versiones oficiales, y para “tejer lazos de solidaridad con la sociedad civil y las luchas de abajo”, según explica M.R., una activista mexicana que pide el anonimato por miedo a represalias.

Se llevaron a nuestros hijos, y con ellos nuestro miedo”, afirma incansable Mario Contreras, padre de César, uno de los 43 normalistas desaparecidos.

Antes incluso de que la Caravana comenzase, el apoyo ya fue muy fuerte”, explica M.A., responsable de comunicación de la Caravana 43 RJ, quien añade que “hoy las actividades serán aquí en la Maré, en un ambiente militarizado y de Unidades de Policía Pacificadora que hace evidente lo parecidos que son México y Brasil en cuanto al nivel de violencia”.

La solidaridad de los brasileños se traduce en los aplausos que interrumpen una y otra vez el relato de los padres. “Aquí el Estado también culpa al narcotráfico para justificar todas las masacres que ellos mismos cometen”, exclama un residente de la Maré.

Familiares de los 43 estudiantes desaparecidos e integrantes de la Caravana se reúnen con movimientos sociales en Rio de Janeiro. Fotografía: Pilar Pedraza

Familiares de los 43 estudiantes desaparecidos e integrantes de la Caravana se reúnen con movimientos sociales en Rio de Janeiro. Fotografía: Pilar Pedraza

La Caravana 43 llega hasta la favela Pinheiros para conocer a Irone Santiago, madre de Víctor, un joven que fue atacado por el ejército cuando volvía de jugar a fútbol. Irone comprende perfectamente la angustia de ser ninguneada y despreciada por las mismas autoridades que condenaron a su hijo a estar postrado en la cama de por vida.

La indignación se apodera de la casa y concluyen que su lucha es más visible cuando están juntos.

Dicen los padres de los desaparecidos que seguirán luchando hasta que les devuelvan a sus hijos.

No dejarán de denunciar que, tras lo sucedido aquella noche de septiembre, el gobierno mexicano tardó ocho días en dar una respuesta; que la investigación oficial señaló que los estudiantes habían sido incinerados, pero forenses independientes de Austria y Argentina comprobaron que solo había un normalista entre los cadáveres encontrados; que varios periodistas demostraron que la policía y el ejército rastrearon a los estudiantes justo antes de que partieran hacia Iguala; que el ejército agredió y negó asistencia médica a varios estudiantes que logaron huir; que el gobernador de Guerrero ofreció grandes sumas a los familiares a cambio de su silencio, y que está probado que el fiscal general de México y el presidente Peña Nieto sabían desde 2013 acerca de los vínculos oscuros del gobierno de Iguala, pero no hicieron nada.

Las autoridades de México informaron en abril que hay 25.398 desaparecidos en el país. Brasil solo ofrece el número de denuncias por desaparición: en torno a 250.000 al año.

Ahora lo importante es la acción, ser creativos y reaccionar ante esta bestia… Los movimientos sociales se están dando cuenta de que luchamos contra la misma bestia”, concluye M.R.

]]> 0 La “argentinización” de Brasil http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/23/la-argentinizacion-de-brasil/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/23/la-argentinizacion-de-brasil/#comments Mon, 23 Mar 2015 16:32:43 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1384 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

Para bien o para mal, el imaginario brasileño ha catalogado a los argentinos como inconformistas crónicos y seres sumamente politizados, entre muchas otras características.

“En tu país, le preguntás a cualquiera de política y te da una cátedra sin siquiera haber terminado la escuela primaria” o “ustedes saben de derechos y no se guardan nada; si algo no les gusta, salen a la calle a manifestarse”, eran frases que los argentinos se acostumbraron a escuchar apenas atravesaban la frontera y entablaban alguna conversación en “portunhol”.

El brasileño promedio solía ser relajado y observaba todo aquello como un mero espectáculo televisivo, admirando o despreciando esa tensión continua en el país de “los hermanos”. Esas imágenes que la pantalla les traía eran procesadas como sucesos lejanos que formaban parte de una realidad ajena a la suya. Como si fueran escenas de una novela más.

Eso no significa que Brasil tenga una historia poco compleja, de cómodo trazado. Todo lo contrario. Tampoco quiere decir que movimientos sociales de relevancia sean harina de otro costal por aquí.

A comienzos de marzo, mientras Dilma Rousseff hablaba por televisión los brasileños hicieron sonar sus cacerolas, en ciudades como São Paulo y Belo Horizonte. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

A comienzos de marzo, mientras Dilma Rousseff hablaba por televisión, los brasileños hicieron sonar sus cacerolas, en ciudades como São Paulo y Belo Horizonte. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Nadie puede discutir -por poner un ejemplo- la importancia que tuvieron las marchas entre 1983 y 1984 que pedía elecciones directas y buscaban derogar un sistema electoral legado por la dictadura.

La cotidianeidad de las protestas, huelgas y manifestaciones de tipo variado con epicentro en Buenos Aires, lograron que en Brasil se acuñara el término “viramos [nos transformamos en] Argentina” cuando en junio de 2013, algunos meses antes  y durante el Mundial 2014  miles de manifestantes salieron a la calle para protestar con metodología “piquetera”, importada desde Argentina, adueñándose de las calles y bloqueándolas, para darle mayor contundencia al reclamo de turno.

AQUEL JUNIO DE 2013

Lo cierto es que si hablamos en términos de inconformismo social y presencia masiva en las calles, Brasil lleva ya un tiempo “imitando” los hábitos del vecino.

Las manifestaciones de junio de 2013, que comenzaron con poco más de 200 estudiantes del movimiento Passe Livre protestando por el aumento de la tarifa del transporte público, fueron el gran detonante.

“Vem pra rua” (“Ven a la calle”) se convirtió en el  grito de guerra. Y lo que empezó con el descontento de un grupo aparentemente aislado, terminó siendo material de primera plana de todos los medios de comunicación.

Acto organizado en enero de este año por el movimiento Passe Livre en contra del aumento de la tarifa del ómnibus. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Acto organizado en enero de este año por el movimiento Passe Livre en contra del aumento de la tarifa del ómnibus. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Así, antes de que terminara ese junio, el más rupturista de la historia brasileña, eran 353 las ciudades alcanzadas por las chispas de la protesta. En ese momento, se estimaba que el promedio superaba las 22 marchas diarias en todo el país.

La corriente, lejos de serenarse, continuó a puro vigor. La Copa de las Confederaciones de 2013 y el Mundial de 2014 levantaron a multitudes que bramaban contra los multimillonarios costos de los faraónicos estadios construidos para el torneo de fútbol. Las batallas campales contra las fuerzas del orden eran una constante.

