¿Quién aprieta el gatillo cuando la policía mata?
19/11/14 15:06POR ESTHER SOLANO, DE SÃO PAULO
Esther (prof.esther.solano@gmail.com) es española, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de São Paulo y miembro del Fórum de Seguridad Pública.
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El domingo fui al cine a ver el documental “A quemarropa”, de la directora Theresa Jessouroun. Confieso que entré en la sala expectante, entre angustiada y ansiosa. Sabía que la obra trataba de las matanzas perpetuadas por la Policía Militar de Río de Janeiro contra la población de la periferia.
Un tema, como mínimo, duro, espinoso para la gran pantalla, donde la crudeza de lo cotidiano se muestra sin tapujos y se impone sin piedad.
Por otro lado, recién estrenado el documental, ya no estaba exento de polémicas.Fue exhibido para un grupo se cadetes de la Academia de Policía Militar Don João VI, en Río, donde, por orden del comando, los periodistas presentes fueron invitados a retirarse.
Una muestra más de la dificultad inmensa de debatir sobre seguridad pública, sobre policía y letalidad en un país donde los policías matan mucho y mueren no menos.
Mi agonía tomó forma ya en las primeras escenas. Una película durísima, porque refleja la bárbara realidad de agentes del Estado que, en vez de proteger, matan. Agentes que matan, que utilizan el asesinato como herramienta de trabajo, que matan por venganza, por rutina, por corrupción, por “limpieza”.
En fin, que matan diariamente desde la jornada escabrosa de la favela de Vigário Geral,en 1993, con los cadáveres de 21 personas hasta los episodios del conjunto de favelas del Complexo do Alemão en 2007, esta vez con 19 personas asesinadas.
Tantos años de intervalo y una historia tan pavorosamente repetida demilicias, tráfico de drogas, armas ilegales, corrupción… “A quemarropa” muestra que el agujero es realmente profundo y que las miserias causadas como resultado del mismo son atroces. La deshumanización parece total.
Salí del cine abatida, con una pregunta que no dejaba de rondarme la cabeza: cuando la policía mata, ¿quién aprieta el gatillo? Si la policía mata es porque existe una orden política tal vez directa, tal vez indirecta o como mínimo una connivencia o un silencio afirmativo.
Si la policía mata es porque la Justicia no cumple su papel como debería y deja a los asesinos en una impunidad escandalosa. Si la policía mata es porque la sociedad aprueba y aplaude el famoso y siniestro discurso de bandido bueno es bandido muerto.
Si la policía mata ¿no lo hace protegida, auspiciada, arropada por los discursos de odio de personajes públicos como el presentador José Luiz Datena, la periodista Raquel Sheherezade, el diputado Jair Bolsonaro o el coronel Telhada y demás personajes que predican la política de la bala?
La policía es un instrumento de poder que, cuando mata, no lo hace de forma autónoma, sino con el beneplácito de muchos y el silencio de otros. Son muchos los que aprietan el gatillo cuando la policía mata.
Olá! Hasta yo, siento a menudo una gana de apretar gatillos cuando la miséria y los miserables se acostam a mi. Viva los capitalistas! Muerte a los PPP! (Pobres, Pretos y Putas). Así mientras la agua no bate en la popa de nosotros, sigue la sociedade silenciosa, pura y perfeccionista.
Adilson
Onde a lei não existe, ou onde os crimes são punidos com penas brandas, onde o crime compensa, onde certa parte da sociedade é iniputavel, a barbarie predomina, em geram em toda america latina. Faltam justiça rápida, penas duras, pena de morte e prisão perpetua. Enfim a unica esperança dos paises como o Brasil, com essa elite podre é a conversão do povo ao Islã.
Pelo que eu saiba, no Islã prevalece a Lei de Talião, ou seja “olho por olho, dente por dente”, o que, afinal, cria um equilibrio de poder e justiça entre aquele que fez o mal e aquele que foi a vítima. Isso sugere que o nosso sistema, desequilibrado e seletivo, está longe de frear o ímpeto violento do ser humano, notadamente aquele com tendências criminosas. Quem aperta o gatilho? A hipocrisia com certeza, mas principalmente a corrupção, mãe de todos os demais crimes.