El lado rosa de Bakunin
31/07/14 14:17POR EDU SOTOS, DE RÍO DE JANEIRO
Celos, traición, manipulación, grandes dosis de anarquismo y el Mundial como telón de fondo. Podría haber sido un guión de éxito para una novela de TV Globo e incluso uno puede imaginarse a Bruna Marquezine interpretando uno de los papeles protagonistas.
Pero no, es la historia, real como la vida misma, de los 23 activistas acusados por formación de cuadrilla y actos de violencia durante la final del Mundial en Río de Janeiro, el pasado 13 de julio.
Nombres como “Sininho” (“Campanita”, como el personaje de Peter Pan), “Joe” o “Game Over” hanocupado en los últimos días las principales páginas de los medios de comunicación de todo Brasil.
Desde terroristas hasta presos políticos, muchos han sido los calificativos utilizados para referirse a unos jóvenes de los que ya conocemos sus intimidades con todo lujo de detalles.
De entre las 23 historias que se han entrecruzado estos días, el trío amoroso, compuesto por “Sininho”, “Joe” y “Game Over”, sorprende por desvelar el lado más oscuro de estos románticos activistas.
“Sininho manipulaba a los más ignorantes, el dinero siempre desaparecía de sus manos”, declaraba Anne Josephine Rousencrantz, alias “Joe”, delante de la Policía Civil el pasado 11 de junio comenzando una historia de traición y celos que ha traído cola.
Según ella, su compañero sentimental, Luiz Carlos Rendeiro Júnior o “Game Over”, uno de los activistas más conocidos de Río y señalado por la Justicia como uno de los líderes de los movimientos “antiCopa”, se habría separado de ella y de la hija de ambos, de tan solo dos años, entre abril y septiembre de 2013.
Sería en este periodo, que coincide exactamente con el de grandes protestas contra la Copa de las Confederaciones, durante junio de 2013, en el que “Game Over” habría caído en las garras de Elisa Quadros Sanzi, alias “Sininho”.
Algo así como los “Bonnie & Clyde” de las manifestaciones contra el Mundial, la pareja era bien conocida entre los círculos antisistema. La instantánea en la que ambos se despiden abrazados a través de la ventana del camión de la Policía Militar, que conduciría a “Sininho” a la prisión de Bangú, en octubre de 2013, es todo un icono de las protestas.
No es para menos si atendemos que la activista actuaba como una líder no declarada del movimiento y con gran influencia en los “black blocs”, según el relato de Rousencrantz.
La visión que la despechada Anne Josephine dio a la policía sobre “Sininho” es poco menos que siniestra. Según ella, la activista es “inteligente y hábil para manipular a las personas” a las que “compraba regalos” con el dinero de las donaciones al movimiento “Ocupa Cámara”, que ella gestionaba.
Impotente al ver cómo el padre de su hija había sucumbido ante “Sininho”, Anne Josephine habría decidido volver a participar de las manifestaciones para “recuperarlo y sacarlo de ese ambiente”.
Habría llegado a tal extremo de desesperación que en su declaración a la policía reconoció haberle mentido a “Game Over” al decirle que se encontraba embarazada, con el fin de chantajearlo.
Sin embargo, la astuta “Sininho” habría respondido con la misma moneda consiguiendo momentáneamente que “Game Over” participase de las protestas violentas.
Finalmente, el tira y afloja habría acabado cuando el joven desistió de acudir a más manifestaciones después de junio, justo a tiempo para el Mundial, lo que no evitó que fuera señalado como uno de los organizadores de las protestas y acabase en prisión.
El acusador relato de Rousencrantz llegó a su clímax cuando señaló a “Sininho” como el cerebro que había planeado la quema de la Cámara Municipal de Río de Janeiro en agosto de 2013. Para eso, habría llevado tres litros de gasolina a la protesta y únicamente fue impedida de lograr su objetivo por otros activistas, que estaban disconformes con la acción.
Gracias a su declaración, la Policía Militar de Río tuvo las pruebas necesarias para señalar a “Sininho”, “Game Over” y otros 21 activistas como miembros de una cuadrilla violenta, incluso se llegó a decir que planeaba una acción de grandes proporciones en Río, para la final del Mundial.
Desde entonces, la detención preventiva, la concesión del “habeas corpus” por parte de la Justicia de Río y la posible revisión del caso esta semana han llenado numerosas páginas de la prensa local.
Con 17 de los manifestantes fugitivos, la abogada Eloisa Samy -acusada de estar involucrada en las protestas violentas- buscando asilo político en Uruguay y la reciente liberación de “Sininho”, “Game Over” y otra activista de la cárcel de Bangú esta semana, la historia no ha hecho más que comenzar. Como si fuera una novela que da vueltas sobre el mismo eje, el triángulo amoroso sigue dando de qué hablar.
La pasión de Anne Josephine la llevó a involucrarse en los movimientos sociales y a conocer el amor. Sin embargo, ese mismo impulso la llevó a traicionar a los suyos y a acusar a su rival sentimental y al padre de su hija, que tuvieron que pasar 13 días en la misma prisión.
¿Quién sabe si esto reavivará la chispa entre “Sininho” y “Game Over” o supondrá la definitiva vuelta del anarquista con su antiguo amor?
Como ocurre con los buenos culebrones, habrá que seguir atento a cada nuevo episodio. Teniendo en cuenta que a cada momento hay novedades sobre el caso, todo puede pasar. Todavía no está escrito el final de la historia del triángulo amoroso más anarquista de Río.