El viernes 13 y el domingo 15 pasados, decenas de miles de personas volvieron a tomar la calle, en lo que pareció ser una continuación de las manifestaciones de 2013 y 2014, aunque con diferentes propósitos.  Las movilizaciones del viernes fueron en casi 50 ciudades y tuvieron como eje principal el apoyo a la presidenta brasileña Dilma Rousseff.

El domingo, fue todo lo contrario: las manifestaciones multitudinarias se extendieron por diferentes capitales de todo Brasil con el objetivo de denunciar la  corrupción en la estatal Petrobras, protestar contra la crisis económica y el aumento de los impuestos.

Algunos, un tanto más extremos, pedían el juicio político de la presidenta brasileña y una minoría  reivindicaba el regreso de los militares al poder.

No serán estas las últimas manifestaciones de los diferentes sectores sociales y tampoco tienen por qué continuar presentándose con esta morfología: a favor o en contra del Partido de los Trabajadores (PT) y de Rousseff.

Integrantes de la Central Única de los Trabajadores (CUT) y otras centrales sindicales  organizaron un acto en defensa de los derechos de los trabajadores, el pasado 13 de marzo. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

Integrantes de la Central Única de los Trabajadores (CUT) y otras centrales sindicales organizaron un acto en defensa de los derechos de los trabajadores, el pasado 13 de marzo. Fotografía: Eduardo Anizelli/Folhapress.

“Se trata de una sociedad civil brasileña renovada, más informada y educada, que continúa teniendo que vérselas con instituciones del siglo pasado, anacrónicas, que ya no atienden a los nuevos deseos de la población”, resumió hace algún tiempo el psicoanalista brasileño Jorge Forbes.

DÓLAR E INFLACIÓN 

Convertirse en “Argentina o Venezuela” fue una frase muy popularizada durante las últimas elecciones de octubre de 2014, sobre todo entre las élites, como un augurio del peor futuro para Brasil bajo el mandato de Dilma.

La devaluación que sufrió el real  frente el dólar en el último tiempo es uno de los indicadores que encendieron las alarmas. Pasó en poco menos de un año de 2, 25 a 3,25 y alcanzó el nivel más bajo desde 2003. Algunos economistas aseguran que podría subir  hasta cuatro reales por cada dólar.

En Argentina, las restricciones para comprar dólares impuestas por el gobierno se han ido endureciendo paulatinamente. Como consecuencia de la imposibilidad de adquirir la divisa norteamericana legalmente, se aceleró su cotización en el mercado negro o paralelo, en donde puede conseguirse un dólar a cambio de 13 pesos. Los pocos que pueden comprar dólares al cambio oficial tienen que desembolsar 8, 67 pesos por cada dólar.

El 15 de marzo pasado una multitud llenó la avenida Paulista en una protesta anti PT y anti Dilma, en São Paulo. Fotografía: Reinaldo Canato/Folhapress.

El 15 de marzo pasado una multitud llenó la avenida Paulista en una protesta anti PT y anti Dilma, en São Paulo. Fotografía: Reinaldo Canato/Folhapress.

En Venezuela también existían trabas para conseguir dólares, pero desde hace poco más de un mes, debido a la crisis económica que vive aquel país, se puede cambiar la moneda norteamericana por bolívares legalmente con cuatro tasas diferentes.

No obstante, el mercado paralelo sigue siendo una de las fuentes principales de compra de dólares y el valor de la divisa norteamericana oscila todos los días: la semana pasada, se ubicó en 260 bolívares por dólar, mientras que el cambio oficial del Banco Central de Venezuela estaba en 190.

El aumento de la inflación también es uno de esos puntos que pueden emparentar a los tres países  hermanos. Venezuela, con una inflación del 68,5% en 2014, reconoció en febrero pasado que tiene la inflación más alta del mundo.

En Argentina, de acuerdo con el “Índice Congreso”, la inflación de 2014 fue del 31,43% anual, mientras que las mediciones oficiales del INDEC indican que el aumento de precios el año pasado fue del 23,9%.

En Brasil, el estimado anual actualmente se acerca al 8% (el más alto en los últimos 10 años), pero se mantiene muy lejos de los altísimos porcentajes de inflación de Venezuela y Argentina.

Miles de manifestantes tomaron la avenida Paulista en junio de 2013. Fotografía: Marcelo Justo/Folhapress.

Miles de manifestantes tomaron la avenida Paulista en junio de 2013. Fotografía: Marcelo Justo/Folhapress.

CACEROLAZOS

Otra  forma de protesta que se ha vuelto costumbre en Brasil es el “ panelaço” o “cacerolazo”, instalado principalmente en los barrios de clase media alta. Consiste en golpear ollas o sartenes durante los discursos de Dilma o de algún ministro de su gobierno.

En Argentina, el “cacerolazo” ya es parte del folclore nacional. La primera vez que las personas salieron a golpear sus cacerolas fue en 1996 para mostrar el descontento con el gobierno de Carlos Saúl Menem.

Uno de los más resonantes, que dio la vuelta al mundo y provocó la salida del entonces presidente Fernando de la Rúa, fue el cacerolazo del 19 de diciembre de 2001. Volvieron en 2008, con el conflicto entre el gobierno de Cristina Kirchner y los productores agropecuarios.

Un último punto en el que los dos países se parecen mucho es en la “Ley de Medios” (“Lei da Mídia”, en portugués), aunque en Brasil, por ahora, sólo es materia de debate. La coyuntura pasó por encima de esta ley que pretende hacer primar el derecho humano sobre el mero servicio comercial.

Para establecerla, los defensores del proyecto señalan a la Argentina como un ejemplo de apertura del juego y eliminación de los monopolios de comunicación. Pero los detractores buscan la refutación más fácil: “Si seguimos el ejemplo de Argentina, así terminaremos…”.

 

Cacerolazo en Buenos Aires contra la presidenta argentina Cristina Kirchner, en 2012.  Fotografía: Daniel Garcia - 8.nov.2012/AFP.

Cacerolazo en Buenos Aires contra la presidenta argentina Cristina Kirchner, en 2012. Fotografía: Daniel Garcia – 8.nov.2012/AFP.

El término “argentinización” es mirado de reojo en Brasil, sobre todo por su connotación negativa.

Sin embargo, abandonar una posición cómoda para hacerse escuchar y mostrarse en desacuerdo -sin recurrir a la violencia- acelera el proceso de purificación y aceita los mecanismos de cualquier democracia.

Si haberse “argentinizado” significa que el brasileño dejó de mirar todo “por encima del muro” para tomar una postura, ser parte y construir, quedará pendiente entonces una revisión del sentido que se le otorga al tan castigado término.

