La crudeza de la verdad, "le duela a quien le duela"
21/10/14 08:59POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO
Seguramente no descubrirán nada nuevo si les digo que internet está saturada de imágenes espeluznantes. Desde atracos, tiroteos o torturas, hasta decapitaciones de periodistas por señores con acento “raro” que parecen ser el nuevo “trending topic” de las redes sociales. Imágenes de pesadilla con comentarios que muchas veces solo aportan más miseria a un acto de barbarie.
Dentro de esta maraña de información, coexisten caóticamente las opiniones de personajes anónimos en Twitter o Facebook, los blogs de personas ligadas, o no, a la profesión del periodismo y las grandes páginas web de los medios de comunicación tradicionales que intentan abrirse paso en medio de este territorio sin ley.
En muchas ocasiones, el único límite a lo que en estos espacios se publica es la propia moral del autor o la línea editorial de la publicación, algo que “per se” tampoco es ninguna garantía.
Por si la labor de informar no fuera lo suficientemente difícil, tratar el problema del narcotráfico en Brasil desde un punto de vista “insider”, y sin salirse del guión, es poco menos que una misión imposible.
Solamente este problema causó, directa o indirectamente, cerca de la mitad de los 56.336 asesinatos que se registraron el año pasado en el país según el Mapa de la Violencia 2014 . Una cifra de proporciones bélicas que los candidatos a la presidencia de Brasil apenas han mencionado durante toda la campaña electoral.
Es aquí, en el ambiguo margen entre periodismo y “fofoca” (chisme, cotilleo, en portugués), donde páginas como “Paz no Rio – A cidade vista com outros olhos” (“Paz en Río- La ciudad vista con otros ojos”) lanzan una mirada poco convencional y muchas veces en el límite mismo del buen gusto.
“Soy un ciudadano común interesado en las facciones criminales de Río de Janeiro”, afirma desde el otro lado del chat de Facebook su creador, que prefirió mantener su identidad en el anonimato. Con más de 19.000 likes en seis meses, la página se ha convertido en un referente de todo lo que ocurre en los rincones más olvidados de la “cidade maravilhosa”.
Este carioca que confiesa no tener formación periodística, pero que se reivindica como medio de información independiente, ya estuvo por detrás del proyecto “Tráfico do Rio”, censurado por presentar un contenido de apología al narcotráfico aunque para el autor eso “jamás ocurrió”.
“Paz no Rio no anda con rodeos, no está del lado de los criminales ni del gobierno. En la página solo se publican verdades, le duela a quien duela, como debería de ser siempre”, afirma.
Como él mismo admite, las informaciones publicadas en su nuevo proyecto ya le han causado más de un problema .
“Días atrás publiqué el vídeo de un joven que entró en una comunidad recién invadida por la facción Amigos de los Amigos (ADA) pensando que todavía estaba bajo control del Comando Vermelho (CV). Fue capturado por los rivales que le golpearon, acuchillaron y según las informaciones, asesinado y descuartizado. El vídeo tuvo récord de likes y comentarios”, cuenta el internauta.
Para él, las imágenes “son muy fuertes” pero “la realidad necesita ser mostrada aunque corte la respiración ver aquello”. Finalmente, debido a las críticas recibidas por exponer un asesinato, con el agravante de haber sido filmado por uno de sus ejecutores, optó por eliminarlo.
“Después de unos días decidí retirarlo para evitar problemas. No es la primera vez que soy censurado”, reconoce sin querer señalar quién censuró su publicación.
Al igual que otras publicaciones, como el blog “Crimes News”, que cuenta con una estructura similar y cuyas informaciones muchas veces se solapan, los vídeos mostrados no contienen ningún tipo de censura y son enviados por los propios traficantes o sus allegados.
Los comentarios de la página son una clara muestra de ello. Muchos afirman ser habitantes de las comunidades en las que ocurren las atrocidades y aportan detalles de lo más macabro con total tranquilidad.
“Nunca recibí ningún tipo de amenaza. Hago mi trabajo tranquilo y con la conciencia limpia. Sin ningún temor”, insiste. Llegado este punto, es cuando los profesionales de la información debemos plantearnos dónde está el límite.
Si bien la página expone contenidos que deberían ser censurados, e incluso condenados: en el caso anterior, se trata de la prueba de un crimen filmada por el asesino -o al menos por uno de ellos- que aún no ha sido juzgado, por lo que debería estar fuera del aire y siendo investigado por la policía, no es menos cierto que la labor de personas desinteresadas a través de estos medios poco ortodoxos resulta valiosa incluso para la propia policía.
El autor de “Paz no Rio” señala: “Los grandes medios hacen una cobertura superficial del tema. Los traficantes que llenan las páginas policiales no son nada más que un grano de arena en el desierto”.
A riesgo de convertirse en auténticos escaparates de las excentricidades del narcotráfico, estas webs continúan registrando récords de visitas. Admirados y temidos al mismo tiempo, muchos traficantes alardean de sus crímenes con total impunidad , sabiendo que las imágenes llegarán a más personas.
Con traficantes como “Menor P”, “Peixe” o “Playboy”, por el que ya se ofrecen 20.000 reales de recompensa, al ranking de “celebrities” de estas páginas no les faltará materia prima. A golpe de “likes” y comentarios, la fama de estos personajes crece aunque también lo hace el conocimiento sobre sus atrocidades.
La verdad “pura y dura”, que el autor de “Paz no Rio” dice comunicar, es una auténtica arma de doble filo si no se le administran los correspondientes filtros.
En el escaparate del “todo vale” de internet, la opinión, la información y la fantasía muchas veces son una misma cosa. Esa es precisamente la labor del periodismo, el criterio a la hora de informar por encima de las buenas intenciones o los intereses personales.