¿Idoneidad? ¿Para qué?
15/05/15 12:56POR ESTEBAN NIETO, DE SÃO PAULO
Esteban es un periodista deportivo argentino que vive hace tres años en São Paulo. Realizó coberturas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Mundial de Brasil 2014 y la Fórmula 1. Puedes seguirlo en Twitter en la cuenta @intratable y ver su trabajo aquí.
***
Londres 2012. Conocidos también como los “Juegos Olímpicos sustentables”, ya que se realizaron con una inversión modesta y teniendo en cuenta la herencia y la reutilización de espacios, estos Juegos simbolizan un caso de éxito dentro de este tipo de organización.
La idea era no sufrir los mismos percances que Grecia y Sudáfrica. El primer país tiene un Parque Olímpico fantasma y estadios completamente abandonados a poco más de una década de las Olimpíadas. En el país africano, el monumental Soccer City perdió el brillo después de los flashes del Mundial de 2010 y, salvo para velar al líder sudafricano Nelson Mandela, no alojó encuentros relevantes.
A menos de 500 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el panorama dista mucho de la experiencia británica. A los errores de planeamiento y que algunas construcciones se vieron afectadas por falta de fondos, algunas decisiones politicas empañan aún más la situación, como haber designado como ministro de Deportes a George Hilton, un teólogo y pastor evangélico con nula experiencia en cargos deportivos.
Esta semana, el portal UOL reveló que Hilton nombró a una joven de 18 años como coordinadora de infraestructura de la Secretaría Nacional de Deporte de Alto Rendimiento. Waleska Lima, quien cursa el primer año de la universidad, es hija de Wagner Lima, pastor de la misma iglesia a la que pertenece Hilton.
El sitio también dio a conocer la contratación de Cibele Mazzo, ex Miss Brasil en Estados Unidos y que tampoco cuenta con experiencia en el área, como asesora de la Secretaría Nacional de Fútbol y Defensa de los Derechos del Hincha.
Pocas horas después de que salió a la luz el nombramiento de Lima, la joven decidió dejar el cargo, mientras que la ex modelo aún permanece en el puesto.
¿QUIÉN ES GEORGE HILTON?
El actual ministro de Deportes nació en Bahía y desde 1999 representa a Minas Gerais, primero como diputado dentro de su propio estado y luego a nivel nacional. En 2005, fue expulsado de su entonces partido político -Partido del Frente Liberal (PFL)- tras haber sido detenido en un aeropuerto con 600.000 reales, identificados como provenientes de donaciones de fieles de iglesias evangélicas.
En 2009, se afilió al Partido Republicano Brasileño (PRB), que actualmente es aliado del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Dilma Rousseff y Lula da Silva. En sus dos mandatos como diputado (2006-2010 y 2010-2014) no presentó ningún proyecto de ley vinculado a los deportes.
Con la reelección de Rousseff, Hilton asumió el ministerio en reemplazo de Aldo Rebelo, un dirigente del partido comunista que ahora dirige el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Rechazado por varios sectores y hasta por la organización Atletas por Brasil, que aglutina a varios pesos pesados del deporte brasileño como Raí, Rogerio Ceni o Rubens Barrichello, finalmente su nombramiento no fue vetado gracias a la amenaza del PRB de abandonar la alianza con Rousseff y pasarse a la oposición.
DE CARA A RÍO 2016
El Comité Olímpico Brasileño (COB) se mantiene como un ente privado y como alma máter de la organización de los Juegos, cuya cabeza visible es el ex jugador de voleibol Arthur Nuzman. Por la parte gubernamental, el órgano principal es la Autoridad Pública Olímpica (APO), cuyo presidente es el empresario Marcelo Pedroso y que abarca la parte de infraestructura y de obras del evento deportivo.
Con esto, el papel de Hilton en los Juegos Olímpicos será bastante limitado, pese a que será la primera Olimpíada que se desarrollará en Brasil y Sudamérica. Sin tener a alguien con experiencia para el cargo, Brasil perdió la oportunidad de sumar un dirigente que contribuya plenamente para una cita única e histórica para Río de Janeiro, donde parece que para ciertos cargos se valoran más los favores políticos que la idoneidad.