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Torcida única: un castigo para los hinchas genuinos http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/09/torcida-unica-un-castigo-para-los-hinchas-genuinos/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/03/09/torcida-unica-un-castigo-para-los-hinchas-genuinos/#respond Mon, 09 Mar 2015 19:27:57 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1363 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

El último clásico de Porto Alegre que disputaron el domingo 1 de marzo el Internacional y el Gremio se ganó al menos un capítulo en los libros de historia del fútbol. No por la calidad del encuentro (fue un espantoso 0-0); tampoco por lo que se jugaban, ya que el torneo gaúcho apenas está comenzando.

Sin embargo, el estadio Beira Río lució una escenografía poco usual en sus tribunas, regalando una postal atípica en el fútbol sudamericano: las camisetas rojas del local se mezclaban con las celestes y negras del visitante en uno de los laterales del estadio, conformando una torcida mixta.  

La iniciativa de sentar juntos a 2000 hinchas del Inter y del Gremio fue de Alexandre Limeira, vicepresidente de administración del club “colorado” y, a juzgar por lo visto, fue un éxito.

El Beira Río se pobló de familias enteras, con niños y abuelos incluidos, intercambiando camisetas, disfrutando de la previa, del partido y de volver a casa caminando a la par, más allá de las preferencias futbolísticas, esas que no se negocian.

La exitosa medida de Porto Alegre acompaña aquella de Recife, en la cual las madres de los hinchas fueron las encargadas del operativo de seguridad en el clásico entre Sport y Náutico.

Ambas iniciativas ocurren en el contexto de una profunda crisis del fútbol brasileño que, en su intento de volver a ser, está chocando una y otra vez con hechos de violencia de gravedad creciente, dentro y fuera de las canchas.

Hinchas del Internacional y del Gremio, juntos en el estadio Beira-Rio. Fotografía: Lucas Uebel/ Grêmio FBPA.

Hinchas del Internacional y del Gremio, juntos en el estadio Beira-Rio. Fotografía: Lucas Uebel/ Grêmio FBPA.

Torcidas organizadas (similares a las barra bravas o los ultras) que ya no respetan ninguna autoridad, envalentonadas por la connivencia con la más cobarde de las dirigencias, esa que prefiere entregar el poder a los vándalos y hacer la vista gorda.

Entre 2012 y 2014 fueron 71 las muertes en Brasil por incidentes en los estadios. Sólo un 3% de los delitos criminales en el fútbol fueron procesados durante el año pasado. 2015, a esta altura, ya cuenta con tres víctimas fatales.

Para frenar la oleada de hechos violentos, el Ministerio Público diseñó un plan de torcida única como “medida provisional”. Es decir, que sólo los equipos que actúan como locales tendrán el apoyo de su público. Basta de hinchas visitantes.

“No tiene sentido que el Estado gaste dinero escoltando torcidas organizadas hasta el estadio para impedir peleas con los hinchas locales. Se torna un privilegio en favor de la violencia”, escribió Paulo Sérgio de Castilho, fiscal del Ministerio Público, en un especial para Folha

El sociólogo Mauricio Murad, en la misma página del periódico, se mostró en desacuerdo.

En su artículo titulado “Sería como matar al buey para acabar con la garrapata, destacaba: “¿Qué tal si aplicasen la ley para acabar con la impunidad de esas minorías agresivas que se confunden con las masas?”

Luego, argumentaba: “Las [torcidas] organizadas en Brasil tienen más de dos millones de personas y un 6% de ellos está vinculada con delitos. La implementación de la torcida única sería injusta, además de demostrar incapacidad y flaquezas por parte de la justicia”.

Las opiniones a favor y en contra de la medida se amontonan, son muchas y diversas. Desde lo fáctico, sólo haría falta echar un vistazo al patio del vecino.

Policías e hinchas del Corinthians se enfrentan durante un partido, en 2014. Fotografía: Robson Ventura - 21.set.2014/Folhapress.

Policías e hinchas del Corinthians se enfrentan durante un partido, en 2014. Fotografía: Robson Ventura – 21.set.2014/Folhapress.

EL FRACASO ARGENTINO

En Argentina, el fútbol sin público visitante rige por iniciativa del Ministerio de Seguridad para Primera División y B Nacional desde agosto de 2013. El detonante fue una interna feroz en la barra brava de Boca Juniors.

Un año y medio después, poco cambió. La violencia sigue presente dentro y fuera de los estadios. Fueron 18 los muertos que dejó el fútbol sólo en 2014, 13 de ellos vinculados con barras.

Hubo asesinatos en disputas por el poder entre sectores enfrentados de las hinchadas de Lanús (Primera Divisón), Almirante Brown e Ituzaingó (Ascenso), con brutales ataques entre noviembre y diciembre pasado.

En ese período, también dos hinchas de San Telmo fueron masacrados por barras de Dock Sud, cuando miraban un partido por televisión.

En la ciudad de Rosario, tercera más poblada de la Argentina, en la provincia de Santa Fe, hubo dos asesinatos vinculados con barra bravas el preciso día en el que se disputó el clásico de esa ciudad, uno de los más peligrosos, entre Newell’s y Rosario Central.

Los clubes más populares tampoco se salvan. La barra disidente de River destruyó su propia confitería para atacar a los miembros de la facción oficial. En la otra vereda, la interna entre barras de Boca parece una historia de nunca acabar.

Pero la locura superó todos los límites cuando en Aimogasta, provincia de La Rioja, en el noroeste del país, un futbolista fue asesinado tras recibir un ladrillazo en la cabeza arrojado desde la tribuna. Franco Nieto se convirtió en el primer jugador muerto por la violencia en el deporte.

Fotografía: Juan Mabromata - 1º.mai.2013/AFP.

En Argentina, tras una feroz interna en la barra de Boca (foto), el Ministerio Público decidió prohibir el ingreso de hinchadas visitantes en la Primera División y B Nacional. Fotografía: Juan Mabromata – 1º.mai.2013/AFP.

Hace menos de dos semanas, el presidente de Temperley (Primera División), Hernán Lewin, fue agredido con un botellazo en el pecho tras gritar un gol de su equipo en el estadio de Racing.

Lejos de denunciar el hecho, dijo: “No creo que haya un solo club que no pacte con los barras. Si no lo hacés, tenés que pagar 10 veces más por el operativo de seguridad. Y suceden estas cosas”.

La comunidad de directivos reprobó los dichos de Lewin. No porque difieran de la realidad, sino porque ese “sincericidio” les molesta. Son contados con los dedos de una mano los que quieren acabar con la violencia más allá de los discursos de cartón.

