Juan Carlos traduce Brasil
11/06/14 13:33POR CECILIA ARBOLAVE, DE SÃO PAULO
Él se despierta tarde, generalmente no antes de las diez. Esas horas matutinas son necesarias para recuperar el sueño, pues a Juan Carlos Panez Solorsano le gusta trabajar de madrugada, acompañado del silencio de la casa donde vive, en el barrio de Pacaembú, en la región central de São Paulo. Por eso se puede quedar leyendo e interpretando textos hasta las 5 de la mañana.
Peruano, nacido en la ciudad de Huancavelica, adoptó la ciudad de São Paulo como su hogar hace tres años. Si hay algo que un extranjero no pierde al mudarse de país, es el idioma. Es cierto que el modo de hablar recibe nuevas tonadas y el léxico se amplía con expresiones muchas veces inexistentes.
Pero a pesar de los matices, la lengua materna perdura. Y es justamente con su idioma que Juan Carlos trabaja diariamente.
El abogado de 30 años es traductor de libros jurídicos, principalmente de las obras del brasileño Paulo de Barros Carvalho, referencia en materia de derecho tributario. Ya suma 24 libros traducidos al español, de los cuales 17 ya están publicados y los otros siete están en imprenta o fase de pre-impresión, en editoriales de Perú.
Según cuenta, normalmente se tarda unos dos o tres años para traducir un libro de unas 400 páginas. Metódico y responsable, quiso huir de la regla y, con el tiempo, fue ganando velocidad. Actualmente, demora en torno de dos meses para completar un libro de esas dimensiones, y siempre intenta entregarlo unos días antes.
Con esa velocidad que lo caracteriza, completó 24 títulos en apenas cuatro años. Su trabajo no sólo exige concentración como también dominio del asunto. Y en el mundo del derecho, cada país tiene sus reglas. Por eso Juan Carlos tuvo (y aún tiene) que estudiar mucho para realizar su oficio con la responsabilidad que amerita.
A la pregunta: “¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?”. Él responde, con naturalidad: “No tengo tiempo libre”. Pero al abogado eso no lo perturba. Es apasionado por lo que hace y tiene una postura generosa en relación a su entorno.
“Prefiero sacrificar un poco mi tiempo para aportar un granito de arena, antes de dedicarme a mis propios estudios”, dice. Y ese granito de arena es difundir la ciencia del derecho no sólo en Perú, sino también en otros países de habla hispana.
De la San Marcos a Pacaembú
En 2009, cuando aún era estudiante en la Universidad San Marcos, en Lima, entró en una clase abierta de derecho tributario del profesor Jorge Bravo, que mencionaba al trabajo del Dr. Paulo. Algo allí despertó el interés del joven peruano.
Un tiempo después, ese profesor lo llamó para traducir una obra al portugués y también fue gracias a su intermediación que Juan Carlos llegó a São Paulo, por la primera vez, en 2010. Fueron cinco meses en los que pudo asistir a clases de maestría y doctorado. Y quedó fascinado con la experiencia.
Al año siguiente, durante un congreso internacional en homenaje al Dr Paulo, el intelectual brasileño le hizo una propuesta, “de esas que no se repiten”. Era una invitación para vivir en São Paulo. Después de pensarlo por unos días, Juan Carlos aceptó.
Cuando cuenta de su pasado, parece que su vida podría haber tomado rumbos dispares si hubiera terminado su primera carrera: la de ingeniería metalúrgica, siguiendo el área de actuación de su familia.
Pero él no estaba feliz con la idea de dedicarse a esa profesión y, en el quinto año, dejó los estudios para encarar de cero una segunda carrera universitaria, diametralmente opuesta. La elección por el derecho parece ser una de las más acertadas pues, con su joven edad y dos carreras bajo el brazo, se destaca en el área en que actúa actualmente.
Desde 2011, vive en una casa en el tranquilo barrio de Pacaembú, a pocos metros del Instituto Brasileño de Estudios Tributarios, presidido por Paulo de Barros Carvalho, que también es profesor emérito de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), en donde dicta clases desde 1971, y de la facultad de derecho de la Universidad de São Paulo (USP).
Juan Carlos realiza diversos cursos del instituto y asiste a algunas clases de una maestría en la PUC-SP, mientras se prepara para realizar la suya, el año que viene.
En las horas ociosas –¡cuando las hay!- trabaja en su propio libro, aunque sin prisa. “Me gustaría, en unos años, volver a vivir en Perú y plasmar todo lo que aprendí en el mundo académico”, dice.
De la música clásica a la pesca
El abogado vuelve a su país unas cuatro veces por año, para acompañar los pasos finales de los libros que traduce. Y con tantas obras publicadas, su nombre ganó reconocimiento y prestigio en tierras andinas. Pero al ver su joven apariencia, algunos doctores dudan de su identidad. Se imaginan a un hombre de edad más avanzada y una vez hasta le pidieron el documento.
Siempre con apariencia prolija y muy educado al hablar, Juan Carlos es agradecido por las oportunidades que se le abrieron en Brasil. Le gusta la vida paulistana y una de sus actividades preferidas es escuchar música clásica los domingos por la noche en la Sala São Paulo, una de las casas de conciertos más prestigiosas de la ciudad y del país.
Sale a pasear por la capital, pero principalmente cuando recibe visitas, como la de su novia peruana que vive en Buenos Aires. En esos momentos es cuando permite distenderse.
Entre medio de tantas hojas, conceptos y frases para descifrar, cada tanto le gusta alejarse hacia el interior del estado y dedicarse a una de sus pasiones: la pesca. Mirar el horizonte y poner la mente en blanco, mientras espera el pique de una tilapia, no viene nada mal.
Juan: Felicidades por su trabajo, su determinación y celo por su trabajo en Brasil con el Profesor Paulo de Barros Carvalho.
Muchas gracias mi estimado amigo Airton y Joel. Un gran abrazo para cada uno de ustedes.
Saludos Juan Carlos, Felicitaciones por tu esfuerzo y éxitos.
Bendiciones,
Joel
Bien Juan Carlos, que sigan los éxitos!!!!!!!111
Una nota bastante completa, en el sentido que nos muestra una enseñanza de vida, la cual consiste en no detenernos ante los problemas. Como conclusión podría decir que la vida no se anima por las circunstancias sino por la interpretación que uno les da.
Felicitaciones Dr. Juan y que continúen los éxitos.