El poder es de ellos, de los violentos. Rompen, golpean, asesinan, compran, venden. Todo, bajo un grueso manto de impunidad que deberían quebrar los que hasta hoy callan y pactan desde cómodos sillones.

La inútil experiencia argentina debería ser prueba suficiente para Brasil. La salida es condenar a los violentos y no suprimir al público de los estadios.

En todo caso, implementar la medida de torcida única no parece ser la solución para garantizar la seguridad. Terminarán pagando los platos rotos, una vez más, los hinchas genuinos del fútbol. La cultura de la violencia, en cambio, descansará sana y salva.

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La impunidad de los trotes universitarios http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/02/20/la-impunidad-de-los-trotes-universitarios/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2015/02/20/la-impunidad-de-los-trotes-universitarios/#comments Fri, 20 Feb 2015 13:47:44 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1320 Continue lendo →]]> POR FEDERICO CORNALI, DE SÃO PAULO

El estremecedor relato de una estudiante de veterinaria de la Universidad de São Paulo (USP) durante una audiencia pública realizada en Asamblea Legislativa (llevada a cabo en enero pasado) dejó a varios boquiabiertos.

“Desperté con mucho dolor, alguien me penetraba por atrás. Había bebido, pero el efecto se me pasó inmediatamente cuando me encontré en esa situación, siendo abusada. Lo empujé y convencí de que me deje ir al baño. Así logré escapar”, contó una joven, de 27 años, respecto de un episodio ocurrido en una residencia de estudiantes de la USP, en Pirassununga (interior de São Paulo).

A pesar del tenor del relato, aún no aparecieron culpables.

Minutos después, prestó declaración un alumno de la Escuela Superior de Agricultura. Contó que fue envenenado. “El exámen toxicológico encontró veneno en mi cuerpo. No pude ir a clases, no podía moverme”, dijo.

“Fui suspendido una semana por intentar denunciar aquel hecho en la dirección de la Escuela”, indicó.

Fotografía: Archivo Personal

La estudiante Nathália de Souza Santos, de 17 años, sufrió quemaduras en las piernas durante un “trote” violento en Adamantina (SP). Fotografía: Archivo Personal

Estos son solo dos ejemplos de algunas de las prácticas que se llevan a cabo en los tristemente tradicionales trotes, que en Brasil fueron asumidos como una práctica natural, y que en la actualidad abandonaron su fisonomía de ritual de iniciación liviano para los alumnos que logran ser admitidos en algunas universidades.

Esta práctica, hoy en día, se emparenta más con el bullying, y atraviesa largamente la frontera de la discriminación y la intolerancia.

Institucionalizados en grupos de tortura con escalas jerárquicas, los veteranos de las universidades van probando las aptitudes de los aspirantes para sumarlos al “equipo del terror”, ese que cada verano se dedica a dar caza a los recientemente egresados de las escuelas secundarias que, a su vez, aceptan ese atroz juego como parte de la nueva etapa.

Los abusos denunciados por alumnas de la USP, una de las instituciones más prestigiosas y elitistas del país, abrieron el fuego.  Los reclamos por violencia sexual en otras universidades de Brasil se multiplicaron.

Días atrás, se conoció que en Adamantina, en el interior de São Paulo, una pandilla de alumnos arrojó una sustancia abrasiva sobre los novatos.

Estudantes se concentram nas ruas próximas ao Centro Universitário de Bebedouro após ação da PM. Fotografía: Fernando Oliveira/O Jornal.

Un grupo de estudiantes es dispersado por la policía, en las inmediaciones del Centro Universitario de Bebedouro, en el interior de São Paulo. Fotografía: Fernando Oliveira/O Jornal.

Uno de los afectados podría perder la visión de un ojo, mientras que otra joven sufrió quemaduras de tercer grado de la cintura hacia abajo.

El racismo y la homofobia tienen un espacio privilegiado en cada trote. Los calouros (ingresantes) deben desnudarse mientras les gritan sus defectos: “gordo”, “Blancanieves” o “marica” para alumnos obesos, negros y homosexuales, respectivamente, aparecen entre las categorías preferidas de los veteranos a la hora de atormentar a los más nuevos.

Caminar descalzo sobre vidrios, soportar peso en los genitales, bañarse en ácido, alcoholizarse hasta el estado de coma o “simplemente” sufrir una golpiza son algunas de las variantes entre las atroces pruebas, que ya se han cargado varias vidas.

HAY VÍCTIMAS, FALTAN RESPONSABLES

En 1980, en la Universidad de Mogi das Cruzes, un municipio del estado de São Paulo, un estudiante de periodismo murió después de un trote violento.

Carlos Alberto de Souza, de 20 años, fue molido a golpes por veteranos. En 1990, el joven George Mattos, iniciante en la carrera de Derecho, murió de un infarto intentando huir de sus compañeros en Goiás.

En 1999, en la Universidad Medicina de São Paulo, Edison Tsung Chi Hsueh, de 22 años, fue encontrado muerto en una piscina después de ser arrojado al agua por los veteranos, a pesar de haberles dicho que no sabía nadar.

Fotografía: Reproducción/Facebook.

El racismo y la homofobia tienen un lugar privilegiado en los trotes universitarios. Fotografía: Reproducción/Facebook.

Un caso similar, en 2009, ocurrió con Vitor Vicente de Macedo Silva (estudiante de Educación Física de la Universidad Federal de Río de Janeiro) que murió ahogado en una piscina de saltos ornamentales. Se sospecha que los veteranos lo obligaron a entrar allí.

Ninguno de los responsables por las muertes de estos estudiantes recibió su castigo. Para peor, muchos de los acusados son “prestigiosos” profesionales.

CÓMPLICES DE LA BARBARIE

Los entes rectores de las universidades vinculadas con los casos de abusos emplean la táctica del “oído sordo, vista gorda” ante tales aberraciones, y se alivian al enterarse de que esas prácticas son llevadas a cabo fuera de sus campus.

De hecho, entre los “trotistas” existen ex alumnos y el sustento para transporte o publicidad muchas proviene del bolsillo de docentes o dirigentes.

“Lo lamentable de estos trotes violentos es que muchas veces provienen de iniciativas de los empleados de las universidades o de los propios profesores”, afirmó Antonio Riberio de Almeida Júnior, educador en la Escuela Superior de Agricultores Luiz de Queiroz (dependiente de la USP), que estudia desde 2001 los trotes más aberrantes.

“Reforzaremos la seguridad para el primer trimestre”, indicó una nota de las Facultades Adamantinenses Integradas (FAI), tras conocerse la noticia de sus dos alumnos quemados.

Pero el énfasis lo pusieron al aclarar que el hecho “ocurrió fuera de las dependencias de la institución”.

 Frente Feminista / divulgacao

Alumnos de la USP São Carlos hostilizaron a un grupo feminista durante un trote en la universidad. Fotografía: Frente Feminista/Divulgación.

LA VERSIÓN ARGENTINA

Esta tradición de rituales estudiantiles no es sólo brasileña. En Argentina es normal que los egresados de las carreras universitarias sean rapados, depilados, golpeados, embarrados o empapados de orina por sus propios compañeros o amigos.

Sin embargo, los hechos de mayor gravedad ocurren sobre el cierre de la etapa secundaria.

Las “vueltas olímpicas” de los tradicionales colegios Pellegrini, Mariano Acosta y Nacional Buenos Aires no tienen relación con el deporte.

En repentina actitud, sorprendiendo a todos, los jóvenes recorrían la escuela arrojando barro, huevos, harina, pintura y pirotecnia (en su versión más leve).

Año tras año, el ritual se fue agravando por los destrozos que ocasionaba, tanto es así que aquella celebración fue prohibida en la mayoría de los casos, después de cientos de incidentes y estudiantes sancionados.

Así y todo, si se trata de provocar desmanes, los colegiales siempre lograrán ingeniárselas.

Alunnos da USP São Carlos hostilizaram feministas durante trote na última terça-feira (26). Alguns estudantes chegaram a ficar pelados e simularam sexo com bonecas infláveis . foto: Frente Feminista / divulgacao

El racismo y la discriminación  son dos elemento0s que se repiten en  los trotes. Fotografía: Reproducción/Facebook.

En octubre del año pasado, los egresados del Liceo Franco Argentino Jean Mermoz hicieron un enorme pozo en el Paseo de las Américas, en pleno barrio de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. Luego bailaron, bebieron y se embarraron dentro de él.

La institución -alumnos incluidos- debió hacerse cargo de reparar los daños en el espacio público, además de pagar una multa por el incidente.

LA INICIACIÓN EN EL MUNDO

Son muchos los países que tienen versiones vernáculas de los trotes brasileños.

En Suecia, por ejemplo, existe el “klädstreck”. Es simple: los novatos se dividen en equipos y deben desnudarse, dejando sus ropas una al lado de la otra en el suelo. Quien logre hacer la fila más larga, gana.

El “bizutage” francés suena elegante, pero se convirtió en una de las prácticas de iniciación más crudas del mundo por sus violentas prácticas, sobre todo entre los estudiantes de Medicina.

Fue prohibido tras la muerte de un alumno y hoy es punible de seis meses de prisión o una multa de 7600 euros para quien lo lleve a la práctica.

En Canadá –nación reconocida por su calidad educativa- y en la prestigiosa Universidad de Coimbra, en Portugal, el tema de los trotes se encuentra bajo la lupa desde hace años, por el excesivo consumo de alcohol y los castigos contra los novatos.

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Elecciones en Brasil: Políticos y papagayos http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/10/elecciones-en-brasil-politicos-y-papagayos/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/11/10/elecciones-en-brasil-politicos-y-papagayos/#respond Mon, 10 Nov 2014 12:47:02 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=1159 Continue lendo →]]> POR GABRIEL BAYARRI, DE RÍO DE JANEIRO

El escritor austriaco Stefan Zweig murió por amor a Brasil, literalmente, en un suicidio que fue precedido por la explicación más bella que he leído jamás de lo que significa la identidad brasileña, y que sólo podía concluir en un final desgarrado, que intensificase la marcha obligada de la “tierra del futuro”, una marcha prematura, de abandono, que encajase con los principios románticos.

Murió en la zona serrana de Petrópolis, antigua residencia de los reyes portugueses, en el interior del estado de Río de Janeiro. Decía, apasionado por esta tierra exuberante, que  Brasil curiosamente simulaba a un arpa en el mapa, semejante descripción introducía una serie de sentidos que al país le son dados, y entrelazados, en su imaginario social.

La “tierra de los papagayos”, aquella inigualable en abundancia de su flora y fauna, que lo tiene todo al mismo tiempo, sierra, litoral, pampa, selva, cuenca de ríos, y que es fértil en casi todas sus partes, con un clima que transita del tropical, subtropical y hasta lo templado, donde se alimentan los ríos más grandes del mundo, y el patrimonio atraviesa de una frontera a la otra, desde la Amazonia hasta la triple frontera natural con Argentina y Paraguay, en la caída del río Iguazú.

Se yergue la favela en medio de este escenario para votar en la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, con los ojos todavía puestos en la mesa sin mantel, en el plato vacío, en la falta de saneamiento básico, de escolaridad para los más pequeños, de analfabetismo para los más viejos, de salud para todos, y ante penitas y alegrías se entiende por qué la pauta política todavía es prehistórica en la cuestión ambiental.

Como los ríos, descienden del morro los votantes de la favela, familias enteras para votar en los colegios municipales. Llegó el domingo 26 de octubre, nuevamente día de votación

Las elecciones se expresan con la misma estrategia publicitaria que el Mundial de fútbol: pegatinas, globos, camisetas… los rostros sonrientes de la presidenta Dilma Roussef (PT) y del candidato opositor Aécio Neves (PSDB) invaden las calles, y las “aficiones”  rasgan en dos a la población: los estados de un Norte pobre y negro, de un Sur desarrollado y blanco; dividen al campesino del latifundista; al vendedor de churros de su patrón; al pescador artesanal de los gestores de las piscifactorías.

Los intereses están rasgados, divididos, ganando el PT más de un 80% de los votos en algunas de las áreas más subdesarrolladas del país, y llegando a perder en los estados del Sur.

No obstante, se palpa un agrio sentimiento, el de un voto que no es sincero, un voto sólo ejercido en la favela como autodefensa, que apoya los avances sociales, pero que legitima la corrupción estructural en todas las fuerzas políticas. Una elección confusa e impotente ante la falta de alternativas y de ilusión. Un voto que refleja el miedo de la favela a ser olvidada por las políticas sociales.

A la entrada del colegio se mezclan en armonía conversaciones del cotidiano con las del acontecimiento del momento: “…La favela puede sumirse en el olvido, sin registros…”, “…yo ya no compro tomates a ese precio…”, “…la ciudad puede perder la memoria…”, “…dará a luz en poco tiempo…”, “…la favela nunca habrá existido…”.

Observo a la salida del colegio a una señora de mediana edad que vende verduras en el mercadillo que da entrada a la inmensa favela de la Rocinha. Le lloran los ojos, está cortando cebollas. El análisis se queda empobrecido, pues no sabría decir si llora por la situación del país, por la muerte del pedrero Amarildo en manos de las Unidades de Policía Pacificadora en 2013, por los nervios ante las elecciones, o por los efectos de una cebolla, que en cada capa representa las etapas que todavía deben atravesarse en esta tierra.

La capa de la pobreza va saliendo, todavía provoca lágrimas, tal vez algún día se llegue al corazón de la cebolla, y se pueda mirar alrededor, y observar y enorgullecerse de la belleza del Brasil.

Entonces todos pedirán su defensa, y crearán una pauta socio-ambiental sólida, defensora de las demarcaciones de reservas indígenas, del fortalecimiento de las reservas de extracción sostenible, de la fiscalización de la tala de la región Amazónica, de la producción eficaz e independiente de los Estudios de Impacto Ambiental, de la anteposición de la biodiversidad y de los grupos minoritarios ante la explotación de recursos naturales, como son el caso de las hidroeléctricas,  y otras formas de combate al crimen ambiental,  pues la naturaleza se fusiona en la propia identidad brasileña.

La favela recuerda con su voto que habrá que atravesar  primero otras capas de la cebolla, las de una extrema desigualdad de clases, capas que al mirarlas todavía nos hacen llorar, aunque se torna urgente afrontar la descuidada cuestión ambiental, y recordar, por el bien de la preservación de la  identidad brasileña, que los papagayos llegaron al Brasil mucho antes que los partidos políticos.

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Un poco de luz sobre el default de la Argentina http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/31/un-poco-de-luz-sobre-el-default-de-la-argentina/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/31/un-poco-de-luz-sobre-el-default-de-la-argentina/#comments Thu, 31 Jul 2014 18:50:38 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=999 Continue lendo →]]> POR NATALIA FABENI, DE SÃO PAULO

La Argentina entró ayer en default una vez más. Como soy argentina (y vivo y trabajo en Brasil), en las últimas semanas, mientras al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner le iba quedando cada vez menos tiempo para negociar con los holdouts, varias personas se acercaron a preguntarme qué era lo que estaba pasando en mi país.

“Me esfuerzo por leer el suplemento de Economía, pero no entiendo nada”, me confesó un colega-entre muchos- esta semana.

Para entender qué fue lo que pasó, cuáles son las consecuencias internas y externas del default y qué podría suceder en el futuro, les dejo dos entrevistas que realicé con economistas argentinos para echar un poco de luz sobre la situación.

La primera es con el CEO del sitio Carta Financiera y profesor de Behavioral Finance de la Universidad de San Andrés, Miguel Angel Boggiano; la segunda, con el economista y director de la consultora Fimades, Luis Palma Cané.

También pueden ver en este link un análisis que hicieron en el programa oficialista 678, que se emite por la TV Pública, y la opinión sobre el conflicto con los fondos buitre de Alejandro Vanoli, presidente de la Comisión Nacional de Valores, invitado a ese programa. 

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La Argentina entró en default. ¿Qué es lo que eso significa y cuáles son las consecuencias?

Significa que la Argentina no estará pagando los intereses de sus bonos discount que tienen jurisdicción en New York y en Europa. La Argentina depositó el dinero para pagar estos intereses. Pero el agente de pagos (el Bank of New York) no puede efectuar el pago porque el juez Griesa se lo impide hasta tanto el país pague la sentencia en contra que tiene con los fondos NML Capital y Aurelius. Como la Argentina no ha querido pagar la sentencia en su contra, el pago a los bonistas dueños de los bonos discount, no ha llegado.

¿Cuál es la diferencia entre el default de 2001 y el de 2014?

Este es el menor de todos los defaults de la historia argentina. Se espera que para enero esté regularizado. El gobierno de Cristina Kirchner dice que no paga porque esto activaría una cláusula (llamada RUFO) que lo obligaría a mejorarle la oferta al 93% de los bonistas que aceptaron el canje de 2005 y 2010. Esto es muy discutible, ya que la cláusula probablemente no se dispararía por pagar un fallo en contra. Creo que decidieron no pagar porque aumentó la imagen pública de la presidenta.

¿En qué cuestiones concretas se verá afectado el país?

Se va a devaluar la moneda, va a caer aún más la actividad y van a subir los precios. Pero muchas actividades (la inmobiliaria, por ejemplo) sencillamente se congelan.

¿De qué manera esto repercute en el día a día de los argentinos?

Los bienes que tienen componente importado van a subir de precio. El gobierno se va a financiar con más impresión de pesos y muy probablemente necesite devaluar de nuevo.

¿El default argentino tiene consecuencias para Brasil? ¿Por qué?

Seguramente empeoren todavía más las compras de Argentina a Brasil, aunque venían en franca caída. Si la Argentina llega a devaluar mucho, quizá obligue a Brasil a devaluar su moneda. Pero esto todavía está por verse.

Aprovechando el artículo que escribió acerca de “Los 20 países que más veces fueron al default”,  ¿cuál es el país que más “defaulteó” en la historia?

El que más veces fue al default es España, y la región que más “defaulteó” históricamente es América Latina.

***

¿Cuáles son las consecuencias del default para la Argentina?

La teoría macroeconómica, la historia económica y la experiencia indican que las consecuencias serán:

1. Mayor grado de incertidumbre, lo que provocará menor nivel de actividad económica, presión sobre el mercado cambiario con ampliación de la brecha e inestabilidad en el sistema financiero doméstico.

2. Cierre de los mercados de deuda soberana con sus consecuencias de falta de préstamos para financiar la actividad privada y los déficit fiscales de las provincias, que deberán recurrir a préstamos del gobierno central con su correspondiente incremento de emisión, lo que generará mayor inflación y una pérdida del salario real. Habrá menor nivel de actividad y en consecuencia, pérdida de empleo.

3. Cierre de los mercados de financiamiento del comercio exterior, o sea cierre de la prefinanciación de exportaciones y de la financiación de importaciones (menor nivel de actividad).

4. Fuga de capitales (presión sobre el mercado cambiario y nivel de reservas).

5. No entrada de nueva Inversión Externa Directa (menor nivel actividad).

En síntesis: habrá más recesión, mayor inflación, más presión sobre el mercado cambiario con ampliación  de brecha, mayor presión sobre las reservas e inestabilidad del mercado financiero doméstico.

¿Cuál es la diferencia el default de 2001 y el de 2014?

Son completamente diferentes. Ambos cometidos por errores. En 2001 el default fue provocado por extrema deuda acompañada de déficit fiscal creciente y falta de reservas. El actual, por la torpeza de no cumplir una sentencia judicial argumentando -equivocadamente- la posibilidad que se gatillara la cláusula RUFO.

¿El default argentino tiene consecuencias para Brasil? ¿Por qué?

Sí. La mayor recesión provocará una disminución de las importaciones de Brasil con el consecuente impacto negativo sobre su nivel de actividad.

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Un Mundial entre el amor y el odio http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/04/un-mundial-entre-el-amor-y-el-odio/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/07/04/un-mundial-entre-el-amor-y-el-odio/#comments Fri, 04 Jul 2014 14:49:26 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=940 Continue lendo →]]> POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO

Argentinos improvisando un asado en un carrito de supermercado en las calles de Porto Alegre, chilenos amaneciendo al abrasador sol de Copacabana tras una noche de juerga, colombianos enseñando salsa a las mujeres de Cuiabá, en Mato Grosso, y mexicanos cantando más fuerte que los cearenses en el estadio Castelão de Fortaleza.

En la “Copa de las Copas” de Dilma Rousseff, se hablan muchos idiomas pero si hay uno que se ha destacado por encima de todos, hasta el punto de conseguir acallar a los brasileños dentro de los estadios, es el español.

No en vano, este ha sido el Mundial de Latinoamérica y los brasileños y brasileñas ya se arriesgan a cantarlo e incluso chapurrearlo para encontrar pareja. El “portuñol” está de moda.

Y es que en este Mundial ha ocurrido lo inimaginable, no solamente porque apenas ha habido rastros de las tan temidas protestas que muchos esperaban, sino porque el ambiente entre aficiones, que en teoría no se podrían ni ver, ha sido en líneas generales muy bueno.

Un grupo de chilenos pasea por Ipanema, en Río de Janeiro. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress

Un grupo de chilenos pasea por Ipanema, en Río de Janeiro. Fotografía: Fabio Brisolla/Folhapress

Aunque a muchos les incomode admitirlo, cuando la presidenta Dilma Rousseff afirmó unos días antes de la inauguración del Mundial que el torneo sería “una gran fiesta” tenía razón.

A los datos me remito, la mayor protesta hasta el momento se produjo en São Paulo, el pasado 22 de junio, y reunió a 15.000 personas, una cifra considerable pero no tan impresionante si se la compara con la manifestación de cerca de un millón de personas, que tuvo lugar pocos días antes del comienzo de la Copa de las Confederaciones en 2013.

Pero no todo podía ser paz y alegría en este Mundial. El fútbol es, a partes iguales, capaz de sacar lo mejor y lo peor del ser humano. En ocasiones, la alegría asociada a la victoria de un equipo puede caldear más los ánimos que una derrota.

Con 100.000 argentinos en las calles de São Paulo, cantando aquello de que “Maradona es más grande que Pelé”,  es poco menos que un milagro que las cosas no hayan acabado en tragedia.

Lo que se vivió la noche del martes (1) en el barrio de Vila Madalena, en la zona oeste de São Paulo, fue un aviso. Los 2000 argentinos que allí festejaron su pase a cuartos, tras imponerse en un agónico partido a Suiza,  ya saben a qué suenan las bombas aturdidoras y a qué huele el gas lacrimógeno de la Policía Militar (PM).

La Policía Militar usó gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas reunidos en Vila Madalena, barrio bohemio de São Paulo. Fotografía:Avener Prado/Folhapress

La Policía Militar usó gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas reunidos en Vila Madalena, barrio bohemio de São Paulo. Fotografía:Avener Prado/Folhapress

“Los bares ya estaban cerrados cuando los agentes intentaron desocupar las calles haciendo un cordón de aislamiento. Algunos aficionados exaltados reaccionaron arrojando piedras, botellas y bengalas”, informó el miércoles la PM, que  en un principio negó haber utilizado bombas de efecto moral sobre los argentinos, pero que más tarde rectificó a información añadiendo una escueta frase: “Una granada de efecto moral fue usada para dispersar al grupo”.

A medida que avanza la competición, los ánimos de los aficionados se van caldeando y las derrotas no se encajan de igual manera. Fue el caso de agresiones entre colombianos y uruguayos en la Fan Fest de Copacabana y de un grupo de uruguayos contra brasileños en el interior del estadio Maracaná, el pasado sábado 28, tras la eliminación de Uruguay por 2-0 ante Colombia.

Los enfrentamientos podrían alcanzar su clímax si Argentina se cuela en la final del Maracaná el próximo domingo 13 de julio. Nadie sabe cuáles serían las consecuencias de un segundo “Maracanazo” y más ante Brasil, el eterno rival de los albicelestes.

Con todo, si se piensa en los 600.000 aficionados que se han desplazado hasta Brasil en estos días, las peleas podrían ser calificadas de minucia. Los brasileños, por su parte, no parecen estar dispuestos a arruinarle la fiesta a nadie, y menos a ellos mismos.

Brasileños festejan el gol de Brasil contra Chile, en la Fan Fest de Fortaleza. Fotografía: Kamil Krzaczynski/Efe

Brasileños festejan el gol de Brasil contra Chile, en la Fan Fest de Fortaleza. Fotografía: Kamil Krzaczynski/Efe

En las 12 ciudades sede, las Fan Fest han sido una fiesta continua y un lugar de encuentro entre los locales y los visitantes. A esta altura, se puede asegurar, sin temor a equivocarse, que en este Mundial el contacto entre aficiones ha traído más historias de amor que de odio.

Brasileños cantando letras de chilenos, colombianos y hasta blasfemando con la ya famosa canción de “los hermanos” sobre Maradona y Pelé.  Lo que no haya conseguido unir estos días el fútbol, lo ha unido Tinder.

La famosa aplicación para la búsqueda de pareja ha sido portada de periódicos de medio mundo, como la aplicación más utilizada estos días en Brasil. En este mundo globalizado, las diferencias entre nacionalidades son cada vez más anecdóticas y todos, ya sean australianos o iraníes, han llegado con las mismas ganas de fiesta.

Los brasileños han olvidado sus preocupaciones por unos días y se han abierto al mundo. Este Mundial lo está demostrando: el brasileño es un pueblo acogedor y siempre preparado para organizar una buena fiesta.

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El São Paulo de Noelia http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/03/07/el-sao-paulo-de-noelia/ http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/2014/03/07/el-sao-paulo-de-noelia/#respond Fri, 07 Mar 2014 16:47:55 +0000 http://brasilcomn.blogfolha.uol.com.br/?p=795 Continue lendo →]]> POR CECILIA ARBOLAVE

En un intento por explorar nuevas historias de vida en São Paulo, Cecilia se propuso charlar con extranjeros para conocer otras experiencias y  formas de vivir la ciudad. Empieza así una serie de perfiles de latinoamericanos que, como ella, eligieron Brasil como su nuevo hogar.

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Conocer el edificio paulistano y de arquitectura modernista São Vito en medio de una infinidad de personas caminando o hasta corriendo de un lado para el otro, cargando bolsas de plástico y empujando carritos de compras, o entrando y saliendo de locales, fue decisivo para la cordobesa Noelia Monteiro.

Al pararse frente a aquel monstruo desocupado, al lado del Mercado Municipal y de la famosa calle 25 de Março, la argentina, que en aquel momento tenía 22 años y era estudiante de arquitectura, se preguntó cómo un edificio residencial de 27 pisos y 624 departamentos, inmerso en un área tan dinámica y con tanta infraestructura, podía estar desocupado. Fue en ese momento que encontró el tema de su tesis de graduación.

Era 2007 y Noelia estaba realizando un intercambio en la Universidad Estadual de Campinas, la Unicamp, a 80 kilómetros de São Paulo. Dos años más tarde, con el título en manos, volvió a Brasil a presentar su trabajo de graduación sobre cómo la combinación de actores públicos y privados podían hacer viables viviendas sociales en el centro de la ciudad.

Noelia Monteiro dejó su Córdoba natal, en Argentina, y se mudó a São Paulo. Fotografía: Cecilia Arbolave

Noelia Monteiro dejó su Córdoba natal, en la Argentina, y se mudó a São Paulo. Fotografía: Patricio Fernández Quintana

Fue en ese viaje que descubrió un posgrado en la Escola da Cidade relacionado con lo que venía estudiando, que la motivó a mudarse a esta ciudad en 2011.

Curiosamente, en esa nueva vuelta, pudo presenciar el final de la demolición de aquel edificio que tanto la había inspirado. Además de estudiar, empezó a trabajar en un estudio de arquitectura e integró el equipo que ganó un concurso para revitalizar áreas ocupadas y contaminadas, que pertenecen a cuencas hidrográficas.

Esa fue una de las sorpresas que Noelia se llevó al llegar a São Paulo: “El trabajo con vivienda social que se hace acá no tiene punto de comparación con el de la Argentina”.

Pero aún antes de saber de esta característica, la capital paulista ya la seducía. Desde la época de la facultad, conocía sus emblemas y autores arquitectónicos, como los modernistas Paulo Mendes da Rocha y João Batista Vilanova.

“Es curioso que la arquitectura sea increíble pero el urbanismo, tan caótico”, cuenta. Sin embargo, ese desorden urbano, que puede desconcertar a muchos, a ella la inspira, pues ve lo mucho que se puede hacer en su profesión.

Microuniverso particular

Sonriente y tranquila, Noelia, hoy con 29 años, encontró una forma de encarar la ciudad sin drama: “Uno se va creando sus mini mundos, con lugares que frecuenta, el barrio donde vive, las personas que conoce… De a poco, ese pequeño universo humaniza la ciudad y no es más un monstruo”. Y el mini mundo que la cordobesa construyó está en el centro de la ciudad, donde puede hacer casi todo a pie.

Noelia, en plena acción, durante la reforma de un apartamento. Fotografía: Cecilia Arbolave

Noelia, en plena acción, durante la reforma de un apartamento. Fotografía: Patricio Fernández Quintana

Vivió un tiempo en el Copan, el emblemático edificio proyectado por el arquitecto Oscar Niemeyer (1907-2012), que encanta con sus curvas y su vista panorámica. Después pasó a Vila Buarque, barrio que cuenta con una de las calles más arquitectónicas de San Pablo, conocida por concentrar muchísimos estudios, el Instituto Brasileiro de Arquitectura y la Escola da Cidade, donde Noelia estudió y sigue estudiando (ahora un posgrado sobre Geografía, Ciudad y Arquitectura).

Además de trabajar a pocas cuadras de allí, los lugares que le gusta frecuentar en su tiempo libre también están a una distancia “caminable”. Uno de ellos es el Sesc Consolaçāo, una institución que ofrece una variedad inmensa de actividades de recreación y cultura.

“También estoy cerca de la calle Augusta, que me fascina por ser un lugar en donde pueden convivir desde las tribus urbanas del centro a las concesionarias de Jardins, de un bar a un emprendimiento inmobiliario con showroom abierto a las 2 am”, cuenta, divertida.

Una multinacional chiquitita

Parte del día, Noelia lo pasa en casa, trabajando en los proyectos de un estudio que creó con dos amigos, Germán Nieva y Dante Rimodino. Después de terminar la facultad, hicieron una promesa: cuando alcanzasen los 30 años, crearían juntos un estudio de arquitectura.

Los argentinos habían ganado en 2006 un concurso de estudiantes con un proyecto de un centro cultural en un barrio popular de la ciudad de Córdoba y que hoy está en vías de construcción. Durante el proceso creativo, descubrieron muchas afinidades y se quedaron con las ganas de querer revivir ese trabajo en equipo.

Pero cuando se empezó a aproximar el cambio de década, Noelia estaba en São Paulo, Germán en Londres y Dante en Córdoba. Sin muchas perspectivas de mudanzas, en 2011, surgió la posibilidad de trabajar a distancia. La ONG carioca Casa do Caminho, una comunidad rural y de abrigo para niños y adolescentes, llamó a Noelia para modernizar su edificio.

Como había sido voluntaria por algunos meses el año anterior, ella conocía el espacio y sus dificultades. Pero no podía enfrentar el proyecto sola: fue hora de llamar a sus dos mosqueteros.

Germán, Noelia y Dante, socios en RMN. Fotografía: Germán Nieva

Germán, Noelia y Dante, socios en RMN. Fotografía: Germán Nieva

Juntos, pero separados, los tres trabajaron en el proyecto y nuevamente tuvieron la certeza de que tenían buena química. Decidieron entonces cumplir aquel viejo pacto y crearon el estudio: una multinacional, pues, después de todo, tiene tres sedes. Fiel a la tradición arquitectónica de nombrar las empresas con los nombres de sus dueños, lo bautizaron RMN. Pero no querían limitarse a las iniciales de sus apellidos, y buscaron un sentido más creativo.

Después de muchas idas y vueltas, llegaron a Random Meetings Nowhere, que resume el modus operandi del trío. “No sabemos si esa una transición al momento en que vivamos en la misma ciudad, pero nos gusta trabajar así porque nos abre más posibilidades”, cuenta la cordobesa.

Noelia habla de su vida en São Paulo y se la nota feliz. Extraña un poco algunas tradiciones de su país, como la de servir maní junto con la cerveza. Y también le gustaría volver a sentir el paso de las estaciones y ver los árboles anaranjados en el otoño así como las flores más vivas en primavera. Pero nada que opaque las conquistas de su experiencia aquí.

“Me pasaron más cosas en los últimos tres años que en los diez anteriores”, resume, contenta.

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